Partida Rol por web

TURNO 21 - Brecca

La losa se movió dejando caer lo que sólo podían ser años de polvo acumulados en un mecanismo antiguo, Brecca estuvo atento a cualquier cosa que pudiera salir, o caer, que pudiera poner en peligro a Pippi, pero la mediana y el enano se habían alejado de la puerta que se abría y cuando todo se calmó resultó evidente que no había peligro inminente.

- Ódvarr, llevate una antorcha e ilumina cada rincón antes de avanzar, asegúrate de que no haya alimañas, yo llevaré a nuestro nuevo amigo. - dijo mientras envolvía la cabeza del orco en un trozo de manta sacada de uno de los camastros.  - Y no creo que éste supiera nada de esa puerta, lleva años cerrada por la cantidad de polvo que ha caido.

Tras colgar el macabro trofeo de su cinturón desenvainó la espada y se acercó al ladrón. - Vamos, arriba, camina adelante mío y no intentes nada, no sería la primera vez que atravieso a uno de tu calaña. - Luego miró a la mediana y le sonrió -Señorita Prímula, por favor lleve mi lámpara si es tan amable. - dijo señalándola en el lugar desde el cual habían acribillado a los orcos.

Esperaría a que sus compañeros se pusieran en marcha para tomar la retaguardia detrás del bandido, como hiciera un movimiento sospechoso su pierna descubriría que el filo de su espada era nuevo.

TURNO 21 - Dromri

De inmediato el enano soltó a la mediana y comenzó a entrar en la habitación.

Pero que tenemos aqui... cuidado pequeña deja que investigue y tranquila que el premio gordo sera para ti...

fueron las palabra de Dromri hacia Pippi al avanzar a paso lento pero constante, siempre con el hacha por delante, ojeando todo.

TURNO 21 - ELANOR

Los interrogantes siguen en la mente, es lo que en efecto busca la oscuridad y ahora mismo tenemos dos caminos delante mientras las decisiones se diferencian según el punto de vista de cada uno. Algunos queremos avanzar y terminar con esto de una vez, otros revelar la verdad y ofrecer luz a esa gente. Sigo pensando que vamos a perder tiempo, uno que en sí no tenemos. 

No obstante la Hobbit descubre algo junto al enano, así que todos van allí mientras quedo un poco más relegada. Necesito analizar las probabilidades, acostumbrarme a decidir en grupo que está siendo una verdadera proeza cuando toda mi vida he tomado cada una por sí sola. Además con mi hermana es solo entenderse con los ojos cerrados, pero con el resto es negociar un poco, conocer las posturas y aceptar. 

Nada fácil. 

Así que los miro hacer, pendiente del lugar, de sus movimientos mientras espero impaciente a ver que se revela. 

TURNO 21 - PIPPI

Pippi oye las palabras del enano y asomandose a la caverna por detrás de el con cautela le responde:

-Si hay fresas, me las pido.

La ambición no es cosa de hobbits. Al menos si le preguntas a Pippi.

TURNO 22

Poco a poco, la pared de piedra fue girando hasta que dejó una apertura lo suficiente para que pudieran pasar los aventureros de mayor envergadura. Las antorchas iluminaron la sala, amplia, con varias camas y barriles. Todo cubierto por el polvo, la luz del fuego de las antorchas dejaban ver en el aire un reguero de polvo que inundaba toda la estancia, metiéndose en los ojos de los aventureros.

- No...no sabía nada - contestó el ladrón a Ódvarr, con una cara de incredulidad que hacía cierta sus palabras. Avanzaba al mismo paso que el grupo, advertido por las palabras de el montaraz.

Caminando con cuidado, fueron avistando todas las esquinas de aquella cueva, para delimitar la extensión de la misma. Aquel mausoleo era un nido de sorpresas y aquel sitio no iba a ser para menos. En una de las esquinas, pudieron ver armas apiladas. La manufactura, a primera vista, desconocida; mostraba bellas muestras. 

Una espada, con unas runas, en un lateral de la empuñadura. Se veía bella pero peligrosa. Seguidamente, un carcaj con 20 flechas negras se apoyaba al lado de una tela, que envolvía una especie de varita. Por último, un cofre con unas 80 monedas de plata brillaban reflejadas por el fuego de las antorchas.

Aquel mausoleo tenía algo mágico.

TURNO 22 - Brecca

El montaraz escoltó al prisionero a punta de espada, y entró último en la habitación. La capa de polvo que cubría todo era muestra clara de los años que había estado cerrada, y su contenido delataba a las claras que esos bandidos no sabían de su existencia.

La espada era hermosa, las flechas de manufactura impecable, y el pequeño tesoro de monedas estaba intacto, no había forma de que alguien que se dedicaba a robar a los granjeros y asaltaba caravanas hubiera dejado esos tesoros sin tocar.

- Te creo - le dijo al bandido y le señaló un rincón de la sala - quédate ahí y no te muevas, ya has visto lo que le sucedió a eros orcos, si intentas huir te daré caza.

