Partida Rol por web

LUNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2098.

HORA: 11:03 (GMT-6).

LUGAR: BASE DE LA NEMA EN LUISIANA. - CONDICIÓN: ROJA. ESTADO DE GUERRA MUNDIAL.

CLIMA EXTERIOR: TEMP.: 3 ºC. 1000 MBAR. VIEN: 220 KM/H, TODAS DIRECCIONES. VIS: 6 M. HUMEDAD: 100%. TIEMPO HURACANADO.

Tobías se quedó en la esquina del pasillo, vigilando la compuerta sellada del otro extremo y la puerta cerrada de la enfermería. Tenía un mal presentimiento. Su mente comenzó a pensar a toda velocidad tratando de analizar qué podría haber entrado en la enfermería, algo que no tenía mucho sentido pues esta se encontraba en el interior de la base. No habían escuchado explosión alguna, ni escuchaba tampoco ningún intercambio de disparos en el interior... y Branaghan afirmaba que no había peligro alguno pero nadie debía entrar de todas maneras. 

«¿Qué demonios está pasando ahí dentro? Una intrusión... ¿quién o qué ha entrado ahí? ¿Ya estaba dentro? Si nadie ha resultado herido, no había nadie dentro de la enfermería...», pensó.

Su mente repasó diversos acontecimientos. Llegó al momento de los entierros y la especie de tributos a las compañeras que Tobías creía firmemente que se habían ido por su culpa, que habían dejado la base por su incompetencia. Pero había un nombre que no había vuelto a nombrarse, ni siquiera estaba en el cementerio junto a las otras dos: Sun Wukong.

«Pero eso... no es posible. Si hubiera vuelto, habría entrado por la puerta, ¿cómo va a haberlo hecho por la enfermería? Hmm... », continuó con su razonamiento.

Al final desechó completamente la idea de que él hubiera vuelto. Debían haber realizado alguna operación y haber metido a alguien en la enfermería cuando ellos no estaban, por ejemplo cuando salieron a otra misión. Quizá era el propio Joker que en realidad no estaba muerto, al fin y al cabo Hatchetman no tenía ni idea de qué habían hecho con el cadáver. ¿El Joker estaba en la enfermería de su base?

Sin embargo, aunque tratara de analizarlo, el pacificador sentía cada poco tiempo un estremecimiento que le obligaba a fruncir el ceño cada vez que observaba la puerta a ese lugar de sanación, esperando el momento en el que fuera lo que fuera que había provocado ese aviso saliera junto a Branaghan y Buendía.

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Sun Wukong parecía estar casi plenamente recuperado. Pero Branahgan no sabía de las condiciones exactas del estado previo de todos esos meses del Alférez, o de cómo su cuerpo y cerebro se habían mantenido intactos - por llamarlo de alguna manera - hasta ese momento.

- Alférez Buendía, acompañe al Alférez Wukong a ponerse algo más decente encima y luego llévelo a mi despacho. Allí le pondré al día de la situación actual y de lo ocurrido en los últimos meses. Alferez Wukong, es mejor que ahora mismo no le vean el resto de miembros del personal de la Base. En estos instantes tenemos mucho que asimilar todos, y la noticia de su regreso supondría un buen impacto para todos. Además, estamos esperando noticias del exterior... ya le contaré.

Y dicho aquello Branaghan se giró para observar a Hatchetman y a Woods. 

- Cabos, ni una palabra de lo que han visto aquí a nadie hasta nueva orden. Regresen con los demás. Si llegan más noticias del exterior comuníquenlas por el canal interno, quiero estar al tanto de cualquier novedad.

LUNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2098.

