Helen se despertó después de las caricias de Franek. Parecía como si se hubiese despertado de una apetecible siesta y como si ahora hubiese recuperado todas sus fuerzas.
La pokemon, emocionada de ver a Franek, restregó su mejilla contra su cuerpo y voló su alrededor dando un par de vueltas. Después se posó y se lo quedó mirando. ¿Fly?
El chico se distrajo viendo los trucos que hace Sombra con la pokeball y espero a que sus compañeros se decidan por continuar.
Voy detrás de Fran si se dirige al volcán.
Dejar al recién descubierto pokémon bajo el sol del desierto no era la mejor de las ideas, por lo que a modo de respuesta, y tras un largo suspiro, Max optó por deshacer el camino andado, regresar hasta el pokémon durmiente y zarandearlo ligeramente para despertarlo. Y es que no era ningún experto en ellos, pero parecía obvio que no era del tipo veneno.
- Eeh, despierta pequeño.
Lo anima hasta que el pokémon empieza a desperezarse, entonces añade.
- No te quedes dormido bajo el sol.
Y dicho lo cual se incorpora dispuesto a alcanzar el volcán.
Pues al Norte, ¡pero no dejéis más pokémons inconscientes por el camino!
A Hoku le pareció bien la idea de continuar y siguió al grupo hacia el norte.
Cunado Max volvió para despertar al pokémon no lo entendió, pues no tardaría en despertar por si mismo. Además, este era su hábitat, por lo que estaría acostumbrado a semejante calor.
Ha sido interesante el hallazgo de nuestro amigo del desierto. Ya sabemos que estemos donde estemos, no está deshabitado, habrá que tener cuidado. Dijo sonriente el grandullón.
En verdad, le encantaba descubrir cosas nuevas, ya fueran lugares o especies pokémon. Estaba deseando acercarse más al volcán para ver si se topaban con un sorprendente pokémon de fuego.
-La pregunta es ¿Habrán otros humanos? Al menos pokemon parece que hay, pero ¿podría haber alguien de nuestra especie?- la mente del jóven voló por pensamientos de ver a otros humanos o de ver seres humanoides bien diferentes de ellos -Seguramente no hablarían nuestro idioma y podrían ser violentos-
con esa última idea en la cabeza hizo señas a Sombra para que le siguiera y camino tras Fran rumbo al volcán, ya había olvidado por completo la desaparición de London y su vieja preocupación por volver pronto a su mundo, su mente no le gusta que darse en el pasado, y solo vive por el presente.
Camino hacia el volcán.
El pokémon, o lo que fuese, se despertó tras el zarandeo de Max y en cuanto éste le soltó se introdujo bajo tierra y se marchó de allí dejando los rastros que dejaban los Diglett a su paso.
bajo el sol del desierto
Es de noche.