Partida Rol por web

Había perdido la cuenta de las horas que llevaba con el móvil, en posición fetal dentro de su cama, puesto que tenía enchufado el cargador desde casi todo el día anterior. El dolor no le permitió dormir, y youtube tampoco. Se propuso, ya que no era capaz de ponerse a jugar, hacer un repaso intensivo de los canales gamers a los que estaba suscrito, para coger algo de talento de los auténticos profesionales mundiales.

Por supuesto, ya se había olvidado de la intensa escena con la capitana de las animadoras, y de por qué narices GamerPro la había increpado. Lo único que aún medio retenía eran las asignaturas a las que se apuntó, aunque sin recordar casi a horarios y a profesores.

Pero empezó a avanzar la tarde, y la angustia iba evaporándose. De algo sirvió ir tres veces al baño, y ahora notaba que no era indispensable estar acurrucado como un animal. Podría volver a su asiento normal, y encender de nuevo el ordenador para librar unas buenas partidas épicas. Y en ese entonces, cuando se reincorporó, notó todo el hambre acumulado de más de un día.

-Joder. Será posible... -se lamentó, al compás de los rugidos estomacales.

No tenía más remedio. Debía aplazar su recompensa para bajar a alimentarse. Abrió un poco más la ventana de su desordenada y oscura habitación para que se airease, y descendió las escaleras.

-¡Ma! ¿Qué hay de cena?

No recibes respuesta a fin de cuentas tu madre no estaba en casa

-Cagüen...

Dándose cuenta de que a esas horas todavía había trabajo, acudió a la despensa para buscarse lo primero que se encontrara. Lo cierto era que aún quedaban unos pocos minutos de la última clase, pero ¿quién querría ir al colegio? Allí no le esperaba nadie que mereciera la pena.

John camuflaba constantemente su soledad con su adicción. Los videojuegos habían adquirido una relevancia tan consistente en su vida, que funcionaban bien como parche para remediar aquello, aunque artificialmente.

Mientras tomaba un sándwich de pavo con lechuga y algo de queso, ojeó el móvil para ponerse al día en la web del instituto sobre aulas, asignaturas y demás. Y entonces se topó con aquella famosa sección, donde un tal "webmaster" se dedicaba a acaparar una sección para el entretenimiento de los estudiantes. No era algo que tuviese para él mucha importancia, hasta que vio su nombre y su foto en un ránking de los más vomitivos.

-Será imbécil... -reaccionó algo sorprendido, haciendo que pediese la sincronización y dejara caer un pedazo del sándwich sobre el mantel a cuadros de la mesa.

No era la primera vez que GamerPro era objeto de alguna burla en aquel subforo, pero igualmente le molestaba aquella falta de respeto. Y de nuevo entró en juego su mecanismo inconsciente de autodefensa; ante un problema de la vida real, brotó con más fuerza su ansiedad por consolarse con su pasión particular. Terminó su comida, y acudió rápidamente al primer piso para encender la consola y buscar por el chat a algún "auténtico compañero" disponible.

Ya llegó la tarde, y su madre acudió de vuelta del trabajo, percatándose de que su hijo no sólo había decidido comer antes que ella, sino que además volvía a estar enganchado a las máquinas.

Sospechando que lo de aquella enfermedad fuese sólo una excusa, le echó una bronca monumental por haber consentido faltar al primer día del colegio mientras estaba tan a gusto con su consola. De nada sirvieron las excusas de GamerPro por espetar que sólo llevaba una hora de partida y que no sabía la hora que era. Así que, cuando su madre le amenazó con apagarle los dispositivos, el chaval cogió un cabreo importante y resolvió salir de la casa, después de pegar un par de gritos. Cerró de un portazo, y se encaminó a ninguna parte.

En un momento dado, se acordó de que había conversado antes con Morgan, y le envió un segundo mensaje confirmándole que sí acudiría al lugar donde se entrenaba. No por voluntad propia, sino porque en ese momento regresar a su habitación no era posible en ese momento.

-Mierda de vida... ojalá Morgan se haya traído una psp, o algo. -farfulló al tiempo que echaba a andar.

Gamerpro a veces soñaba con los juegos que había estado jugando, pero el sueño de hoy fue realmente extraño, no era de ningún juego que había jugado, o al menos que el recordase, estaba tirado en el suelo rodeado de nieve y un hombre anciano le miraba y le hablaba, no entendía lo que le decía, realmente no le escuchaba, pero solo sabía que le dolían mucho los pies. El sueño termino cuando el despertador sonó, sin embargo, no sabía porque sentía muchísimo frio, al ver en su móvil la temperatura puede ver como no debería de hacer frio puesto que marcaba 15 grados

-Joder, ¡qué frío! -se quejó abiertamente. La mañana había salido fresca, pero aún estaban en época de verano. No era normal que GamerPro tuviese que cubrirse bien con las sábanas como en épocas más gélidas, y se permitió quedarse en cama unos 20 minutos más en parte gracias a las vacaciones por sorpresa que les dieron el anterior día.

Bajó a la cocina para empezar con el desayuno que su madre le dejaba poco antes de irse a la peluquería. Le seguían inquetando aquellos escalofríos, y se llegó a preguntar si no serían remanentes pasados de la gripe que cogío antes.

Como no era un experto en medicina, pensó que lo más útil sería abrigarse mejor y quedarse en su habitación para grabar algún gameplay. Seguramente se le iría pasando conforme llevase algunos minutos jugando a algo.

Aunque aquel sueño que tuvo fue tan realista como extraño. Pero aquello era lo de menos para él, pues el panel de su sala de espera online ya tintineaba en verde con la palabra "start!".

En todo aquel tiempo, grabó un par de partidas de las siete que hizo al poco de percatarse de que la sala de sus contactos ya se había vaciado. Se dio cuenta mientras subía los dos vídeos a youtube de que uno de sus trabajo tenía un comentario negativo, criticándole la poca creatividad y abuso de la comercialidad de su gameplay, como si directamente hubiese copiado el trabajo de otra persona. Dedicó una medio hora a responder con un importante volúmen de insultos que acabaron en un baneo hacia aquel usuario. GamerPro era muy vanidoso con sus pasiones, y no toleraba fácilmente ni siquiera las críticas constructivas.

Pero tenía, no obstante, una inquietud. No sabía bien a qué se podía deber, pero algo más allá de aquella discusión le incomodaba. Así que tomó una decisión poco usual; pasar de la siguiente hora pegado a la pantalla y salir al exterior. Aquella increíble idea de David no se le borró de la cabeza, así que se encaminaría hacia su casa con una mochila que llevase accesorios de infiltración.

Aprovechó para hacerle una llamada mientras tanto.