Partida Rol por web

La temperatura de la zona había aumentado muchísimo más. Seguramente había 10 grados más que junto al lago. Habían llegado a la ladera de una especie de montaña en cuyo pico más alto se veía un resplandor rojizo y una imponente columna de humo negro. Aquellos eran los únicos colores que verdaderamente coincidían con los que habían visto en su lugar de origen.

Al mirar hacia la cima pudieron ver una impresionante sombra que se movía. Se trataba de la silueta de algún ser capaz de moverse, desconocían si era humano, pokémon o lo que fuera, pero desde luego que estaba vivo. Lo extraño es que estaba muy lejos, así que tenía que tener un tamaño más que considerable.

Todo era majestuoso, el chico nunca imagino que el día que partió desde su pueblo de aventura lo conduciría a este mundo increíble, algo en el comenzó a desear poder estar en este lugar el tiempo suficiente como para poder explorar hasta el último rincón, su sonrisa era enorme, aun con lo incomodo del calor, luego diviso esa figura de sombra y sus ojos se abrieron de par en par, “¿un pokemon legendario?” y entonces su estómago comenzó a crujir, cuanto tiempo habían pasado en ese mundo.

-Chicos, no sé ustedes, pero creo que luego de caminar tanto ya mi estómago está pidiendo alimento y aunque desearía ver a ese ser de más de cerca, ese no parece tan inofensivo como el pequeño de ahora- se siento en el suelo a tomar un respiro y contemplar la vista.

Después de caminar largo rato el calor comenzaba a hacer mella en las energías de Franek, quien decidió por fin sacarse la chaqueta y amarrarla a su cintura para aligerar un poco el calor en su cuerpo, pero se notaba que no quería deshacer su uniforme así que prácticamente lo había hecho a regañadientes.

-¿No te recuerda a nuestro pueblo, Helen?- preguntó casual a su Flygon, antes de darse cuenta que no estaban solos subiendo el volcán. Intentó observar que era pero no lograba divisar bien de que se trataba.

-Podríamos descansar todos juntos, pero serviría de poco, creo que lo mejor sería subir para tener un mejor panorama de donde estamos y bajar cuanto antes- Franek toma en consideración el pequeño cuerpo de Rintaro, que pueda no aguantar el ritmo de exploración intenso que les tocó realizar. Además, le preocupaba lo que pueda ser aquello que se mueve más arriba, quería averiguar que era, confirmar que no estuvieran en una isla, y bajar cuanto antes de aquél inhóspito lugar, entonces se le ocurrió una idea para acelarar aquella labor.

-Hey, que les parece si nos dividimos, y uno de ustedes me acompaña a la cima, y los otros se quedan aquí reponiendo fuerzas para el descenso? Además, sea lo que sea que esté alla arriba podría no ser tan dócil como lo que encontramos abajo, y mientras menos seamos menos llamaremos la atención- Franek dice eso e inconscientemente dirige la mirada a Hoku, podrá verse grande y tosco y hablar fuerte, pero su gran físico junto a su Machamp era lo que lo hacía sentirse más seguro de tener que subir con alguien, y el Glalie de Max podría verse severamente afectado por el calor.

Rintaro cuando escucho eso se puso de pie de inmediato, no permitiría que le dejaran atrás.

El incesante calor se estaba volviendo cada vez más insoportable, pero Hoku estaba acostumbrado a sudar por los duros entrenamientos a los que se sometían él y Machamp, por lo que siguió adelante sin inmutarse. Iba a vigilando a los demás constantemente por si daban algún síntoma de estar pasándolo mal, pues sabía que la situación se estaba poniendo complicada.

La sombra no extrañó al gigantón después de haber visto al otro pokémon, sin embargo, se le tensaron todos los músculos por un segundo cuando Rintaro propuso la posibilidad de que fuese un pokémon legendario. ¡Eso sería increíble! Contestó sin alzar la voz pero visiblemente emocionado.

El luchador estaba de acuerdo con Franek, sin embargo, no tenía claro que tanto el pequeño como Max fueran a aceptar quedarse simplemente esperando, pero igualmente dio su opinión. Me parece buena idea separarnos. Las condiciones se están poniendo duras y según subamos se van a poner más. Argumentó más tranquilo de lo habitual. Un grupo descansado podría la esperanza si algo sale mal, pero si subimos los cuatro y nos pasa algo a los cuatro estamos perdidos.

