Partida Rol por web

Ningen-Do, Reino Mortal

Campeonato Topacio: Gempukku

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23/09/2011, 00:17
Director

Finalizado el último combate sobre la hora de Akodo, los samurai son sanados y restaurada su salud. Los samurai participantes han sido aclamados y avisados para la clausura del Campeonato Topacio. Todos estan dispuestos en el lugar, todos están preparados y dispuestos en fila ordenados por clan, comenzando por la Grulla y terminando con los ronin junto al Dragón.

Frente a ellos se disponen los daimyo de los diferentes clanes, algunos de mayor y otros de menor grado. Dispuestos en el mismo orden que los que estan frente a ellos, mirándose frente a frente formando un pasillo hasta una tarima adornada en oro y esmeralda, con los estandartes imperiales y los mon de los clanes. En el centro de la tarima se encuentra el Campeón Esmeralda, el Emperador y su hijo, el joven heredero Sotorii.

Una pareja de shugenja imperiales liberan palomas que aparecen del aire sin más. Un samurai Dragón libera extravagantes fuegos al aire que crean hermosas flores de múltiples colores, iluminando el atardecer fresco en el que Amateratsu-dono y Onnatangu-dono se encuentran, en lugares opuestos del firmamento, para dar la bienvenida a los nuevos samurai del Imperio.

A unos pasos del Emperador, Otomo Taduchi y Suzume Bokuro, bajan el escenario pasando entre los samurai vestidos con sus mejores galas, hasta llegar al ronin que ocupa el lugar más alejado del Emperador. Una vez llegado el otro extremo, ambos se giran para mirar hacia el Emperador e inclinan la cabeza, en respeto a su gran majestad divina.

Es un verdadero honor encontrarme aqui, ante la presencia de su divina majestad, señor del Imperio Esmeralda, y ante todos vosotros testigos del nacer de nuevos samurai en nuestro Imperio bendecido por la paz. Inicia el anciano Suzume con la mirada dirigida hacia el público que se congrega a su derecha.

Durante los pasados días, hemos sido testigos de la fuerza, devoción, entrega y el honor de los aspirantes a Campeón Topacio. Continuó el samurai Otomo. Durante los pasados tres días hemos evaluado y valorado las enseñanzas recibidas. Hemos comprobado quienes son aptos para ser considerados samurai y quienes aun necesitan seguir su instrucción.

A continuación iremos nombrando quienes son los aptos y han recibido su gempukku. Éstos recibirán de sus daimyo su wakizashi, símbolo de su adultez y de su estatus como nuevos hombres y mujeres, ya nunca más niños.

Un monje se acercó a los jueces aportándoles un pergamino para cada uno. Éstos los mantuvieron sellados mientras esperaban el beneplácito del Emperador que alzó su mano en señal para que continuasen.

Fue Otomo Taduchi el que empezó la enumeración, aunque él y Bokuro se iban intercalando los nombres de los nuevos samurai, de tres en tres, que se adelantaban hasta su daimyo para recibir su wakizashi, símbolo de su nueva vida, en orden de clan en el que se encontraban.

-Kakita Aihara, Isawa Damaru, Isawa Chihoko.

-Akodo Dosei, Matsu Shinji, Matsu Giriko.

-Akodo Shigeru, Shinjo Fuyuko, Shinjo Sha'ir.

-Yogo Butami, Hida Okawa, Mirumoto Bokusui.

-Mirumoto Ienari y Moshi Hinome.

Conforme se adelantaban, la gente aplaudía, en mayor o menor medida según su aprecio por los clanes nombrados. Los que mayores vítores conseguían eran del clan de la Grulla y del Fénix. Dos clanes muy queridos y apreciados, sobre todo en la Aldea del territorio Grulla donde se encontraban. En menor medida el clan del León y del Escorpión no conseguían muchos vítores.

Dos nombres no se habían nombrado. Dos personas que se miraban el uno al otro, seguros de haber conseguido su lugar entre las filas de ronin. Uno de ellos, Bayushi Kurenai, estaba seguro de que lo habían dejado para lo último, dado que había conseguido el mayor honor para sí y para su clan. El otro, un joven ronin, Tetsu, había conseguido ser renombrado, pero ¿podría ser nombrado samurai? ¿acaso un ronin podía ser nombrado samurai? y ¿por quien? ¿bajo que señor? Él solo sabía que le habían pedido su wakizashi.

La joven que se encontraba entre las filas de daimyos, la atlética y de mirada directa e intimidatoria, la joven daimyo Mirumoto Hitomi, se acercó a Tetsu. Tras la joven iba un samurai de menor cargo, su hatamoto, que portaba unas telas plegadas con una wakizashi encima. Hitomi miró con sus frios ojos, directos a los de Tetsu.

Bienvenido al clan del Dragón, Mirumoto Tetsu. Entonces el hatamoto de ella le entregó al joven la wakizashi que este había aportado, además de las telas, que este observó que se trataban de un kimono verde y dorado, con el mon Mirumoto grabado en el pecho.

Notas de juego

Podéis postear como recibís los galones. Los daimyo son:

Cangrejo-Hida O-Uchi
Dragón-Mirumoto Hitomi
Escorpión-Bayushi Kachiko
Fénix-Shiba Ujimitsu
Grulla-Doji Hoturi
León-Akodo Toturi y Matsu Tsuko
Unicornio-Shinjo Yokatsu
Ciempiés-Moshi Wakiza

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23/09/2011, 02:17
Sha'ir

Amaterasu ya casi había concluido su descenso siguiendo los senderos por los que una vez habían cabalgado su hija y mis ancestros siguiendo los dictados del primer Emperador, anunciando el final de éste día de primavera. El final de nuestra infancia y el inicio de nuestra vida como bien dirían muchos. Habíamos demostrado a los ojos del Imperio nuestra valía. Algunos más que otros, según tenía muy presente, al igual que pronto llegaría la hora de hacer justicia.

