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TURNO 14 - ELANOR

Tras haber aceptado que Domri encabece el grupo debido a su naturaleza, lo cual es incuestionable. Voy siguiendo los pasos del enano junto a mi hermana mientras desvío la mirada hacia cada rincón de aquel lugar. Posiblemente buscando algo llamativo o que alerte mis sentidos. 

Al ver los cadáveres, un suspiro se escapa de mis labios y continúo revisando, dejando aquello estar pese al dolor que conlleva el saber que detrás de esta acechante oscuridad, la consecuencia es la muerte. 

Y mientras alzo una ceja un tanto extrañada, hay demasiada cantidad de alimento, es evidente que usaban este lugar como almacén, aunque fue asediado por los orcos. Un problema. 

TURNO 14 - Brecca

El montaraz siguió al grupo controlando la retaguardia, atento a cualquier enemigo que asomara su cabeza, sin embargo recorrieron el pasillo sin problema hasta llegar al escondite de los bandidos. Los cadáveres, habida cuenta la presencia de  los orcos, no lo sorprendieron, y la presencia de la comida confirmaba que ese había sido el escondite de los bandidos. - Debemos averiguar de donde robaron la comida los bandidos, esas son las raciones de invierno de buena gente que fue asaltada por los bandidos. Tendremos que dar aviso en Minatir para que ellos devuelvan la comida a sus dueños.

La distribución del grupo para a andar por el mausoleo convence, finalmente, a la guerrera. Está mirando al enano, y a la par, le gusta que, codo con codo, este Elanor a su lado. No le hace falta mirarla, sabe que esa energía solo puede ser de ella. Entonces, avanzan sin encontrar peligro, lo que hace que la elfa baje algo su arma, y se acerqué a los cuerpos, con tristeza en el caso de los hombres, con frialdad con los orcos. 

No me gusta su final, pobres hombres. Debían haber sufrido castigo , pero no esté. -Luego miró a Brecca, asintiendo- Esto es lo que hemos venido a buscar, lo que necesitan esas pobres gentes. Ahora bien, primero, revisemos todo a fondo, no vaya a ser que algún orco aún merodee por aquí. -Instintivamente miró a la puerta por donde habían llegado, y a la sala. ¿Habría alguien tras los sacos? Se aprestó a mirar

TURNO 14 - PIPPI

Pippi suelta una expresión de alborozo que rompe un poco el silencio cauto del grupo cuando hallan la comida. Inmediatamente, como si encontrar comida fuera sintoma inequívoco de que no hay peligro, se cuelga la cachiporra a la cintura y corre a examinar lo que han encontrado. Ella entiende por "raciones de invierno" chorizos, morcillas, terrine, cebollas dulces y fruta del bosque seca. Con inocencia, pero con poco o ningún pudor por las necesidades de comida de las personas que esperan la comida, abre una caja para examinar el contenido. Para probarlo solo. Lo hace con las manos a la altura de las orejas, meneando los deditos con deleite.

TURNO 14 - DROMRI

Dromri escucho y en lo que pretendía comenzar a andar, se detuvo un segundo y (asumiendo que el suelo es de tierra o tiene suficiente polvo) se dirigió hacia el camino de la izquierda, dejando algunas de sus propias huellas y estudiando un trozo de suelo lo mejor que puede, luego se apresuro y comenzó a avanzar en silencio, abriendo camino y encabezando el grupo junto a la elfa.

Escucho a Brecca y un gesto aprobatorio surgió en su expresión, así como una malévola sonrisa al ver los cadáveres.

El enano aun tenia el nombre de su tierra ancestral retumbando en la mente, que le nombraran el reino de Moria en aquel momento solo había hecho que una ira contenida surgiera en su interior y en su mente no dejaba de rogar que aparecieran mas orcos o su sed de sangre y combate tendría que buscar algún otro objetivo, ante las palabras de la elfa el enano bramo en un tono no muy amigable.

Pues para mi tuvieron un final mucho mas cómodo del que merecían, entiendo tu reticencia a que fueran orcos quienes hicieran justicia aquella palabra dicha con tono de ironía indiscutible, pero la muerte en batalla es un castigo demasiado suave para ellos, para cualquiera de ellos termino con la mirada fija en los orcos.

Luego avanzo hasta el derrumbe de piedras y lo reviso, intentando descifrar si era reciente o viejo y tratando de entender que podía haber del otro lado o si era posible continuar por ahí, quizás por aquí había entrado los orcos o era una salida paralela que sufrió algún percance.. 

