Partida Rol por web

Tras proponer eso el anciano no puede evitar mostrar su júbilo. En otra época habría intentado no dar a conocer sus sentimientos. Pero ya está retirado y lo que le queda no se lo quita nadie. Lo ha llevado através de pasillos hasta una habitación alejada. Perfecta para reuniones tranquilas y para que nadie les moleste.

El hombre se sienta, tras dejar delante de ambos el tablero. Es una sala preparada para ese tipo de juegos parece ser. Demasiado preparados estos Grullas. -Bien joven. No preguntaré. Jojo. Daré por hecho que conoces las reglas. Pero dime, ¿Qué es lo que trae a alguien como tu a un sitio tan lejos de su casa?- Le señala con una pieza, mientras las prepara al lado de cada uno. O tiene muy buen oído, o sí que es perspicaz el viejo. Aunque tampoco es difícil ver el mon que porta Niou del clan cangrejo.

La habitación por su parte es bastante simple, pero es agradable para estar jugando al go. Tiene un patio interior con un pequeño estanque. Parece haber un par de peces en él moviéndose.

- Si, creo que conozco las reglas más o menos, kehehehe... - comenta Niou mientras entra en la sala. Minimalista, preparada para un buen encuentro de Go o Shogi, nada recargado, lo cual se agradece. Los Grullas y los Dragones pueden ser muy barrocos a veces.

- Pues... no sabría decirle que me ha traido aquí exactamente... ¿El Destino? ¿La Fortuna? ¿El aburrimiento? Kehehe... Los kamis están inquietos últimamente. Los ataques en la muralla se recrudecen... Supongo que solo seguí mi instinto y dejé que mis pasos me guiasen hasta este lugar en concreto. - Niou acaricia el borde del tablero mientras se sienta. La madera de kaya, la más fina y apropiada para los tableros de Go, se nota suave y firme bajo los dedos del chico. - ¿Lo han notado aquí? Esa extraña sensación sutil... Me pregunto si Haruka-sama lo ha percibido también. - explora el chico tentativa y sutilmente mientras hunde su mano derecha de manera relajante en el bol de piedras.

-Incluso sin ser especial afín a los kamis puedo sentirlo joven. Pasa algo raro, y eso que en mi juventud me conocían como el insensible. O algo así. Jajajaja. Vamos, no te cortes, empieza si quieres. - Le tiende las negras, esperando que el quiera empezar. Espera su primer movimiento mientras le mira.

-Sea lo que sea, no estoy preparado ya para lo que venga. Jojojo. Estoy demasiado mayor. Espero que mis descendientes puedan hacer honor a su familia. Espero estar presente si usted también lo hace. - Y empezarían a jugar entonces.

- Kehehe, ¿tiene esperanzas en algún descendiente en concreto? - dice Niou mientras coloca la primera piedra, abriendo la partida. Juega con un estilo agresivo de múltiples frentes de ataque, comenzando nuevas batallas cuando aún no ha concluido las que están en curso, fiel representación de su estilo de lucha personal y en general el de su clan.

Aprovecha los momentos en los que realiza jugadas especialmente duras para lanzarle preguntas veladas al anciano, que es lo que le interesa, más que ganar la partida en si.

- La familia en cualquier caso está en buenas manos, ¿eh? La sabiduría de Haruka-sama es evidente, y su belleza deslumbrante. No me extrañaría oir que alguien la pretende en poco tiempo...

-Jeje. Todos mis nietos merecen toda mi esperanza, joven Cangrejo. La labia que porta Haruka-san es tan profesional como la destreza de Nobu-San con el arma. No tengo miedo, sé que lo harán bien. Jojojo. -El sigue poniendo las piezas mientras responde a Niou, sin perder demasiado tiempo pensando. Por ahora parece que le está dominando sin problemas. Maldito viejo.

-¿Y usted? ¿Es un buen descendiente en el que confiar? Jojojo. Quizás podríais intentar pedirle la mano si tan bella os parece. Os deseo que las Fortunas os sonrían en cualquier caso. - Y se vuelve a reir como un viejo. Empieza la segunda parte del combate. 

Puto viejo. Ha tenido mucho tiempo para jugar el viejo pajarraco... Piensa el chico mientras observa el desarrollo de la partida. Suzaku se defiende con maestría de sus ataques, con extrema solidez y castigando los puntos débiles que quedan tras las tentativas del chico.

- Kehehehe, no me importaría tenerla por esposa seguramente, pero si es la mitad de hábil que usted, Suzaku-dono... temo que como mucho podría aspirar a ser su sirviente, kehehehe... - el chico se muerde la uña del pulgar mientras mira la partida. No hay caso, el anciano está haciendo una partida espectacular y pronto Niou ve sus fichas irremediablemente condenadas al fracaso. - Makemashita. - anuncia el muchacho tras un par de jugadas más, dejando dos piedras a la vez sobre el tablero, admitiendo así su derrota. 

