Partida Rol por web

COMIENDO EN LUISIANA:

SÁBADO, 1 DE MARZO DE 2098.

HORA: 19:00 (GMT-6).

LUGAR: ALREDEDORES DEL RESTAURANTE AUGUST, EN LOUISIANA.

CLIMA EXTERIOR: TEMP.: 18,3 ºC. 1031 MBAR. VIEN: 20,5 KM/H, E. VIS: 16,1 KM. PUNTO DE ROCÍO: 8,3 ºC. PRECIPITACIÓN: 0 mm. DESPEJADO.

El August era un local con rancio abolengo. Considerado como casposo, quizá, y ahora venido a menos tras largos años de trabajo intachable. Se ufanaba de seguir cocinando a la antigua, sin casi la asistencia de ordenadores y maquinaria de síntesis, lo que provocaba que los precios fueran abultados y el resultado desigual, dada la problemática del exceso de mano de obra humana en lo que debería haberse acercado a la más pura química artística.

Habían venido caminando por la orilla del Missisipi. Afrikanen vestía su uniforme de bonito de la NEMA, con moderado orgullo bien planchado (pero con una pequeña quemadura de plancha en la culera, que creía haber escondido bastante bien).

Antes de eso había ido a buscar a Mensajera con una anticuada rosa roja dentro de un estuche transparente, preparada para ser lucida como si fuera un broche o como si fuera un tocado para la cabeza.

La primera conversación: —llámeme Matt, o Matthew, por favor.

SÁBADO, 1 DE MARZO DE 2098.

HORA: 19:00 (GMT-6).

LUGAR: ALREDEDORES DEL RESTAURANTE AUGUST, EN LOUISIANA.

CLIMA EXTERIOR: TEMP.: 18,3 ºC. 1031 MBAR. VIEN: 20,5 KM/H, E. VIS: 16,1 KM. PUNTO DE ROCÍO: 8,3 ºC. PRECIPITACIÓN: 0 mm. DESPEJADO.

Cuando Mensajera apareció en el lugar convenido para encontrarse, no parecía muy diferente a como aparentaba habitualmente, el chasis de su cuerpo, que era de acero y polipropileno de alta resistencia y no había cambiando demasiado. Sí se podía percibir que su cuerpo tenía un brillo especial producto de un proceso de engrasado, limpieza y encerado de la maquinaria de la que formaba parte. Su rostro sí había cambiado más sustancialmente, sus labios brillaban con un color gris metálico más intenso, casi plata, y el contorno de sus ojos  era más oscuro, de un tono antracita. 

Cuando vio a "Don Afrikanen" se acercó sutilmente, para terminar aproximándose con un abrazo y dos besos. Su abrazo era fuerte como el de una prensa hidráulica y, sin llegar a hacer daño, si producía la angustiosa sensación de que uno iba a ser aplastado. - ¡Claro, me gusta Matt! ¿Esta rosa es para mí? Mis sensores olfatorios detectan una cantidad elevada de beta-damascenona en su aroma, ¡te habrá costado una fortuna!

Cf. 

SÁBADO, 1 DE MARZO DE 2098.

HORA: 19:00 (GMT-6).

LUGAR: ALREDEDORES DEL RESTAURANTE AUGUST, EN LOUISIANA.

CLIMA EXTERIOR: TEMP.: 18,3 ºC. 1031 MBAR. VIEN: 20,5 KM/H, E. VIS: 16,1 KM. PUNTO DE ROCÍO: 8,3 ºC. PRECIPITACIÓN: 0 mm. DESPEJADO.

El abrazo fue reconfortante. Fue como estar junto a su amigo, el fuego, un amante siempre peligroso. Se encontró en la necesidad de estar muy atento. El peligro le hacía sentir así, y había llegado a ser una dependencia para él.

 —Su textura armoniza contigo —pasó al tuteo con naturalidad—, y hace también un bello contraste. Paseemos.

Poco le importaba si había conversación: la charla de relleno no le gustaba demasiado. No en momentos en los que buscaba intimidad. Estaba bastante relajado. Disfrutaba de estar acompañado. Los nervios de antes de la cita habían quedado relegados al fondo de su mente, pues la experiencia, la amarga experiencia, le había enseñado cuan fútil es desperdiciar el tiempo en pensamientos sin control y en miedos.

