1 de Noviembre de 1997, Milan
Hacia dos semanas que habías recibido el don oscuro por parte de Constanza, tu sire, habían sido dos semanas de locura donde habías aprendido algunos de los rudimento de ser un no-muerto dos semanas donde los diferentes miembros de la cofradía te habían machacado, humillado y reído de tus fallos. Constanza era la única que te trataba con ternura ayudante a superar las nuevas pruebas explicándote los preceptos del Sabbat, pero Constanza solo te trataba con ternura cuando el resto de la cofradía no miraba si no era igual de cruel que ellos. Era parte del entrenamiento y filosofía de la secta. ¡Los débiles no merecen pertenecer al Sabbat!
Las dos semanas pasaron lentamente y por fin había llegado el día de la palla grande, la fiesta más importante para el Sabbat, aunque no había sido invitado, a ojos del Sabbat aun no eras un vampiro aun no habías recibido el rito de iniciación. Constanza te explico que el día de tu iniciación no tardaría en llegar pero que tendrías que tener un poco más de paciencia.
Constanza desfilo con el resto de la cofradía, todos llevaban sus mejores galas incluso Ernest el psicópata-esquizofrénico que solía vestir con un mísero taparrabos se había puesto pantalones vaqueros. Todos desfilaban hacia la gran fiesta mientras que a ti te había tocado cuidar del refugio de la cofradía, una antigua fábrica a orilla del rio.
Llamaste a Yuri para que la larga noche se hiciera más llevadera, si algún miembro de la cofradía te hubiera visto tratar con tu guardaespaldas mortal te habría tachado de débil, para el Sabbat los humanos no eran más que ganado. Pero Constanza comprendía la utilidad de Yuri y había permitido que siguiera protegiéndote.
No esperabas que los miembros de la cofradía llegaran al refugio hasta casi el amanecer, pero transcurridas tres horas de la partida del grupo las puertas del refugio se abrieron con un fuerte golpe. En el umbral aprecio Constanza con una mueca de ira en la cara tenía el vestido de gala desgarro y cubierto de sangre, detrás de ella iba Rocky el Brujah antitrivu de la cofradía, no había rastro de los otros seis vampiros que formaban la cofradía. ¡Coge tus cosas! Nos largamos de la ciudad. Grito Constanza mientras recogía algunos de sus enseres personales, por su parte Rocky había ido hasta la armería del refugio y cogía su escopeta de caza.
El convertirme a esas alturas en un paria no es que me alegrara mucho, pero merecía la pena por lo que se abría ante mí, Constanza me dejo claro que si mantenía mi constancia de costumbre, obtendría un poder increíble. Era cierto ya había notado parte de ello, pero las burlas y mofas del resto de la cofradía no es que me agradaran mucho, era menos que una mascota o un bufón. Pero era parte de la iniciación, así que no quedaba más que aceptarlo. Durante tiempo me toco hacer las peores tareas posibles, a veces un camarero, otras un simple recadero y muchas ser el objeto de bromas estúpidas.
Constanza trataba de ayudarme en privado, pero se mostraba dura cuando estábamos con el resto. No se lo tenía en cuenta era por mi bien me dejo claro que debía elegir si ser lobo o cordero y aunque fuera duro elegí lo primero.
Esa noche especial me quede en el refugio, como el niño que ve como su familia se va a cenar y el está castigado en casa. Lo acepte, nuevamente realizando una maldita tarea inútil. Por fortuna Constanza permitió que Yuri me acompañara, ella era más que una secretaria como muchos creían, o una mortal. Pero eso me lo guardaba para mí y Constanza. Su compañía fue agradable, por fortuna no era muy habladora y sabía que tenía que hacer. Durante horas simplemente me entretuve leyendo un libro que me cedió Constanza donde se explicaba ciertas cosas sobre los de nuestra sangre.
Entonces fue cuando la llegada de Constanza me extraño "Que raro ¿Tan pronto? ¿Tan mala fue la fiesta" Pretendía hablar, pero al ver el aspecto del traje y la cara de mi Sire, me lo ahorre, algo había ocurrido, la sangre me hizo ver que no fue algo agradable "Ya preguntare en otro momento" Tras ella Rocky apareció, fue directo a la armería de la cofradía, tomo una escopeta "En efecto ahí problemas" Mire a Yuri y luego a la armería, era inteligente para deducir por si misma lo que quería.
