Un nuevo día comenzaba para Ashley Hill, quien se había ido a dormir junto con su doble, pero para su sorpresa quien tenía al lado era una persona completamente distinta, mucho más mayor, un poco maloliente y peludo.
Después de todo, irse a dormir a una cama que no era la suya podía desencadenar despertarse con otras personas, tal y como cabía esperar.
De momento parecía que aquél tipo estaba profundamente dormido, por lo que recaía en Ashley decidir que hacer.
En retrospectiva, sí, cabría esperar que algo así ocurriera. Ni a Ashley ni a este humilde narrador se le ocurrió ello, no obstante. Podía ser desagradable despertar así, pero cuanto más supiera de los viajes multiversales estos mejor, ¿no? No estaba muy segura de ello, se sentía bastante impotente. El hermoso último mensaje que recibió del móvil parecía una especie de despedida de Vincent Banes a alguien. ¿Quizá a otra Ashley? Ashley no entendía mucho del mensaje (ya que el súper bonito mensaje estaba dirigido a cierto narrador que podría llamarse Anthur) pero por lo menos podía sacar que Banes estaba trabajando en tratar de solucionar esto.
Así que... ¿tal vez lo único que podía hacer, era esperar? ¿Intentar sobrevivir? ¿Intentar permanecer en su linea temporal? Al día siguiente, volvería otra vez ¿no? Siempre había sido así... ¡Oh! Y también estaba esa extraña visión que tuvo... ¿era algo así como el final del todo, cuando Banes arreglase las cosas? Aunque también podría ser una especie de orígen de todo o algo así... ¿Y esa Ashley, era ella, o era otra? No tenía ni idea...
En cualquier caso, lo mejor sería irse lo más silenciosamente posible, tratando de no despertar a ese señor.
Se vio andando sin rumbo hasta pararse frente a la universidad. ¿Sería alumna allí? Su móvil ya no funcionaba, eso hacía las cosas difíciles... ¿Estaría Kyle Wood vivo? ¿Conocería a Ashley Hill? ¿O tal vez Ashley no era alumna de filología en este mundo? Quizá debió quedarse en casa, papá parecía ser la única constante y ahora estaba perdida y sin brújula...
Voy a la entrada de la uni, a ver si veo entrar a los alumnos, a ver si veo a Kyle Wood. Solo observar, no interactuar porque está claro que no me va a recordar.
Ashley logró salir de allí sin ningún problema, parecía que aquél tipo estaba profundamente dormido. Por otra parte ¿su otra yo habría tenido tanta suerte? Fuera como fuera, ese no era el actual problema, sino encontrar dónde demonios estaba ahora, entender por qué su móvil no funcionaba y sobre todo, saber si corría algún peligro.
Mientras pensaba todo aquello, caminando sin rumbo fijo, llegó a parar enfrente de su universidad. Llena de curiosidad, se adentró y pudo ver a todos, a Kyle Wood, al profesor Preston. Todos parecían estar bien y sanos, aunque ninguno se acercó a ella.
El timbre sonó, las clases empezaban ¿que haría ahora Ashley?
Era un auténtico alivio ver a Kyle Wood vivo. Sabía que era de otra dimensión, que el suyo estaba irrevocablemente muerto, pero había sido todo tan irreal, que su subconsciente de algún modo no lo entendía del todo. Verle vivo le dio algo de paz a su corazón.
Y ahora... ¿qué? No es como si pudiera realmente hacer nada. Vincent Banes estaba trabajando para resolver el problema, en alguna otra dimensión. ¿Qué podía hacer? ¿Ir a casa? ¿Y si ya no había casa? ¿Y si en esta dimensión papá no existía? Pero tampoco es que tuviera a dónde ir...
Decidió ir a casa. Bueno, más que decidir, sus pies se arrastraban sólos hacia allá, casi sin rumbo.
Ashley caminó lentamente, hacia su casa, ciertamente abatida por que no la hubieran reconocido en su facultad. ¿Quizá la Ashley de este mundo no estudió filología? O nada, en realidad y se puso a trabajar en aquél restaurante de mala muerte.
¡Pero ese segundo significaba que seguía con Dylan! Dios no quisiera que se cruzasen de nuevo, bastante lo había visto ya en aquél juicio, el cabronazo se había cargado a su futuro novio! Porque iban a acabar de novios ¿verdad? Incluso se besaron y todo, eso tenía que significar que sí.