—Este clima se parece un poco al de mi infancia, en Sudáfrica. Aunque es más húmedo. Por eso me siento a gusto. —Habló de cómo su familia era muy numerosa. Tres esposas y varios abuelos y muchos hermanos. Y primos. El padre era una figura lejana y desconocida. Un hombre que aparecía solamente por las noches. Un beso que pinchaba cuando ya estaba dormido. —Luego vino la guerra de reconquista y a los de mi clase les comenzó a ir un poco mal. No es bonito recordar eso. En cambio, háblame de ti.

SÁBADO, 1 DE MARZO DE 2098.

HORA: 19:00 (GMT-6).

LUGAR: ALREDEDORES DEL RESTAURANTE AUGUST, EN LOUISIANA.

CLIMA EXTERIOR: TEMP.: 18,3 ºC. 1031 MBAR. VIEN: 20,5 KM/H, E. VIS: 16,1 KM. PUNTO DE ROCÍO: 8,3 ºC. PRECIPITACIÓN: 0 mm. DESPEJADO.

Lo cierto es que no puedo ser sincera Matt, una gran parte de mi vida es alto secreto y otra parte estoy segura que es una ilusión muy conveniente, hace años un disparo me atravesó los lóbulos frontal, lateral y occipital izquierdos y muchos de mis recuerdos de la infancia cayeron en el olvido - El tono de mensajera era alegre y vibrante, para nada consonante con estar apenada por esa pérdida - Un dato gracioso: uno de mis primeros recuerdos es jugando con mi hermana al frontón, en ese recuerdo ya tengo partes del cuerpo mecanizadas que no me pusieron hasta más de medio siglo después y esa niña que es "mi hermana" no es de mi familia. Aún así, me emociono cuando lo recuerdo. 

Cf

SÁBADO, 1 DE MARZO DE 2098.

HORA: 19:00 (GMT-6).

LUGAR: ALREDEDORES DEL RESTAURANTE AUGUST, EN LOUISIANA.

CLIMA EXTERIOR: TEMP.: 18,3 ºC. 1031 MBAR. VIEN: 20,5 KM/H, E. VIS: 16,1 KM. PUNTO DE ROCÍO: 8,3 ºC. PRECIPITACIÓN: 0 mm. DESPEJADO.

Pidió comida canjun, cómo no, aunque sospechaba que le estaban vendiendo más bien comida criolla. Algo más sofisticado, si bien con muchas cosas en común. Como se sabía ignorante y aquello estaba rico, le importó un pimiento.

La nosequé de gambas estaba rica, y la sopa de tortuga muy gustosa y muy bien desgrasada lo que, seguramente, iba a beneficiar a su hígado. Prescindió del vino, claro está. Contemplaba comer a su partenaire (la palabra en franchute le hizo gracia). Estuvo un buen rato diciéndole cosas en español a la moza, y algunas incluso en vasco. Le hacía gracia ver cómo el equipo se esmeraba, seguramente por miedo al cuerpo de Mensajera, que era un arma letal en si mismo. Los camareros sudorosos traían exquisitez tras exquisitez.

Durante gran parte de la comida Matt se entretuvo observando comer a Mensajera. Comer era algo muy íntimo. Comer era casi como hacer el amor. Uno lo hacía de manera instintiva bajo la capa de convencionalismos. Incluso alguien tan mecanizado debía tener impulsos inconscientes haciendo esto o aquello en su actitud.

Tras haber dejado el tema espinoso aparte, y ya en medio de la comida (de plato fuerte había pedido pimientos rellenos con un acompañamiento de arroz sucio y estaba masticando a dos carrillos) reanudó: —pues te diría que la ilusión, si es lo único que se tiene, es la verdad. Al menos es tu verdad. Nada es por completo ilusorio, joder. Al menos nos habla de quienes redactaron aquello. —Iba tomando confianzas. —Noooo, no, me importa un rábano saber ningún alto secreto. Solo digo que tu historia es tu historia, ¿no? Los secretos son una carga pesada de cojones. Son nuestros. Intentar conocerlos es un poquito feo. Me da mucha curiosidad, claro, pero paso de secretos. Háblame de toda esa ilusión que no sea un secreto. Es que me interesas. No tengo del todo claro si es un interés romántico a tope, ¿sabes? Pero estoy cómodo a tu lado. Seguro.