Partida Rol por web

Los labios de Diane temblaron levemente al sentir el contacto cálido de la mano de su padre y tuvo que poner en juego toda su voluntad para evitar que los ojos se le humedecieran. -Sí, esperanza... el mismo sentimiento con el que el señor Lightman pretende conseguir algo de Blake y con la misma probabilidad de éxito...- Pensó, pero se guardó de decirlo en alto: no era el momento de sacar su sarcasmo a pasear. Más bien al contrario, le habría gustado poder encontrar alguna frase de ánimo o de apoyo, alguna solución o plan que les permitiera confiar en una estrategia definida, pero simplemente su carácter era más dado a ver el vaso no medio vacío, sino roto y con todo su contenido derramado y perdido para siempre.

-Adios, padre.- Logró decir, antes de que su intercomunicador le recordara que seguían a bordo en la Excalibur y que no había tiempo para dramatismos en aquel momento. Y, aun así, no pudo evitar un terrible sentimiento de pérdida al sentir que aquel momento privado se acababa. -Te juro que haré que te sientas orgulloso de mí y de esta decisión.

Se humedeció el labio inferior y dejó pasar un par de segundos para volver a centrarse, antes de responder por el intercomunicador.

-Adelante, señor Mukherjee.- La doctora nunca había destacado por el trato social pero aquel mensaje era seco y escueto hasta para su estándar.

Entonces Mukherjee derivo la comunicación de la enfermería directamente al despacho de la capitana. Era Blake, que traía las malas nuevas sobre el estado de salud del ingeniero en jefe.

- Doctora. Tengo el informe de salud del oficial Ollander. - comenzó algo dubitativa, como si no quisiera tener que dar la noticia a su jefa – Su pronostico es reservado y con pocas chances de recuperación. La explosión de plasma le provocó quemaduras graves en sus pulmones además del daño en la epidermis y las capas superiores de los músculos. Creo que inducirlo al coma farmacológico es la mejor opción de minimizar el daño cerebral hasta que el oficial vuelva a respirar por su cuenta. -

La rubia termino su informe y aguardo en linea por la respuesta de Diane, que en el mismo instante examinaba la forma de transmitir la novedad a la capitana. La Excalibur perdía a su mejor ingeniero...

Nada más entrar, Aakesh se detuvo hasta que la capitán estuviese sentada o le permitiese hablar.

-Capitán, simplemente quería saber la situación de la nave y la misión. Desde la llegada del viceministro y el conflicto con los klingon, no hemos tenido tiempo de hablar. Ignoro quien es el polizón que entró en nuestra nave, que quería el viceministro, nuestra actual misión, que pinta en todo esto la embajadora Shirrazz, su estado actual....

Aakesh mostraba en su rostro cierta preocupación

-No quiero que piense que estoy reprochándole nada, todo lo contrario, entiendo que no hemos tenido un tiempo de poder hablar. Yo mismo considero que en parte soy culpable de mi desconocimiento por no haberle preguntado antes, y también entiendo que es posible que no me pueda contar todo por órdenes superiores, pero sí que le pido que me ponga al día en lo posible para no ir tan a ciegas en mis funciones y de cara a la misión, sea cual sea, que tenemos que cumplir.

El tono de Aakesh era sincero. Estaba hablando no ya como un Primer Oficial, sino de corazón. El tiempo en que había reproches y malos entendidos entre él y la capitán habían quedado atrás.

La decoración de aquel despacho se asemejaba un tanto con el camarote de Cristina, sólo que era algo más serio pues no había nada que denotara el gusto por los objetos frikis del siglo XX que tan del agrado eran de De Alba. En el escritorio se podía apreciar una antiguo escudo de la familia sobre un viejo libro donde se detallaban relatos sobre la campaña de Flandes encabezadas por el Gran Duque, una bella reproducción que no por no ser el original dejaba de ser un pequeño tesoro, que conservaba en una especie de vitrina que había mandado alojar en la pared

Cristina escuchó las nuevas que le llegaron del puente con preocupación, no debía demorarse mucho en llegar al puente, de manera que aguardó la respuesta de Muk con impaciencia... Parecía como si en la Excalibur estuviese

Además lo que destaca del despacho era una reproducción de un famoso cuadro de Goya de la duquesa de Alba, que el padre de Cristina había mandado hacer exclusivamente para su primogénita, pero de menores dimensiones que el que los Alba custodiaban en palacio, aquello había sido el mejor regalo que Cristina había recibido del duque pues siempre le había encantado aquella pintura.