Pero al llegar a la puerta, se cruzó con un chico que no había visto en su vida. Parecía salir relativamente alegrado del lugar, pero al ver a Ashley, se quedó completamente quieto en el sitio, su expresión se tornó de terror absoluto y su piel se tornó más pálida.
¡Uy! ¿Quién era ese? Y más importante... ¿por qué esa expresión de absoluto terror en el rostro? Ashley quedó un poco intimidada pero le saludó y preguntó. "Bu-buenos días... ¿y esa cara tan pálida? Ni que hubieras visto a un fantasma... ¡ja ja!"
En retrospectiva, quizá no fuera la mejor forma de reaccionar. Porque el vivir tan desconectada de la realidad, despertando cada día en un mundo distinto... ¿no la hacía eso una fantasma? Una alma en pena dirían algunos, pero ella no podía dejarse llevar por la pena o el miedo. Y desde luego, eran sentimientos que la acechaban. Muchas preguntas, muchos ¿y si? Por ejemplo ¿y si se había asustado ese tipo porque ya había pasado por aquí la Ashley malvada? ¿Y si se había puesto pálido porque en este mundo Ashley había muerto? ¿Y si, y si? ¡Ay! Como empezara a darle vueltas a la cabeza, no terminaba...
El chico puso una mano sobre la cara de Ashley y pellizcó una de sus mejillas levemente. - No, no parece un sueño. - dijo bastante convencido, a pesar de que quien debía ser pellizcado era él para despertarse... Pero bueno, parece que a él le servía. - Y si no eres un fantasma... ¿Qué eres? - preguntó curioso.
Te he visto ya un par de veces rondando por ahí, pero pensaba que era una ilusión o simplemente una alucinación por mi parte. - negó con la cabeza. - Pero no, eres real. - suspiró y se puso un poco más serio. - ¿Quién eres? ¿Una bromista o algo así? No está bien rondar la casa de un padre que perdió a su hija hace no mucho, tampoco a su recién adoptado hijo. Es de muy mal gusto. - admitió, sin salir de su asombro y gracias a ello, no mostrar demasiado enfado.
"¡Ay!" el chico tan tranquilamente le pellizcó una mejilla. ¡Pero bueno! ¡Además, si fuera un sueño al que tenía que pellizcar era él, no a ella! ¿Y cómo que le había visto un par de veces rondando por ahi? ¡Pero si acababa de llegar! A no ser... ¿que otras Ashley hubieran estado en este mundo? Eso que contaba de que papá había perdido a su hija en este mundo... ¿qué debería hacer? ¿Debería saludarle o mejor sería dejarlo estar? El chico era algo así como... ¿su hermano adoptivo? Eso era súper agradable, siempre quiso tener un hermano, aunque claro, para papá habría sido muy, muy duro...
"Una fantasma... sí, supongo que soy algo así. Me llamo Ashley Hill. Y no, no estoy de broma ninguna." negó con la cabeza con seriedad. "Y esa de ahi es... bueno, era mi casa. ¿Tienes un momento? Te lo contaré todo, aunque no me creerás. ¿Podemos bajar al parque de enfrente y sentarnos en uno de los bancos? No quiero nada, os dejaré en paz si es lo que quieres, tan sólo por favor escúchame lo que tenga que decir, por entero, y ya luego me llamas loca y te vas..."
Si la seguía, allí en el banco le contaría todo. Empezaría primero por lo más creíble: su propia identidad. Le hablaría primero de papá, de cómo era, de sus rutinas mañaneras, de la vida por la que pasó con el accidente y la pérdida de su hermano. Le hablaría de su cojera, y cómo a pesar de ésta nunca se rendiría. Le hablaría de su trabajo, y de sus hobbies favoritos. Y luego pasaría a hablar de ella misma, de cómo quería haber sido filóloga, y ahora si, empezaría con las cosas no tan fácilmente creíbles. Como que venía de otra realidad, una en la que no estaba muerta, y él no estaba adoptado. Que estaba atrapada en saltos dimensionales, que no sabía cómo arreglarlo y que ya no tenía nada que hacer, nada por lo que vivir.