Me prepare tome mis pocas pertenencias, el portátil, Tablet, pasaporte y algunos papeles, apenas una pequeña mochila al hombro, la ropa podría comprar más donde fuéramos. Luego solo me quede a la espera. Listo mi señora. Me tenía que morder la lengua para no preguntar, pero el humor de Constanza no era el mejor y ella era un amor cuando estaba de buenas, pero la temía cuando se enfurecía, había visto hacer cosas muy duras a otros cuando esto ocurría. En cuanto pudiera llamaría a los chicos diciendoles el cambio de residencía para que estuvieran preparados.
A los chicos me refiero a Robert y James
Yuri se dirigió hacia la armería y cogió una mini-uzi, un arma efectiva y fácil de ocultar. Mientras tanto Constanza da unas cuantas órdenes a brujah antitribu. Rocky, recuerda, no permitan que te maten. Solo distráelos durante unas horas y cuando piensen que estás acabado, prendes fuego al refugio y saltas al rio. Así pensaran que nos hemos suicidado. Recuerda, te esperare todas las noches a las 11:00 en la plaza de San marcos, en Venecia. ¡Recuérdalo! Nos vemos pronto. Constanza se gira hacia Yuri y tú. ¿Listos? Iremos andando hasta la carretera, donde robaremos un coche. ¡Vamos!
Desde el almacén a la carretera había algo menos de un kilómetro, el camino fue tranquilo y en silencio solo roto cuando Constanza se deshizo de los incomodos zapatos de tacón. ¡Mierda! Grito mientras arrojaba los zapatos con rabia contra el suelo. ¡Mierda! ¡Mierda! Nos han traicionado, a todos. Hay que llegar a Madrid y avisar de todo esto.
No recordaba ver así de rabiosa a mi Sire, siempre fue una mujer fría calmada, pero desde luego lo que fuera la había dolido. Escuche como ordenaba a Rocky que hacer, ganar tiempo y luego donde quedar. Tras eso Yuri y yo la seguimos, por lo visto a conseguir un vehículo para irnos.
Pero en el trayecto se paró y lo pago con sus zapatos, los arrojo volando para luego maldecir y volver a maldecir “¿Madrid?” Mi señora ¿Deseáis que haga preparar el jet? La dije, entre mis pertenencias estaba un jet privado que estaba a nombre de una de mis empresas. No tardaran mucho. Pretendía ayudar, ver así a Constanza me dolía y mucho. No me preocupaba mucho de los alrededores, para ello estaba Yuri y con lo del coche sería más que útil.
Me sentía algo desubicado, no sabiendo exactamente cómo actuar, solo comprendía que debíamos abandonar el lugar y al parecer ir a Madrid. También puedo hacer que nos preparen un lugar en Madrid. El banco tenía una sucursal el Madrid, básicamente por algún motivo muchos políticos y empresarios deseaban ocultar ciertas cuentas.
Contanza se gira con una sonrisa en los labios. Siempre supe que eras útil, aunque el resto de la cofradía nunca lo supo ver donde residía tu utilidad, no todo es fuerza bruta. Ahora solo quedamos tú y yo. Las palabras eran amables pero estaban cargadas de amargura y contenían un mensaje oculto, todos los vampiros que conocías estaban ahora muertos, todos incluido Rocky o eso era lo que suponía tu sire.
No iremos en avión, eso es lo que esperan. Además ahora toda la puta Camarilla debe de estar llegando en clase turista, tampoco podemos coger el tren ni el barco, seguro que también están vigilados. Robaremos un coche y trataremos de huir por el campo hasta alejarnos lo suficiente para poder volver a una autopista. Es mejor morir despedazado por un Hombre lobo que caer en manos de la camarilla.
Me sentí agradecido por las palabras de Constanza, era cierto, no era alguien capaz de enfrentarse directamente a otros rivales, pero cuando se trataba de moverse entre la gente y conseguir cosas, era el mejor, el dinero y mis aptitudes eran lo mejor para ello.