- Vigiladlo por favor, iré a buscar una mejor fuente de luz, quizá haya algo aquí que nos ayude, esos Orcos buscaban algo - Una vez estuvo seguro de que el bandido obedecería volvió al pasillo por su lámpara, su luz ayudaría a ver mejor que unas antorchas.

TURNO 22 - VÀNIMA

Aquello era, cuanto menos, sorprendente. La elfa, viendo como el prisionero entraba docilmente, siguió a su compañero Brecca, y oyendo como el prisionero indicaba que no sabía nada, se dispuso a revisar toda la nueva sala. Allí había una espada y unas flechas, pero, antes de acercarse a examinarlas, se quedó junto al prisionero, para reforzar lo que había dicho Brecca al ir a por la luz. 

¿Qué era aquel lugar? La elfa intuyó a ver unas runas en la espada, y ardió en deseo de ir a leerlas. Pero, mientras veía a los demás entrar, dijo, con voz divertida a la mediana: -Amiga Pippi, no veo fresas, una lástima... -Luego, aunque ya en otro tono, siguió: -Convendria examinar esas armas por si tuvieran algún hechizo maligno y podamos verlo antes

TURNO 22 - ELANOR

Ya un poco más relegada del grupo sigo los pasos del resto hasta dar con ese pequeño lugar escondido dentro del Mausoleo. Sorprendida por lo que hemos hallado, desvío la mirada hacia el preciado carcaj y la varita, es evidente que aquí los elfos han realizado aquellas obras de arte que no son para cualquiera. Aún así es vital ser precavido. 

—Tengo velas, si las encendemos tendremos más luz. Prefiero guardar energías por si debo utilizar mi magia para algo más peligroso...—respondo a Brecca y desvío la mirada hacia Vánima—. Da la impresión de que nuestra gente ha trabajado en ellas. Vamos a mirarlas, hermana. 

Ya sin más, le entrego dos velas al montaraz si las acepta y voy caminando hacia donde se encuentran las armas. Quizás mirando al enano por momentos, ellos son grandes artesanos y quizás si no es trabajo de elfos, es de ellos. 

Dromri iba abriendo el camino, claro que vio las armas... 

hechizos malignos? seguro no es nada mas que el nombre... y con ese pensamiento en su mente se acerco al arma y con lentitud pero de reverencia mas no temor, se acerco no la tomo para poder evaluar su empuñadura y manofactura, poco sabia de flechas así que por el momento las ignoro.

Velas? venga enciende una y acercate vamos. dijo sin siquiera voltear a ver a Elanor, pero el tono no fue grosero, mas bien fue apremiante y hasta inocente como el de un niño que tiene frente a si un juguete soñado.

TURNO 22 - Brecca

Brecca le sonrió a Elanor y negó - Las velas no son sufcientes para mis ojos, traeré la lampara en un momento. - dijo mientras salía de la habitación, regresando uno o dos minutos más tarde con la lámpara en la mano e iluminando la estancia con una luz tan fuerte como la de las antorchas pero sin el juego de luces y sombras que acompañaba a una llama abierta.

TURNO 23

Aquellos tesoros no llegaban a dar la confianza suficiente a los aventureros como para hacerse con aquellas, a primera vista, valiosas armas. Precavidos, poco a poco se fueron acercando dando por hecho de que ningún enemigo se encontraba en aquella sala del mausoleo.

Las armas, aunque no parecían de un alineamiento bueno, tenían un aspecto mortífero y asesino, a la vez que desprendían belleza. La primera impresión fue que la manufactura era élfica, sin saber a qué edad ni pueblo, pero en manos de hombres mortales, esas armas eran difíciles de crear. Sin duda, eran creadas los hijos de Ilúvatar.

¿Qué harían los aventureros?

TURNO 23 - Brecca

Brecca intentó leer las runas de la espada a la luz de la linterna, pero sus conocimientos no estaban lo suficientemente avanzados como para entender nada relevante acerca del nombre del arma. - Elanor, no llego a entender lo que dice ¿Tu puedes leerlo? - dijo mirando a la elfa.

TURNO 24- ELANOR

Haciendo caso al enano me acerco suavemente como si fuera una misma sombra del lugar así puedo leer con claridad las runas que se encuentran grabadas en la espada. Es interesante apreciar el trabajo que ha llevado el forjarla, sólo así alguien con maestría es capaz de realizarlo. Los enanos son grandes artesanos, admirables por sus creaciones y respetados en Tierra Media por ello. 

Pero mi gente tampoco se queda atrás, así que no debe ser un misterio demasiado difícil de resolver cuando la sabiduría adquirida de años está latente en la memoria. Así que por esa razón ya con la vela encendida o la lámpara que consiga el Montaraz, me dispongo a interpretar las runas con suma atención. 

—De tu gente o la mía, ambos conocemos esto Dromri—comento y escucho a Brecca—. En eso estoy, creo que si puedo. 