La capitana tras tomar asiento escuchó al primero con atención, personalmente Muk seguía sin gustarle, pues a parte de todos los reproches y las malas formas que tuvo con ella, ser consciente de que el primer oficial no la soportaba, De Alba recordaba con mucho malestar el episodio del pub donde el hindú se puso a grabarla en video durante su estado de embriagez, sin embargo lo prioritario era la misión y no tenía ganas de hacer más enemigos... ya tenía bastantes.

- Como bien ha aventurado usted, tengo órdenes superiores de no revelar información- el tono de Cristina no rebelaba animadversión o cualquier otro tipo de sentimiento, estaba optando por ser todo lo profesional posible con él, dejando opiniones personales a parte... entre otras cosas porque se había prometido a sí misma no mostrar debilidad, ni dejar que nadie accediese a ella- Pero le diré varias cosas, es una misión suicida... como las que nos suelen mandar, hay implicados altos cargos de la flota y me temo que tenemos a un traidor a bordo- lo miró con intensidad unos segundos- el cometido de la embajadora es desenmascararlo. Ahora mismo no puedo permitirme el lujo de confiar en nadie... y espero que no lo tome a mal ni como algo personal... sin embargo he decidido darle un voto de confianza a usted y pedirle un favor, si está dispuesto.

Cristina tras escuchar las nuevas del puente miró a Muk con cierta impaciencia, debía acudir al puente pero parecía como si en la nave estuviese actuando una anomalía interdimensional empeñada en que De Alba no encontrara el puente y cuando lo hacía alejarla del mismo, sólo que dicha anomalía tenía la forma de su propia tripulación.

Aakesh escuchó con detenimiento las palabras de la capitán. No estaba contento con quedarse al margen de lo que estaba pasando, pero tampoco estaba del todo disgustado, y entendía las circunstancias. Era una de las opciones que había barajado por lo que, en parte, sintió cierto alivio.

Tendré que realizar mis tareas con lo que hay

-Entiendo las circunstancias, así que capitán, haré lo que pueda con lo que me pueda ir diciendo a su debido tiempo sobre la misión y todo lo que le rodea.

Al oír lo de un posible espía no pudo evitar recordar la anterior misión de la Excalibur, cuando sospecharon de todo el mundo, incluso de ellos mismos.

La situación se repite

Abrió los ojos de par en par cuando le pidió un favor.

-Capitán, le puedo asegurar que no soy el espía, pero claro, si lo fuese es lo menos que podría decir. No me descarte hasta que esté segura. Y sobre el favor, ni que decir que cuente conmigo para lo que sea, dígame en que puedo ayudarla.

Cristina observó con detenimiento todas y cada una de las reacciones del hindú. Pese a sus diferencias con el primer oficial le costaba verlo como traidor aunque teniendo en cuenta sus aspiraciones personales con respecto a la cadena de mando, podía esperar cualquier cosa, en la cabeza de la capitán resonancia las palabras de advertencia del almirante y de la doctora "No se fie de nadie [...] cubrase las espaldas“ francamente no sabía como iba a poder librarse de recibir un puñalada con una tripulación tan especial como la de la Excalibur, pero si el Universo se le echaba encima ella no se iba a aminalar, pensaba morir con las botas puestas y no permitir que nadie la viese débil.

- Quiero que se encargue personalmente de la protección de la Embajadora, su seguridad está por encima de todo. Ella es la más capacitada para desenmascarar al traidor o traidora y seguramente nos resultará aún más útil conforme vayamos avanzando en la misión. ¿Entiende lo que le estoy pidiendo? - no podía delegar aquella tarea en Jan puesto que para que oficial táctico tenía pensado otra tarea y con la propia capitán corría aún más peligro- Debe permanecer con ella el mayor tiempo posible y encargarse de que se encuentre debidamente asistida. - especificó- ¿Desea decirme algo más?

Aakesh puso cara de sorpresa, no se esperaba algo así. Durante unos segundos dudó pero levantó la cabeza y se puso lo más firme que pudo.

-Haré todo lo que esté en mi mano para proteger a la embajadora, capitán

Aunque no se me ocurre como puedo estar con ella el máximo de tiempo posible

-¿La embajadora puede saber que la he de proteger o he de hacerlo de manera que ella no se de cuenta?

Aakesh se daba cuenta de la dificultad de la tarea que le había encomendado la capitán. No podía confiar en nadie para que le asistiera, así que tendría que ser él el único responsable de su vigilancia, sin levantar sospechas. Pero ya comenzaba a tener un par de ideas que si llegaban a buen término le facilitarían la labor.

-¿La embajadora está bien? Entiendo que el percance que sufrió pudo ser una tentativa para acabar con ella, ¿no es así?

