Partida Rol por web

Los últimos meses en la villa de Madrid han sido un auténtico caos, varios intento de asalto sobre la península por parte de la Camarilla han obligado que las Cofradías de Madrid a desplazarse a otros puntos de la geografía ibérica. Todo comenzó con la traición de Giangolenzzo, arzobispo de Milán, que se pasó a la Camarilla y aniquilo a la totalidad de los cainitas de la ciudad italiana. Aprovechando la confusión que precedió a la traición la Torre de marfil ataco Italia y España, los tradicionales feudos del Sabbat en Europa.

La manada de la que formas parte fue enviada a la Valencia, una de las provincias más turísticas de la península. Moncada y sus consejeros predecían un ataque desde este punto, y su información no fue errónea. Prediciendo a los ataques sobre Oviedo, Sabadell y Gibraltar la torre de marfil ataco la ciudad. Había estado acumulando tropas en la ciudad haciéndolos pasar por turistas estragaros. Tanto los Moncada como sus consejeros y tú ductus sabíais que el ataque sobre Valencia no era más que una maniobra de diversión, encargada a disgregar las fuerzas del Sabbat. Pero alguien se confundió al calcular la fuerza del golpe y este resulto ser mucho más mortífero de lo que se esperaba en una simple maniobra de diversión. La ciudad se convirtió en un infierno durante varios días y casi todos tus camaradas cayeron a manos de la camarilla, solo sobreviviste tú y otro miembro de la cofradía. Frenada la acometida de la Camarilla fuisteis requeridos de nuevo en la capital, Moncada deseaba reorganizar las escasas fuerzas que habían sobrevivido y planear un contraataque.

En coche, un Golf de color rojo, rugía por la autovía del Este dirección a Madrid. Sebastián, un vampiro arrogante y sin rango dentro de la cofradía, iba de copiloto. Si tuvieras que utilizar una palabra para definir a Sebastián era prepotente, aunque no fuera el último cainita en la jerarquía del Sabbat trataba de aparentar poder y presencia, aunque esto solo fuera una mera fachada.

Esto ha sido un verdadero una verdadera putada. Pero viéndolo bien, el ductus ha muerto, así que soy el nuevo ductus de la mana. Vocifero con aires de importancia. Seguro que Moncada nos ha llamado a Madrid para proclamarme el nuevo ducutus de la manada.

El zequi conducía con la gracia y finura propia de un cani al que alguien le ha dado un coche y le ha pagado la gasolina: Adelantaba a todo el mundo, sin importar que ya fueran al límite de velocidad. Podían ir a la misma velocidad, pero él delante. Atrás quedaron los domingueros, los camiones con mercancías toxicas, y en general, todo el mundo. Incluso un Astra GTC con llantas molonas y un alerón de órdago que reacciono a su adelantamiento adelantándolos, lo que llevo al vampiro a adelantarles de nuevo. Comenzó así un pique que solo terminó a la altura de Motilla del Palancar, cuando el pelado de nariz aguileña que conducía el cochazo tomo la salida a cuenca. Ambos quedaron como ganadores en su mente.

Sebastián era demasiado imbécil para temer por su vida, si no estuviera tan preocupado proclamándose jefazo habría visto que corría mucho peligro de terminar su eternidad decapitado por un guardarraíl o una llanta “reshula”   

El moreno dudó si tomar la salida a Cuenca también y acosarlo hasta su mismo garaje, pero seguro que al jefazo no le molaba que llegaran tarde, por no decir que buscar refugio para el sol sin planificarlo antes era un coñazo. Volvió su atención a su compañero.

-Killo, ¿Qué pasa contigo, mamona? Si yo entiendo que tú no quieres más que trepar “na” más ¿pero, ni un minuto de silencio por los demás de la manada? ¿Todos hechos mierda y polvo y tú ahí a ver como rebañas “pa” ser jefe?- Negó con la cabeza mientras subía un par de decibelios más el CD de Camilo Sesto “Vivir así es morir de amor” tronó a todo gas en el vehiculo.

¡Ni killo, ni leches! Ya he llorado suficiente a los caídos, ahora tengo que pensar en MI porvenir. Sebastian se había puesto rojo como la grana, él también había perdido a compañeros en la batalla, concretamente a su sire una tal Mariane. Mariane era una preciosidad de origen francés, siempre habías pensado que podía haber sido tu sire también, pero nunca tuviste ocasión de preguntárselo y ahora se había llevado el secreto a la tumba.

Lo miró por el retrovisor con cara seria, pero al final negó con la cabeza mientras se rascaba la nuca. –Venga va quillo, en verdad que lo siento. No te me pongas “charcoño” (loco) yo solo digo que antié (antes de ayer) estábamos todos pasándolo flama y hoy están arrecios (muertos)…-  No pudo añadir más, en ese momento sonó el teléfono móvil de Sebastian.

Entonces el móvil de Sebastián empezó a sonar, con parsimonia y gesto de importancia el vampiro descuelga el teléfono.Si, estaremos. Al colgar el teléfono Sebastián parece más pálido de lo normal. Era Alfonso Iradiel, el lugarteniente de Arzobispo, ha dicho vayamos  directamente a la catedral.