- Mmmmm - murmuré mientras seguí tumbado a su lado.
No me apetecía nada moverme pero mis ojos no se apartaban del reloj que colgaba en la pared. Sabía que debía volver y dormir en mi casa al menos de vez en cuando. Y llevaba dos días sin aparecer. No podía seguir fingiendo que me quedaba en casa de Noah como cuando teníamos doce años.
- ¿Qué tal pizza? - sugerí mientras me dedicaba a contemplar sus curvas. - Por cierto, sabes que hoy no podré dormir aquí, ¿verdad? - pregunté con desgana
-Pizza entonces... -digo con cierto halo de resignación. Sabía que no era conveniente que se quedara conmigo todos los días pero no tenerlo una noche o varias sería terrible.
Luego de pedir la pizza, me quedo en silencio planificando. -Tengo una idea, es un poco osada. - expreso sonriente no sin antes darle un cálido beso en los labios. - Irás a tu casa a dormir, acordamos una hora y te paso a buscar en el amy móvil. Tus padres creerán que te quedas allí, luego te devuelvo bien temprano. ¿Qué te parece? - con tal de estar con él era capaz de hacerlo.
- No es mala idea - respondí. Pero tenía otra en mente. - Pero ¿qué tal si en lugar de tanto ir y venir, eres tú la que se queda en mi casa? - propuse, sin saber muy bien si aceptaría o no.
Luego de recibir al repartidor de pizzas solo con la camiseta de Zack que me quedaba bastante holgada preparo la mesa para cenar. - No hay problema, siempre y cuando duerma contigo no pondré pegas. ¿Me presentarás a tu familia como tu novia? - pregunto manifestando curiosidad por su respuesta.
- Sólo si te portas bien - respondí con una sonrisa mientras la abrazaba por detrás una vez que hubo dejado la pizza encima de la mesa y tiraba de ella hacia mí, hasta la cama.
Media hora después pusimos a calentar las pizzas en el microondas.
- No me dejabas elección - me excusé ante la mirada inquisitiva de Kitty por haber dejado que se enfriase la cena. - En cuanto a lo de hoy, ven conmigo. Te abriré la ventana de mi habitación y podrás colarte sin problemas.
Mientras calentaba la comida sonreía, de nuevo haciéndolo y me acordaba de Robin cuando había mencionado el tema de que estábamos como los conejos. - Ya. Excusas, nunca vas a admitir que soy irresistible para ti. - le saco la lengua a modo de broma.
Una vez que cenamos, momento en donde me dediqué a comer como un verdadero animal hambriento respondo a su comentario. -¿Así que novia fugitiva? Me vale, eso si. Dime que la cama es mullida, ahh y no puedo gritar mucho. ¿Verdad? - continúo echándole la lengua cuando miro el placard para ver que me ponía de ropa.
Ya vestida de pies a cabeza me preparo para salir. -¿En tu moto? - le pregunto sonriendo ya que tenía un vestido muy corto.
Vestido de Kitty.
Zack, cuando quieras vamos a tu casa. :3
- Claro - respondí. - Te dejaré ir delante pero conduzco yo - añadí sonriendo.
Y tras terminar de cenar ambos nos montamos en mi moto y nos dirigimos hacia mi casa.
A mi casa.