"Mañana seguramente ya no estaré por aquí. Si ves siquiera a otra Ashley, probablemente no sea yo. ¡A no ser que te diga la frase en clave: 'Doctor Extraño, ¿es usted?!' Ja ja ja... ay... No importa. Sé que no vas a creerme. Al menos, te agradezco que me hayas escuchado hasta el final. Sólo te cuento todo esto para advertirte, hay más Ashleys saltando por ahí de mundo en mundo como yo. Las hay buenas pero también malvadas. Protege a papá ¿vale? Y no seas malo con las Ashleys que veas, al menos, no con las buenas."
Decidió alejarse de la casa junto con ella, seguramente para alejarla de George, se sentó a su lado y asintió a cada palabra que escuchaba, con los ojos cerrados intentando procesarlo. Cuando terminó, finalmente los abrió y la miró. - Por raro y extraño que parezca, ningún imitador o imitadora sería capaz de replicar tanto a Ashley, por lo que por estúpida y loca que suene tu teoría, me la voy a creer, porque las otras opciones son que me estoy volviendo loco o que eres un ser capaz de copiar con exactitud a otras personas.
Sacó un pequeño cuadernillo de notas y empezó a anotar algunas cosas. - ¿Y cómo voy a diferenciar las Ashleys que son buenas de las malas? La mayoría de las que he visto, fue por un instante y la mayoría estaban llorando, de hecho eres la primera que me habla y parece no estar al borde del suicidio. - suspiró. - Lo cual es un alivio, no veas el miedo que había pasado hasta ahora viendo a una muerta correteando por todas partes...
Se dio cuenta de que aquello seguramente fuera muy insensible, hizo una pequeña mueca y miró al suelo. - Acompáñame tú ahora. - guardó la libreta en el bolsillo interior de su chaqueta y empezó a caminar. No parecía buena idea quedarse allí, menos aún sin saber que quería contarle y sobre todo, que había pasado con la Ashley original de aquél mundo, por lo que Ashley le siguió.
Caminando, ambos llegaron al cementerio y pararon frente a una pequeña tumba.
Aquél chico puso una cara bastante apenada. - Nunca llegué a conocerte. - le dijo, sin apartar la vista de la tumba. - No sé si en tu mundo papá tuvo un accidente hace no mucho. Bueno... Ese día ella iba con él en el coche y se clavó la lente de su cámara en un ojo, lo cual ocasionó que para cuando llegaron los médicos... - suspiró nuevamente, no quería decirlo.
George estaba destrozado, pero ya había perdido demasiada gente como para echarse a llorar. También sabía que era demasiado mayor para empezar de cero. - se giró y entonces miró directamente a Ashley. - Ahí es donde entré yo, me sacó de aquél centro de adopción, para sorpresa de todos. Los huérfanos como yo, tan grandes, no solemos ser adoptados. - le tendió la mano. - Jake Hill, futuro criminólogo, encantado Ashley.
Sorprendentemente, la escuchó. De principio a fin. Y la creyó. Verdaderamente, aunque fuera adoptado, este chico era un Hill.
"Ojalá pudiera decírtelo. Decirte cómo distinguir a una Ashley buena de una mala. Pero ni yo misma lo sé. Es una lotería, cada día despierto en una dimensión distinta, es exactamente como en la película. Y-y hay un libro, igual también que en la película. Y una especie de mago... Vincent Banes, un tipo trajeado. Aparentemente está trabajando en arreglar todo este embrollo pero hasta que no lo haga, voy a seguir así, creo, saltando de un sitio a otro..."
Le dijo que las otras Ashley que había visto estaban llorando... y al borde del suicidio... Y la llevó delante de su propia tumba. ...Joder. Aquello era bastante duro. Ella misma tenía ganas de llorar, había perdido su realidad y también a Kyle Wood. Entendía perfectamente a esas Ashleys, porque sí, se sentía también al borde del suicidio. Pero afortunadamente, también tenía esperanza. Esperanza de que Banes encontrase una manera de solucionar todo esto. Hasta entonces, no le cabría otra que tratar de sobrevivir.
