Partida Rol por web

VERDÍN: LA GRANJA MALDITA:

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Dejó que Uro maltratara la puerta de la casa. Mejor que el guerrero descargase su ira contra la puerta que contra Rastrojo. Lo principal era encargarse del espacio al aire libre: en un campo descuidado crece la hierba alta que sirve de escondrijo a las pequeñas culebras. Tanteó con el bastón como había hecho para hablar con el Gran Grajo, pero las distancias eran bastante grandes.

Otra de sus tareas autodesignadas fue contar los pasos que tardaba por el exterior en recorrer los muros de los tres edificios: establos, granero y casa. Trataba de calcular sus dimensiones para hacerse una idea de si necesitarían los tres edificios para acomodar a la Compañía, o si bastaba con los más grandes.

Al cabo de un rato, volvían de hacer las compras los Oscuros. No habían tenido tiempo de inspeccionar nada, ¿qué clase de reporte le iba a dar al Cabo Barril? Azuzó a los demás.

Vamos, vamos... Daos prisa...

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Avanzaron todos juntos hasta entrar en los terrenos de la granja. Frontera apoyó el saco de harina contra una pared y se quedó junto al mismo, observando los alrededores.

Vamos, Hermanos, ya habéis oído al Cabo Barril.

Varios de sus compañeros entraron en el edificio principal, una casa grande, liderados por Uro que le metió tremendo patadón a la puerta, sin necesidad. No parecía que ningún ser maligno les estuviera esperando dentro. Observó también a Rastrojo explorando los terrenos de la granja, golpeando con su bastón. Frontera no sabía cómo, pero aún cuando estaba haciendo cosas supuestamente útiles, Rastrojo se las apañaba para que pareciera que estaba haciendo el memo. Suspiró, sabiéndose cómplice durante mucho tiempo de las tonterías pasadas de Rastrojo, y devolvió su mirada al camino.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Tenían la harina, un barril de agua, que siempre sería mejor que los odres, y todo lo necesario para preparar la cena de aquella noche. Lengua Negra ignoraba si el resto de la Compañía llegaría o si habrían pospuesto su salida para la mañana siguiente.

-Habría que organizar una hoguera para cocinar la cena. Confío que entre los restos de esa granja haya maderos viejos que nos puedan servir con ese fin. Y mejor en el exterior, para impedir que nos intoxiquemos con el humo en una construcción que quizá carezca de tiro o esté obstruido por el paso del tiempo -dijo-. Y Cabo Barril, ante la posibilidad de que el resto de la Compañía llegue en esta misma jornada, quizá alguien debería hacer guardia para dar aviso de su llegada.

Fue entonces cuando este reclamó su atención sobre el papel que estaba en la puerta . Se acercó a la nota y la leyó.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Uro abría de una fortísima patada totalmente inútil e incluso contraproducente una vieja puerta de madera muy envejecida. Mal asunto, puede que esa puerta ya no volviese a cerrar bien, y la Compañía Negra la iba a necesitar lo más intacta posible para pasar confortablemente al menos esa noche que se acercaba ya a pasos agigantados.

Lengua Negra investigaba un viejo papel amarillo con unas letras garabateadas en tinta negra que estaba clavado sobre la vieja puerta.

Rastrojo buscaba alimañas, pero apenas había matorral donde se pudieran esconder las culebras, poco más que unos matojos viejos y muy secos. Ballestero todavía no había recuperado del todo su visión y seguía como podía a Rastrojo.

El Cabo Barril, Campaña y Lagrimita traían lo que habían recogido en el pueblo.

Frontera inspeccionaba visualmente el lugar, notando la ausencia de trampas o peligros, y guiando a los demás.

El edificio principal de la granja era la vivienda, sin duda el lugar donde moraba el anterior propietario, cuando la granja estaba en uso. Un edificio de una sola planta, hecho de piedra unida con argamasa, lo que le daba una estructura sólida, hecha para durar. El techo era de madera.

Aunque en estado de abandono, las ventanas se podían cerrar con unas pesadas y sólidas contraventanas, y la puerta tal vez todavía se podría asegurar desde dentro con una pesada tranca que había por ahí tirada. Había otros elementos de madera vieja y algo agrietada por el paso del tiempo; como las vigas, las puertas interiores, algunas mesas y unos pocos muebles.

