Harumi suspira aliviado, pero dolorido. De repente se dio cuenta que la presencia que le daba seguridad era de la Leona, seguramente no se diera cuenta por su concentración en el combate con Tsumetai.
La Leona le dio las gracias y Harumi prefirió evadirse un poco para prepararse para el siguiente combate. Se desplazo al lado de Niou y se apoyo en la pared con su wakizashi desenfundada. No tenia fuerzas para dirigirse a nadie, esta absolutamente herido, pero no más que Niou. Sabia que no podía seguir luchando y a su vez no tenia fuerzas para esconderse.
El peligro era inminente, pero el ya no podía luchar de forma útil. Estaba sediento, exhausto y herido, cosa que complicaba todas sus acciones.
-Lo siento... No merezco tu agradecimiento Leona-sama... -dice casi sin poder decir ni un vocablo- Creo que por las formas de Utaku-sama, la batalla... aun no ha terminado.
Harumi se queda en la pared cansado, no sabe que más hacer y ver a los otros retirarse le ha costado el orgullo y un bajón de adrenalina prominente, haciendo que empezara a sentir realmente el dolor. Esperaba que los demás pudieran salvar el día, él no podía hacer nada.
Los pasos se hacen más notorios a medida que van acercándose... Pero no parecen ya de criaturas. Si eran de criaturas hace rato que se fueron, parecen pasos rápidos y bien dirigidos. Finalmente aparecen por la entrada de la puerta los samuráis que escaparon de la batalla a los ojos del resto.
Arcadia aún en su forma adulta sonríe al ver como sus enemigos escapan de la batalla. Mira a Hana desde su posición y asiente satisfecha. La otra le devuelve el gesto algo más leve, con una mano en sus heridas. La primera se dirige hacia el anciano Ryu, que está inconsciente junto a Yuuka. Parece intentar junto a Yukka devolverle la consciencia. Los grilletes que atrapaban sus manos se deshacen en limo negro, manchando el suelo y las manos del hombre también. Hana sin embargo se mantiene alerta, acercándose a Akira desde detrás.
El anciano por su parte poco a poco parece recobrar la consciencia. El primer rostro que observa es el de su nieta, esbozando una suave sonrisa de orgullo. Lo primero que le pasa por la cabeza al hombre es que han ganado y que su descendencia ha tenido que ver. ¿Cómo no podría estar contento? Cuando se incorpora lo primero que hace es mirar alrededor.-¿Qué ha ocurrido? ¿Y esos traidores? ¿Habéis conseguido atraparlos o matarlos? Me gustaría celebrar nuestra victoria y llorar a los caídos. Hay mucho que arreglar esta noche. Por favor, Yuuka, haz llamar a los sacerdotes y curanderos.- Comenta el viejo que piensa que ya ha terminado todo, viendo el estado de los presentes.
-Utaku-San. Me congratula ver el buen uso que has podido desempeñar con mi espada. Bien hecho al ayudar a Kuni-San contra esos engendros.- Comenta intentando evitar la mancha del suelo de limo negro que han dejado en su proceso acelerado de descomposición, negando levemente con la cabeza. Cuando escucha al hombre hablar resopla-Akodo Ryu-Sama, no sabemos si ha acabado todo aún. Por favor, quedáos aquí. Yo iré a comprobar el estado de la mansión y de los sirvientes. ¿Está bien?- Pregunta al aire, pues claramente se va a ir aunque le digan que no. Luego mira a Akira y su arma.- Quédatela de momento, para defender al grupo si viniesen más malignos.- Tras eso se marcha por la puerta a explorar.
Yuri tras ver como se marchan se acerca a Kuni para empezar a tratar sus heridas. Luego iría cambiando a los más cercanos para ir tratándolos también. Teniendo especial énfasis en Harumi- Aprovechen el momento de calma. Si alguien quiere que lo trate rápidamente que se acerque a mi. Puedo hacer un apaño hasta que la situación se haya calmado del todo. ¿Bien?- Y sonríe, muy mona ella. Es bastante amable apesar de ser una Escorpión.
Ren se mantiene junto a Akira, tomando el Kama que tiró del suelo, jugando con ellos en ambas manos.-Parece que al final no venían más Onis, Utaku-San. Parece que el baile acabó de momento. Me gustaría seguirlo en otro momento, fue divertido.- Le sonríe guiñando un poco el ojo, para luego mirar a Nobu.- Oiga Kakita Nobu-San, ¿Está usted bien? Parece bastante cansado y está pálido, el enemigo le hizo algo raro, al igual que al señor Akodo-Sama y la señorita Kakita Hana-Sama.- Comenta preocupado por su estado, pues lo que hizo no le pareció nada normal.