"La vida no se ha hecho para comprenderla sino para vivirla..." leyó el epitafio en voz alta, tratando de memorizarlo. Estrechó la mano de Jake Hill. "Encantada, hermanito. Eres un buen tipo, Jake." sonrió algo triste, pero con sinceridad. "Papá ha hecho de la tragedia algo bueno, él siempre sabe encontrar luz y esperanza en la oscuridad. Sé que te da un poco igual porque es otro tú, pero... ver lo buena persona que eres me da determinación. ¿De qué orfanato te adoptó? Si vuelvo a mi realidad algún día, y de manera permanente, investigaré sobre ti y con suerte no serás una versión malvada. Si es así, intentaré que te adoptemos. Eres feliz como un Hill ¿no? Mejor que en el orfanato, imagino..."
Jake simplemente sonrió. - ¿Y quién va a pagar las facturas? - inquirió, cruzándose de brazos. - Supongo que en tu universo también estudias ¿verdad? Y si papá sufrió el accidente, tuvo que cambiar a un trabajo que le permitieran hacerlo desde casa, empezando desde abajo. - suspiró. - Y ya sabes, ganando mucho menos dinero.
Se sacó un cigarrillo del bolsillo, algo que puede que sorprendiera a Ashley. Se lo puso en la boca con bastante elegancia y se lo encendió. Tras exhalar el humo, continuó hablando. - Imagino que a ti te ocultaba esto, no querría preocuparte, pero desde que moriste, George se ha vuelto bastante más directo, en parte cree que si no te hubiera mimado tanto, no habrías ido en el coche aquél día y seguirías viva. - se le notaba un poco cansado. - Pero bueno, los momentos duros cambian a la gente y aunque sigue siendo un buen tipo... No creo que sea como lo recuerdas.
Tiró la colilla al suelo, la apagó con el zapato. - No sé cuanto tiempo te quedará aquí, pero ¿qué crees que deberíamos hacer ahora? Todo esto es muy extraño para mí y tampoco sé que más hacer o decir para ayudarte. - parecía bastante sincero con sus palabras, se le veía ciertamente perdido con los pasos a seguir.
Sí, entendía que papá hubiera podido cambiar. Esas cosas pasaban factura... si ya el accidente lo hizo en su mundo no quería imaginarse tampoco cómo le habría afectado al perderla a ella también. Pero le daba tranquilidad que el mismo Jake Hill le dijera que seguía siendo un buen tipo. Podía imaginárselo más arisco, sí.
¿Quién pagaría las facturas si adoptaban a Jake Hill en su propia dimensión, para al menos sacar algo bueno de todo estas desgracias? Era un buen argumento, pero Ashley no quería rendirse ante la idea tan pronto. "Hum..." no le faltaba razón. Papá trabajaba desde casa ahora y no tenían tanto dinero como el que les gustaría. Daba para pagarle los estudios a ella, sí, pero... no daría para pagarle los suyos a él. "Estudios... dinero..." podría trabajar en aquel bar de mala muerte, echando horas extra, pero no le daría tiempo a hacer eso y estudiar a la vez... Y no podía dejar la filología, el propio David le había dicho en su empresa que le había impresionado para bien... casi dejando entrever que si aprendia, si se sacaba la carrera, podría tal vez encontrar trabajo en su empresa o cualquier otra... Trabajo... de Filología... la empresa de traducciones...
Ashley dio un golpe de su mano contra su palma. "¡Lo tengo! No sé cuánto tiempo va a durar esto, estos saltos, podrían ser días, semanas, meses... Y la vida está para vivirla, no para comprenderla. Voy a estudiar." dijo decididamente. "La biblioteca del campus es pública, sólo necesitas carné para sacar libros fuera pero se pueden leer desde dentro. Sé cuál es el temario, sé cuáles son los manuales, sé cuáles son los ejercicios... Si voy a estar saltando de mundo a otro, al menos, ¡tengo que intentar que ese tiempo sirva para algo!"