Y estaba preparada para ello.

No sólo el Hantei se encontraba presente, mi daimyo, y una gran mayoría de los más poderosos samurais de Rokugan se encontraba presentes. Alguien de corazón débil podría desfallecer ante semejante presión y escrutiño, que no provenían únicamente de los vivos, porque sentía que todos los antiguos héroes clavaban sus ojos en la pequeña Tsuma para contemplar el magno acontecimiento.

Pero mi corazón y alma se encontraban listos para su examen.

Shinjo Yokatsu, Maestro de los Cuatro Vientos, Campeón del clan Unicornio y Daimyo de mi familia me indicó que me acercara con un simple asentimiento. Casi parecía el más nervioso de lo que yo me sentía en estos momentos, pero por fortuna no era un detalle que yo considerara muy importante, así que me acerqué y tras arrodillarme ante el Emperador, hice lo propio ante mi daimyo.

- Estas han sido las últimas horas de Shinjo Tsuhiko en este mundo ¿cuál es el nombre del samurai que tengo ante mí?

Me pregunta sin dilación mientras siento cómo varios de los presentes cruzan miradas al escuchar mi viejo nombre por primera vez a pesar de haber cruzado incluso espadas con ellos, dado que hasta el momento el único por el que me habían conocido era el que había aparecido en la carta de mi sensei.

- Mi nombre es el que las Fortunas y mis compañeros han decidido otorgarme, porque su deseo, al igual que los vuestros mi señor, son superiores a los míos. Soy Shinjo Sha'ir si me hacéis el honor de aceptarme en vuestra familia.

Esperé lo que pareció una eternidad que no podía compararse a la que sentirían Tetsu o Kurenai hasta que se resolviera su destino, y antes de tan siquiera pensarlo, Yokatsu volvió a hablar.

- Entonces dejad morir a Tsuhiko y tomad su puesto.

Ordenó el campeón dejando la espada en mis manos extendidas, cargándome de nuevo no con su peso material, si no con todos los deberes que mi nueva madurez exigían de un auténtico samurai Unicornio.

- Será un honor mi daimyo.

Declaré antes de retirarme orgullosa por lo conseguido. Seguramente todos los presentes sentiríamos la misma sensación llegados a este punto. O eso prefería imaginarme víctima de mi propia ingenuidad.

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23/09/2011, 11:01
Isawa Damaru

Damaru se había preparado a conciencia para el Gempukku, se había lavado con especial intensidad en el agua más caliente que su cuerpo pudo soportar, se había vestido con su kimono recién lavado, se había peinado muy cuidadosamente y a pesar de ello, sentía que no estaba a la altura del momento. Cuando la hora llegó y ocupó su puesto el sudor le corría por la espalda de manera copiosa. Estaba muy nervioso. De repente escuchó su nombre, y por puro instinto levantó la cabeza y vió a su daimyo, se dirigió hacia él entre los aplausos de la multitud, su clan el Fénix es apreciado aunque algunos samurais piensan en los shugenjas como en hombres cobardes. No son cobardes pero su amor a la paz y a la vida los hace evitar enfrentamientos. Cuando se acerca a su daimyo se arrodilla y hace la reverencia al emperador hasta que si cabeza toca el suelo, luego se inclina ante su daimyo, aunque su cabeza no se acerca al suelo.

La figura de Shiba Ujimitsu es imponente, y su voz es poderosa aunque no infunde temor, sino paz, una voz extraña pero cálida en cierto modo.

- Isawa Damaru, se te ha juzgado y se te ha encontrado digno. ¿Has conseguido tu meta?
-Mi meta es servir al daimyo y a mi emperador toda mi vida, mi meta todavía no la he conseguido.
-Ya eres un hombre, dime, ¿has terminado tu instrucción?
-Mi instrucción terminará cuando los misterios del universo me sean revelados.
-¿Dedicarás tu vida a ello?
-Mi vida os pertenece mi daimyo, y al emperador.
-Levántate Damaru, toma tu wakizashi y ocupa tu lugar entre tus iguales.

Damaru se levantó tomó el bulto que se le entregó. Como shugenja no tenía necesidad de un wakizashi, pero marcaba su estatus como hombre.El arma estaba envuelto en una tela con los colores y el mon del clan. Cuando abrió la tela y tomó el wakizashi su piernas estuvieron a punto de fallarse porque el wakizashi pesaba una tonelada. Lo tomó con pulso firme, se lo colocó de forma adecuada se volvió a inclinar en señal de respeto y volvió a su lugar con el corazón todavía latiéndole en el pecho y en los oídos como los truenos de una tormenta.

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23/09/2011, 14:54
Hida Okawa

Por fin el momento tan deseado desde que mi memoria alcanza a recordar. Pasé el Gempukku, ya soy un Samurai.

Cuando me nombran avanzo y veo a mi Daimyo Hida O-Uchi en primera fila ante la cual inco rodilla al suelo.

- Levantate Hida Okawa.

Dudé solo un instante, el tiempo justo para asimilar escuchar mi nombre en boca de mi Daimyo. Se me hacía raro.

- Has cumplido las expectativas puestas en tí. Eres digno de llevar este Wakizashi. - dice alargando las manos para que puiera cogerlo.

Extiendo las manos para cojerlo.

