Partida Rol por web

Niou aprieta los dientes al recibir el corte del Oni, retrocediendo un paso mientras el pergamino resbala de sus manos... ¡pero el Cangrejo se mantiene firme! Moviéndose con la agilidad que nace de muchas batallas el chico rápidamente estira la mano para coger el pergamino antes de que este toque el suelo por escassos centímetros, y continuando el movimiento se agacha, recitando el hechizo de nuevo con la furia de quien trata de proteger su hogar. Porque eso es lo que el shugenja está haciendo: defender el Rokugán y tratar de expulsar a las criaturas malditas que lo han invadido sin permiso alguno.

-¡GOLPE DE JADE!

Las esquirlas brotan de nuevo buscando expulsar la impureza oscura de los monstruos, tratando de impactar en sus pechos y eliminarlos de una vez por todas.

Durante un instante Niou tiene tiempo para ver que Harumi parece seguir con vida, lo que le alivia y le da esperanzas, redoblando sus esfuerzos. Ahora que él está a salvo, al menos de momento, solo que hay que hacer lo mismo para si mismo y Akira.

Los golpes vuelven a impactar en sus objetivos, cercenando la vida de uno y dañando al otro. Al ver su estado quemado y perforado por varios virotes de jade, se revuelve contra Nobu con un salto que busca su cuello y desgarrarlo. Lo consigue, pero sus músculos no paran de arder un poco ante el avance del jade purificador por su cuerpo, mermando sus fuerzas.

El resto del lugar está tranquilo, mientras el cadáver del Oni empieza a deshacerse en un proceso acelerado de descomposición muy visceral, aberrante y asqueroso. Al lado de Niou, claro. Los hedores de la putrefacción colman las fosas nasales del shugenja, mientras ve como la tierra bajo la misma se pudre y pierde la vida, manchándose de negro.

De dentro se escuchan sonidos de acero entrechocarse. La pelea parece estar en su punto álgido. Y si pierde Hana y no han escapado para entonces, será su final.

El shugenja malherido retrocede mientras nota otra herida hendiendo su carne, pero su espíritu no se tambalea, manteniéndose firme frente al oscuro poder que trata de entrar en su cuerpo.

Jadeando, el chico recita la que espera que sea la última retahila de versos de su hechizo preferido mientras da un salto hacia atrás para lanzar el conjuro al demonio.

- ¡GOOOOOOOLPE DE JADE!

Grita con todas sus fuerzas, creando una esquirla esmeralda más grande y rápida que las veces anteriores. Pone todo su empeño en ella, deseando que mande a la aberrante criatura al abismo sombrío del que salió arrastrándose de una vez por todas.

De no ser así... el chico teme no tener oportunidad de completar su misión purificadora.

Al ver que la aberrante criatura de las Tierras Sombrías vuelve a agarrar a Niou, Akira corre en auxilio a su camarada espirituoso. Cierto es que ella no puede hacer nada a esas criaturas, pero al menos puede defender a sus compañeros de sus furiosas agresiones.

-¡Niou! ¡Acabemos con esto!- Brama a la vez que se coloca en cercanía suya preparada para defenderle de un posible ataque mientras él termina su hechizo de jade. Tiene cuidado de no pisar el oscuro terreno que ha dejado la otra bestia del averno y por supuesto, nada de tocar la sangre de esa cosa. Al verle conjurar una vez más e impactar con la posibilidad de terminar con el enemigo, espera en su posición para ayudarle a caminar o moverse dadas sus graves heridas. -¿Estás bien? ¿Ah? ¿Nada de lo que arrepentirse?

Finalmente la segunda criatura cae igual que la primera. Su piel y pelo tiñen el aire del olor a carne quemada. A carne putrefacta quemándose. Poco a poco empezaría un proceso parecido al del otro. Mejor alejarse ya. Se han librado de los dos demonios del Jigoku, pero algo les dice que no sería siempre así.