Cuánto tiempo le quedaría ahí... "Todas las veces he cambiado de mundo al despertarme por la mañana. Siempre despierto en el lugar donde me dormí, pero todo cambia... Pensaba que me alternaba con otras Ashleys pero la de este mundo está muerta, y no he aparecido en mi tumba ni nada..." ¡Qué horrible y terrorífico habría sido eso! "Hay una última cosa que se me ocurre en la que podrías ayudarme es un tanto arriesgado... Esta noche, después de pasar el dia estudiando en la biblioteca... Necesitaré un lugar donde dormir. No tengo casa porque, ya sabes, en este mundo estoy muerta y eso... ¿Podrías colarme en la vieja habitación de Ashley? Si paso la noche allí, aunque sea en el suelo, reapareceré en un mundo de una Ashley que vive en casa. La vez pasada me dormi en un hotel y apareci en un mundo donde Ashley no duerme en su casa... porque está muerta. E-es solo una teoría, pero si no me alterno, podría ser seguro para ti y para papá. Al día siguiente desaparecería, y si no ocurre así..." chasqueó la lengua. "Tsk, al menos tenemos el santo y seña. 'Doctor Extraño, ¿es usted? A la mañana siguiente podría no aparecer nadie, o aparecer una Ashley buena... o-o una mala... La última Ashley que conocí era buena, un amor. Llevaba un colgante en el cuello y de hecho estas ropas son suyas, no mías, tuvimos que intercambiarnoslas. Es... una loca y larga historia." negó con la cabeza.
Una leve sonrisa apareció en Jake, quien poco a poco, empezó a reír, hasta soltar una gran carcajada, algo que atrajo bastantes miradas, pues seguían en el cementerio. - Estás viviendo una experiencia así de loca, en la que podrías morir... ¿Y lo que se te ocurre hacer es estudiar? - resopló, intentando calmarse. - Realmente eres única, hermana. - le dijo con una gran confianza.
Está bien, te acompaño allí, luego podemos ver como colarte en tú antigua habitación, que ahora es la mía. - asintió. - Pero la cama es para mí ¿eh? - le dijo con un pequeño guiño, mientras se dirigía hacia afuera. - Eso sí, hay que tener mucho cuidado, papá podría entrar en shock al verte y podrían pasar cosas terribles.
No dijo nada más, pero acompañó a Ashley hasta la entrada de la biblioteca, en donde se quedó pensando un segundo. - ¿Qué clase de libro buscamos aquí? - preguntó curioso, pues no parecía muy apasionado por ponerse a leer nada demasiado denso o que le pareciera aburrido.
La risa de Jake ante la idea de Ashley de ponerse a estudiar fue contagiosa y la hizo reirse también un poquito. "¡Ja ja ja! ¡Gracias! ¡Sí, sé que suena muy bobo pero no se me ocurre una forma mejor de aprovechar el tiempo!" contestó divertida. "Si me vuelvo filóloga y consigo trabajo en la empresa de traducciones de David Seehan, ¡la que podrá pagar las facturas seré yo!" dijo haciendo el símbolo de la victoria con los dedos. "Sí sí, quédate la cama. Con dormir en el suelo yo creo que vale." asintió sonriente. "Y en serio, gracias por ayudarme. Sí, habrá que tener mucho cuidado."
Luego, allá en la biblioteca, Jake Hill le preguntó que qué tipo de libro buscaba. "Manuales." contestó. "Todos los de Filología del Grado. Me los sé de memoria, los títulos, que no los libros. Te hago una lista de los títulos y los buscamos juntos. Luego si quieres puedes leer lo que quieras mientras tanto, ¡o adelantar lo tuyo de criminología!" No es como si pudiera ponerse a buscar el que le robaron a Vincent Banes, o aquel del que David le habló, ya que no sabía los títulos ni autores de ninguno de ellos, además que el que David mencionó ni siquiera estaba traducido del africano todavía.
Jake no parecía de los que se ponía a leer libros, menos aún de aquellos que no tenían nada que ver con lo que él estudiaba. Tras un rato rebuscando en la biblioteca, puso sobre una mesa el montón de libros que Ashley le había pedido. - Jo-der. - decía con un suspiro. - Tía, esto son un montón de libros. Y muy grandes. - admitió.
Negó con la cabeza y pronto suspiró. - Estás loca si crees que voy a leerme algo de esto. Los libros grandes solo sirven para matar bichos grandes. - bromeó... Aunque entre broma y broma, asomó la verdad. Pero antes de ponerse a leer aquellos libros, una chica castaña, completamente desconocida para ella, se echó a llorar encima de Ashley.
¡ASHLEY! - decía mientras caía al suelo de rodillas y abrazaba las piernas de esta. - ¡Lo siento, lo siento, lo siento! ¡Se suponía que era tu amiga y te he tratado tan mal en tantas ocasiones! - lloraba desconsoladamente, atrayendo las miradas del resto de los presentes en la biblioteca.