- Ponlo en su sitio. - tras ponerlo junto a la Katana prosigue. Ya eres un miembro de pleno derecho del Clan Cangrejo. Enhorabuena Hida Okawa.

- Gracias. - digo inclinandome de nuevo ante mi Daimyo.

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23/09/2011, 15:35
Yogo Buta

La oscuridad de la hora escogida, pese a la iluminación provista por los afitriones, hacía que pareciera un acto intimo y solemne, al contrario que los gempukku del Clan Escorpión. Butami siempre había soñado con un gran cartel con su nombre y un montón de amigos y enemigos invitados a su casa. Mucha iluminación y ruido, así como alcohol y otras diversiones. Suponía que era la única cosa que no le gustaba de haber sido elegida para representar a los Escorpión en el torneo.

Pero recibir su wakizashi de su campeona de clan era un honor que lo compensaba con creces. 

Butami estaba encantada. No solo con eso, pues la admiraba desde que ascendió a su puesto y sentía incluso amor y adoración por ella. Le encantaba todo. Sus padres la bautizaron con el nombre de Butami, "cerdo bonito", y hasta hoy nunca había querido ser llamada así. Durante años y años quiso cambiar su nombre en su Gempukku, pero hoy, en el momento en el que podría decir un nuevo apodo, estaba encantada con su nombre.

Incluso su cuerpo, que en otras ocasiones le había parecido algo pequeño y poco voluptuoso le parecía perfecto ahora. Perfecto para acechar desde las sombras y esquivar golpes, perfecto para obtener ventaja en muchas situaciones o para fingir desventaja. Su reflejo en un espejo, horas antes mientras se peinaba, mostraba una sonrisa y, por esta vez, Butami se permitió ser sincera con el mundo. 

Mientras se bañaba y el agua recorría sus curvas había pensado en su futuro, sobre ser una Magistrada o seguir sirviendo al Clan Escorpión, sobre dedicarse a cuidar una casa o al arte de las batallas. Su corazón palpitaba en su pecho desnudo con la fuerza de las mil decisiones que podía tomar. No había monedas suficientes en el imperio para lanzar a las fortunas la decisión final que tomaría.

Incluso, pensó mientras se secaba antes de la graduación, había perdonado a su padre el traidor al imperio. Quizá su deseo de perdonarle era lo que la había llevado a querer ser Magistrada, y ahora que lo había conseguido estaba en duda sobre cuanto quería seguir (parte de) sus pasos. Pensó que no tenía casa ni herencia, casarse y formar una familia no parecía una opción sensata, pues pocos querrían casarse con una Escorpión sin llevarse nada a cambio. Por un momento su sonrisa se tornó amarga. Pero era segunda del torneo y podía conseguir el favor de cualquiera, incluso tierras si se lo proponía, podría tener su propia familia: La familia Butami, o Buta... Su mente y su boca estallaron en carcajadas al pensar en el Clan Menor del Cerdo. Deshechó la idea y recuperó un recuerdo.

- Shigeru-san - Dijo ella tras conocer los resultados del torneo - Parece que hemos empatado. - El león asintió. - Si algo le pasara a Kurenai-sama... - Ella siempre pensaba como un Escorpión - ¿Quien debería tener su puesto?

Ambos hablaron sobre esa posibilidad, argumentando sobre los puntos de clasificación para el torneo o el resultado de su combate de iaijutsu, evidentemente tratando de llevarse el número para si. Butami, recordando, se dió cuenta de la trivialidad de sus palabras y actos, y sonrió de nuevo.

Ambos entregaron dos pequeños palos a un cortesano grulla cercano y este los mostró por una parte tan solo, haciendo que parecieran iguales. Habían quedado en escoger al azar el segundo puesto, y la adolescencia de ambos había quedado patente con ese gesto, pero cuando el Akodo sacó su palo Butami se sorprendió de que fuera el suyo. Cuando ella cogió el que quedaba aun no sabía si había ganado o perdido...

Los recuerdos se desvanecieron con un tirón de pelo, mientras se peinaba. Pero una sonrisa se formó en su cara de nuevo al mirar su cuerpo, parecía mayor. Caminó hacia el lugar donde tenía su ropa colocada y se comenzó a vestir. El rojo y el negro quedaba magnifico en su cuerpo, pensaba al ponerse la ropa. De nuevo volvía a su decisión de ser magistrada.

Se agachó frente al espejo y trató de discernir que quería a través de sus propios ojos. Pero era una Escorpión, recordó, sus ojos solo decían lo que quería que los demás supieran. Se colocó la máscara de tela en la cabeza, amarilla como recuerdo a los Yogo que provenían del Clan del Fénix. Pensó en la maldición, si encontraba lo que más quería... ¿sería traicionado? ¿Si daba de lado su vocación para no traicionarla, no la estaría traicionando así?

Supuso que eso era hacerse mayor, comenzar a responderse preguntas a uno mismo, comenzar a ver las actitudes tontas de la infancia. Y darse cuenta de que en un día la vida podía cambiar. Recordó al León muerto. A los Leones muertos. Se colocó sendas vendas blancas en señal de luto en su brazo izquierdo. Y se dirigió hacia el lugar de la ceremonia.

Butami salió de su ensimismamiento y se dió cuenta de que apenas había escuchado las palabras de sus superiores en la apertura del torneo. Al menos, dio gracias, no habían dicho su nombre aún.

- Yogo Butami, del Clan Escorpión - Dijo una voz firme aunque sensual - Acércate.