Fin del combate chicos. Hablad todo lo que queráis, el próximo mensaje terminará esta escena por fin y empezaremos una nueva seguramente del día siguiente.
Harumi vio como entraban Nashiro y Yusei. Había huido del combate de una forma muy extraña y eso despertó la curiosidad del joven Escorpión, lamentablemente sería mejor que dejara el tema para el día siguiente, debemos aprovechar el momento de calma y reponer nuestras heridas.
Akodo Ryu empezó a hablar, agradecer y querer festejar, pero el ánimo no estaba para ello actualmente, así que igual preferiría aplazarlo un poco. Aun así, se preguntaba por qué le llamaron “viejo deshonrado”… ¿Tendrá algo que ver con el anterior viejo?
-Disculpe Akodo Ryu-sama… Pero los enemigos al Rokugan han escapado,... sin embargo hemos impedido sus objetivos..., por lo menos, primarios... Por otro lado, agradezco profundamente su espíritu por querer celebrar un convite por la victoria... y de alguna forma honrar a los caídos... que hayan sido abatidos en esta cruenta batalla... -dice intentando evitar caer en la debilidad.
Hana tenía planeado marcharse a revisar el estado de la mansión, ojala pudiera acompañarla. Mientras tanto Arcadia estaba allí con su pose victoriosa y su forma adulta. Harumi alzo la mano hacia ella y le hablo directamente.
-Tienes que enseñarme a hacer eso… Arcadia-chan –dijo en tono bromista pero con dificultad por las heridas y la extenuación- Yo también quiero poder volverme un niño cuando quiera…
No se sabe si Harumi interpreto que la forma original de Arcadia era la adulta o la niña, pero aun así parecía que se encontraba suficientemente bien como para seguir bromeando.
Akira estaba en la entrada, esperando a nuevos enemigos, en el fondo sabía que podía depositar la confianza en ella como guardiana y no pudo evitar darle un agradecimiento de una forma… algo especial.
-Utaku-san –dice refiriéndose a la Unicornio- La próxima vez que vayas de… Geishas, no se te olvide invitarme… Iré encantado contigo… aunque no consuma…
No sabía que más palabras dedicarles a los demás, le tocaba el turno de recibir las curas. Tenía delante a Yuri y realmente se sentía extraño, pero no extraño en el sentido romántico, si no… Aliviado y revitalizado. Cuando las manos de Yuri empezaron a tratar sus heridas el chico se relajó por completo, podría incluso haberle matado en ese instante. Todo el estrés y dolor desaparecieron durante un instante, un instante que necesitaba, porque parecía que uno de sus pulmones había sido perforado sin recibir ninguna herida y tal dolor le estaba acongojando.
- Siempre estás ahí para curarme… -dice el Escorpión mirando a la otra Escorpión- Me gustaría hablar contigo sobre algo... Si no nos toca juntos... ¿Puedes pasarte por mi habitación a la madrugada...? –dice en voz baja el Escorpión- Si tienes más planes..., no hace falta que los aplaces...
Claramente tenía que hablar del dolor en el pecho y la sensación de agradecimiento y empatía que tenía con Niou y sobre todo con Akira, era demasiado extraño. Posiblemente en otro momento aproveche para hablar con ellos en privado, pero sin tanta tensión o presión de por medio.
- Ayayay... no, no me duele, estoy cantando no te preocupes... Au... - le dice a Yuri entre contracciones de dolor cuando esta le trata. Las heridas por quemaduras son tremendamente molestas, dejan la piel terriblememte sensible. Pero como de costumbre el Cangrejo se lo toma con humor.
Cuando Yuri concluye el tratamiento el chico se deja caer de espaldas unos momentos. Tras descansar brevemente se acerca a Akodo Ryu.
- Sama, cuando estaba inconsciente el bastardo shugenja enemigo trataba de extraer algo de su mente con su magia herética. Desconocía que era, pero decidí que era mejor que no lo tuviera en su poder, por lo que quemé el pergamino donde lo estaba recogiendo. Esperohaber hecho lo correcto. Lamento no haberle podido proteger mejor, sama. - Y pese al dolor y los vendajes el chico hace una reverencia de rodillas de las de tocar el suelo con la frente. Reverencia que repite ante Hana.