Lo mejor del edificio principal era la cocina, dotada de un horno de leña, y algunas mesas recias para preparar la comida. Incluso quedaban unas pocas sillas. El horno disponía de una chimenea que parecía en buen uso y no obstruida. Un problema evidente era que no quedaba mucha leña, sin duda el lugar había sido saqueado varias veces. En la cocina habían además dos barriles de madera, pero estaban vacíos.

La vivienda podría alojar probablemente a unas quince personas, aunque bastante apretujadas. Tras una puerta desgastada, no muy lejos de la cocina, unas empinadas escaleras de piedra descendían hacia la oscuridad, lo que despertaba instintivamente un temor atávico difícil de especificar.

Además del edificio principal, había también otros dos. Uno era un granero, hecho de madera y paja seca. Aunque pensado para conservar el grano y no a las personas, parecía no tener agujeros por los que pudiera filtrarse el agua de la lluvia, si es que alguna vez acababa lloviendo, o nevando. Estaba vacío y desprovisto de grano o provisiones, aunque en su interior tal vez pudieran dormir hasta diez personas, si bien en unas condiciones menos resguardadas que la vivienda, pues no disponía de chimenea ni era un lugar apto para encender un fuego.

El otro edificio, también construido en madera y paja seca, eran unos establos, bastante completos y en un estado de conservación más que razonable. En su interior posiblemente cabrían confortablemente hasta doce caballos o animales similares, como mulos o asnos. Un amplio alero sostenido por postes de madera permitiría también dejar bajo cierto resguardo un carro. En un rincón del granero había un saco con grano muy seco para alimentar a los animales, no había mucho, aunque puede que bastara esa noche para los siete animales de la Compañía.

Alrededor de estos edificios se veían varios cientos de metros de terreno árido y seco, aunque con pocos obstáculos, lo que permitiría vigilarlo todo a alguien que se subiera a un posición elevada. Frontera contó seis pozos de piedra repartidos por todo el terreno, aunque todos tenían un aspecto seco y abandonado.

Cerca de los establos se alzaban dos vallados en bastante mal estado que seguramente antaño fueran corrales de animales, posiblemente uno para gallinas y otro para ovejas.

Faltaba por explorar el sótano, pero eso requeriría de luz y armarse de valor...

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

No pudo evitarlo... se le escapó una media sonrisa al observar el medio expeditivo en que Uro abrió la puerta... Básicamente, se la había cargado. Haría falta cierta habilidad para recomponerla. Habilidad y herramientas, pero eso, en principio, no era competencia suya; se reconocía no excesivamente bien dotado para esas labores.

Por contra, se dedicó a recorrer todas las estancias, usando la lanza para apartar cualquier resto, en busca de serpientes o roedores. Especial cuidado puso a las partes inferiores de las paredes, en busca de bocas de madrigueras. Repitió la operación en lo que parecía un almacén, y en los establos.

Ya tranquilo, por su inspección y por la del resto de compañeros, se dedicó a despejar lo mejor posible las estancias; empezando por la que era la casa principal, y después el resto. Había que tenerlo todo preparado, para el momento en que pudiera aparecer el resto de la Compañia.

No obstante, mientras lo hacía, y reunía los palos que encontraba en un montón ante la casa principal, para su posterior uso como leña... miraba nervioso al sótano. No revisarlo, era como tener una flecha apuntándote a la nuca. Le pareció oir a Dolor pedir permiso para bajar a echar un vistazo... Dado que ha traído un par de antorchas, se ofrece voluntario para bajar con él

-¡Cabo Barril! Permiso para bajar al sótano. He traído dos antorchas.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Esta granja abandonada es exactamente lo que uno esperaría: Deterioro, suciedad y cosas viejas desperdigadas por ahí, entre las que se debe buscar algo útil entre basura de muchos tipos. Pero, más allá de cualquier queja que yo pueda tener, es lo más parecido a una guarida que tenemos ahora y que quizás en cuanto tiempo seamos capaces de conseguir.

"Por lo menos es una mejora en comparación con las ruinas de aquel templo."

Así que me dedico con el resto del grupo a limpiar un poco el lugar, reunir las cosas que pueden servir y estar seguros de que el lugar no alberga peligros.

Luego aparece el Cabo Barril con agua y otros cargando varias cosas que nos pueden servir para comer y asegurar una supervivencia. Son cosas mundanas pero que son relevantes para alimentar y tener bien a todos los miembros de la Compañía, que somos varios aunque no tantos como en antaño. 