Al escuchar su nombre Butami dió un respingo y se levantó - desde luego, ese era su nombre - Se acercó al la dama Kumiko y comenzó a temblar. Pero paró en seco. Las mujeres Escorpión no muestran debilidades. No las tienen. Su mirada se volvió firme y su paso se convirtió en un paso decidido hacia la madurez.

- Aquí tienes, eres un orgullo para el Clan Escorpión - Dijo Kachiko, quizá viendo una futura aliada en la joven promesa - Sirve tu Clan y sirve al Imperio Esmeralda.

Las palabras de Kachiko estaban llenas de significado para Butami. La Campeona Bayushi desveló el wakizashi de Butami al quitar las telas que había por encima, y otro objeto apareció junto a él. Butami cogió el wakizashi y se lo colocó en su sitio, junto a su katana. Luego recogió el otro objeto con jubilo, el jitte de su padre totalmente restaurado.

Su camino sería convertirse en Magistrada Esmeralda al servicio del Imperio.

- Gracias - La sinceridad de Butami era palpable, aunque el júbilo de su corazón era tan grande que no podía medirse con palabras ni gestos, así que no los mostró, y lo guardó para si. - Será un orgullo y un honor servir como Yogo Buta.

Con ese nuevo nombre, haría historia.

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26/09/2011, 00:55
Mirumoto Ienari

Mi señora me espera, cualquier duda, cualquier asomo de miedo es aniquilado por su mirada, la cual no me atrevo si quiera a imaginar, solo la siento sobre mi, implacable, sin misericordia, una mirada penetrante como los rayos de la luna en la ventana.

si el emperador es el sol del imperio y nos cobija con sus calido manto, he de atreverme a pensar y estar segura que Mirumoto Hitomi-sama es la luna que lo vigila todo en la noche, fria y controladora.

su voz es directa MIRUMOTO IENARI- dice secamente.

mi nombre suena como el filo de su daisho, desde ahora soy su arma, soy el instrumento con el cual ella gobernara, es a ella y al emperador a quienes dare mi vida, mi respiracion.

me acerco segura de mis pasos, pues no tengo otro camino que recorrer mas que el del bushi

Me presento ante ti -inclinandome ante Hitomi-sama

¿Juras lealtad a tu familia, a tu clan y a tu emperador?- me pregunta

Lo Juro- respondo 

Ya eres mayor, debes tomar el lugar que te corresponde y ser consecuente con lo que se espera de ti,con lo que eres ahora. levanta la mirada- sus palabras suenan como trueno en la noche.

levanto mi cabeza y veo como ella extiende mi wakisashi envuelto en las telas del clan coronado por el mon de mi familia y una flor de cerezo, simbolo samurai y recuerdo de la historia de Togashi y la fidelidad mostrada por Mirumoto, lo recibo con solemnidad.

Ienari la callada pero dulce niña criada entre bambu y campos de trigo ha quedado atras, ahora he de ser mas que mujer, mas que una adulta, una samurai-ko entregada a su labor y a la causa del imperio.

 

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26/09/2011, 20:44
Akodo Shigeru
Sólo para el director

Notas de juego

Jefe, tengo pensado que Shigeru recite su linaje en el momento de su gempukku, como acostumbran hacer los León. Sería algo largo, pues proviene de una familia muy tradicional, cuyos orígenes se remontan a los comienzos mismos del Imperio.

Tranquilo, pienso resumirlo bastante, apenas un par de nombres, pero quería saber si necesitaba alguna tirada para ello. Recuerda que tiene las Desventajas "Fascinación: Historia del Linaje Akodo" y "Dubitativo: Narración".

A propósito, en el apartado de "Notas" (me refiero a la pestaña, no al espacio donde está la "Historia y Estadísticas") colgué la historia de Shigeru, y unas explicaciones sobre sus Ventajas, Desventajas y las Tiradas de Herencia. Creo que te lo había mandado antes, pero no lo encontré por ningún lado. Así lo tenemos más a mano.

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28/09/2011, 16:18
Director

Le da un toque especial y muy original, además de muy leonino, así que estas completamente permitido. Para recordarlo no hace falta nada. Se espera de los leonesque lo sepan, además que tienes fascinación :D

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30/09/2011, 05:19
Akodo Shigeru

El orgulloso León había fracasado.

Sus maestros habían depositado su confianza en él, eligiéndolo de entre cientos de postulantes para representar a su Clan en el torneo. Para un Akodo semejante honor solo podía retribuirse de una forma: victoria. Nada más importaba, ni siquiera el dichoso gempukku. Cualquiera de sus camaradas habrían dado la vida por ocupar su lugar, y él los había defraudado. Sencillamente, no había estado a la altura. Le había fallado a sus compañeros del dojo y a sus sensei. A su señor y a su Campeón. Y lo peor de todo, le había fallado a su sangre.

Su buen desempeño durante las pruebas preliminares no le servía de consuelo. Y ni siquiera aquella exquisita demostración de destreza frente al Campeón, despojando al poderoso Escorpión de su misterio y de su máscara, conseguía mitigar el ardiente dolor que le quemaba las tripas.

Al final, había sido tristemente derrotado. Y no solo por sus oponentes, sino también por si mismo. Sus dudas y sus temores, agudizados quizás por la frustración que lo había embargado luego del funesto destino de Kistu Anshio, lo habían vuelto descuidado y torpe, demasiado orgulloso quizás, y había caído frente a oponentes claramente inferiores a él. Semejante deshonra era sencillamente imperdonable para un León.