- Kakita-sama, aún no estoy lo suficientemente versado como para proteger a este grupo de amenazas como ese maho-tsukai. Debo entrenar más. Entrenaré más. Por favor, perdone mi inexperiencia.
El Cangrejo, usualmente tan bromista, parece que se toma muy a pecho su deber como shugenja del grupo, y está sincera y profundamente preocupado por la responsabilidad que no ha sido capaz de llevar sobre sus hombros.
La Matsu respiró aliviada al ver a su abuelo recuperar la consciencia y sonreir, hacía mucho que no lo veía hacer eso. Alzó la vista para mirar a la extraña a la cual se habían referido con aquel nombre tan extraño y apartandose un poco de su abuelo realizó una reverencia muy profunda.
- Le agradezco lo que a hecho por Akodo-sama, estoy en deuda con vos. -tras esto mira a Akodo- Lo siento muchisimo, los enemigos se esfumaron, desapareciendo en el mismo aire, seré más fuerte, la próxima vez no conseguiran escapar.
La voz de la Matsu se volvió realmente dura y fria. Era obvio que para ella había sido una ofensa todo lo transcurrido durante el combate y cuando llegase el día ajustaría cuentas. Escuchó atentamente las palabras de Bayushi-san y Kuni-san. Tras ello se dirigió en camino a la salida de la sala cuando le pareció escuchar que el ataque había terminado para cumplir con la "orden" de su abuelo, pero a medio camino escuchó al escorpión hablar con la extranjera y no pudo evitar acercarse.
- Lamento la interrupción, -empezó diciendo mientras se acercaba, más hacia Arcadia que hacia el bayushi solo para dirigirse después al Escorpión.- Le pido que se modere Bayushi-san, no se como de cordial será el trato que tenga con ella o lo estrecha que sea su relación, pero le pido que esos "apelativos"- refiriendose a cuando la llamó Arcadia-chan- se los reserve para cuando este en privado, gracias.
Sin esperar una respuesta se dirigió al exterior a buscar a los sacerdotes y a los curanderos como su abuelo había pedido. Bastantes bajas habían sufrido como para perder a los restantes por heridas infectadas o por pérdida de sangre, también ordenó a algunos etas que se dirigieran a la sala para retirar los cuerpos de allí y de los alrededores, había que adecentar el lugar cuanto antes. Cuando terminó de realizar los llamamientos volvió a la sala con los demás y su abuelo.
- Todo se ha hecho segun pediste, Akodo-sama. Me he tomado la libertad de llamar a también a algún eta para que retire a los difuntos.- Tras decir esto se dirigió a todos los samurais presentes.- Debo daros las gracias una vez más por haber estado aqui presentes y ayudar en la defensa tanto de la hacienda como de mi venerable familiar. Ha sido un honor luchar a vuestro lado.
Akira relaja un poco el gesto cuando ve a dos figuras humanas llegar a la sala. Los Oni se han marchado y eso es un buen augurio... ¡han logrado repeler el ataque! ¿Eso les convierte en victoriosos? ¡Excelente! Pero por otro lado...
-¿Pero vosotros dónde cuernos habéis ido? ¡Si ya teníamos la situación bajo control! Espero que tengáis una buena explicación porque... ¡vaya, no creo que os hayáis amedrentado tras lo ocurrido en Tsuma! ¿No?- Parece un poco molesta por la retirada de ambos pero muestra preocupación en sus palabras, pensando que quizá su espíritu se haya apagado tras aquella batalla.
Ante las palabras del anciano esboza una sonrisa entre dientes y enfunda la katana de Hana para otorgársela de forma educada. Tamaña es su sorpresa cuando decide marchar sin recogerla, quizá algo preocupada por ese dato aunque no dude de las habilidades de la encargada esmeralda. -Es un honor, Hana-sama. Protegeré la sala de amenazas oscuras, aunque creo que se han retirado. ¿Desea que la acompañe alguien?
-¡Yuri-san! Yo estoy perfectamente, pero me preocupan los atacados por las mórbidas artes de ese tipo. Nobu-san no tiene buen aspecto pese a no haber sido herido...- Mantiene los ojos igualmente hacia la puerta para no incumplir la orden dada por Hana. -Tu labor custodiando nuestros flancos ha sido admirable. No habría salido de una pieza de no ser por tí y Ren-san.- Las palabras de Ren sin duda la divierten, riendo entre dientes para luego decirle por lo bajo un "Bueno, bueno. Pero yo te aviso que bailar no es lo que se me da precisamente bien, ¿ah?" Guiña un ojo.