TURNO 14 - ELANOR

De repente algo capta mi atención dentro de aquel lugar en penumbras, no obstante compruebo si es que veo lo que creo o estoy imaginando. Pero no, efectivamente hay algo ahí escondido delante de nuestros ojos. Rápidamente camino hacia la zona de las lápidas así puedo dar con lo que se encuentra allí y sin tocar nada, descubro que en una de ellas esconde un cofre que se aprecia gracias a la base resquebrajada que tiene. 

—Hay un cofre aquí. 

Doy el aviso a mis compañeros y me dispongo a cogerlo con las manos si es posible o me dispongo a quitar lo que obstaculiza el sacarlo de la lápida. 

TURNO 15

Elanor se acercó rápidamente a la tumba que le había llamado la atención. Allí, podía observarse como la parta baja del sepulcro estaba resquebrajada levemente, dejando ver un lateral de un cofre. La elfa, que no podía mover la lápida sola, pidió ayuda a sus compañeros. 

Con un gran esfuerzo, pudieron deslizarla a un lado con cuidado. Un esqueleto envuelto en polvo y telarañas descansaba en su interior. A sus pies, el pequeño cofre reposaba en el lado de la grieta. La humedad había bufado la madera, haciendo que la cerradura saltara con el tiempo, por lo que estaba totalmente abierto. En su interior, una capa de polvo tapaba una generosa cantidad de monedas de plata¹. El cofre era pequeño, cualquier aventurero podría llevarlo haciendo hueco en su mochila.

Una vez comprobado que todo estaba bien registrado y dando por hecho que esos alimentos y víveres tendrían que ser devueltos a sus aldeas, los aventureros decidieron explorar la otra parte del mausoleo. 

Volvieron tras sus pasos, hasta que llegaron al recodo que habían dejado atrás. Con cuidado, siguieron la misma organización para explorar el lugar. A su izquierda, pudieron ver como dos caminos se abrían sin ningún avance, pues un montón de piedras derruidas permitían continuar por allí.

Pero al fondo, tras hacerse el camino más ancho pudieron ver como una galería más amplia se abría ante ellos. La luz poco dejó ver, así que para ello, debían de adentrarse más².

TURNO 15 - ELANOR

Un tanto curiosa por aquel cofre y lo que puede contener en su interior, rápidamente pido ayuda a mis compañeros para lograr el cometido de sacarlo con facilidad del interior de la lápida. Si bien lo que contiene son monedas, rápidamente le señalo a todos y yo no me quedo con ninguna. De momento siento que son merecedores de tal premio los que han estado luchando contra los orcos y no yo que pese a haber hecho algo, en mi corazón me sabe a poco. 

—Reparta ese botín. 

Y no digo más, la curiosidad me lleva a continuar avanzando con la intención de explorar el otro camino. Sólo que luego de un estrecho casi en penumbras, dos caminos se revelan delante nuestro y es hora de tomar una decisión. Lo cual desvío la mirada hacia mis compañeros, siempre hablando desde un tono melodioso, dulce por así decirlo. 

—Podemos dividirnos. ¿Les parece bien?—pregunto y continúo—. Da la impresión de no haber peligro. 

TURNO 15 - Brecca

El hallazgo de las monedas, evidentemente un botín anterior a la presencia de los ladrones dada la cantidad de polvo acumulado, había sido una agradable sorpresa.  - Propongo que hagamos la división cuando hayamos terminado, Ódvarr, mi parte es tuya y si me lo permiten lo guardaré hasta ese momento a menos que alguien quiera llevarlo. - dijo mientras se preparaba para continuar explorando.

En el camino hacia la galería no explorada se acercó a la mediana - Excelente puntería señorita Prímula, me alegro de que se haya unido a nuestra pequeña compañía, creo que no exagero si digo que le debemos la vida. - una vez llegado a terreno desconocido volvió a su posición en la retaguardia y cuando llegaron a un ensanchamiento se adelantó a confirmar con la lámpara que en efecto los caminos cortos estaban bloqueados.

Puso una flecha en la cuerda y se adelantó al grupo - Me adelantaré al recodo en sigilo y os avisaré si veo algo - dejó la lámpara en el suelo y avanzó ocultandose en las sombras hasta llegar al recodo, atento a cualquier movimiento que pudiera detectar.

El cofre se le había pasado, que bueno que la elfa lo había visto Bien visto chica... dijo el enano casi en tono cariñoso. Estoy de acuerdo, las posibles reparticiones pueden hacerse cuando no haya peligro.