La granja parece buena para albergarnos, por lo menos en condiciones mínimas para no morir de frío, pero aún faltan cosas por asegurar, como ese sótano oscuro, que no nos permitirá descansar hasta que haya sido explorado.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Con la ayuda del fortachón de su sobrino, Cabo Barril acabó de instalar en la cocina del caserón principal el pesado barril lleno de agua y los enseres de hierro que habían recogido en la herrería, además del preciado saco de harina. Desde luego él no se acordaba de cómo hacer pan, pero puede que alguno de los soldados presentes sí recordaran esas habilidades.

Analista parecía que aún seguía dándole vueltas a las preguntas que Barril le había lanzado mientras se encontraban en el pueblo, puede que el joven Oscuro estuviera poniendo en orden sus ideas.

— ¡Matador y Rastrojo, informad! — Tras escuchar la disposición de la granja, Barril gruñó satisfecho. Era un buen lugar para pasar la noche, incluso si el resto de los compañeros alcanzaran la población antes de que cayera la noche. El orondo Cabo no tenía claro que Desastre hubiera llegado, que hubiera transmitido el mensaje adecuadamente, y que el Capitán hubiera ordenado moverse a todos. El tiempo del que disponían no era mucho, y si habían salido estaban realmente apurando los minutos de luz.

Mientras acababa de organizar las cosas en la cocina, echó un vistazo a los barriles vacíos que allí se encontraban; olió su interior tratando de captar algún rastro de su antiguo contenido. Luego escuchó la petición de Cielo para explorar el sótano y asintió al voluntarioso Infante.

— Sí, Cielo, Dolor y tú echad un vistazo a ese sótano. Pero que Rastrojo vaya con vosotros; si es necesario alumbrar el sótano sin fuego es la mejor opción. No queremos un incendio, así que mientras Rastrojo puede dar luz, nada de antorchas encendidas si no es necesario. Acompáñalos Keropis, uno más como refuerzo nunca está de más. —

Miró de reojo al concentrado Analista. Si en el papel de la puerta ponía algo como "Cuidado, demonios en el sótano" era un buen momento para pronunciarse al respecto.

— Frontera, quiero el camino por el que vinimos vigilado. Si el resto de la Compañía viene por ahí habrá que indicarles rápidamente dónde tienen que dirigirse. Uro y Ballestero, quedaos con Frontera. Campaña, Lagrimita, y Matador, conseguid algo para hacer un buen fuego en esa chimenea, pero dentro del recinto de la granja. Palos de la cerca estarán bien. —

Cabo Barril se queda observando cerca del acceso al sótano, situado en una posición desde la que pueda ver el camino por el que vinieron al pueblo de Verdín. Así podía tener controlados a los que bajaban al sótano y a los que buscaban combustible al menos. Por puro reflejo empuñó su maza pesada y su escudo.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Ballestero respondió a la mirada matadora de Matador con otra sombría e indiferente. Al menos eso parecía. En realidad, estaba pensando algo así como: ──¿y a este, qué le pasa?──, más o menos sorprendido. Lo que ocurre, es que era un tipo inexpresivo.

Desenvainó la espada, dado que estaba medio ciego, y no tenía ganas de atravesar a un compañero con un virote, en un arranque, gracias. Y guardó la ballesta a la espalda tras desencordarla con todo el cuidado.

Dentro estaban todos abarrotados, demasiado juntos como para que se sintiera cómodo, así que agradeció la tarea mandada por Barril. ──Señor──, dijo, y salió junto a Frontera y Uro.

Una vez ahí dijo: ──me ocultaré para hacer guardia. No estoy bien para ver. Intervendré si vienen problemas.

Buscó un sitio interesante, pero dentro del recinto.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Rastrojo se llevó la mano al corazón cuando el Cabo Barril le pegó un grito.

¿Ya? ¿Tan pronto? Si ni siquiera tuve tiempo de inspeccionar la casa por dentro...

Pero sí había visto el interior desde la ventana, mientras medía la longitud de los edificios dando zancadas. Gracias a los espíritus, había un horno de leña en el interior. Eso significaba que sí podrían hacer pan con la harina, después de todo.

El mestizo correteó hasta el Cabo Barril y se cuadró.