¡Ojalá te hubiera cuidado mejor! ¡Ojalá te hubiera acercado yo a casa! - continuaba, sin dar alguna explicación más. - ¡Pero ya hace casi dos semanas que te perdí y me arrepiento tanto! Por favor... ¡Por favor, pídeme cualquier penitencia, quiero que desde el más allá me perdones por ser una mala amiga! - todos aquellos comentarios generaron un pequeño murmullo generalizado. Si bien Ashley no era la más conocida del lugar, tampoco pasaba desapercibido el hecho de que una alumna que había muerto recientemente se paseara por la biblioteca.
"No no, tranquilo, si esto no es para que lo leas tú, ¡ja ja! A no ser que quieras ser filólogo, en cuyo caso, adelante." rió divertida ante el comentario de matar bichos grandes. "¡Si esperas ser crimonólogo, tendrás que acostumbrarte a esto en la carrera!"
Una mujer, quizá la amiga de Ashley Hill en esta realidad, creyó que era Ashley Hill (porque en verdad sí que lo era) y la abrazó como la que ve a un fantasma (¿en lugar de salir corriendo?), pidiéndole perdón por ttratarla tan mal en otras ocasiones, uuuh... a lo mejor no eran tan amigas. Pero la cuestión es que se sentía culpable, muy culpable. Pobrecilla...
"Di-disculpa... sé que me parezco, me confundían siempre con ella, pero no soy esa persona. Soy Lily Shehal... n-no he tenido tiempo de ir al peluquero a cambiarme el peinado para que no pase esto mismo... Si te sirve de consuelo, estoy segura de que ella no te culparía, y-y que te pediría sólo que fueras buena persona. Ahora ehm... ¿po-podrías dejar de armar tanto ruído? Estamos en una biblioteca, y-y tengo que estudiar unos libros..."
Aquél espectáculo había atraído demasiadas miradas y aunque la excusa de Ashley era relativamente justificable... No demasiada gente parecía creérselo y empezaron a grabarlo y a comentarlo. Jake se tapó la cara con uno de los libros y agarró a su "hermana" por el brazo. - ¡Venga Lily! ¡Vámonos! - comentó mientras la sacaba de allí a toda velocidad, intentando evitar más miradas de curiosos.
A penas pudieron llevarse dos libros, pero lograron escapar de allí y despistar a los pocos curiosos que quedaron persiguiéndoles. Jadeando, se pudo observar que Jake no andaba muy contento. - Tendríamos que haberlo pensado mejor... Ahora a ver si no suben nada de esto a internet y lo ve papá... O peor, que decidan denunciar a la policía tu aparición. - gruñó levemente, claramente molesto. - Joder.
Miró su móvil y comprobó la hora. - No queda mucho tiempo para el anochecer y creo que lo mejor será no llamar la atención, mejor ir a casa y... - revisó el libro que tenía. - Aprender sobre fonemas o lo que coño tenga de temario esto. ¿Te parece? - preguntó, aunque no estaría muy de acuerdo en hacer cualquier otra cosa, no sabía si la viajera interdimensional tenía otros planes.
¿Cómo podía haber pasado eso? ¡Estuvo la mañana mirando a ver si veía a Kyle Wood y nadie le dijo nada! A lo mejor la vieron y la ignoraron pensando que era un fantasma... o no se dieron cuenta, o no la vieron sencillamente. Pero estaba claro que se le había acabado la suerte, y Jake no quería que la grabaran no fuera papá a ver eso. "Lo siento..." se disculpó con sinceridad. "...No soy muy buena en todo esto... hasta hace nada sólo era una chica normal... Sí, sí. Mejor me escondo en casa. Gracias por todo otra vez..."
Ashley y Jake llegaron a su hogar. Jake entró por la entrada principal, aunque Ashley tuvo que dar un pequeño rodeo hasta llegar a la parte trasera de la casa, donde ayudada por Jake y algunas sábanas que este le tiró, escaló hasta llegar al cuarto que en un antaño, fue suyo.
Se quedó ciertamente embobada viendo como su hermano la había modificado y ahora parecía una habitación completamente distinta ¡y sin ningún peluche! Tras dialogar un rato y leer algunos libros, ambos se fueron a dormir, sabiendo que era incierto lo que les esperaba el mañana.