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—Capitán ¿Cuánto tiempo cree que una noticia como está va a mantenerse en secreto? Todos saben que hubo una intrusión, ¿Que decimos cuando pregunten? Que es clasificado —aun no terminaba de creerse la resurrección del Alférez—, acato su orden, pero si quiere oír mi consejo lo mejor es que se lo diga al resto de la base lo antes posible. Antes que se enteren de otra manera. Estamos en condición roja, señor. Creo que lo que menos quisiéramos es que se pusiera en duda sus intenciones o su credibilidad. Se vienen... No, ya estamos en tiempos de guerra. Creo que los hombres necesitan saber que pueden contar completamente con usted y que usted confía completamente en ellos.

Finalmente había bajado el arma y está colgaba a su lado. Cada cierto tiempo volvía a mirar a Sin Wukong a través del visor del casco. Todo su sistema de creencias estaba bailando sobre un único ladrillo.

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- Se lo diremos a todos - respondió Branaghan. - Pero en unos minutos. Primero necesitamos poner al día al Alférez Wukong. No creo que nos lleve más de un cuarto de hora, o media hora. Después informaré a todos los agentes, pero hasta entonces es mejor mantener esto en secreto Cabo Woods. No quiero que haya más caos. Si alguien pregunta la incursión en la enfermería ha sido una falsa alarma. Pero no deberían preguntar pues hay trabajo de sobra para todos.

LUNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2098.

HORA: 11:05 (GMT-6).

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La red informática anterior a la instalación de la IA del Doctor Sidelis comenzaba a cargarse con éxito en los sistemas de la Base. Poco a poco, algunas cosas empezaron a volver a la normalidad, como el alumbrado, una vez el reactor nuclear salió de su parada y el sistema dejó de funcionar con energía auxiliar para volver a la principal.

Según el sistema, se había recuperado también el agua corriente dentro de la Base, aunque estaba cortado el suministro exterior, por lo que el sistema funcionaría a base de los depósitos de agua subterráneos y el reciclado. Con todo, los indicadores marcaban que sería posible disponer de agua para todos durante seis meses, doce con un mayor reciclado.

También había regresado la calefacción, aunque con las armaduras medioambientales NEMA puestas, los miembros de la Base no la habían echado en falta. El soporte vital parecía estar funcionando adecuadamente.

El aire interior era completamente respirable y existían suficientes reservas. Incluso era posible tomar y filtrar aire del exterior. Esto podría funcionar incluso si el aire estuviese contaminado con radiación, aunque a un mayor coste energético.

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La alerta roja no dejaba de sonar en la base, había saltado por una posible incursión en la base, mientras los cabos seguían al ahora capitán a la enfermería el resto se quedó en los preparativos, desde luego no era la mejor idea que todos los mandos se dirigieran al punto de peligro, realmente era algo sin sentido pero las ganas de intervenir parecían superponerse a la razón.

Mercio desplegó su sonda araña como hacía habitualmente en estos casos, nuevamente la introdujo en los conductos de ventilación a fin de detectar cualquier tipo de incursión en la base por esta vía.  Sabiendo que algo pasaba en la enfermería, el hostigador movilizó su sonda por la zona a fin de asegurar que la posible amenaza en caso de existir no se extendiera a otras partes de la base por aquellos conductos.

De momento todo parecía en calma pero aquella situación podía cambiar en cuestión de segundos.

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¡Estaba muerto, joder, muerto! Había una parte, una parte importante de su cerebro, que quería concentrarse en gritar eso. Pero, reconozcámoslo, aunque importante no era la parte principal. La parte principal estaba muerta de pavor ante la perspectiva de que su mujer y sus hijos pudieran estar muertos, y aún esa, no asomaba al rostro de un soldado que, en ese momento, estaba actuando casi con el piloto automático.

- A sus órdenes, capitán- respondió a Branaghan en tono marcial. Luego miró a Sun Wukong- Alférez Sun Wukong, venga conmigo para que pueda ponerse un uniforme adecuado y luego iremos a hablar con el capitán. Cabos, lo sé, es raro de narices. Pero tienen sus órdenes. 

Y, tras estas palabras, el alférez y jefe del equipo delta cumple con las órdenes dadas.

