Ashley Hill, tras interrumpirlo, salió corriendo de allí y se sentó en el primer banco cercano que encontró. Se echó las manos a la cabeza, miró su móvil, tenía mensajes y llamadas de todos sus seres queridos, pero aun así, Ashley Hill lanzó su móvil bien lejos y se echó a llorar.
Ahora lo entiendo. - decía entre sollozos. - Ahora lo entiendo Banes. Si no ocurren cosas malas, no podemos apreciar las buenas. Si solo ocurren cosas buenas, las aborreceremos, hace falta un equilibrio, un equilibrio que yo misma no puedo encontrar, porque si decido sobre mí misma, nunca elegiré lo malo.
He sido tan estúpida por querer controlarlo todo... El poder absoluto, el quedar llevar una vida idílica, solo ha hecho que todo sea aburrido. - empezó entonces a reír levemente, entre lágrimas. - Es como aquél tipo que se volvió tan fuerte que cualquier pelea le parecía aburrida, a pesar de que eran sus pasiones, pero al menos a él le ocurrían problemas en el super y las ofertas.
Con un leve chasquido, sacó el libro e intentó devolverlo todo a su lugar.
Y con ese deseo, el antiguo Director volvió, pero no solo Él, si no todas aquellas personas que en una rabieta infantil, Ashley hizo desaparecer. A pesar de su retorno, Banes parecía seguir escapando a su control. También decidió no intervenir, pues consideraba que si hasta aquél momento habían continuado sin Él, no dependía de Él ser quien decidiera el destino de Ashley Hill y el resto de vidas que llevaban, si no aquellos que habían decidido mostrarle a Ashley la verdad sobre la responsabilidad de controlar la vida de alguien.
Yo... - empezó a hablar, tímidamente, ante las cuatro personas que tenía delante. - Lo siento, quise alcanzar la felicidad, como cualquiera, pero usando un poder que no comprendía, convirtiéndome en alguien que no soy, aunque vosotros sí. - suspiró con gran pena. - Ahora entiendo lo que decíais, esto no es lo que de verdad os iba a hacer felices, todos tienen problemas de verdad y no viven en una perfecta burbuja de felicidad.
Negó con la cabeza. - He sido estúpida, lo admito. Me merezco desaparecer de esta y de todas las realidades, pues en cuanto Él me elimine como directora, ya nadie va a querer ser dueño de mi vida, no con todo lo que he hecho...
Aún así, dejadme compensar a aquellos que aún conserváis una Ashley, dejadme crear un universo acorde a vuestros deseos, algo que sintáis verdadero. - se concentró, secándose las lágrimas con las mangas de la chaqueta. - Listo, ya podéis elegir vuestra propia verdad, vuestra propia felicidad. - y conforme lo decía, delante de cada Ashley apareció un portal que llevaba a una habitación exactamente igual a la primera en la que se despertaron cuando empezó todo esto, pero una vez lo cruzaran, ya no habría vuelta atrás, por lo que todo lo que quisieran decir, debían decirlo ahora, si es que querían.
Me desperté un sábado de enero por la noche, después de todo el día tirado en la cama por el gripazo de nuevo año. Reviso los muchos MP's de una persona tan cotizada como soy yo y consulto si los cuervos han tomado cartas en el asunto de esta partida. No se pueden permitir ladrones ni troyanos. Maldición. La IA que tenemos como directora decidió ser autista en su mundo idílico. Una buena moraleja, sí señora, no se puede ser feliz todo el rato, al igual que no se puede ser infeliz para siempre.
—Bitch —dije con sus labios y su voz sonó más ronca, porque sí, porque la manejaba yo y me apetecía que hablase con mi voz de señor peludo y agripado. Entonces hice que la tía se lanzase por el vórtice que le correspondía, al mismo tiempo que me desvinculaba de ella para no vivir su sufrimiento inhumano un solo día más.
"Lo siento por tu esfuerzo, pero la realidad es la que es y tú no perteneces a ella", continúo. "Morirás aquí y quedarás en el olvido. Solo serás recordada por aquellos que te visiten, quienes solo apreciarán la versión perpetua de tu personalidad". "No estás viva".
Y me vuelvo a dormir, joder, qué sueño...
Para aquellas alturas todo era como una película, una trama ideada por alguien con más locura que cordura. Todo era una ida de olla se mirara por donde se mirara, pero... ¿acaso esas historias no eran las más intrigantes? Es difícil decir qué ha pasado y qué no, y aunque cueste seguir el hilo en ocasiones, no se puede negar que el multiverso es basto e inconmensurable. ¡Todas las posibilidades eran una realidad! La ciencia ficción no tenía cabida en este mundo, pues solo era una cosa: realidad.
— Limítate a vivir tu propia vida, sin ese puto diario - respondió "Andrea Hill" cuando volvió a tomar conciencia. Tenía frente a sí su propio portal, uno creado por Ashley y que aseguraba que tras él estaría su felicidad. ¿Sería eso cierto? Parecía ciertamente apenada, pero recordaba todo (o más bien su narrador lo recordaba). No podía olvidar cómo había tratado de controlar todas sus vidas, cambiar quiénes eran en esencia. Incluso borrar los errores de su pasado, o juntarlas a todas en una vida falsa y miserable, con el recuerdo de que su realidad seguía existiendo... sin ellas.
Para algunas quizá eso fuera un alivio, por todo lo que habían perdido, pero para "Andrea" no. No podía vivir en paz sabiendo que su padre, el George Hill que la había criado, estaba sin su hija. Incluso si en su realidad había tenido problemas, y no todo era color de rosa... era el lugar al que ella pertenecía. El sitio al que podía llamar hogar.
