Moriya estaba fuera de la cabaña, escuchando la conversación mientras se movía impaciente. No parecía que fuera a soportar la cháchara mucho más...
—Estamos perdiendo el tiempo —rezongó—. Vayamos por donde sea, pero pongámonos en marcha cuanto antes. ¿Qué importa, si el enemigo sabe dónde estamos y caerá sobre nosotros de todas formas?
Ir por mar: 1 voto
Ir por tierra: 1 voto
Neutral: 1 voto
A Yuki le gustaba el barco. En su visita a su país natal había disfrutado de la terrible y maravillosa sensación de ver únicamente un horizonte azul por los cuatro costados. Además no temía las tormentas. Ya no.
–Estoy de acuerdo con Lee– repuso –. Mis heridas sanarán antes en reposo. Además, aunque el mar es peligroso, el camino por la montaña no será un paseo. Una tormenta puede matarnos en ambos sitios pero en ningún caso implica una sentencia de muerte. En el mar nos encontraremos menos enemigos y más velocidad.
Ir por mar: 2 votos
Ir por tierra: 1 voto
Neutral: 1 voto
-Si bien prefiero la tierra- dije mirando a mis hermanos - en la condición de Yuki creo que lo mejor es el mar, puede estar descansando en un camarote con alguien que atienda sus heridas mientras los demás nos repartimos las tareas de guardia, además en una embarcación podemos tener todas las direcciones vigiladas y cubiertas llegado el caso de un combate, las inclemencias del clima son iguales en cualquiera de los dos terrenos-
Ir por mar: 3 votos
Ir por tierra: 1 voto
Neutral: 1 voto
-Yo dejé clara mi opinión. Ir por mar será más rápido. Además, en tierra, los ataques pueden venir de cualquier sitio, ¿no?
Aunque sabe que sus enemigos son extraordinarios y que pueden encontrar una forma de atacar incluso cuando no hay forma normal de hacerlo. Pero ir a caballo con ese tiempo no es buena idea. Además, no se sabe la condición de los caminos. La tormenta de ayer fue muy fuerte y seguramente los caminos estarán bloqueados en algunos tramos.
Ir por mar: 4 votos
Ir por tierra: 1 voto
Neutral: 1 voto
Juzoh tenía muy claro que seguiría a Akari, así que su voto era obvio. Aunque tampoco le hacían gracia los barcos... pero se daba cuenta de que la rapidez era clave en la situación en la que estaban.
—Pues por mar, entonces —dijo.
Ir por mar: 5 votos
Ir por tierra: 1 voto
Neutral: 1 voto
Amano escuchó a todos, y después asintió sin entusiasmo. No le gustaba el mar, porque se mareaba con facilidad y más aún si bebía. Pero también sabía que viajarían más rápido, que serían menos vulnerables a emboscadas, y que no convenía volver a separar el grupo. Miró a Hibiki y sonrió.
—Yo prometí que seguiría a la señorita Takane —dijo—, pero si ella no se opone, también creo que deberíamos hacer caso a los que dicen que el mar es la mejor opción. Así que, salvo que ella decida tomar otro camino, mi voto es para el barco.
Ir por mar: 6 votos
Ir por tierra: 1 voto
Neutral: 1 voto
Washizuka escuchó al grupo, y cruzó los brazos. A falta del voto de Kojiroh, Hibiki y Zantetsu, ya quedaba clara la opinión de la mayoría. No era la que más le gustaba... pero en aquél círculo todos podían considerarse iguales y él aceptaría su decisión.
—Bien, pues eso lo deja claro —dijo—. El grupo irá por mar. Tal vez sea lo mejor...
Pensó un momento y luego miró a Kojiroh.
—Creo que yo permaneceré en tierra, e iré a ver al señor de la provincia. Me consta que respeta al shinsengumi, y quizá pueda conseguir que nos ayude de algún modo. Además... Shikyoh continúa suelto y dudo que ataque al grupo por mar. No es hábil en ese terreno. Alguien debe encargarse de continuar su persecución.
Kojiroh asintió a las palabras del capitán. Esa había sido siempre su misión, y gracias al enfrentamiento que habían mantenido en Kyoto, ahora sabían cómo acabar con él.
—Yo también me quedaré —dijo—, y seré yo quien persiga a ese monstruo para que vos podáis concentraros en la otra tarea. Además, el maestro Shigen necesitará asistencia y tal vez también el maestro Genbu. Creo que es buena idea que como miembros del shinsengumi, intentemos apoyar al grupo desde tierra.
Casi todo el grupo parecía haber decidido ya su ruta, así que Washizuka y Kojiroh se despidieron y desearon suerte a los demás. Ellos permanecerían en tierra para tratar de conseguir refuerzos lo más rápido posible, y además intentarían contactar con Shigen y Okina. El maestro del Tigre Blanco continuaba vivo, y aún tenían esperanzas de que el anciano Genbu lo estuviera también. Si aparecía, ellos podrían comunicarle el plan del resto.
Como ya habían decidido ir por mar, podían ponerse en camino sin perder más tiempo hacia el puerto más cercano. El mar interior que bañaba la provincia no estaba lejos, así que llegarían ese mismo día a la costa. Sólo faltaba saber qué harían los miembros del grupo que no se habían pronunciado, ya que siempre estaban a tiempo de decidir no seguir adelante. Pero al menos el grupo tenía ya un objetivo, y se dirigían hacia él tan rápido como podían.
Zantetsu asintió a las últimas opiniones. No era un buen nadador ni le apetecía demasiado que le atacaran en un lugar inestable como una cubierta de un barco.
- Creo que yo he de seguir por tierra. Si Okina o Shigen nos necesitan, será mejor que vaya en su auxilio. Creo que ellos son clave en nuestra victoria y necesitaremos todos los brazos que podamos conseguir. Una vez resuelto ese problema, nos reuniremos en Edo.
-No se preocupe señor Amano, asi como me ve, puedo ser muy dura, no va apasarme nada.- dijo Hibiki poniendo en su rostro una sonrisa encantadora, la verdad era que viajar por mar, era una idea que le aterraba demasiado, pero la mayoria habian tomado ya la decisión, la muchacha resopló con resignación y susurró.
-Esta bien...que sea por mar...si el barco se hunde, quiero que sepan que...los culpo de mi muerte.- luego puso una sonrisa divertida en los labios al tiempo que les sacaba la lengua para demostrar que estaba bromeando con ellos.
Kojiroh, Washizuka, y Zantetsu habian elegido viajar por tierra, ella de buena gana se hubiera unido al grupo para además de darles el toque femenino que necesitaban, porque prefería quedarse sin trasero montando leguas interminables a caballo que ir en un barco, pero tampoco quería imponer su voluntad a Amano, le parecía un buen sujeto, raro pero bueno, quien era ella para juzgar a sus compañeros, unos más extravagantes que los demás.
Cada miembro del grupo había decidido la ruta que seguiría, así que podían ponerse en marcha para emprender la última etapa de su viaje. Sin demasiadas ceremonias, se despidieron y se desearon suerte, pues eran conscientes de que lo que pasara en los próximos días determinaría el destino no sólo de Japón, si no del mundo entero.
- Fin del capítulo -