TURNO 23

Brecca, que se colocó de cuclillas para iluminar con la linterna las runas de la espada, sopló con fuerza para levantar el polvo de la misma. Inclinó la cabeza hacia un lado y a otro, intentando descifrar lo que decían aquellas palabras élficas, pero su conocimiento no llegaba tan lejos.

En cambio, Elanor, se acercó lentamente hacia el arma. Con decisión, cogió la espada y la levantó, pasando la mano por encima de ella. Sus ojos se cerraron y sus labios comenzaron a repetir la frase que allí se había grabado. Comenzó susurrando hasta que en un momento guardó silencio y abrió los ojos, diciendo firmemente:

"Desafiarás a la muerte para tener sus poderes"

Las runas comenzaron a brillar con fuerza y las vibraciones de la misma hicieron que la maga tuviera que sujetar el arma con fuerza, pero tras unos segundos, la espada dejó de tambalearse y la maga se giró, sonriente hacia sus compañeros.

TURNO 23 - ELANOR

Brecca es quien ilumina con su linterna la espada que tiene escrita esas runas, claramente y con decisión la agarro con mis manos mientras me dejo llevar por el poder mágico de esta. Sin poder evitarlo esas palabras surgen cual susurro escondido en medio de la oscuridad, el efecto es potente y debo hacer uso de mi propio control para sostenerla sin caer en medio. Lo bueno es que el efecto cesa, lo cual me permite abrir esos ojos sonriendo contenta. 

—Muy poderosa y merece su lealtad a un precio. ¿Brecca, estás dispuesto a ello? ¿Hermana, Óvarr? —digo al mirar un segundo a uno y al otro—. Tal vez Dromri... Cualquiera de ustedes cuatro puede desafiar la muerte, yo también podría pero este tipo de arma no es lo mío. Cuidado con ella. 

Tras decir aquello solo prefiero dejarla en el suelo con sumo cuidado y estoy atenta a los presentes. 

TURNO 23 - VÀNIMA

-​​​​​​-Hermosa factura, ciertamente. -Dice la guerrera, tras las palabras de su hermana al leer las runas y ver el poder que tenía. Se acerca con reverencia, la toma en sus manos, la mira, cierra los ojos y parece sopesar tanto al propio arma como su templanza misma para empuñarla. O quizás el ser digna de hacerlo. Luego, la posa de nuevo, mirando a su hermana, y comentando: 

-Temo desafiar a la muerte, porque los Primeros Nacidos estamos atados en Arda hasta su fin, según los designios de Eru. Así que quizás sea pretencioso querer usar un arma para tentar al destino de los elfos, que quizás el mismo Mandos me recriminara el usarla. Si alguno la desea, que la tome. En cualquier caso, si nadie la cogiera, yo la portaré hasta encontrarle mejor destino. 

Hay que decir que Vànima observó, como buena guerrera, que el arma estaba equilibrada y era fuerte, bien templada y afilada. La blandiría con gusto, pero debía ser prudente con sus elecciones. 

TURNO 23 - Brecca

Brecca miró la espada con detenimiento y escuchó la advertencia de Elanor, y también observó cómo Vánima la sopesaba en sus manos. Las palabras con las que rechazó inicialmente la espada no le dejaron intuir el tipo de desafío a la muerte que implicaba el blandirla, las opciones eran variadas.

Cuándo la guerrera dejó la espada se acercó con respeto a la misma, - Con permiso - dijo, la tomó y alejándose unos pasos la blandió contra una figura imaginaria. Sintió como la espada buscaba sola el objetivo, pero de una forma agresiva que anulaba su postura defensiva y lo forzaba a exponer su cuerpo a cualquier contraataque. Con cada ataque, sin importar la técnica, era lo mismo, sus pies terminaban demasiado cerca, o la mano en una posición tal que impedía un bloqueo posterior. Finalmente volvió a dejarla en el lugar de antes.

- Esta espada es sanguinaria, bien queda hecha la advertencia en las runas ya que en su búsqueda de sangre ajena deja a su portador abierto a cualquier ataque. - miró a los demás - Puedo blandirla ya que poco perdería, mi estilo es agresivo de por si y poseo un amuleto que me protegería en parte, pero si alguien más la reclama no me opondré.

TURNO 23 - PIPPI

Pippi se queda alucinada ante las armas que empuña Vanima. Le parece increible, una elfa tan bella, fuera al tiempo tan delicada y aguerrida. Parece letal, como una corneja, como una turona. Se pregunta si hay algo para ella. Fresas no, desde luego, a estas alturas se ha dado cuenta.

Luego se fija en las runas, pero mas bien con la mirada inocua de los niños.

-¿Ustedes saben que pone?

TURNO 23 - VÀNIMA

- Querida Pippi, este arma es un arma élfica, poderosa, que dice "Desafiarás a la muerte para obtener sus poderes", y por ello, me da respeto usarla. - Indica la guerrera, que ha notado la mirada de admiración de la mediana, que ha quedado fascinada por la propia majestuosidad del arma.