Partida Rol por web

28 de Octubre de 1997, Barcelona

Las circunstancias laborales habían querido que a finales de los años 70 tuvieras que dejar tu casa familiar de Madrid y trasladarte a la ciudad condal. Hacía ya más veinte años de la mudanza y también hacia veinte años desde que “Don” Pere Arnau había reconocido tu sangre noble. Fue durante uno paseo nocturno por “El laberinto” del barrio de Horta, un precioso jardín que había pertenecido a una de las mansiones de la nobleza Barcelonesa y que actualmente había pasado a manos de la ciudad, el jardín aun conservaba su laberinto de cipreses un lugar idóneo para pasear y desconectar del ruido de la ciudad. Durante este paseo un hombre harapiento, Pere, te empezó hablar sobre tu sangre noble, tu rancio abolengo y su “padre” le había dicho que tú eras alguien muy importante. Tardaste poco en descubrir que el “padre” de Pere estaba muerto y que en realidad el pobre vástago sufrirá un trastorno que le hacía ver a su padre muerto.

Durante los primeros meses de tu existencia Pere actuó como un mentor enseñándote todo lo necesario para ser un buen vástago la Camarilla, explicándote la delicada situación de la península: Barcelona era el único bastión de la Camarilla toda España estaba en manos del Sabbat. Había rumores que aseguraban que en Toledo se había instalado una capilla Tremere aprovechando la confusión de la Guerra Civil y que en otras pequeñas ciudad también había vampiros afines a la Camarilla. Aunque solo Madrid y Barcelona era ciudades lo suficientemente grandes como para soportar una población de más de una docena de vampiros.

Cuando Pere considero que no podía enseñarte nada mas te presento ante el príncipe de la ciudad Javier Montoya, un Tremere que había ascendió al poder durante la Semana Trágica del verano de 1909. Montoya manejaba la ciudad con mano de hierro impidiendo los altercados y ajusticiando a los infractores. Después de la presentación formal Pere te abandono, desorientado en un maraña de política donde un paso en falso significaba la muerte decidiste alejarte de la política, encerándote en tu casa del barrio de Horta y como los vampiros de las novelas, abandonando tu refugio solo para alimentarte. La rutina y la falta de actividad en tu no-vida estaba haciendo que el despertarte cada noche fuera cada vez más difícil, la idea de caer en Letargo como un viejo vampiro y esperar tiempos mejores empezó a ganarse un hueco en tu mente. Fue durante una de tus monótonas noches en las que barajabas la opción del letargo cuando recibiste un recado de Jordi Canals, el primogénito del Clan Malkavian en Barcelona, quería reunirse contigo en el jardín del Laberinto.

Optaste por acudir a la reunión, puede que la reunión con el primogénito del clan te sacara de la espiral de monotonía en la que se había convertido tu vida. ¿Pero que querría Jordi Canals de un vampiro sin importancia como tú?

Por uno de los pasillos caminaba una figura delgada con el pelo revuelto y que no paraba de juguetear con una pluma estilográfica entre los dedos, rápida mente lo reconociste era Jordi Canals. El vampiro te miro con los ojos como platos y después contar con los dedos rompió el silencio. Estoy seguro al 99% que tú eres Dario, y estoy convencido de esto en un 80% en que ahora te estas preguntando: ¿Por qué te he llamado a ti?

La paciencia siempre obtiene su recompensa. Había esperado largos años, en apariencia inactivo, pero con su cabeza trabajando, rumiando, sabiendo que la llamada llegaría. 

Lejos de su ciudad, primero perdió su familia, luego su dinero. Ganó su no-vida, lo habían elegido, pero el precio había sido alto. Esos veinte años le habían pesado, pero Darío era fuerte y estaba preparado.

Acudió a la cita orgulloso, casi altivo, sintiéndose importante, imprescindible. Aparentar naturalidad, esa era la clave. Reunirse con un Primogénito no era nada extraño para él. Parte de su rutina de cada noche, solo eso. Y desde luego el aspecto de Canals no le impresionó gratamente. Qué poca formalidad. 

- En efecto, Primogénito. Ese soy yo. Es un placer saludarle - le tendió la mano con una sonrisa seca y el estómago más apretado que el nudo de su corbata. Lo había conseguido, estaba en el juego. - Estoy seguro de que puedo serle de ayuda en lo que necesite - respondió indirectamente a las estadísticas del Malkavian.

Calanes sonrió complacido y apretó la mano que le tendías. Sí, no solo me ayudaras a mí sino a toda la Camarilla. Pero la misión es peligrosa, hay un 50% de probabilidades de fracaso. Agrega con cara de preocupado. ¿Espero que esto no sea ningún impedimento?

El malkavian comenzó a caminar hacia la salida del parque, caminaba con paso tranquilo mientras seguía jugando con la pluma estilográfica. Antes de seguir hablando de la “misión”, tienes que prometer que la cumplirás. Este es el punto de no retorno. La negación de cumplir la misión después de contarte la información implicaría tu muerte en el 75% de los casos. Entre menos gente conozca la misión más segura será. ¿Estás dispuesto a seguir?