Lo único que resta ahora es... ¿Escapar o no?

Harumi termino de observar el combate y vio como sus compañeros habían eliminado a las criaturas. Sabia que tenia que actuar ahora, si no su sentido extremo del deber les haria entrar dentro de la casa y "salvar" a Hana, pero actualmente era mas importante el Deber de mantener el pergamino seguro y esa un hecho, si esperábamos y la salvábamos seguramente no estuviera seguro. Harumi se arrastro un poco para dejarse ver y les grito como pudo.

-¡Eh...! -les grito a duras penas mientras alzaba el brazo para llamarles la atención- ¡Tenemos que... irnos...!- cada vez que pronunciaba algunas frases acababa escupiendo sangre- ¡Es... su ultima voluntad...!

La voz de Harumi era audible pero lo que el consideraba un grito, posiblemente para a los que se dirigía simplemente era como si alguien le hablara de lejos. La sangre seguramente proviniera de la hemorragia que sufría por la penetración de su pulmón. Aunque pudo pararlo medianamente, seguramente si se esforzaba demasiado se volvería a abrir. Harumi temía sobre la temeridad de sus compañeros, esperaba que ellos se dieran cuenta de la superioridad de Omigawa y decidieran cumplir la ultima voluntad de Hana. Nadie dijo que no podrían volver luego de asegurar su Deber.

Niou boquea buscando aliento. La pelea le ha dejado exhausto... nunca se había enfrentado a unas criaturas así, y menos en unas condiciones tan desventajosas para él. Si finalmente sale vivo de la situación será una gran historia que contar a sus camaradas. Pero no es el momento de pensar en ello.

El Cangrejo se para a evaluar la situación mientras se apoya en un arbol. Harumi está gravemente herido y probablemente requiera atención médica urgente para salvarse. Akira está bien a excepción del daño moral y psicológico que haya supuesto la pérdida de su caballo de batalla, con el que parecía bastante cercana. Y él mismo... bueno, está bastante bastante magullado, no cree ser capaz de mantener una batalla decente en estos momentos, y menos aún contra el monstruoso monje Araña.

Y luego está Hana. La Kakita les dio instrucción de correr, pero se había quedado allí sola enfrentando a ese formidable enemigo. El sentido del Deber del Cangrejo le hace muy difícil tomar una decisión pero... Al fin y al cabo ella dijo "correr".  Y también está su responsabilidad como... uhmm... algo más había pero no cae ahora mismo en qué. Así que apretando los dientes asiente a Harumi y le dice a Akira.

- Toma a Bayushi-san y salgamos de aquí mientras podamos. Hay que proteger el Pergamino. ¡Vamos! - Y juntando fuerzas se acerca a su caballo para subirse a él de un salto y salir del lugar maldito.

Akira se separa de Niou tras ver que ha encontrado un apoyo en el árbol. Se acerca de nuevo al cuerpo de de su hermano equino y agacha la cabeza como símbolo de respeto y tristeza, aguantándose de nuevo unas lágrimas de ira que logra apaciguar para no entrar con la espada en alto en la mansión. Sabe cuál es su deber y sabe de sus escasas oportunidades con el monje araña.

Tras esos segundos de silencio y respeto se acerca al caballo que montaba Harumi, con intención de subir a su dueño a la montura y asegurarlo bien para que no se caiga. Lo importante es que la decisión ya está tomada; tienen que salir de allí cuanto antes. Akira tranquiliza al animal y sube para salir al galope con intención de olvidar ese incidente cuanto antes. -Hana-sama...- Deja escapar con algo de tristeza, valorando a la enviada imperial por su determinación.

Dejáis atrás pues el lugar, escapando y haciendo caso a vuestra superior. No podéis evitar pensar qué pasará con ella... O qué habría pasado si las cosas hubieran sido diferente... No obstante, no es vuestra labor pensar en ello, sino llevar el pergamino. Escapáis finalmente, por fin pasará esta noche oscura.