Hoku se agachó junto al pequeño Rintaro. Descansad y buscadnos si no volvemos en un tiempo prudencial. Lo dijo serio, serio como aún no lo habían visto. Confiamos en vosotros. Hoku quería proteger al muchacho, era demasiado joven y no quería que le pasara nada, sólo esperaba que lo entendiera, pues como él, sabía que las ganas de Rintaro por ver que había más adelante eran tremendas.

Antes de seguir a Franek, el luchador miró a Max y asintió con la cabeza, queriendo explicarle que cuidará del pequeño.

La indumentaria de Max no era la más adecuada para subir a un volcán y su compañero uno de los menos indicados para luchar en sus cercanías, de ahí que no viera grandes problemas en quedarse con Rintaro y su Gengar. No obstante su mirada se volvió una vez más hacia el volcán y la criatura que lo sobrevolaba. Si hubiera sido en nuestro planeta, habría apostado a que se trataba de un Moltres, pero en este lugar aquella teoría parecía improbable y habría jurado que aquel pokémon legendario no podía ser tan grande.

- Si es un dragón, regresad de inmediato.

Les advierte con un brillo en la mirada que bien podía compararse a la de un buscador de oro al encontrar una mena del dorado metal.

- Tranquilo Rintaro, investigaremos que hay por ahí para bajar después.

Añade señalando un punto diametralmente opuesto al de ascenso.

El supuesto pokémon legendario acompañó a Hoku y a Franek a ver al Maxumano del que habían hablado. Tenía curiosidad por ver una nueva clase de humano y poder analizarlo. También tenía ganas de saber si él poseía un fragmento más de esas piedras.

Mientras descendían la ladera del volcán, contestó a la pregunta que le habían hecho anteriormente. La verdad que no tengo claro por qué he dejado de poder manipular este mundo, desde hace unas horas ya no puedo modificarlo. Comentó. Algo ha cambiado. Entonces se puso a echar un ojo al lugar buscando al humano del que hablaban sin verlo por ninguna parte.

Unas horas es el tiempo que llevamos nosotros aquí. Dijo el gigantón de tez morena encogiéndose de hombros al no saber si tendría conexión, aunque en su cabeza apostaba al si. 

Hoku no paró y siguió andando hacia el este. Maxumano se fue al lado contrario al nuestro, esperemos que no haya ido muy lejos. Se rió por haber utilizado el término acuñado por Monorme.

El chico estaba muy feliz de estar en compañía de este ser y al escuchar que hace pocas horas perdió la habilidad de manipular el mundo, solo puede estar de acuerdo con Hoku de que puede estar relacionado con la presencia de ellos en este mundo.

-Si fue desde hace tan poco tiempo, pienso que la idea de Hoku está en lo cierto, tal vez aquello que nos trajo sea responsable de que perdieras tus habilidades y probablemente sea la forma de encontrar al camino a casa, o tal vez nuestra presencia no sea coincidencia, quizás nos trajeron por alguna razón, ¿Últimamente ha pasado algo inusual?- pregunta al enorme pokemon.

La temperatura de la zona había aumentado muchísimo más. Seguramente había 10 grados más que junto al lago. Habían llegado a la ladera de una especie de montaña en cuyo pico más alto se veía un resplandor rojizo y una imponente columna de humo negro. Aquellos eran los únicos colores que verdaderamente coincidían con los que habían visto en su lugar de origen.

Estando cerca del volcán solo con Flygon parece sentirse como si estuviesen de vuelta en sus andadas cuando apenas eran un niño y una trapinch, así que la nostalgia se hacía paso entre las emociones internas de Franek quien le regala una mirada alegre a Helen, pero sabía bien que no estaban ahí de turismo, debía enfocarse en la búsqueda. 

Antes de decidir hacer nada, Franek echa un vistazo alrededor para ver si Max había vuelto, el calor era casi sofocante así que debía apurarse lo más que pudiese.

-MAX!!! MAX!!! - Gritó una vez en dirección Oeste hacia el centro del volcán, y luego inmediatamente en dirección Este, que es la que creía que podría estsr Max. Gritar podía ser la técnica más sencilla para buscar a alguien, y eso era precisamente lo que la hacía tan efectiva, prácticamente era gratis y solo era necesario el oído de aquel al que se busca -ESTOY AQUÍ DONDE NOS SEPARAMOS- Remarca su posición, por si el eco del lugar pueda causar confusiones, al menos mencionar un punto de referencia clave. 