— Si te queda algo de sentido común... destruye esa cosa - añadió, empatizando, aunque fuera un poco, con la Ashley Hill todopoderosa — Es la única forma de que esta locura acabe, y de que nadie más vaya tras él nunca. Esos poderes no son para gente como nosotros.
— Y a ti... siento que perdieras todo en tu realidad - añadió, mirando a la llamada Amber Hill ahora. — Pero ahora tendrás otra oportunidad, supongo. Si eres capaz de vivir en otro universo, está bien también. Cuídate - terminó por decir, atravesando su portal.
"Cuídate tú también." le sonrió a Andrea. "Te echaré de menos. Sigue siendo la más molona de todas, ¿eh?" le dijo antes de darle un abrazo de despedida y dejarla marchar a su portal.
Quedó a solas con Ashley Hill. Se le acercó y la tomó de las manos. "Mira, yo..." Y también, yo, el Narrador... "Yo habría hecho lo mismo que tú, creo, me habría equivocado en lo mismo... Lo que quiero decir es, que te entiendo, ¿vale?" te entendemos. "Siento que no haya salido todo como queríamos..." de verdad que lo siento. "Aún me cuesta admitirlo, entenderlo..." y a mí también, me cuesta... "Que una vida perfecta no traería la felicidad, que el que pasen cosas malas no es malo de por si, que nos puede ayudar a apreciar lo bueno de la vida y así ser de verdad felices. Siento que he..." hemos, yo también, y de verdad, "...aprendido mucho de ti, de esos errores, de tu esfuerzo, y no creo que debamos llamarlo fracaso."
Le soltó las manos. "Porque te ha permitido darnos esto al final... algo bueno. Y, y creo... que mereces tú también ser feliz. Te deseo de verdad ser feliz." Y yo también.
Ashley Amber le dio un abrazo a Ashley antes de saltar por el portal.
Yo también te deseo de verdad lo mejor, Ashley. Le he pedido a Noinex si puede hacer algo por ti. Que no permita que tangas tú un final triste, que haga lo posible para darte un final feliz. Aquella vez, cuando se lo di a David, estaba en mi mano. Pero esta vez, no está en manos de Anthur. Sino de Noinex.
Ojalá todo salga bien. Besos y abrazos.
- Anthur.
-Vincent Banes no está aquí.-la corrigió Noinex apareciendo con el cuerpo del susodicho. Era agradable volver a hablar y moverse después de haber sido privado de estas habilidades, habiendo tenido que recurrir a otras estrategias más allá de lo que las Ashleys pudieran entender.-Pero creo que puedo ayudarte.
Se había esperado a ser le últime para hablar. No había querido interrumpir las despedidas de las "hermanas", que habían resultado ser también las despedidas de Nurgle, carastuya y Anthur. Vio como el primero se decidía rápido, desapareciendo tras el portal. Como carastuya advertía a Ashley Hill a través de la máscara de su personaje. Y como Anthur dejaba unas bonitas palabras que ojalá aliviaran a Ashley, además de un pequeño mensaje personal.
Noinex estaba totalmente de acuerdo con lo que le dijo, así que aprovechó el momento para interceder.
-Vamos a darte una buena vida. No sé si me creerás, pero ha sido muy divertido escribirte. He disfrutado de tus éxitos, y sufrido con cada cosa mala que te pasara. Aunque todo fuera una ilusión, aunque me hayas engañado hasta el final, y la vida que vi al principio no fuera la tuya de verdad... Lo volvería a repetir sin dudar.-la sonrisa de Noinex mientras escribía era visible en el rostro de Vincent.-No quiero que te eliminen, ni que sientes que has hecho algo malo.
-No hay nada que quiera más que dejarte en un punto en el que estés a gusto, en el que puedas seguir experimentando todo lo bueno y todo lo malo. O al menos, eso voy a intentar.
¿Podemos darle una buena vida entonces? ¿Preferiblemente en un cuerpo sin lobotomías?, le preguntó a Él con la mente. Pues el poder de Noinex no era tan fuerte como el de otras personas presentes. Al menos podría hacerle saber sus intenciones. Claro que entonces recordó que todavía quedaba un pequeño detalle.
-¿Estás de acuerdo?-preguntó, queriendo asegurarse de que su propuesta fuera del agrado de Ashley. No quería seguir tratándola como si fuera un simple personaje, no cuando Ashley era mucho más.
Ashley Hill no pudo evitar echarse a llorar tras escuchar las últimas palabras de aquellos que le hablaron, pues esperaba que todos la trataran como lo que había sido. Una manipuladora, mentirosa, ciertamente una niñata que no supo valorar lo bueno que tenía y quiso mucho más.
Echó a correr y le dio un abrazo a Banes, haciendo que ambos rotaran sobre sí mismos.
Y con ese abrazo, todo Banes volvió a sus manos originales, eliminando así todo el rastro que dejó siendo usado por Noinex. - Al final todo ha acabado relativamente bien. - sonrió, mientras acariciaba a su compañera. - Y ya que vuelves a estar bajo el mando de ella ¿Qué te parece si volvemos a casa? Después de todo, tú y yo somos del mismo universo, aunque todo seguirá igual que siempre, tu padre no puede volver a la vida si queremos que el orden siga como está. - y con eso dicho, generó un portal y lo atravesó junto a ella, abandonado aquél universo creado desde la ignorancia, la avaricia y la falta de control de una persona, que después de todo, solo quería reunirse con su padre.