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—Sí, capitán  —dijo Jack un poco más tranquilo con las palabras de Branaghan y asintió también a las confirmaciones de Buendía. Aún así, la presencia de Sun Wukong seguía carcomiendo en su conciencia. Esperó que los demás se retiraran antes de decirle a Tobías que mejor volvieran a los demás. Pero cuando iba a hacerlo un ruido extraño llamó su atención, ya lo había escuchado antes, cuando Alexi aún estaba en la base y lo había confundido con una amenaza, una sonda araña. ¿Hace cuanto estaba en las paredes?

—Quizás sea buena idea que adelante esa reunión, señor... Creo que podríamos no ser los únicos enterados. Hay una sonda araña en los conductos... O algo muy parecido.

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Cuando Tobías comenzó a escuchar al capitán el rango y el nombre de Wukong, para el pacificador el tiempo se detuvo. En su mente comenzó a desdibujarse la realidad para dar paso a fragmentos ininteligibles de sueños —o quizá recuerdos— que atrajeron su consciencia a un punto muerto.

Fue incapaz de decir nada. Casi por completa rutina, trató de mirar al capitán, a Buendía y al otro ser que les acompañaba mientras salían de la enfermería... sin ser capaz de prestar la suficiente atención a este último. ¿Se parecía a él? ¿A Wukong? Un montón de preguntas atestaron su mente y las imágenes hipnagógicas se sucedieron rápidamente, sin que pudiera observarlas tanto como para comprenderlas.

Y se apagó. Tobías quedó inconsciente. Su cuerpo continuaba moviéndose, escuchando las órdenes, escuchando las palabras de Jack y cualquier otra cuestión que pudiera tener que ver con los canales de comunicaciones o de noticias que todavía quedaban en pie.

Finalmente, se podría decir que el piloto había terminado su transformación en un completo autómata, pues la realidad en el exterior y en el interior de su subconsciente eran bien distintas:

En el exterior, el mundo se estaba yendo a pique. Sun Wukong había vuelto de entre los muertos, aunque para Hatchetman había dejado la NEMA por su culpa.

En el interior, el piloto se encontraba en el tejado de un edificio, al lado de la plataforma Charlie. Mercio se encontraba forzando una puerta para que el resto de compañeros le siguieran. Una misión, debía ser.
Pasa un rato, Hatchetman entra, su visión se torna rojiza y difuminada,
tropieza con algún tipo de resto en el suelo... y de nuevo en el tejado. Una, y otra,
y otra vez.

Sus ojos, desde el momento en el que vio a esa tercera sombra caminar junto a la de Branaghan y Eduardo, estaban completamente apagados. En algún momento del futuro despertaría, saldría de ese bucle en el cual su mente se encontraba perdida. Cuánto tiempo pasaría hasta que ese momento llegara sería algo que formaría parte de otra historia.

En esta, cuando Jack habló sobre la existencia de una sonda araña o algo parecido en los conductos de ventilación, Tobías asintió, mirando al mando de su equipo con una mirada apagada y los párpados entrecerrados para finalmente dirigirse directamente a Branaghan.

—A la orden, señor. ¿Cuáles son sus órdenes con respecto a los conductos de ventilación, señor?

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Observó como a los hombres les costaba ubicar la situación en la que se encontraban, así que Sun Wukong decidió no añadir nada más al asunto. Branaghan sería el que marcara el ritmo a aquella situación; sí, sería lo mejor. Asintió a Buendía, mientras tomaba la delantera en dirección a lo que era su antigua habitación. Su gesto hacía una doble función, primero le daba la espalda a Eduardo de tal manera que él mismo no se la tenía que ofrecer al simiesco alférez, dejando que así avanzara con más seguridad. La segunda finalidad radicaba en que demostraba que sí conocía la Base, algo que no estaría entre las habilidades de un extraño.