Asentí ante las palabras de Constanza. Claro mi señora además esta Yuri ella es más que apta para estos temas y dispongo de un par de criados que pueden ayudarme. La dije, rápido comencé a pensar como disponer para que ambos se dirigieran a Madrid y de paso consiguieran un lugar acorde. Aun así me pondría en contacto con el gerente del banco para que hiciera saber a la delegación de Madrid que viajaría allí y que dispusieran un lugar para mí y mi Sire, seguro y de paso contratar seguridad privada, lo que fuera para que Constanza estuviera segura.
Yuri ya sabes que toca hacer. La dije, sabía que ella se ocuparía del resto. Luego ofrecí mi mano a mi Sire, para ayudarla. Luego seguí sus órdenes guiado por Yuri dejando a ella hacer, llegado el momento si necesitaba ayuda colaboraría con mi talento para convencer al ganado.
Los siguientes días fueron un caos de carreras y llamadas telefónicas, recorristeis los 16.000 km de carretera que separaban Madrid de Milán en cuatro días. Esa misma noche conseguisteis salir de Milán con un todoterreno atravesando los campos y recorriendo caminos apenas transitados. Después cambiasteis regularmente de coche, dormisteis en hoteles de carretera y os alimentásteis en los bares de carretera. Mientras Yuri y Constanza se encargaban del trabajo sucio, tú te encargaste de las llamadas de teléfono organizando la llegada a Madrid.
La misma noche que llegasteis a Madrid y empezasteis a instalaros en el refugio, un piso en la calle Alcalá, un hombre trajeado llamo a la puerta de vuestro nuevo refugio. Hola y bienvenidos a Madrid, dice el hombre con tono cordial, mi nombre es Alfonso Iradier, miembro de la Catedral de las Tinieblas. El arzobispo Moncada me ha pedido que os de la bienvenida a la ciudad.
Por un lado me sorprendió aquella visita, pero no tanto, era lo esperado. Hice pasar al caballero a un salón donde había una serie de sillones y decorado de manera elegante pero moderna. Es un honor estar en esta bella ciudad y agradezco sus palabras mi señor. Si me da unos segundos avisare a mi Sire de vuestra presencia. Dije con educación. Si lo deseáis puedo hacer que os traigan algo de tomar. Añadí amablemente, ante todo había de ser un buen anfitrión y más con alguien como ese tipo, que podría abrir o cerrar puertas en la ciudad.
La cosa estaba claro, si no me equivocaba aquella era una visita no casual. Seguramente querían saber que hacíamos aquí, porque habíamos huido y de paso concertar una cita para ver al Arzobispo Moncada. Pero ese tema me era ajeno, sería algo que Constanza querría llevar ella. Una vez que el invitado estaba bien, deje el despacho para rápidamente avisar a Costanza, dirigiéndome a sus aposentos.
Llame a la puerta. Mi señora tenemos una visita y creo deberíais recibirla. Dije tras haber golpeado la puerta.
El hombre torció el gesto ante tantas palabras de halago, y tu ¿Quién eres? Pregunto casi con desprecio.
Es Antuan, el único superviviente de la cofradía a la que pertenecía. El todavía no ha recibido el rito de iniciación, pero confió en que eso ocurra dentro de poco. Contesto en tono iracundo Constanza. Soy Constanza de Milan y requiero una reunión urgente con el Arzobispo Moncada. Alfonso entonces comunico que tenía un choche esperando a la puerta, y que os acompañaría a la Catedral de la Tinieblas.
El coche paro enfrente de una pequeña iglesia de barrio, Alfonso os dirigió a las catacumbas de la misma y desde esta una cueva que se introducía en las profundidades de la tierra. La Catedral de la Tinieblas, el mítico hogar de los Lasobra de Madrid es un conjunto de túneles y cuevas que se extiende por el subsuelo de ciudad.
Tras recorrer diferentes pasillos legáis a la galería principal, una cueva de 30 metros de alto en la que podrían caber más de mil personas, la galería se encuentra reforzada por arcos ojivales al estilo de las catedrales góticas del medievo y en las inexistentes vidrieras la oscuridad de la cueva ondula. Un hombre orondo vestido con una simple túnica negra está en el centro de la nave.