Ahora, la tradición dictaba que el joven aspirante recitara su linaje, recorriendo uno a uno los eslabones de la gloriosa cadena que lo unía con el propio Akodo Un Ojo. Sin embargo, Shigeru no tenía fuerzas para hacerlo. En lo más profundo de su ser, sentía que aquello solo traería vergüenza a sus antepasados, pues ninguno de sus ilustres ancestros merecía el terrible deshonor de verse ligado a tan indigno miembro de su casta. ¿Para qué ofender sus augustos nombres? ¿Por qué mancharlos con una derrota tan amarga?

A medida que se acercaba al estrado, un nudo terrible comenzó a atenazar la garganta del joven samurai, que empezó a sentir como sus pies se convertían en enormes pedruscos, imposibles de mover. Marchaba con la cabeza baja y las manos cerradas en un puño, ocultas bajo las mangas de su sencillo kimono marrón. Casi podía sentir las burlonas miradas de la multitud que se clavaban en su espalda, reprochándole su indolencia y disfrutando con su desgracia.

Cuando se arrodilló frente a la imponente figura de Akodo Toturi, dejando que sus manos y su frente tocaran los maderos del suelo, todos pudieron percibir que no se trataba de una simple reverencia de un muchacho hacia su Campeón. Aquello era una súplica. Una humilde, sincera y descarnada súplica de perdón.

Notas de juego

Falta todavía una parte. Tuve problemas con mi maquinita y lo tengo que hacer de nuevo, pero tampoco quería seguir retrasando todo.

Aprovecho para volver a pedir pedrón. Otra vez se me fue la pinza. No dice nada importante, no hace falta leerlo todo.

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30/09/2011, 06:42
Akodo Shigeru

- Te escuchamos, joven samurai. Dinos quién eres. – la voz de Toturi sonó tranquila y profunda, y llegaba directo al corazón de quienes la oian. Su lenguaje corporal era mínimo, propio más de un monje que de un auténtico señor de la guerra. Pero sus penetrantes ojos oscuros decían mucho más que cualquier discurso.

El Campeón del León era un individuo extraño. Sus anchos hombros y su enorme porte, pues superaba largamente la altura del rokuganí medio, le otorgaban un aire ciertamente imponente, majestuoso, remarcado por sus rasgos atractivos y por los dorados destellos que salpicaban aquí y allá su larga melena oscura.

Sin embargo, había algo en su presencia, quizás en su semblante, estoicamente sereno e imperturbable, que lejos de provocar terror o sumisión, parecía irradiar un aura de solemne nobleza, que infundía confianza en el agobiado joven, y que conseguía inflamar su espíritu con una pasión que había creído ya irremediablemente perdida.

Toturi solo necesitó mirar un instante a los ojos de su servidor para que éste recuperara su templanza habitual y comenzara a hablar de inmediato.

- Soy hijo del honorable Akodo Keitaro, quién luchó con fiereza en la Batalla de la Garganta del Destino, y se desempeñó con valor cuando su pelotón asaltó las murallas de Toshi Ranbo. Su padre no es otro que el venerable Akodo Hideyoshi, llamado también “el Tigre del Norte”, por su arrojo en… – a medida que hablaba, la voz del joven fue ganando firmeza y resolución, perdiéndose en aquellos abrasadores ojos oscuros para abstraerse del ambiente que lo rodeaba. Pronto, casi sin darse cuenta, Shigeru se encontró vociferando las gestas de sus antepasados delante de todos, clamando a viva voz por el honor de sus ancestros. - El padre de su padre fue Akodo Takahiro…

Shigeru habló y habló, recitando decenas de nombres y de batallas durante lo que parecieron horas. Imperturbable. Solemne. Orgulloso. Con una chispa de emoción centellando en su mirada. Su herencia parecía remontarse a los mismos orígenes del Imperio.

En verdad, no era aquel un linaje de grandes señores. No había nombres legendarios que fueran recordados por las canciones, ni gestas gloriosas que hubieran servido de inspiración a los poetas. Era una extirpe de “sirvientes”, de auténticos samurai, guerreros anónimos que habían entregado su sangre y sus vidas a lo largo del tiempo para servir al Imperio y al León.

La mayoría de aquellos hombres no eran más que una simple nota marginal en los voluminosos registros de la Biblioteca Ikoma. Ninguno había recibido jamás mayores reconocimientos, y su único orgullo había sido el cumplir con su deber. Sin embargo, constituían los pilares del Clan, la fuerza que lo había sostenido durante los peores momentos. Y en ese día de la Serpiente, del Año 1122, quizás por primera vez en la historia, aquellos nombres olvidados llegaron al fin a los oídos del Emperador.

- Soy Akodo Shigeru. - concluyó finalmente el joven, luego de un largo rato. – Y somos León.

Cuando entregó el wakizashi que ponía fin a la ceremonia, el semblante del Campeón seguía tan imperturbable como siempre. No había forma alguna de reconocer las sensaciones que cruzaban por su pecho, y nadie podía aventurar si el perdón que Shigeru tanto anhelaba había sido finalmente concedido.
 

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30/09/2011, 15:55
Mirumoto Tetsu

El ronin miraba la ceremonia con una ligerísima y extravagante sonrisa, la misma con la que había entrado a la imponente sala. Era un fruncimiento de sus labios hacia la izquierda que, aunque transmitia diversión o alegría de un vistazo, para un observador atento tambien seria señal del temor y la resignación que invadian al joven… Sentia que todo conspiraba para que deseara terminar cuanto antes con aquello, que para otros era una fiesta... Su raida vestimenta (apenas mejorada por el hecho de llevar su armadura ashigaru sobre el gastadísimo kimono), el leve aroma a sudor que salia por su nerviosismo, imposible de disimular bajo perfumes que no tenia... Sencillamente, su mera presencia frente a la Luz del Imperio, el descendiente de Amaterasu, por no hablar de la familia imperial y el resto de los Campeones de los distintos clanes, constituían sin duda una afrenta a la consideración de no pocos de los presentes… y si algo quería Tetsu, era no buscarse problemas innecesarios. Ya había conseguido suficiente del torneo para sentirse mas que satisfecho... meter la pata ahora seria imperdonable.