Luego encabezo nuevamente el grupo mientras llegaban al siguiente pasillo, camino con cuidado y ante aquella estancia se detuvo. Ante las palabras de Brecca asintió, una rodilla en tierra para mantener el silencio y el arma bien empuñada listo para emprender carrera de ser necesario.

Hice un gesto de agradecimiento a Brecca, puesto que con sus palabras confirmaba lo que había prometido antes. Estas monedas de plata vendrían bien para la larga carrera que necesitaba hacer para poder ayudar a mi madre. El lugar me había sorprendido mucho más de lo que pensaría, de hecho, me había espaciado un poco entre todo lo que me llamaba la atención. Una vez que fuimos avanzando me mantuve en silencio, hasta que finalmente Elanor habló, a lo que respondí;

-Yo voy contigo por el frente. Me da lo mismo que camino sigamos, pero tenemos que estar preparados para cualquier cosa, no creo que los orcos que enfrentamos hayan podido preparar todo este lugar. –Dije, con seriedad, sin relajar ni un solo músculo en aquella cueva.

TURNO 15 - PIPPI

-Ala... cuanto dinero... ¿son de oro de verdad? A mi me gustaria quedarme alguna. Como Hobbit acomodada, Pippi nunca habia realmente trabajado demasiado, pues vivia de las rentas de su papá. Sin embargo, la idea de guardar un pequeño tesoro personal, le encantaba. No como a una urraca codiciosa, sino como a una niña que descubria el valor del dinero.

TURNO 15 - VÀNIMA

La elfa asintió con respecto a las decisiones sobre el cofre. En si, el dinero no le parecia útil, más que por la belleza del material, sea oro, plata o bronce, o por la necesidad de su uso. Herencia quizás de los grandes herreros de su raza, no le importaba quedarse sin parte de la recompensa, sobre todo de aquel tipo, en beneficio de otro que la requiriese más. El mundo ya había sufrido mucho por la codicia. 

Cuando se dirigieron al otro lado del mausoleo, Vànima fue callada, sacando de nuevo las armas, dejando que los otros mirasen antes, dado que habían salido antes, y no quería pecar de orgullosa exigiendo su puesto de andar la primera, como guerrera. De todos modos, se puso en tensión: no se sabía que podían esconder aquellos vericuetos ni cuevas. 

TURNO 15 - ELANOR

—El camino está sellado por las piedras, tenemos que decidir quitarlas o dejarlo tal cual está. ¿Por qué habrán sellado aquello? ¿Esconderán algo?

Esa es mi respuesta, aceptando de buen agrado la compañía del humano aunque ahora debemos tomar una decisión. Claramente el dividirnos puede ayudarnos a terminar con el recorrido del Mausoleo, pero ya tenemos el primer obstáculo y no lo había captado de buenas a primeras. 

TURNO 15 - Brecca

El montaraz hizo una seña de silencio al grupo antes de volver a donde estaban - Hay enemigos delante, no se cuántos ni de que tipo - susurró - habrá que avanzar con cautela e intentar sorprenderlos. - Miró a sus compañeros, especialmente al acorazado Óldvarr, - O acercarse lo más posible y cargar.

TURNO 15 - VÀNIMA

La elfa asintió. Aunque iba algo retrasada, percibió lo mismo que su compañero, y lo dijo. 

-Aprestaos a defenderos, no sabemos quién ni desde donde nos acecha ensen las sombras, pero no debemos dejarles que nos tomen por sorpresa. Estad vigilantes.

TURNO 16

Tras explorar los distintos caminos que habían de camino al lado opuesto de la galería, los aventureros pudieron comprobar que en el otro de la misma había alguien. Brecca, abriendo camino por su condición de montaraz, junto con Vánima, cimitarra en mano; pudieron divisar que algo se movía al fondo de la galería cuando llegaron al cuello de la misma. 

Una vez que la zona se abría, las pequeñas antorchas que colgaban de las paredes alumbraban la sala. De nuevo, pilas de cestas de alimentos y varias camas se podían ver en la estancia. Era más que evidente que el mausoleo era un puesto de mando de los ladrones y que también utilizaban como almacén.

Pero allí todavía quedaba un humano, un humano vestido de negro y herido, ladrón seguramente, pero vivo. Estaba siendo pateado por dos orcos, que bramaban y reían cruelmente. Pero con lo que no contaban los aventureros era con otro enemigo de gran tamaño que miraba como sus dos súbditos disfrutaban golpeando a aquel indefenso hombre. Un orco, un caudillo, líder de pelotón que sobresalía en tamaño. Aquel enemigo, era un enemigo peligroso.