¡Buenas noche! Proclamo el cainita mientras tendía una mano de dedos gordos donde había un anillo con un gran rubí rojo. Constanza beso el anillo y luego el hombre te tendió a ti el anillo. ¿Qué es lo que ha pasado en Milan? Muchos son los rumores, pero nadie sabe decir que ha pasado en verdad. Tu, Constanza, has sido la primera y por ahora la única que ha escapada de la ciudad. ¿Qué ha pasado? ¡Que tus palabras acallen los rumores!
Giangaleazzo, antiguo Arzobispo de Milan, ha traicionado a La Espada de Caín. Constanza dice las palabras con rabia. Durante la palla grande, Giangaleazzo proclamo su adhesión a la Camarilla y tendió una trampa a allí reunidos. Las palabras de la Ventrue antitribu callerón como una losa sobre Moncada que enmudeció.
Note el desprecio del hombre, pero ya estaba acostumbrado, los míos no eran muy bien vistos entre los de la Espada, es mas muchos desconfiaban de nosotros, pero por fortuna mi Sire ya había superado eso y mostrado su lealtad, cosa que yo haría en cuanto se me diera la oportunidad. Constanza solicito cita con el Arzobispo y esta petición fue atendida.
Seguía aun saber que había pasado en Milán, mi Sire no comento nada desde nuestra huida y no me veía con fuerza para hacerlo. El tal Alfonso dispuso un vehículo para nosotros, junto a él nos dirigimos a una pequeña iglesia "Vaya esperaba algo más pomposo" Me dije al ver el sitio, pero luego mi impresión cambio, cuando bajamos a la verdadera Catedral de las Tinieblas, era impresionante aunque personalmente hubiera elegido un lugar distinto, no podía evitar sentirme honrado ante aquella visión.
Llegamos a una cavidad enorme, se podría hacer un buen concierto o fiesta en el sitio, si no fuera lo que era. Un tipo gordo en una túnica negra se acercó, era el Arzobispo Moncada. Una vez que mi Sire beso su anillo me dispuse hacer lo mismo. Excelencia soy Antuan del clan Ventrue. Me presente, pero pronto las palabras de Constanza borraron cualquier interés en mí, lo que dijo me dejo helado, tanto o más que al Arzobispo “El Regente vendiendo a los suyos, uniéndose a la Camarilla” Poco podría ser más despreciable, pero lo peor es que habíamos perdido la ciudad, eso si que era una lástima, cualquier cosa que hiciera a los Camarillas fuertes nos debilitaba a nosotros. No sabía bien cómo reaccionar por lo que me quede a un lado esperando, dando gracias que mi señora Constanza consiguiera salir de aquella emboscada, pero eso podía poner el foco sobre su persona, los vástagos éramos demasiado suspicaces en ciertos temas.
Transcurrieron unos segundo de silencio, pero finalmente el arzobispo decidió romperlo. No os preocupéis, ni vos ni vuestro chiquillo sufriréis daño alguno. Gran proeza ha sido escapar de semejante trampa y os deberíamos de elogiar por ello, pero no es tiempo de celebraciones. Aunque Moncada hablaba con tono pausado, como un cura dando un sermón, en su mirada y sus gestos había inseguridad; la noticia le había afectado.
Tenéis mi permiso para quedaros en Madrid y se os asignara a una de las cofradías de la ciudad. Era un duro golpe para Constanza pasaría de dirigir una manada a ser un miembro más de una de ella, pero la cainita no rechisto. Por ahora aguardar y disfrutar de la villa de Madrid, hasta que os asignemos la cofradía.
Según mis cálculos este sería el último post del prólogo, antes de comenzar la aventura, aunque eres libre de añadir algún post más o idea.
Creo que mi pj no diria nada es un neonato y en todo caso hablaría mas adelante con Constanza, no se atrevería a decir algo que molestase al Arzobispo o a la Sire.
Si quieres narrar algo más, por ejemplo como has comentado una charla con tu sire o alguna otra cosa, eres libre. Calcula que van a pasar dos días o puede que algo más hasta que comience la aventura.
Si no quieres narrar nada más, no pasa nada. Ahora estoy esperando a que el resto de jugadores terminen sus respectivos prólogos para empezar la siguiente escena.
Ok va me lo tomare como vacaciones ja, a ver que pasa a partir de ahora. Lo bueno de Madrid es el nivel de corrupción en España creo que es algo a explotar jaja.