Cabo Barril... La fina exterior mide más de noventa pasos-ya se perdía con números tan altos-. La casa mide siete pasos de largo por cinco de ancho, y en ella no caben más de quince personas en su planta baja. El granero mide cinco pasos de largo por cuatro de ancho, suficiente para diez personas. Los establos miden veinticuatro pasos de largo y dos de ancho, con un tejado suficiente para dejar el carro de Khadesa y con capacidad para doce monturas, cuando solo tenemos siete. Dos corrales vacíos, uno de un paso por dos pasos y el otro de dos pasos por dos pasos.

Era una pena que el establo tuviera todos los cajones alineados. Si estuvieran en frente unos de otros, con un pasillo en medio, podrían aprovechar esa área también para ocupar con Hermanos Juramentados, pero es lo que había.

Quince en la casa, diez en el granero, dos en el carro...-Ponzoña y Khadesa, ahí, dándole que te pego y condenando sus espíritus al infierno-. Los establos tienen espacio para los siete soldados que faltan y más teniendo en cuenta guardias de dos en dos.

Hay un saco en el granero. Si es grano para el ganado, bien podríamos comerlo, pero es más difícil de digerir y terminaríamos estreñidos. Mejor dárselo a los caballos.

No es necesario cavar letrinas-cosa de la que Rastrojo se alegraba-, pues podemos usar los pozos secos de la finca.

Hay horno para hacer pan de ácimo con la harina y el agua, pero no es recomendable encenderlo durante el día. Durante la noche el humo se confundirá con la oscuridad y no se podrá distinguir que sale humo de la vieja granja desde la lejanía. Lo digo por si al final seguimos con eso de no meter en líos a los lugareños, que supongo que si el Capitán llega y decide otra cosa, haremos pillaje, ¿no? Ya daría igual, porque nos quedaríamos en las casas buenas del pueblo. Bueno, sigo...

Cosas aprovechables que podríamos llevarnos y utilizar. Hay paja seca en el granero que podríamos usar para quemar en el horno. Eso evitaría quitar madera y alterar el exterior de la granja, haciendo que parezca tal cual la encontramos cuando nos vayamos. La paja también serviría para alimentar a las monturas, si es que al final nos vamos a comer nosotros el saco de grano. Hay dos barriles vacíos que sí podríamos llevarnos porque están guardados en la casa.

Por último, la casa cuenta con contraventanas. La puerta...-trató de cubrir a Uro-La puerta estaba así cuando llegué.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Mientras colocaba lo que habían acarreado, Cabo Barril escuchó el completo informe de Rastrojo. Casi le daba pena mandarle sótano abajo con su luz mágica. Casi.

— Bien visto Rastrojo. Parece un buen sitio capaz de albergar a toda la Compañía cuando nos reunamos. Y eso que aún no hemos explorado el sótano, que promete todavía algo más de sitio y refugio. Usa esa luz tuya y baja con tus compañeros a echar un vistazo. —

Mientras los designados para explorar el sótano se preparaban, Cabo Barril se quedó en las proximidades de la entrada del mismo, tanto como lo estaba la ventana más cercana desde la que podía atisbar el camino por el que habían venido. Miraba el exterior de la granja, donde algunos soldados buscaban leña y otros vigilaban los alrededores. Las sombras se hacían cada vez más largas cuando le pareció escuchar un sonido familiar.

— ¡Atentos los de fuera, he oído un caballo! — Trató de forzar la vista, tras lo que distinguió una silueta familiar; no obstante sólo agarró con más fuerza su maza, ya que ese truco ya había sido usado con los anteriores exploradores. Pero no, al momento siguiente pudo ver algo que le confirmó que tenían visita.

— Frontera y Uro, encended una antorcha. El resto de la Duodécima se aproxima por el camino. Hacedles señas para que se acerquen. —

Si la vista no le había engañado, volvían estar juntos de nuevo. Esta vez parecía que en un terreno menos hostil, donde presumiblemente debido a la cercanía de suministros y refugio la Compañía podría recuperarse de su penoso estado actual.

— Analista, creo que tenemos al resto a en el camino. Será mejor que vengan hacia aquí y no traten de entrar en Verdín. —

Después del las negociaciones de Analista el que una tropa de hombres y mujeres entraran a buen paso por las puertas del pueblo no daría una buena imagen de la Compañía.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Lengua Negra leyó en voz alta lo que decía el papel de la puerta. 

Ernestol el Maldito.

