Partida Rol por web

Me acerco al frigorífico y lo abro, sin recordar exactamente lo que tengo dentro. Hace bastante de la última vez que vine, la verdad, en verano los colegas andaban de vacaciones y no estuve de humor para venir sólo.

¿Sabor? -Le pregunto, comprobando que hay varias opciones. Finalmente abro la puerta del todo para que vea el interior. Hay diferentes tetrabricks y botellas de cristal, y también refrescos y batidos- Elige el que quieras, como si estuvieras en tu casa.

Abro un armario, buscando algo para comer. No creo que haya cosas caducadas, porque se hace limpieza a menudo y se revisa, pero por si acaso miro las fechas de caducidad. Hay bastante bollería industrial, y un par de botes de masa para tortitas.

Hmm... Tengo que coger nata, otro día que tengas hambre te haré tortitas, ¿te parece? Bueno, si te gustan...

Volví a acercarme cuando tras abrir el frigorífico me dijo que escogiera el que quisiera. Ya había tomado zumo de naranja por la mañana, pero aun así me decante por el mismo.

-¿Y tú? ¿Qué quieres? – cogí un par de vasos y nos serví, cogiéndolos con ambas manos. - ¿Dónde lo quieres tomar? – pregunté, mirando la inmensidad del lugar, y sus tantos sitios donde poder sentarse. -  Sí, me gustan las tortitas, cuando quieras. – le sonreí, esperando a ver dónde quería que nos sentáramos.

Lo mismo que tú. -Respondo cuando me pregunta qué quiero tomar, pero enciendo también la cafetera y abro la cama de las cápsulas- ¿Quieres también café? Creo que tengo sólo, con leche, capuccino y vienes... -Cojo una cápsula de capuccino para mí y lo que ella diga si quiere otro- ¿Y algo para picar? ¡¡Hey, no recordaba que tenía esto aquí!! -De detrás de la caja de las cápsulas, en el armario, saco un envase de plástico que contiene un pastel de manzana pequeño, lo suficiente para comer entre dos o uno sólo si está especialmente goloso- ¿Me echas una mano con esto? No estará tan bueno como lo que hace tu madre, pero seguro que es mejor que lo que hace la mía, jaja. -Le guiño un ojo, cogiendo un cuchillo para cortarlo.

Nos podemos poner allí al fondo, junto a la cristalera. El sofá es comodo y hay bonitas vistas, aunque yo prefiera otras... -Le digo de medio lado, con picardía. ¿Quién quiere mirar a la playa y al mar, pudiendo mirarla a ella?

Serví zumo de naranja para los dos, negando cuando me ofreció café.

-No tomo café, pero gracias. – respondí mirando como seleccionaba entre las cápsulas, siempre me habían llamado la atención esas máquinas. – No, no, con el zumo está bien. – le dije al insistir en si quería picar algo, mirándole con una sonrisa al verle sorprenderse por encontrar aquel pastel. – Habrá que probarlo. – accedí, más por la idea de compartir algo con él, que porque tuviera interés en dicho dulce.

Al indicarme donde podíamos sentarnos puse rumbo hacia allí, sonriendo y negando con la cabeza, incrédula, ante su comentario acerca de las vistas.

Dejé las cosas en una mesita auxiliar que había cerca del sofá y me senté en este, echando una mirada al exterior. La verdad es que si, había unas bonitas vistas, sin duda este era un lugar privilegiado.

Demasiado privilegiado para algunas… - pensé, al volverme y mirar a Jayden, viendo como este se acercaba a mí.

-De repente no tengo tantas ganas de ir a clase. – confesé, sonriendo. – Pero no puedo faltar el primer día.

Cogí el vaso de zumo y me lo llevé a los labios, dando un pequeño sorbo.

No toma café, algo nuevo que he aprendido de ella...

Pongo el café y el pastel en una bandeja y voy tras Diana hasta el sofá, dejando todo en la mesa y sentándome a su lado.

Bueno, esta cabaña no se va a ir a ninguna parte. -Le respondo con una sonrisa tierna, mientras sacudo el azucarillo para abrirlo y echar el azúcar en el café- Podemos venir siempre que te apetezca, es un buen sitio para estar tranquilos... -Sin tener que preocuparnos de que nadie nos vea, o de que puedan hablar de ello. Sin que tengamos que evitar miradas y gestos, y esconder lo que sentimos- Aunque aún tenemos pendiente algo en mi casa, también, jeje. ¿Partida de Reyes?

Le saco la lengua, antes de coger el café y llevármelo a la boca, dando un buen sorbo. Ya se que es Juego de Tronos, pero me gusta chincharla.

Y hacerla reír.

Reí cuando dijo que la cabaña no iría a ninguna parte y podíamos venir siempre que quisiera.

-No era por la cabaña, tonto. – le dije aún sonriendo y dí otro trago de zumo.