Su extraño flirteo con Ren es interrumpido por Harumi, que le hace llevarse una mano a la cara y reir realmente divertida por sus palabras. -Eso está hecho, Harumi-san. Pero, ¿cómo va a ser eso? De momento está muy magullado, pero no aceptaré que venga conmigo solo para repartir abrazos, que conste.- Al oir al cangrejo decide aportar un poco más. -Ha sido similar a lo que le hicieron a Suzaku-dono. No entiendo exactamente qué estaban haciendo ni qué pretenden...- Iba a invitar a Niou como seña de camaradería en la batalla, pero al estar tan serio igual le conviene esperar para devolverlo a su actitud caóticamente divertida
-Hemos impedido que se lleven las dos cosas que estaban buscando. Eso hace de nuestra batalla una victoria, habiendo hecho retroceder a un enemigo cobarde y rastrero.- Mira a la León y se da un golpe en el pecho como seña de respeto al haber reconocido a una compañera de batallas. Cosas de Unicornio. -Ha sido un honor pelear por la misma causa, Matsu Yuuka-san. Yo soy Utaku Akira, discúlpeme por no haber correspondido antes al saludo, pues aún custodiaba la puerta.
Eh, Arcadia-san. ¿Por qué no hiciste eso antes? Igual así te habrían hecho algo más de caso.
Nashiro llego junto a Yusei donde se celebró el encuentro, miro a los demás en silencio y con seriedad, parecía que todo había acabado, o eso parecía, aunque aquello no relajaba a la liebre pues tenían algo que comunicar Yusei y ella. Entro a la sala donde se encontraba los demás y se inclino con respeto, digno de un samurai.
- "Venga Nashiro, explica la situación... ¿Se pensarán que fuimos unos cobardes...? Todos parecen que tienen buenos lazos entre ellos... " - Nashiro frunció los labios con la mirada clavada en el suelo. - "Vamos céntrate..." -
Nashiro tomo aire, se sentó en el suelo apoyando la frente en el suelo y comenzó a hablar manteniendo la postura.
- Fuimos a investigar de donde venian aquellos seres siguiendo una estela que pudimos ver Yusei-san y yo. Venia desde lo más interno del palacio, de hecho el motivo por el que hemos vuelto ha sido para solicitar ayuda de alguno de ustedes, aun temiendo que siguiesen en batalla. - Tomo aire.
- Siento de verdad haberles dejado en el combate a ustedes y lamento que tengan una mala imagen de mi o de Yusei-san por ese acto. Ruego que nos disculpen por ello, por favor... Pero, creíamos que investigar de donde venían aquellos seres era una buena opción... Lo siento... -
Nashiro hablaba de manera pausada y clara, con cierta tristeza en su voz, no podía evitar sentirse mal, ¿y si los hubiesen matado mientras Yusei y ella iban a investigar? Claramente la culpa invadía el cuerpo de la liebre, tanto que la hacia temblar de manera disimulada.
Yusei apareció en escena bastante sudado y agotado. Parecía haberse dedicado a hacer grandes carreras en todo el tiempo que había pasado, casi sin descanso. Se mareó un poco y se apoyó en la pared, cerca de las puertas.
-No podría encontrar las palabras para disculparme ante todos vosotros por haber alentado a Nashiro-san a correr en busca de la pista que habíamos detectado, pero... Tras ese temblor que pudimos llegar a sentir todos, descubrimos que tras el pasillo hay alguien haciendo una especie de ritual que, por lo que creo que podría ser, parece una causa probable de la invocación de estos onis. Tras eso pensamos en la posibilidad de avanzar para conseguir las armas que deberían de estar en la entrada, a riesgo de que éste nos viera pero, por el aura que desplegaba ese sujeto... decidimos ser prudentes y volver lo más rápido que hemos podido para pedir ayuda y comunicar lo que estaba ocurriendo tras estas paredes- Yusei cogía aire. Lo cierto es que le costaba bastante respirar. -Si decís que los demás han huido, no sabría deciros entonces si esta persona también ha decidido marcharse... Pero, sea como sea, me gustaría investigar la zona en la que lo vimos Nashiro-san y yo, aunque no solos. No puedo prestaros la ayuda que me gustaría...- "y menos dentro de recintos, y sin arco, y con dificultades incluso de usarlo si pudiera...tsk...". La cara de Yusei se tornó un poema. Se podía apreciar en su rostro lo inútil que se sentía dentro de su grupo de compañeros, y se lamentaba por ello. -Una vez más, siento mucho haber corrido de tal manera... quise haber hecho lo mejor que pudiera hacer en ese momento y, además, he arrastrado a mi compañera. La culpa es solo mía. Si alguien debe tener una mala imagen de otra persona aquí, yo sería la única persona que cargaría con ese peso. Lamento no haber podido hacer nada más...- hacía una reverencia doblando hasta el máximo su cuerpo, mostrando lo por debajo de la situación que se sentía ante todos en la sala, a modo de disculpa.