En el Campo del Carnero

En el pueblo de la rueda

De no sé qué Pío Penitente

Decíase que nació una vez

Un mozo, un hombretón,

Origen de mucho pasmo y miedo

Pues era hombre malformado

Más en espíritu que en cuerpo

Ignorante del campo y las

Buenas artes de la granja y

El cultivo. Era sin embargo ducho

En todo lo desagradable y raro

Decíase que era brujo y que al Hombre

Negro vendiera su perdida alma

Brujerías hacía pocas, pero maldades

Demasiadas, incluso sacrificios.

Se volvió bandido, ladrón, violador

Mas encima asesino y profanador

Ernestol decían era su nombre,

Monstruo más que hombre.

Grande como el miedo que inspiraba

Portaba un hacha que nadie más

Usar podía, pues de púas el mango

Lleno tenía. Horadada la mano de púa

En herida que nunca curara tenía.

Asesino y engendro, motivo de miedo

El terror del Campo del Carnero

Muchas veces quisieron matarlo

Colgáronlo en la horca, y el verdugo

Lo mató no una vez, sino varias.

Acuchillado, despiezado, o quemado

Mas él siempre volvía, incluso de cenizas.

Con un mismo semblante u otro distinto.

Un perturbado o muchos, eso saberse

Nunca se supo. Más el miedo perdura

Por siempre en el pueblo del Pío Penitente

Del pueblo de la rueda, allí en el

Campo del Carnero, en Nidal.

-Parece tratarse de algún tipo de leyenda o cuento popular. Si cuenta o no con una base, es algo que ignoro. De igual forma, desconozco la razón por la cual este papel estaba aquí. Dispuestos a teorizar, esta granja abandonada podría haber pertenecido a ese tal Ernestol. Cuánto de verdad o de fantasía hay en el texto... Mañana preguntaré ala mujer del alcalde -dijo Analista. Luego se volvió específicamente hacia Barril-. Cabo, me preguntabas por los bandidos. Se hacen llamar Capas Rojas o al menos es como se les conoce. Su historia es un tanto peculiar y bastante dramática. Por lo que me dijeron nuestros anfitriones, todo se remonta a hace unos diez años y a un lugar llamado Rocasone. Era un pueblo de leñadores, ya metido en el propio Bosque Sombrío. Llegó una época en que el pueblo fue golpeado por una serie de maldiciones y plagas que finalmente acabaron con toda la población, excepto los niños. Y aunque nadie sabe qué ocurrió realmente, creen que la maldición la causó un aventurero que provocó a las hadas del bosque -Lengua Negra se encogió de hombros. Para ellos, solo eran seres mitológicos que habitaban en cuentos, pero allí parecían creer en su existencia-. Las mujeres de Verdín quisieron acoger a niños en el pueblo, pero los críos tenían mal carácter y al llegar un duro invierno, el clérigo insistió en que fueran abandonados en el bosque para que volvieran a las ruinas de su pueblo, Rocasone. Eran años de escasez, por lo que algunos en el pueblo aceptaron de buen grado la dura medida. Otras personas se apiadaron de los niños y durante años les dejaron regularmente comida cerca de la linde del bosque y los niños la recogían. Hace dos años las mujeres del pueblo quisieron hacerles un regalo a los niños que en ese momento eran más bien adolescentes asalvajados y les confeccionaron unas capas de lana roja. Y repitiendo lo que me dijo Fringilda, la mujer del alcalde, aquello resultó ser un error. Así pues, son blancos Cabo. Y carezco de más datos. De vez en cuando, hacen una pequeña incursión en el pueblo y roban algo pero, por lo visto, se están viniendo arriba. Mataron a un buhonero y violaron a la muchacha, aunque, sobre esto último pesan ciertas sospechas que aún no puedo desvelar y que no aportan nada. De momento. 

Tomó aire, la garganta reseca y con el picor de la tos amenazando. 