- Vamos Buendía, estaré listo en cuanto ponga algo de ropa sobre mi piel. Ah, enhorabuena por el ascenso. Sin duda algo más que merecido. -

Dedicó un somero cabeceo de reconocimiento a los hombres que guardaban el pasillo, en un intento de demostrar que aquella conexión que les había unido (seguramente no hacía tanto) aún estaba allí presente. Al menos para él. Avanzó con paso seguro, pero no tanto como para forzar a Eduardo a moverse de tal manera que no se sintiera cómodo. - Si mis cosas siguen en mi antiguo cuarto voy por buen camino Alférez; de no ser así, dime qué dirección debo tomar. -

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- Averigüen quién ha enviado la sonda - respondió a Hatchetman. - Me parece bien como medida preventiva para aislar la enfermería y es bastante posible que no hayan captado nada del interior... así que si aun no saben lo del Alférez Wukong, mantenganlo en secreto.

Branaghan estaba tratando de pensar con rapidez.

- Haré un comunicado en breve, para tranquilizar a todo y el mundo y que no haya sorpresas con lo de nuestro compañero cuando le vuelvan a ver. Pero por el momento quiero que mantengan a todo el personal alerta y atentos a todos los monitores. Si hay un ataque no quiero que nos pillen desprevenidos, y me interesa que capten cualquier noticia que llegue del exterior.

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Por unos segundos no dijo nada Eduardo, pero luego suspiró profundamente.

- Realmente... creo que están allí. Sus cosas. En su habitación. Vayamos pues, aunque mentiría si dijera que estoy seguro de que sus cosas sigan en su habitación, alférez Sun Wukong. Desde su... mentiría si lo llamara de otra manera. Desde su fallecimiento, las cosas han sido complicadas. Y supongo que no debiera haber problema en informarle detalladamente. Es obvio que, si no es él, y lo cierto es que todo indica que es él, lo que me deja completamente descolocado... En fin, como decía, que si no es él... 

En este momento las palabras del mexicano volvieron a perderse, como si el águila de plata estuviera buscando como continuar el hilo de sus pensamientos. Era... curioso. El mundo estaba al borde del apocalipsis, estaba andando con alguien que, sin duda, se había recuperado de un fallecimiento real (prefería pensar en eso a que hubiera resucitado aunque, la verdad, también Lázaro resucitó, no era necesario ser Cristo para hacerlo, tampoco era algo tan... No, joder, claro que sí era...), en fin, y a pesar de todo eso, sus pensamientos volvían una y otra vez a su familia, en Lisboa, lejos de su protección, probablemente aterrados, en peligro o... No, no podía permitirse el lujo de pensar que estuvieran... 

No.

Suspiró, otra vez, forzándose a estar aquí, y ahora. 

- Disculpa, Sun Wukong. Mi familia estaba de viaje en un yate turístico de lujo, y estaba en Lisboa. Y afuera acaba de estallar la tercera guerra mundial. Venezuela, tras una serie de conflictos con Colombia, ha lanzado a este último su arsenal nuclear. Y Colombia ha hecho lo propio. Todo parece indicar que ambos países ya no existen. Se suceden maremotos, y yo... Intento estar centrado. Pero todo mi ser me grita que debería ir a por Alice, a por nuestros hijos Elisabeth, Ana y Miguel y... Y se que no puedo hacerlo ahora mismo. 

Había seguido andando, como un autómata, acompañando a su resucitado compañero hasta donde se encontraban sus habitaciones. A pesar que no había dejado de hablar, ni tampoco se le había quebrado la voz, tenía los ojos brillantes, y en un momento, se pasó, con cansancio, la mano por los mismos. Tras casi un minuto volvió a hablar, con un tono casi profesional. 

- Hay mucho más, por supuesto, y sé que el capitán confía en que es quien dice ser. Y la verdad, yo también lo creo. Pregunte cuanto quiera y le responderé lo mejor posible. 