"Sin embargo, no es momento para celebraciones. No me quedaré tranquilo hasta que no averigüe qué estaba pasando en ese pasillo. Además... aún tengo que hablar con Nashiro acerca de lo que hemos visto"... Tras eso, Yusei se quedó agachado en el suelo, esperando la respuesta del resto, sin levantarse aún de su reverencia.
A sus oidos solo llegaban los murmullos de sus compañeros, palabras sueltas de algunas conversaciones, tonos de voz que reconocía de casualidad. Durante un momento le pareció reconocer la voz de Ren, girando la cabeza lentamente hacia a él mientras aún se sostenía la mano en el pecho consiguió articular un par de palabras;- Me duele...el pecho..- Parecía como algo ido ¿Tendría fiebre? Al menos había conseguido hablar, lo que significaba que no estaba tan mal como hacía un rato, aunque de igual forma su aspecto era deplorable.
Lo que sentía era extraño, tenía todo el cuerpo frío, congelado, pese a todo aquella parte de su pecho la notaba ardiendo, como si le hubieran acercado un hierro candente para marcarlo con él. ¿Qué le había hecho aquel mago? En esos momentos solo observaba las caras de sus compañeros extrañado y confuso, sin realmente llegar a decir ni hacer nada, quería unirse a ellos, felicitarles por el combate y preguntar su estado pero sencillamente no podía ni levantarse desde que en mitad del combate se encontrase febril, cansado y extrañado.
Cuando trató de ponerse en pie, le temblaban las piernas, todo le daba vueltas, no conseguía mantenerse estable, logró dar un par de pasos hacia sus compañeros para acto seguido caer de bruces contra el suelo, sin aliento y con una respiración pesada, no entendía por qué aquello sucedía tan repentinamente, solo esperaba poder ponerse en pie en cualquier momento e ir hasta sus compañeros como si nada pasara, pero lamentablemente era incapaz de ello.
La noche pasa bastante rápida. Tras llamar a los etas, sirvientes y sacerdotes todo el lugar y todos sois tratados como debería. Akodo Ryu ha hecho recuento de muertos y bajas ante los Onis, y personalmente ha dirigido una investigación en su casa. No os ha informado mucho al respecto, pues es algo que solo le concierne a él si así lo considera. El día siguiente también pasa bastante rápido, pues es cuando sucede la celebración.
Algunos estáis más heridos que otros, pero los que pueden se levantan pronto como buenos samuráis que son, para a medio día celebrar que los enemigos fueron repelidos. Aunque ha sido una grave osadía por su parte, se infiltraron de una forma pasmosa dentro de la misma fortaleza Akodo. No estamos hablando de un sitio cualquiera. ¿Qué clase de amenaza se cierne sobre Rokugán?
Tras pasar la siguiente noche también en la fortaleza, Akodo Ryu no se hace más cargo de sus invitados. Mediante intermediarios y cortesanos os invita a dejar el lugar, agradeciendo la defensa del mismo en todo momento. Está claro que el anciano necesita tiempo para reubicar su fortaleza y sus defensas, aparte de tiempo propio para investigar lo que ha sucedido en su propia casa. Es algo normal.
Desde entonces... Los próximos días los pasáis en el refugio de viajeros "Hikari" del barrio más bueno de la ciudad, dónde os íbais a quedar el primer día en principio. Está bastante bien. El tiempo que os quedéis allí lo decide tanto Hana como vosotros, es una decisión grupal. Pero por ahora, es momento de descansar. Arcadia por su parte volvió a su forma de niña pequeña tras la pelea, quedándose inconsciente durante todo el día siguiente.
Fin del primer recorrido. Abriré las escenas sociales de intermedio para que podáis hablar.