-Ridwan es un lugar. Y entiendo que sede del culto y digamos que el centro capital de esta región. Cada mes, a finales, vienen a reclamar su tributo. No se andan con tonterías y son rápidos con el castigo. El alcalde y su mujer se saben ya castigados por el mero hecho de hablar con nosotros y ayudarnos. El alcalde me mostró su espalda. Nunca he visto nada igual -su aspecto grave no alcanzaba a revelar los costurones y marcas del látigo-. Este es el país de Nidal, un país dedicado por completo a servir al Señor de la Medianoche. Cualquier pensamiento contrario a esto no es sólo traición. Es herejía y es impensable. Toda fuerza no alineada es una fuerza que no sirve a Zon-Kuthon y que por tanto, es enemiga de todo Nidal y debe ser exterminada. Y esa fuerza no alineada, Cabo Barril, somos nosotros en este momento aunque no tengan conocimiento de nuestra existencia. Y pese a todo, nos han ayudado -había un deje de admiración por el valor enterrado bajo gruesas capas de miedo de esas gentes-. Ignoro cuánto pagan ni su poder militar. Mi entrevista no dio para tanto. Me habías dado poco tiempo, ¿recuerdas? -añadió con una sonrisa cínica-. Respecto al clérigo, murió en uno de esos sacrificios de sangre. No logró sanar. Así que solicitaron uno nuevo a Ridwan pero nunca mandaron un reemplazo. Y en ese tiempo, la Iglesia ha ido deteriorándose, otra razón más para temer el castigo de Ridwan. Diría que esperan una purga. Quizá hasta crean que podrían matarlos a todos y recolonizar la zona con nuevas gentes. Pero esto es una suposición mía. No sé cuánto tiempo tenemos hasta fin de mes de acuerdo con el calendario local, pero más nos vale estar preparados para entonces y decidir si nos merece la pena interferir en la política local, con todo lo que ello pueda implicar. Nos esperan tiempos interesantes. Y difíciles. 

Se pasó ambas manos por la cara. Estaba cansado, pero aún habían cosas que decir. Debería repetirlas tarde o temprano ante el Capitán, pero aquella conversación le servía para hacerse un resumen mental de lo más importante. Justo entonces, llegó la advertencia del Cabo acerca de la proximidad del resto de la Compañía.

-Barril -dijo hablando ya con el oscuro y no con el mando-, vayamos hacia ellos. Siento que el frío vuelve a morder mi cuerpo. 

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Agh... Al sótano. Al puto sótano. Qué infravalorado estoy en esta Compañía...

Rastrojo agitó su bastón en el aire mientras repetía su cantinela.

En la noche más oscura
no escapará a mi vista
que la vida sea tan dura
para la luz de este artista.

El bastón se iluminó, pero aún podía hacer más. Tal vez una bendición chamánica. Daba por perdidos a Cielo y a Dolor, que Rastrojo empezaba a tener cruzados. Y en cuanto a Keropis, el extraño Keropis, tenía una extraña sintonía con estas cosas, así que tampoco necesitaba protección mágica.

En el sótano más tenebroso
no se escapará de mi cabeza
la posibilidad de tener reposo
y salir de allí de una pieza.

El mayor poder de la magia es el de la sugestión, el de tener un placebo al que agarrarte para creer que nada malo pasó. Bajó los escalones con la seguridad que le transmitía ser el mes del Rastrojo Valiente, en un nuevo calendario que aún no había tenido tiempo de propagar entre los K'Hlata, pero que ya tomaba forma en su cabeza. Lo allí visto, lo allí contemplado, no podía describirse con palabras... Bueno, Rastrojo lo intentó. Se quedó cerca de las escaleras para gritar hacia la planta baja.

¡Cabo Barril! ¡Hay espacio para diez personas más! ¡Aquí hay una especie de carpintería! ¡O sala de tortura! ¡Todo está oxidado y no se puede usar ya! ¡Hay grilletes! ¡Y sangre reseca en las paredes! ¡Un pozo tiene un túnel! ¡Puede ser una salida de emergencia que salga a campo abierto! ¡O puede ser una catacumba o una madriguera de alimañas!

Inenarrable los cojones. No hay desafío que un chamán no pueda afrontar. Siguió gritando.

¡No sabemos cómo de grande puede ser, Cabo! ¡El pozo es circular, no puedo medir el ancho y el largo con pasos! ¡Pero creo que la mesa de las herramientas podría ser suficiente para tapar el pozo del túnel! ¡Solo habría que ponerle cosas pesadas encima para evitar que nada salga! ¡¿Cabo?! ¡¿Cabo, sigue ahí arriba?!