Pero era, después de todo, su derecho y obligación como participante del Campeonato Topacio, estar allí. Por eso mismo había juntado valor, poniendose la mascara de la sonrrisa, sin hablar con nadie, tratando de llamar la atención lo menos posible, pensando una burda plegaria: “Fortunas, todo esta en sus manos... yo, tratare de no cagarla, sencillamente”… En algo al menos le habían sonreído, porque había sido situado junto a los Dragones, cerca de la joven Ienari (con quien todavia tenia una charla pendiente) y el compañero de alojamiento Bokusui, lo cual le hacía sentirse más cómodo… un poco.

Los restantes participantes fueron pasando poco a poco frente a sus señores, y el ronin aguardaba. Había tenido que entregar su wakizashi antes de la ceremonia, por lo que al ver lo que realizaban los demás, supuso que alguno de los guardias, o tal vez el juez Suzume, se harían cargo de su parte… hasta entonces, habría que esperar... a pesar que no tenia idea de a quien o que iba a jurar lealtad, ni que decir. Su nerviosismo subio al darse cuenta de esto. Ya apenas seguia la ceremonia, aunque se permitia aumentar la sonrrisa cuando alguno de los conocidos pasaba al frente, como el Isawa y la Dragona. Habian pasado muchos, hasta que fue el turno de Shigueru, el cual hizo una larga enumeracion de sus ancestros, el mas largo hasta el momento. El todavia indesiso Tetsu penso en los ancestros que deberia nombrar el, y un estremecimiento de risa contenida recorrio su cuerpo. Fue entonces que se dio cuenta, solo quedaban dos personas...

Solo quedaban el Campeón Topacio y él. Tratando de reducir sus propios nervios, dirigió una mirada de reojo a Kurenai, preguntándose qué pensaría en este momento de gloria…  Fue en ese movimiento, que notó como una figura se separaba de la fila de los señores para acercárse… Era ella... De las 4 señoras que honraban a los noveles samurái, era la más extravagante por lejos, con su cabeza afeitada y las ropas masculinas... Su intimidante presencia, la dureza de su mirada, igualaba o superaba a la de la dama Matsu… No la había visto desde aquella charla en el jardín, el día anterior, y cuando ahora se aproximaba, sintió que algo en su corazón ardía como nunca antes. Obligándose a calmarse, se arrodillo igual que lo hiciera en ese momento, devolviéndole la mirada… respetuoso y obediente como un soldado, no como un siervo,…y escucho la concisa frase que cambiaba su destino.

- Doragon no ichizoku e yōkoso, Mirumoto Tetsu

Las palabras resonaron de una manera extraña pero clara en sus oídos, como el llamado de una campana largo tiempo callada… Trato de sostenerle la mirada, que entendiera lo que el sentia, ya que las palabras no subian a su boca. Pero desvió la vista de ella cuando el hatamoto le ofreció el wakizashi, junto al kimono del clan… Vio a ese hombre, silencioso y leal, sirviendo a la dama Dragon como ningun otro podia. Fue entonces supo lo que tenía que decir. Tomando los objetos, volvió a poner sus ojos en los de la daimyo, respondiendo con sencillez, pero también con toda la sinceridad de la que era capaz.

-Watashi no kōdō, watashi no ken, watashi no jinsei, anata no tamen no Doragon to, Hitomi-sama +declaro con voz firme, antes de alzarse… En un segundo, todo habia cambiado. Aunque solo fuese durante esta ceremonia... Se había arrodillado ronin… se levantaba, como un samurái.

Notas de juego

-Bienvenido al clan del Dragon, Mirumoto Tetsu
-Mis acciones, mi espada, mi vida, por el Dragón y por usted, Hitomi-sama.

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01/10/2011, 17:19
Director

Todo el mundo estalló en vítores al ver al joven ronin recibir su nuevo lugar entre los samurai. El campeonato topacio, así como las diferentes cortes y tornéos, apenas contaban con ronin entre sus participantes, pero en ocasiones existían aquellos que conseguían un lugar estos eventos, y menos eran los que conseguían llamar la atención de algún clan y obtener un lugar entre sus filas. Tetsu era uno de éstos.

Sin embargo aun quedaba uno de los mayores momentos de la velada. El atardecer aun estaba por desaparecer, dando pie a la noche en la que Onnatangu no kami era quien gobernaba el cielo. El silencio reinaba en el lugar después de que los aplausos y los gritos se fuesen apagando levemente. Ni siquiera los animales emitían ningún sonido en el cercano bosque, todos expectantes ante el final.

Como de la nada, una pequeña flauta comenzó a sonar cada vez con mayor fuerza. Primero pareció como una simple brisa que se hubiese alzado, moviéndose juguetona entre los juncos del lecho del cercano rio. Unos samisen se unieron a la flauta, primero con pequeños y cortos acordes formando un ritmo de fondo que se introdujo en la mente de los espectadores con sutileza. Cuando menos se esperaba, la música dominaba la atmósfera y aun nadie era capaz de determinar de donde salía.