Es porque quiero quedarme contigo, me da igual si es aquí o en una cueva en mitad del bosque.

Posé el zumo, mientras tras prepararse el café me recordaba nuestra idea de quedar en su casa para ver…

-¿Cómo que Partida de Reyes? – le dije fingiendo estar molesta, viendo como me sacaba la lengua para acto seguido concentrarse en su café. – Qué mala memoria Señorito Garlan, espero que lo haya apuntado en su apretada agenda, a ver si también se va a olvidar de nuestra cita... – dije con intención de hacerle burla, pero en seguida me puse nerviosa.

Cita, has dicho CITA, ¿Es que no piensas?

-Cita, reunión, quedada, ya sabes, jeje. – reí nerviosa y volví a coger el vaso de zumo para beber de él.

Me pongo colorado al decir Diana que no era por la cabaña. Seré idiota... Y no sólo por no haberla entendido y haber metido la pata, sino por lo que quería decir en realidad. Así que, avergonzado, me termino el café y corto un par de trozos de tarta.

¿Hay algo de malo en que sea una cita? -Pregunto como si tal cosa, volviéndome hacia ella con curiosidad- Sin que nadie más lo sepa, claro, pero para nosotros... no pasa nada si lo es, ¿no?

Me recuesto un momento en el sofá, apoyando la espalda y dejando que la luz de loa ventanales brille alrededor de la silueta de Diana.

Me terminé el zumo, deseando que Jayden cambiara de tema, o de lo contrario lo haría yo tras beber. Pero no, mi tonto comentario nervioso que lejos de arreglar nada lo empeoró aún más, no le pasó desapercibido.

-No, no, ¡No quería decir eso! –me apresuré a negar, agitando también mis manos. – Es solo que… No es lo que era, habíamos quedado ya antes de… - no sabía cómo llamar a esto, o quizás temía meter la pata más. – De lo nuestro. – dije señalándonos a ambos de forma alternativa, moviendo el dedo índice.

Se recostó en el sofá, y me giré sentada para mirarle.

-Claro que no pasa nada, no pasaría nada por tener una cita. – terminé por decirle y agaché la cabeza. – Creo que debería irme ya…

Saqué el teléfono y miré la hora, y ciertamente ya era tarde y tenía que ir a clase de Chino, pero esta resultó la excusa perfecta para irme de allí. Esto no iba a resultar tan sencillo como me pensaba. Jayden no dejaba de echarme indirectas y hacer alusión al tener que escondernos, y a fin de cuentas, era normal. Pero para mí tampoco estaba siendo lo sencillo que pensaba, ¿Tener una cita con él? Claro que quería una cita, pero no de esa manera. Sentía no estar haciendo bien las cosas, a pesar de estar haciéndolo por su bien.

Accedió a llevarme y cogí mis cosas, esperándole fuera mientras dejaba todo en orden antes de marcharnos. Una vez salió y cerró la cabaña me acompañó hasta la puerta del coche, abriéndomela como ya acostumbraba a hacer, y me senté en el asiento del copiloto. Él dio la vuelta y se sentó en el del conductor, pero antes de que arrancara le agarré por el hombro para detenerle.

-Espera. – dije sin soltar su hombro, mientras me inclinaba hacia él y llevaba mi otra mano a su cara. Moví ligeramente su cara para encajar mis labios en los suyos, dándole un suave y húmedo beso con mis ojos cerrados, quedándome mirando los suyos al terminar y separarnos. – Ya podemos irnos. – le sonreí, y tras recolocarme las gafas me abroché el cinturón y miré al frente.

Mientras nos dirigíamos hacia el instituto traté de concentrarme en el paisaje, ya que no quería que Jayden se percatara de la tristeza en mi mirada, y es que tenía la sensación de que aquel podía ser de alguna forma nuestro último beso.

Miro a Kitty.

-Pues no lo se. ¿Vamos al centro comercial? O donde crea Zack.

-Al centro comercial y por un buen café. - le sugiero a mi novio y amiga. Tenía mucho sueño pero no me rendiría fácilmente, la hermana de Zack estaba desaparecida por lo tanto era una preocupación para mi. 

Estaba un poco desesperado. A estas alturas debíamos haber encontrado ya a mi hermana y, sin embargo, no aparecía por ninguna parte. No me apetecía llamar a casa y hablar con mis padres pero sabía que tarde o temprano tendría que hacerlo.

Hice una seña con la mano a Kitty y a Robin y llamé a casa. Tras corroborar que Alice no estaba allí le dije a mis padres que seguiría buscándola hasta que apareciera. Tras colgar me giré hacia las dos chicas.

- Probemos en el centro comercial - dije mientras afirmaba con la cabeza. - Hasta que cierren al menos. Después propongo ir a los locales que estén abiertos, sitios de comida de 24 horas, etc.

Mire a Zack

-Pues tenemos un plan. En marcha

-Bien pues vamos . De camino llamare al hospital por si acaso.