Rastrojo no sabía si el Cabo ya se había ido o seguía en la planta baja.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

— Joder con el papelito de los huevos... —

El que alguien se hubiera molestado en escribir algo tan largo y retorcido para clavarlo en una puerta bien hablaba de una firme creencia, fuera esta verdadera o falsa. Las palabras con las que continuó Analista dejaron a Cabo Barril algo frío. ¿Unos niñatos con capas de lana roja estaban dando problemas a hombres hechos y derechos? Su olfato le decía que había algo más detrás de ese asunto. Y el triángulo del buhonero muerto, la chica violada, y los Capas Rojas podía dar muchas vueltas. Puede que el buhonero sorprendiera a los mozalbetes en pleno ataque y le costara la vida el defender el honor de la joven, o puede (conociendo a los buhoneros, Barril se decantaba por esto último) que fuera él el violador y los jóvenes trataran de ayudar a alguien de su misma edad, matando al comerciante en el proceso. O puede que en realidad los jóvenes fueran unos seres-hada de esos que dicen las leyendas que te dejan esos malditos engendros cuando roban los niños humanos de la cuna. Si se llegaba a saber, estaba por ver.

El asunto de la (ahora sí) ciudad de Ridwan, el país de Nidal, y del férreo yugo que mantenían sobre su área de influencia eran asunto para otro debate. Habían salido de una cuasi teocracia (la del Señor del Dolor) para caer en otra parecida por lo que parecía, esta vez encabezada por el tal Señor de la Medianoche (¿sería realmente el tal Zon-Putón?). Desde luego los tipos que venían a por los impuestos no se caracterizaban por su amabilidad, pero Barril tenía poco que decir a eso: Si no manejabas a la población de a pie con puño de hierro, las cosas acababan por desmandarse. Ese tipo de decisiones estaban supeditadas a Capitán, así que Barril tampoco le dio muchas vueltas. Le bastaba con saber que había hombres armados que asomarían la nariz tarde o temprano por allí; lo siguiente sería saber las órdenes para cómo tratar con ellos. Luego cayó en algo que no estaba muy claro.

— Hablas más despacio de lo que recordaba, Analista. — Podía haber cierto tono de tinte socarrón en la voz de Barril, pero el casco enmascaraba lo suficiente cualquier conato de ironía, de haberlo. — Errrr, cuando dices que la Iglesia se ha ido deteriorando, ¿te refieres al lugar de donde venimos u otro dentro del pueblo? La Iglesia que hemos dejado atrás parecía abandonada y conquistada por la naturaleza durante décadas, y el asunto del clérigo parece más reciente, ¿no? En todo caso te acompaño a recibir al resto, vam… —

En ese momento llegaron las palabras de Rastrojo sobre el estado del sótano. Bueno, no todo iba a salir bien.

— Sí Rastrojo, aquí estoy. Daos media vuelta y no bajéis ahí abajo. Montad guardia en el acceso al sótano y que nadie baje. El Capitán decidirá qué se hace al respecto, aunque le comentaré tus sugerencias, Rastrojo. Salimos fuera Analista y yo, vigilad bien. —

Tras eso, Barril hace un gesto a Analista para que le preceda en el camino al exterior del edificio. Era el momento de recibir al resto de la Duodécima.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

-Por lo que he deducido, sí, creo que es esa misma Iglesia. En cuanto a su estado de abandono, el tiempo aquí parece  marcado por energías que no alcanzo a comprender -dijo. Y era cierto. Sabía que había magia, pero su influjo en la materia no era algo cuantificable para su analítica y lógica mente y ahora estaban en otro... No lo pensó siquiera, reprimiendo aquel pensamiento como si alguien pudiera llegar a leer su mente y saber la verdad-. ¿Cuándo has visto un cadáver que estando a la intemperie no se haya descompuesto completamente? Hay poderosas fuerzas aquí. El templo está dedicado al Señor de la Medianoche. Pero tiene enemigos. Al menos uno, el que trata de devorar su templo. Y eso puede que hasta nos beneficie, ¿no crees? Cuestión de alianzas. 

Echó a caminar a su lado. 

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Respetuoso, dejó que Rastrojo, portador de la luz, fuese el primero en bajar al sótano. Por una parte, le hubiese gustado poder llevar una de sus antorchas, que para estas cosas estaban, pero también era cierto, que en primera instancia, tenían que asegurarse de que no hubiese ninguna amenaza allí abajo, y para eso, era mejor tener las dos manos libres. De modo, que siguió al chamán en su descenso, procurando quedarse cerca de él y de su fuente de luz.