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Entretanto e ignorante de todo esto, Matt relataba: ¡No os preocupéis, hermanos! Pues si el fin del mundo está llegando, también es un principio, joder. Muchos serán los llamados, y pocos lo elegidos, ¿no te parece, tú? Y Dios es misericordioso, a pesar de lo que os pueda parecer, cojones. ¡Tened fe y, luego, echaos unas risas! ¡Me cago en la puta!

También él pensaba en el exterior, y acallaba esa vocecilla que le decía: "puede que Mensajera todavía está viva"

"Vaya mierda": ¡Todos en sus puestos hermanos! ¡Todos en sus puestos, carajo!

¿Nadie se sabe algún chiste sobre el fin del mundo, joder? ¡Espera! Están unos novios echando el cigarro después de follar y dice ella: "¿Qué harías si quedaran diez minutos para acabar el mundo?" "Te haría el amor, cariño" "Ah" dice la pava, "¿Y durante los otros nueve minutos?"

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Parker se reía con una risa estridente.

—Vendrá un invierno nuclear, y eso alterará la fotosíntesis de las plantas. Además está la radiación. El continente se convertirá en un desierto. Y con el tiempo, si queda alguien, empezarán a nacer bebés con mutaciones.

Dejó de reírse. Se pasaba la mano por el mentón perfectamente rasurado, pensativo. El chiste de Afrikanen no le hizo la más mínima gracia, pero empezó a reír de nuevo.

Se negaba en redondo. Aquello no podía estar pasando.

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Hubo una extraña sensación, parecida a la de ser un pollo sin cabeza, cuando los de mayor rango tanto de Charlie como de Delta desaparecieron hacia la enfermería. Sarah se quedó bastante desorientada sobre cómo debían actuar ahora. De momento, todos parecían atentos a las noticias que aún tenían transmisión. Algunos más calmados que otros, como constaba la espeluznante risa de Parker. Era difícil sin embargo pensar que nadie pudiera estar en realidad calmado ante tales circunstancias.

Parte de la mecánica quería volver al taller y continuar trabajando, en lo que fuera. No sabía qué era peor, si la incertidumbre de la magnitud del desastre, o la cantidad de información caótica y apocalíptica que recibían. Se giró a mirar a Afrikanen con aquel chiste de mal gusto, sin saber si reír o no. Miró a todos, a quienes reaccionaban y a quienes no. Al final, se acercó a Jesse. No como su pareja, sino como el que mayor rango tenía en ese momento dentro de aquel lugar. -Señor, ¿qué... qué hacemos mientras?- Preguntó, tratando de encontrar algo que hacer, cualquier cosa, que le permitiera encerrarse en si misma y en su trabajo, aún si en ese momento sentía que nada, absolutamente nada, importaba ya.

LUNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2098.

HORA: 11:05 (GMT-6).

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Desde la Sala de Control Angus trataba de captar algo. Ver algo sobre el estado exterior. No obstante la mayor parte de sensores no daban señal y buena parte de las computadoras se habían apagado por el corte de energía principal. Con la energía auxiliar, aun así, diversos aparatos todavía estaban en función pero eran inoperantes. Sus sensores externos no enviaban señal alguna. Como si hubieran sido borrados del mapa. Antes de cesar su transmisión enviaron datos y el ingeniero, revisándolos, solo podía ver que resultaban catastróficos. En un primer momento ventiscas de casi 300 kilómetros por hora.

Un vendaval.

Posteriormente una humedad del cien por cien. Continua.

O lluvia torrencial... o estamos bajo el agua.

Finalmente un descenso brutal de las temperaturas, antes de dejar de emitir señales.

¿Veinte grados bajo cero? O los sensores terminaron por averiarse lanzando datos erróneos... o estamos en una nueva edad de hielo. Sea como sea esto es un Cataclismo.