Entonces mientras espera la posible respuesta de Max, comienza a buscar trazas del retorno de Max desde el Este, o en su defecto, ver si por casualidad ha vuelto y se haya adentrado al volcán, sería un error estúpido ir hacia el Este sin comprobar eso primero, pues podrían haberse cruzado y luego sería Franek mismo quien haga que max se pierda tomando otro camino. No tenía nada con due marcar el camino, o dejarle una señal a Max, y ordenar a Helen que haga una marca con un ataque podría causar un derrumbe, así que se iba a conformar con sus sentidos de búsqueda por los momentos. 

Franek logró encontrar huellas aparentemente humanas, sin duda alguna eran suyas y del grupo con el que estaba, pero tras un análisis minucioso vio que algunas se dirigían hacia el este. Esas no eran de ninguno de ellos, así que era probable que se tratase de las de Max, o de quizá otra persona que hubiera pasado por allí en otro momento.

Al no recibir respuesta a sus gritos, y no tener otra pista que seguir, Franek decidió seguir aquellas huellas dirección Este, bien podrían ser de Max y se resolvería el problema, o bien podrían ser de alguien más, y ahí tendrían otro problema por resolver en cualquier caso, Franek se sentía en la obligación de ayudar al dueño de esas huellas.

-Hmm... Vamos Helen, creo que quedarnos mucho rato aquí no aportará nada a la búsqueda-

Al tiempo que se encamina siguiendo las huellas, Franek levanta la mirada para sacar un cálculo de la "hora" en que se encuentran. 

La temperatura de la zona había aumentado muchísimo más. Seguramente había 10 grados más que junto al lago. Habían llegado a la ladera de una especie de montaña en cuyo pico más alto se veía un resplandor rojizo y una imponente columna de humo negro. Aquellos eran los únicos colores que verdaderamente coincidían con los que habían visto en su lugar de origen.

El color, según observó Pittien, era bastante natural en aquel lugar. Pero no sabía si eso le preocupaba, o le asustaba. Hay que pensar que nada en aquel lugar era normal, excepto el lugar peligroso, el volcán. Así que no sabía si acercarse, y antes de nada, dejó una marca e indicación, como siempre, de dónde estaba el lugar de la cueva. Y se puso a mirar alrededor. 

¿Habría alguna zona dónde encontrar huellas de alguien? ¿Y habría alguna señal de que había pasado alguien, o algún pokémon por ahí? Y en cualquier caso... ¿sería peligroso subir?

El suelo pedregoso del lugar hacía imposible reconocer cualquier huella. Todo estaba cubierto de cenizas y cuando pisabas se quedaba la huella, pero rápidamente se volvía a cubrir con una nueva capa haciéndola desaparecer. Resultaba imposible localizar o averiguar nada allí y además una horrible bruma dificultaba la visión e incluso la respiración.

Ascender por el volcán no parecía ser peligroso, pero tampoco iba a ser una tarea agradable dada la situación que le rodeaba. 

Pittien carraspeó, con la garganta ligeramente seca por el calor, y miró a su amigo rosado, como pidiéndole consejo. ¿Subimos? 

Al final la decisión sería la suya, lo sabia. Y quizás, aunque no se viesen huellas allí, en el centro del volcán se verían quizás algunas respuestas sobre la isla. 

De hecho, no me extrañaría que arriba hubiera una sauna, y hasta bebidas refrescantes, servidas por algún Pokémon hielo... Ya me creo todo. 

Al final Pittien decidió dar media vuelta y volver. Temía perderse entre tanto humo y decidió que había llegado la hora de volver junto al resto. Aún se veía el humo de la fogata que habían hecho, así que no sería muy difícil orientarse.

Gracias a su previsión no se había perdido del todo, ya que el humo le estaba guiando en la dirección correcta. De este modo Pittien salió del cráter del volcán y pudo orientarse y decidió que ya era hora de volver con sus compañeros, pues ya hacía tiempo que había salido de la cueva y además no había encontrado nada de utilidad ninguna pista sobre aquel lugar. 

Así se dirigió hacia la columna de humo diciendole a su pokémon:

-en breve descansaremos Flubber. De verdad no tengo ni idea de qué porras este lugar ni de que estamos haciendo aquí.