- Aaah... No me engaña, Suzaku-dono, usted no es anciano, solo muy experimentado, kehehehe... - dice mientras suspira, alzando su mirada al techo como quien descansa exhausto tras un intenso ejercicio físico. - Espero que su nieta no sea así de severa conmigo también. Endulzad sus oídos en pro de este pobre Cangrejo derrotado y salvad mi vida, kehehehe... -

-Jojojo. Mi nieta es hasta severa conmigo joven. Hay cosas que a este cúmulo de huesos antiguos no se le permiten hacer incluso en su propia casa.- Comenta mientras empieza a recoger las piezas al ver que se retira. Le hace una reverencia formal cuando admite su derrota, lo respeta.

-¿Quieres jugar otra joven? No te vi atento, quizás pensar en la belleza de mi nieta pudo nublar tus sentidos. Jojojo.- Empieza a ponerlas de nuevo, con su gesto apagado y lento. -En mi época decían que era muy bueno en este juego. Pero la verdad es que siempre perdía contra mi padre. Jojojo. Él si que era bueno.-

- Kehehehe, si, seguramente fuera eso... A ver que tal ahora. - Tras recoger las piedras el chico comienza una nueva partida. Esta vez trata de ser algo más sutil, haciendo ataques menos agresivos y más elaborados. Mientras las piedras se van sucediendo, Niou pregunta: 

- ¿Y que podrían prohibirle a usted hacer, dono? No me imagino que caprichos se le podrían negar a alguien que ha servido tanto y tan bien a su Clan, kehehehe... - los dedos del joven Cangrejo tambolirean suavemente sobre su rodilla mientras escucha y sigue pensando sus movimientos. La verdad es que el viejo resulta más entretenido de lo que había imaginado.

-Jojojo. No me dejan estar con mujeres. No sé por qué. Jojo. Tengo ya cierta edad y tengo que disfrutar el poco tiempo que me queda. ¡Jajaja!- Parece totalmente sincero cuando habla. Al menos en eso si parece sincero. Por que en lo que de no es bueno... No es demasiado cierto. El viejo sabe, y sabe bastante bien. De nuevo no tiene piedad, corta todas las ofensivas y oportunidades que intenta Niou. Esto va a costar ganarlo. Y a este paso perderá de nuevo.

-Joven, joven. Te veo algo lento en esto. Jojojo. Y, ¿Qué tal va por el muro? Hace años estuve allí ayudando a un viejo amigo. Hida Kowamura, ¿Está todavía por allí?- Pregunta mientras lo oblitera sin piedad.

- Kehehe, una lástima que no le permitan estar con las féminas, son la mayor de los bendición que nos han dado los kamis, ¿eh? ¡Kehehehe! - Niou se concentra un poco más, mejorando su desempeño en el medio juego. Maldita sea, debo ganar una al menos.

- Lo cierto es que en el muro no tengo tiempo ni oponentes con los que practicar usualmente, por lo que mi habilidad no es nada especial. Y me temo que no conozco a Hida Kowamura. - hace un par de movimientos para expandir su territorio hacia el centro mientras comenta. - Lo cierto es que últimamente la situación está más dura de lo usual en la muralla. Tenía esperanza de reclutar algunos buenos guerreros que quisieran ayudarnos allí. ¿Se le ocurre alguno que estuviera dispuesto a ello?

-Bueno bueno. Veo que ya te vas despertando joven. Jojo. Pero no es suficiente, lo has hecho demasiado tarde.- Dice sentenciando varias de sus zonas, haciendo que estén muertas también. No tiene piedad. Este viejo no tiene corazón. Es un demonio o algo así. Y se ve que disfruta haciendo sufrir a sus víctimas. 

-Ah, ¿No lo conoces? Jojo, es normal ahora que caigo... Cuando lo conocí, el tenía la edad que yo tengo ahora. ¡Jojojo!- Se parte solo, durante un segundo parece que va a echar hasta el higadillo tosiendo, pero se recupera para ver como casi que está ganada para el.

El resto de la tarde Niou lo pasa jugando con Suzaku mientras hablan tranquilamente. Tras el primer par de partidas el chico cambia su enfoque completamente, y en vez de ganar trata de aprender todo lo posible de su oponente, más versado que él en las sutilezas del juego. Es un entorno cómodo para el joven Kuni, acostumbrado a tener que afrontar tareas demasiados duras como para esperar ser resueltas de una vez, pues este ambiente es típico en la muralla, en la que a veces hay que repeler casi una decena de veces a los enemigos antes de hacerse con la victoria.

Para ser un Grulla el viejo no está mal, kehehehe, es el pensamiento resumen que queda de la tarde en la mente de Niou mientras estruja su cerebro tratando de asimilar los patrones y estrategias en el tablero bicolor.