Aún aturdido, MacNyvel captó la señal del monitor de uno de los pocos ordenadores que funcionaba. Lo había dejado en búsqueda de cualquier señal. Y captó una: la de la Televisión Local de Baton Rouge. Al parecer lograban emitir mediante señal por cable. Resultaba irónico que el viejo método de mediados del siglo pasado era el que aguantase mejor las condiciones extremas.

Pudo contemplar las noticias del Morning News donde, tras un brutal torbellino, el Misisipi se desbordó e inundó buena parte de Baton Rouge. No obstante, llegando el agua a semejantes alturas, el ingeniero temía que buena parte de esta procedía del mar, del Golfo de Mexico, y por tanto el rumor de que Nueva Orleans había sido tragada por las aguas bien podría ser cierto para luego seguir el curso del Misisipi cientos de kilómetros río arriba y anegarlo todo hasta límites insospechados. El mundo conocido se iba, literalmente, a la mierda.

Siempre he creído que existía una manera de arreglar las cosas. Esto no tiene solución. ¿Cómo hemos llegado a esto?, se preguntó hasta que la respuesta le llegó con prontitud a la mente. Porque hubo un momento para arreglar las cosas y no se hizo. Porque surgió un problema y lejos de solucionarlo lo fomentamos, se lamentó.

Angus se dejó caer sobre una silla y se llevó las manos a sus sienes, sosteniéndose la cabeza, contemplando el suelo con la mirada perdida y la mente en los seres queridos que habían quedado en la intemperie, deseando que no hubieran corrido la misma suerte a la que se enfrentaban cientos o quizás miles de millones de personas en aquellos momentos. Porque no le cabía duda alguna de que aquello acontecía a nivel mundial.

Por los diferentes canales de la base supo de algún incidente en la enfermería y sobre la confusión de qué debían hacer en aquel momento. Angus suspiró y tras pensarlo unos instantes lo tuvo bien claro.

Deberíamos hacer recuento de víveres y plantearse el racionamiento de alimentos. Luego vendrá el resto.

LUNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2098.

HORA: 11:06 (GMT-6).

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- "Parece que hemos perdido muchos sensores, pero las pocas cámaras exteriores que aún funcionan muestran que está todo inundado. Parece que toda la estructura exterior está sufriendo daños, y eso que todo fue reforzado con neo-materiales hace meses...

Tenemos señal a intervalos irregulares del APC de Bravo que se quedó fuera. Parece que está sufriendo daños severos.

Tenemos grabaciones de algo de radar... Si interpreto bien los datos se han producido multitud de accidentes aéreos graves." -

LUNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2098.

HORA: 11:06 (GMT-6).

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Jack había asentido a las palabras de Branaghan. 

++Equipo, no hay amenazas en la enfermería. Pronto el capitán les informara de lo sucedido. Por favor abstenerse de comentar cualquier cosa, hasta la reunión, vamos de regreso. corto++

​​​​​​Mientas hablaba había fijado su vista en Tobías. 

—¿Estas bien, colega? —le preguntó mientras salían de regreso al pasillo. Estaba escuchando su respuesta cuando pasaron nuevamente frente a una pantalla. Las noticias de las olas que azotaban Barón Rouge. Jack sintió que sus piernas se le doblaban .

Hasta ahora tenía la férrea esperanza de que  todo se estaba desarrollando medianamente lejos. 

++Capitán... ¿Cuándo vamos a salir a ayudar a los sobrevivientes? Tenemos donde proteger a la gente. ¿Cuándo vamos a abrir las puertas de la NEMA? ++

​​​​Buscó el apoyo de Tobías ante una respuesta que ya creía conocer.

LUNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2098.

HORA: 11:05 (GMT-6).

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Mientras caminaba con paso firme y elástico Sun Wukong absorbía la información que Buendía le iba transmitiendo. Era un desastre de grandes proporciones el que dos naciones sacudieran su arsenal nuclear, sin duda, pero aquello que le había calado en los huesos obedecía a algo de mucho más importancia en el entramado mundial, como si todas las Líneas Ley hubieran estallado en llamas de repente. El simiesco humanoide se volvió hacia Buendía mientras trataba de consolar al inconsolable Alférez.