Darío alzó la barbilla en un gesto orgulloso. ¿Acaso dudaba de él? Era un Mendoza, podía cumplir cualquier misión que le encomendaran. Y tampoco se le daría mal dirigir a los hombres de acción, estaba seguro. Casi pudo imaginarse movilizando tropas, algún cuerpo de élitelos mejores vástagos, ocultos, infiltrados...sí, dirigidos por él podrían volar por los aires todo el Sabbat, en pedazos. Tal vez entonces podría volver a su casa... Todo eso llegaría. Sacudió la cabeza y centró sus esfuerzos en responder al primogénito.

- Estoy convencido de que no encontrará nadie mejor para su tarea, señor Canals. No, no...no es necesario que me lo agradezca - compuso una mirada humilde y sonrió. Sin embargo no dejó que la alegría que lo desbordaba llegara a la superficie. Se sentía vivo. Era una curiosa sensación...sentirse más vivo que nunca. - No contemplo la posibilidad del fracaso, jamás. Así que ese no será un impedimento. Y desde luego puede contar con mi total discreción.

¿A quién se lo iba a contar? Incluso Pere había desaparecido, hacía ya mucho tiempo. Tampoco necesitaba a nadie. Eran ellos los que le necesitaban. Les había costado, pero se habían tragado su orgullo y allí estaban, pidiéndole su ayuda. Era maravilloso.

Sabía que tu respuesta seria positiva, estaba convencido en un 90% que aceptarías la misión la misión.  Comenta con satisfacción ante la insistencia demostrada. Me gusta tu ímpetu, eso será importante en la misión, aunque no se en que porcentaje afectara a su cumplimiento. Tendría que calcularlo.

Aunque no perdamos tiempo en calculos, en la entrada del jardín espera un coche que nos llevara a la capilla Tremere. Canals se dirige con paso calmado hacia la entrada donde un choche de alta gama con cristales tintados espera. Seguro que solo desconoce un 30% de las cosas que le voy a comentar, pero desconozco cual es este 30%. Es información necesaria para la misión y no quiero que Javier Montoya pierda el tiempo explicándolo. Sabías que Javier Montoya era Príncipe de la ciudad de Barcelona, aunque solo lo habías visto el día que tu sire te declaro “mayor de edad”. Empecemos con cosas sencillas: ¿Sabes quién es Ambrosio Luis Moncada? ¿Quiénes son sus obispos? y lo más importante ¿quiénes son los tres colmillos? Mientras Canals hablaba habíais llegado al coche y un sirviente abrió la puerta del coche.

Incluso aquel chiflado había sido capaz de comprender que Darío era el hombre adecuado para aquella misión.

- ¿Cual es esa misión? Ni siquiera lo sabes.

- Qué importa eso. Sea cual sea, el tipo adecuado soy YO.

Los últimos años de soledad forzada le habían inculcado la costumbre de dirigirse a sí mismo en situaciones de confusión o estrés. Pero Darío Mendoza se mostraba inflexible, tajante; no admitía dudas,  ni siquiera -sobre todo- en su propio interior. Cerrar filas y marchar hacia adelante era la única opción. Caminando entre los árboles, el vástago escuchó con paciencia los cálculos del Primogénito. Al fin y al cabo iba a llevarlo junto al Príncipe, merecía la pena el esfuerzo.

- Moncada es el Arzobispo de Madrid - esa jauría de perros que le impedían volver a su ciudad desde hacía ya...mucho tiempo. Su garganta emitió un gruñido grave. - No conozco a esos colmillos de los que habla señor - no quiso reconocer que tampoco sabía nada de obispos. O si alguna noche Pere se lo contó, lo había olvidado.

Montó en el coche intentando aparentar normalidad, aunque le encantó el modelo y el lujoso interior. En marcha a ver al Príncipe ordenó al chófer, en su mente. Estaba seguro de que no iba a tardar en obedecerle.

Empecemos por la sencillo Los Tres Colmillos son una conspiración de vástagos de Toledo que se han infiltrado dentro del Sabbat de Madrid. Montoya piensa que su situación está comprometida, calculo que en un 20% lo cual es muy poco para un trabajo de espías,  de modo que Montoya piensa situar a un grupo de sus propios vástagos como espías en Madrid.

Ciertamente Moncada es el Arzobispo de Madrid, tu información es cierta al 100%, y los obispos de Madrid nadie lo sabe, son los lugartenientes de Moncada.

El coche avanzaba rápidamente por las calles de Barcelona dirigiéndose hacia el centro de la ciudad, hacia la Sagrada Familia. Cuando tu sire te llevo ante el príncipe de Barcelona lo hizo en el Teatro Liceo, no en la Sagrada Familia. Le preguntas a Canals por este cambio y te explica que el Liceo es el Eliseo de Barcelona mientras que las catacumbas de la Sagrada familia componen parte de la capilla Tremere de la ciudad. El lujoso coche se para en un edificio cercano a la Sagrada Familia en una de las calles laterales a esta.

Darío intentó retener la información. Así que ya se había formado un grupo de infiltrados en Madrid. Los tres colmillos, curioso nombre, y apropiado, pensó el malkavian. Pero se muerde mejor con cuatro colmillos que con tres, el dolor aumenta y la agonía de la presa también, eso lo sabía él mejor que muchos vástagos.

Siguió en silencio, camino del emblemático edificio, las manos cruzadas en el regazo y sin dejarse impresionar por la vida que hervía en las calles, que rara vez visitaba en los últimos tiempos.