Un palanquín surgió de entre los espectadores, que se fueron apartando poco a poco e inclinándose. La estructura estaba hecha con nobles maderas doradas formando una estrcutura rectángular de unos 5 metros de largo y 2 de alto. Unas cortinas de seda esmeralda y blancas cuelgan de los postes altos, aunque recogidas para que todos vean a su paso el contenido del palanquín.

Sobre cojines de escarlata y negro, en honor al Campeón Topacio, descansa una hermosa y brillante armadura placas metálicas azules y grisáceas, revestida de sedas negras y doradas. El Kabuto de la armadura impresiona a todo aquél que lo vé. Es una máscara completa con el rostro de un poderoso guerrero que parece juzgar y observar a todo aquél que mira.

La armadura continúa su procesión hasta llegar al Emperador y al Campeón Esmeralda que la esperan en pie en el palco. Allí se detiene y la posan suavemente los guardias seppun de honor.

Álzate, Bayushi Kurenai. Pronunció el Campeón Esmeralda con su fria voz y sus pequeños ojos azules dirigidos al Escorpión.

Bayushi Kachiko se aproximo al Escorpión y le escoltó hasta el palco, quedando en las escaleras que subían a él, dejando el resto del camino al Escorpión. Susurrándole un dulce Enhorabuena al oido.

Una vez arriba Kurenai se inclinó ante su Emperador tratando de soportar los nervios que amenazaban por salir ante tal momento. Todas las miradas estaban fijas en él y en el gran honor que estaba a punto de recibir.

Sean los kami testigos de este gran día. Sea todo Rokugan testimonio de la devoción, honor y voluntad de este joven Escorpión que ha alcanzado uno de los mayores privilegios en nuestro Imperio. El emperador se desenvolvía con gracia. Su voz era firme y profunda, a la vez que cálida y próxima. Hoy Bayushi Kurenai será reconocido por todo el Imperio por sus hazañas aqui conseguidas. Bayushi Kurenai es el Campeón Topacio.

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06/10/2011, 23:08
Bayushi Kurenai

Bayushi Kurenai había aguardado sin llamar la atención a que llegara su turno. Hasta el momento, había permanecido completamente inmóvil y absorto, sin prestar mucho interés por lo que había ocurrido en la ceremonia. Se limitó a comunicar que no tenía intención de cambiar su nombre ante la pregunta de un funcionario y poco más. En realidad, infinitud de pensamientos y recuerdos revoloteaban por su cabeza y, por más que lo intentaba, no conseguía poner orden y calmar su espíritu.

Cuando empezó a sonar, el cantar de ésa flauta reclamó lentamente su atención devolviéndolo de nuevo al lugar donde se encontraba hasta que, por fin, el Campeón Esmeralda pronunció su nombre solicitando así su presencia ante el Emperador. Su mente se despejó de inmediato y el joven samurái se levantó y aguardó a que su Dama se colocara a su lado.

Kurenai y Kachiko empezaron a andar el camino que les separaba hasta llegar al palco, flanqueados por los invitados y los otros participantes del torneo. Allí estaban, pensó, todos aquellos que le habían visto llegar como un desconocido con escasas posibilidades de éxito y que ahora lo contemplaban como el nuevo Campeón. Mientras veía sus caras, el samurái hizo balance de lo ocurrido en los últimos tres días.

De los primeros en cruzarse fueron aquellos que a lo largo del torneo le dedicaron palabras de desprecio y desdén, y que lo menospreciaron por su condición de cortesano, tuerto y Escorpión… Y una sonrisa casi se le escapó por la comisura de sus labios al verlos.

Poco después, pasó por delante de otros que de buenas a primeras también le habían demostrado su rechazo y que al final, queriéndolo o sin querer, le habían ayudado a alzarse con la victoria. Cuanto se podía hacer en solo tres días, pensó…

Cuando pasó por delante del “honorable León”, su reflexión fue muy distinta. Kurenai no tenía ninguna duda de que había conseguido ganarse un enemigo. En realidad, se trataba de un gran enemigo, pero al fin y al cabo la valía de un hombre también se podía medir por la valía de sus enemigos.

Luego pasó cerca de quien hasta hacia poco se le podía llamar “perro-sin-honor” y Kurenai se acordó de su acercamiento y posterior entendimiento. Realmente habría procurado que las puertas de su clan se hubieran abierto para él, pero el destino le había determinado otro camino y el Escorpión se mostraba conforme con ello.

Con los últimos que se cruzó fueron aquellos que se habían mostrados afines a sus objetivos. Seguramente, sin ellos todo habría sido mucho más difícil y podían estar seguros de que el Escorpión les recordaría.

Al fin, el joven samurái llegó a la base del palco y al escuchar las palabras de su Dama, su cuerpo se estremeció. Sin que nada reflejara ese estado, empezó a subir las escaleras y cada uno de esos peldaños se quedaron grabados en su memoria para el resto de su vida. Mientras se aproximaba a la cúspide, tuvo tiempo de mirar la imponente armadura del Campeón Topacio y el respeto que irradiaba le gustó. Cuando llegó frente a frente del Emperador, junto al joven príncipe y a los Campeones de casi todos los Grandes Clanes, una sensación de vértigo e irrealidad se apoderó de su cuerpo que a duras penas pudo contener. Bayushi Kurenai se postró ante todos ellos y aguardó a que el Emperador hablara:

Sean los kami testigos de este gran día. Sea todo Rokugan testimonio de la devoción, honor y voluntad de este joven Escorpión que ha alcanzado uno de los mayores privilegios en nuestro Imperio - El Emperador se desenvolvía con gracia. Su voz era firme y profunda, a la vez que cálida y próxima - Hoy Bayushi Kurenai será reconocido por todo el Imperio por sus hazañas aquí conseguidas. Bayushi Kurenai es el Campeón Topacio.