Cristina esperó a que Muk le formulase todas las preguntas para responder por orden.

- La embajadora es consciente de que su vida puede estar sujeta a un altercado,
ya le he pedido que debe ayudarnos a encontrar al traidor, y probablemente debido a su capacidad psíquica podrá acceder a nuestras mentes en determinados momentos, aunque realmente desconozco su alcance... No obstante es mejor que se presente en calidad de anfitrión, dado que yo no puedo atenderla personalmente y se trata de una invitada especial, los códigos de la flota establecen que debe ser el primer oficial quien se encargue de la asistencia de un invitado de esta clase en sustitución del capitán, por tanto no resultaría extraño que usted la acompañara en las visitas a la nave, durante las comidas o que permaneciese en el puente, para asegurarnos de su bienestar. En sí no ha habido una tentativa, parece ser que se ha tratado de una visión... Pero no me extrañaría que la sufriese en cualquier momento y no quiero correr riesgos.

Aakesh asintió

-Entendido capitán. Iré de inmediato a hablar con ella, dado que durante este tiempo no ha habido forma de presentarme ni de coincidir.

Carraspeó un poco

-Por último capitán, quisiera saber, si es posible, que ha sido del polizón. Me ha parecido entender que deambula libremente por la nave, y si es así, bueno, es algo inusual. Al no ser que por algún motivo tenga esa libertad para hacerlo.

Cristina sonrió levemente.

- No tiene por qué ir directamente a por la señora Shirrazz, en cuanto resolvemos el asunto de la anomalia, le acompañaré a la enfermería que es donde se encuentra la embajadora, y les presentaré.
Con respecto a Gaheris, sí, le he dado libertad de movimiento y he dejado a cargo a los Macos, soy consciente de que usted no aprueba mis métodos pero he llegado a u acuerdo con el señor Soong y le aseguro que dentro de la locura que pueda parecer es la opción más sensata. Me ha solicitado formar parte de la tripulación y acatar mis órdenes, para ayudarnos en territorio hostil, posee una gran fuerza y prefiero tener un aliado a un prisionero... Además él era el mensajero con el que me debía reunir para hacerme entrega de un paquete, siguiendo las instrucciones que me han sido facilitadas. Actualmente no hay motivos para tomarlo como enemigo

Mientras hablaba, Cristina sacó de su bolsillo una caja la abrió y cogió la gema violeta que se encontraba dentro, la sostuvo en su mano derecha y la examinó.

- Gaheris debía hacerme entrega de esta piedra y una vez hecho esto, Diane debe facilitarme las coordenadas que se encuentran en la piedra... Aunque no se muy bien como las va a obtener, supongo que en todo caso podría recurrir al señor Sirril... - tras examinar la piedra unos segundos más la apretó levemente sobre su puño y la guardó en el mismo bolsillo donde la había tenido oculta[B][B]Señor Mukherjee, creo que va siendo hora de volver al puente, estoy inquieta con respecto a la anomalía. [/B][/B]sugirió poniéndose en pie mientras aguardaba a que el primer oficial la siguiera.

Aakesh asintió

-Bien, todo aclarado, más o menos -sonríe como viene siendo normal en él.- Si el señor ¿Soon?, es un aliado tal vez nos pueda ser útil para cazar al espía, y más porque no es miembro de la tripulación, o lo era.

Se acercó a la puerta y esperó a que la capitán saliese del despacho

-Creo que encontrará dicha anomalía como mínimo....curiosa. No sé, tal vez me haya vuelto paranoico pero me extraña que justo ahora aparezca.

De Alba sonrió ante el más o menos de Muk, era algo que había esperado, iba conociendo a su primero, por eso sabía que ninguna de las respuestas que le daba eran completamente satisfactorias por eso la hacía irritar tanto... Pero él era su oficial... Y ella era su capitán... Muy a pesar de los dos.

- He conseguido un más o menos... ¿Se puede considerar que he ganado medio punto? -bromeó con su ironía habitual saliendo ya del despacho rumbo al puente.

Aakesh soltó una risa ante el comentario de la capitán

-¡Un punto completo capitán!. Quisiera saber más pero la situación y las órdenes lo impiden, así que no puedo pedir más -sonríe de nuevo-

Aakesh siguió a la capitán hacia el puente

Comunicación personal con el señor comandante por si intercomunicador personal.

- Señora comandante, mi puesto exige estar en la Armería en estos momentos por la situación, pero el "polizón" está en el puente con usted y si tengo que estar haciendo de niñera de este, tendré que ausentarme de mi puesto. Solicito instrucciones.