- No hay nada que puedas hacer por tu familia en este momento, me temo. Piensa que hay un océano entero entre ellos y el desastre que acontece. - El antiguo detective se encogió de hombros mientras seguía caminando inexorable en dirección a sus antiguos aposentos. Suspiró mientras pensaba sus siguientes palabras.

- No tengo mucho que preguntar, me temo. Pero tus sospechas son ciertas: Soy Sun Wukong, como ya dije antes. Pero sí te puedo contar algo. Es una teoría que escuché hace tiempo, un concepto oscurantista que puedo compartir contigo, Eduardo... Hay quien lo llamaría algo parecido al "sentido de la vida".

Piensa en una célula, la primera que llegó a desarrollarse. ¿Qué hizo? Se dividió. De una sola célula se crearon dos. ¿Por qué lo hizo? Bueno, es algo atávico, preternatural, un comportamiento embebido en lo más profundo del código genético: Perpetuarse. Y hay quien diría que persistir y transvasar conocimientos, estructura genética, adaptación al medio, un todo que se perpetúa mientras avanza el tiempo. Un hombre llamado Darwin lo llamó evolución, pero evolución es sólo una palabra. - Sun Wukong dio unos momentos al Alférez para absorber las palabras que vertía en su consciencia. Luego continuó hablando, inexorable como la órbita de un planeta.

- Hay dos casos que enfrenta un organismo: Uno en el que el entorno es hostil, no apto para ese desarrollo calmoso y pacífico que es la reproducción, sea esta de cualquier tipo. ¿Qué elegirá ese organismo? La inmortalidad, una capacidad de persistir sin arriesgar nada mas que su propia existencia ante un entorno inseguro y peligroso.

En el segundo caso, el entono es amigable, unas condiciones y medios amables que favorecen el desarrollo de la vida, ¿qué hará esa solitaria célula? Reproducirse, crear una versión mejorada de sí misma con la capacidad de seguir haciendo ese mismo proceso a lo largo del tiempo. Esa ha sido tu elección, Eduardo, una muy acertada. Piensa que las condiciones pueden cambiar y todo organismo está diseñado para resistir. Confía en la vida, confía en volver a ver a tu familia. Espero que así sea, amigo. - El hirsuto oficial tocó la puerta de sus aposentos la cual se abrió sin un ruido. Todas sus cosas estaban allí perfectamente empaquetadas. - Ah, no me llevará mucho prepararme. - Un par de minutos más tarde, Sun Wukong estaba listo para ver al ahora Capitán Branaghan. - Estoy preparado, vayamos a satisfacer al Capitán en lo que podamos. Luego vendrán las decisiones realmente difíciles, me temo... -

LUNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2098.

HORA: 11:06 (GMT-6).

LUGAR: BASE DE LA NEMA EN LUISIANA. - CONDICIÓN: ROJA. ESTADO DE GUERRA MUNDIAL.

CLIMA EXTERIOR: TEMP.: 3 ºC. 1000 MBAR. VIEN: 220 KM/H, TODAS DIRECCIONES. VIS: 6 M. HUMEDAD: 100%. TIEMPO HURACANADO.

Branaghan escuchó la última pregunta de Woods. 

- Espero que pronto. Pero antes debemos saber en qué condiciones está el exterior, de cuántas provisiones, agua y medicina disponemos. Y echar cuentas de cuánto tiempo puede la base sobrevivir sin nada exterior, y a cuántas personas podríamos dar cobijo sin ponernos en peligro de escasez de víveres, aire o cualquier otra cosa. Desde luego no podremos salir antes de mañana, pero lo iremos viendo. 

Era un momento difícil. Para ellos y a nivel mundial. Y nadie sabía todavía bien qué era lo que estaba pasando. Branaghan se despidió con un gesto y se dirigió a su despacho.