El público estalló en vitores y alegrías, pero Kurenai no se inmutó. El joven samurái aguardó sin levantar la frente a que el ruido desapareciera y una nueva figura tomó el relevo del Emperador. Bayushi Shoju, el temible Campeón del Clan Escorpión, se acercó para hacerle una pregunta:

Bayushi Kurenai, como bien debes saber, es privilegio del Campeón Topacio elegir cuál va a ser su siguiente destino – Shoju hizo una calculada pausa para que todo el mundo prestara atención - Y bien, Bayushi Kurenai, ¿has hecho tu elección?

Kurenai se incorporó sin levantar las rodillas del suelo y respondió a la pregunta que se le había formulado:

He pensado mucho en ello, mi señor, y la elección no ha sido fácil. La verdad es que al principio estaba perdido en un mar de dudas, pero al final busqué en lo más hondo de mi corazón para determinar qué era aquello que más me importaba y encontré lo que quería.

El joven samurái hizo una pausa para tomar aliento y continuó:

Creo firmemente en la tarea del Clan Escorpión y por ella quiero dedicar mi vida. A mi entender, proteger al Escorpión es proteger al Imperio y a su Emperador, y pienso que la mejor manera de conseguirlo será recorriendo la senda de los Defensores Bayushi. Entiendo que aún no estoy preparado para ello, mi señor, pero llegado el momento creo que será el lugar donde mejor podré desarrollar mis habilidades y talentos para servir a mi clan y a mi Emperador.

Kurenai se inclinó de nuevo y concluyo - Esta es mi humilde petición, mi señor.

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11/10/2011, 20:39
Director

Notas de juego

Enhorabuena, has obtenido la friolera de 34 puntos de experiencia, +4,1 de Gloria, +0,5 Honor y +4 al Estatus.

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11/10/2011, 20:55
Bayushi Kurenai
Sólo para el director

Notas de juego

¡Joder, que level-up más guapo! :D

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13/10/2011, 00:01
Director

Notas de juego

Ha sido un comprendio de puntos, por compotamiento, resultado en pruebas, campeón esmeralda, pasar el gempukku...

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14/10/2011, 21:23
Bayushi Kurenai
Sólo para el director

Notas de juego

¿Podría conseguir una lista de las personalidades Grulla que fueran susceptibles de ser la persona que buscamos? (O sea, que tengan cierta influencia para que lleguen a preocuparse de forma activa por un conflicto Grulla-León, y que tengan suficiente poder y autonomía económica como para contratar a un maho-tsukai).

¿Quizá alguna tiradilla de Corte podría arreglarlo?

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18/10/2011, 14:51
Director

Notas de juego

Con intención de causar problemas entre los Grulla y León hay numerosos, después de todo son dos clanes que llevan peleándose unos 1000 años. Con poder para ser un Maho-Tsukai, pues es algo normalmente muy personal que no se puede saber. Si quieres saber de algún rumor de algún grulla que fuese Maho-Tsukai o que se rumorée que tenga algo que ver... pues sería una tirada de Consciencia/Corte, especialidad Rumores.

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18/10/2011, 20:35
Bayushi Kurenai
Sólo para el director

Durante lo que resta de velada, Kurenai dedicará todos sus esfuerzos en recaudar algún rumor acerca de algún samurái Grulla que esté presente en el torneo y que se pueda relacionar con magia prohibida, maho-tsukais o corrupción (no política, claro).

- Tiradas (1)

Motivo: Conciencia/Corte (2 aumentos para conseguir mayor fiabilidad. Gasto 1 punto de vacío)

Dificultad: 25

Tirada (6): 9, 5, 3, 7, 4, 8

Guardados (4): 9, 8, 7, 5

Total: 29, Éxito

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18/10/2011, 21:09
Director

Escuchas extraños rumores y prestas especial atención, manipulando las conversaciones, para saber de samurai grulla que lleven a cabo extrañas hazañas o que puedan estar "bendecidos" por los kami de alguna manera.

Uno de los samurai de los que oyes hablar es uno de tus compañeros de campeonato, aunque no consiguió llamar en absoluto la atención dentro de la misma. Sin embargo parece ser que el joven se ha ganado el gempukku, aunque no por méritos en el Campeonato, entre paredes por su propio daimyo Doji Satsume. Se dice que el hermoso y bello samurai es capaz de evocar poderosos sentimientos en quien le escucha, o quien observa sus pinturas. Aquellos que escuchan o observan sus obras se ven completamente desinhibidos y despejados de los pesares de las estrictas normas de conducta.

Asahina Nobuso es uno de los shugenja llamados por su daimyo a ayudar en el Campeonato para hacer que todo este adecuadamente. El joven shugenja ha confesado, bajo el influjo del sake, que es un poderoso shugenja, pero que la doctrina pacifista de su familia y escuela impiden que mejore en la senda de la magia; que se ha planteado a hacer algo drástico, aunque aun no esta completamente convecido de ello.

Kakita Hiaryu era un joven con un poderoso talento con la magia, sin embargo sus padres decidieron que la escuela Asahina no era suficiente para su hijo, así que lo enviaron a la escuela Isawa de shugenja, mediante varios favores a los que la familia se ha comprometido. El joven es todo un artista con el manejo de los kami, sin embargo poco interés muestra en los caminos y labores que su clan le plantéa, prefiriendo escapar siempre que puede, en extraños viajes por Rokugan. Hiaryu alcanzó Tsuma antes del principio del Campeonato y parece que desapareció esta misma mañana.