No fueron mucho más allá, pues cuando Rastrojo informó, a voz en grito, al Cabo Barril, recibieron orden de retirarse y bloquear el acceso al lugar..., pero lo que pudo ver no le gustó nada; le hizo fruncir el ceño. Manchas de sangre, grilletes y la maldita mesa, y a saber que otros objetos de tortura podría haber allí... no le gustaba, le daba mal yuyu estar en un lugar en que el dolor había reinado en algún momento... El dolor y la desesperación. no obstante, lo que más le preocupaba, era el pozo... A fuerza de recorrer lugares... digamos... tangencialmente parecidos, tenía motivos para recelar, y así se lo hizo saber a Rastrojo, pues el Cabo le había dado la responsabilidad de guiarles, y era menester, pues, hablarlo con él.

-Rastrojo... El pasadizo del pozo... Cuando lo ví, al principio pensé que podría ser para retener gente dentro de él, o como lugar de castigo, pero el pasadizo me hace pensar en otras cosas... Como que fuese la madriguera de algo que querían reterner allí abajo. ¿Opinas algo parecido?

Se lo dijo mientras salían de ese lugar bajo tierra, vigilando siempre lo que pudiese quedar tras ellos, oculto en las sombras.

Definitivamente, le daba mal pálpito... Aunque... bueno, quizá fuese alguna corriente de aire proveniente del túnel del pozo, que buscase la salida precisamente por donde salían ellos, y le produjese escalofríos... Eso era la explicación lógica. La otra, no le gustaba.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Ballestero escuchaba lo que se decía dentro ──más o menos── como algo secundario aunque importante. En el estado de tensión en el que se encontraba (asediado por posibles maleficios, en un lugar extraño, puede que rodeado de enemigos) prefirió poner su concentración en ocultarse en las nacientes sombras de la noche y esperar a que lo que se suponía que eran sus hermanos llegara a la casa. Sin revelar su posición. Se fijó, sobre todo, en si escuchaba sonidos que no pudiera relacionar con los de sus camaradas, algo que les acechara.

SEGUNDO DÍA DE LA RUPTURA DE LA ROCA.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DEL LEÓN (MITAD DE LA PRIMAVERA, MES CINCO).

DÍA: DIECISÉIS DEL MES.

MEDIA HORA PARA EL OCASO.  - CIELO OSCURO.

Se apresuró en subir las escaleras.

Venga para abajo... Venga para arriba... ¡A ver si se aclaran de una vez!

A pesar de todo, agradecía volver arriba. Era el mes del Rastrojo Valiente, pero no era el mes del Rastrojo Estúpido. Serpiente diría que todos los meses son los del Rastrojo Estúpido, pero en la planta baja se sentía menos perturbado y más seguro.

Cielo, el peor enemigo de un soldado es la imaginación. No pienses más en ello. Peeeeeroooo...-siempre todo lo que viene detrás de un pero es falso.

Bajó la voz para tratar el tema con más discreción.

He escuchado historias a lo largo de mi joven vida sobre pozos de ese estilo. Algunos Esclavistas de la Linde tenían este tipo de construcciones para la mercancía en mal estado. Y con mercancía en mal estado me refiero a esclavos que intentaron escapar y se rompieron algún tobillo en el proceso. En los pozos tenían leones que devoraban a los fugitivos. Si los espíritus cuidan de nosotros, lo que había en el pozo de esta granja era un león, muerto ya mil veces de hambre y que hoy no supone una amenaza. Pero si el destino está en nuestra contra... Si el destino está en nuestra contra, pueden haber allí enanos muertos como los que vimos al venir. Enanos muertos que no necesitan alimentarse a pesar del paso del tiempo. Enanos muertos que siguen moviéndose en su agujero, y que todos los días, al caer la noche, trepan por el pozo y salen mostrando sus dientes amarillos afiladoooos...

Aprovechando que ya había obtenido la atención de su interlocutor, Rastrojo pasó la mano por debajo de la cintura, fuera del ángulo de visión de Cielo. Tocó el muslo de Cielo como si fuese una mano pequeñita la que lo hiciese. Una mano de enano muerto viviente.

¡Yap!-intentó asustar a Cielo-Hohohoho... Tranquilo, hombre. Si te da mal yuyu el pozo, ofrécete al Cabo Barril para dormir en el granero o los establos.