Juzoh miró a Akari, preocupado.
—Eso es también lo que vimos en la Tokaido —dijo, recordando a los tres occidentales—. ¿Tendrá algo que ver con la Puerta...?
Pero no recordaba que hubiera pasado aquello un año atrás. Habían aparecido algunos espíritus, pero... ¿posesiones en masa que transformaran a la gente en cadáveres asesinos? Eso era muy diferente.
Hibiki entonces dió una palmada con sus manos tan fuertes acompañada de un -ES CIERTO!- tan súbito, sonoro e imprevisto, que pareció que a la chica estaba a punto de darle un ataque, como habia podido olvidar algo tan importante.
-He olvidado algo, después de conseguir los caballos con el amigo del señor Amano, mientras yo esperaba fuera de los establos vi algo como...como...luces en el cielo, lejos, por las montañas...como...como un relámpago constante, es dificil de explicar...como si una gran cantidad de energia se estuviera concentrando en un lugar...Amano...dijo que asi fue la ultima vez que la puerta del infierno o algo así se abrió- musitó Hibiki
Amano asintió a lo dicho por Hibiki, pero parecía inquieto.
—Sí, recuerdo fenómenos muy extraños relacionados con la apertura de la Puerta —dijo—. Pero es verdad que nada sobre esas "posesiones". ¿No podrían deberse a otra cosa, otra... amenaza que aún no conocemos?
Entonces recordó algo que había dicho el viejo Okina en la reunión.
—¿Y si fuera cosa de ese Setsuna? Después de todo, él es el "enviado de la muerte", o eso dijo el viejo maestro Genbu. ¿No podría tener él algo que ver?
Washizuka no sabía qué pensar, pero Akari había dicho algo importante.
—Sea como sea, estamos perdiendo el tiempo aquí —dijo—. ¿Dónde dices que podemos encontrar a los demás? Tenemos que reunirnos cuanto antes.
Miró al resto.
—Bueno... cada uno de nosotros sigue siendo libre de escoger su camino. Pero los enemigos son muy numerosos y están organizados. Continuar separados es un riesgo enorme.
Ya no había ninguna duda... si hasta Washizuka lo decía, tenía que ser cierto. Shikyoh había dejado de ser humano, y no sólo él... La situación era más escalofriante de lo que llegué a imaginar.
—Es mejor no separarnos — dije, por mucho que me pesara tener que ceder a mi naturaleza de querer encontrar a ese canalla costase lo que costase —. No podemos estar seguros si nos dividimos.
Finalmente medité unos segundos y comenté algo más.
—Cuando Shikyoh se enfrentó a Lee, se le cayó un sello. Al parecer, esos sellos son los encargados de dar esa fuerza sobrenatural a los cuerpos. Así nos lo hizo saber Ichijo-sama cuando se lo llevamos — hice una pequeña pausa antes de proseguir —. Para destruirlos, habría que purificar esos sellos.
Miré a Lee y asentí con la cabeza. Había sido una fortuna que se hubiera encontrado con Shikyoh y hubiera sido capaz de aguantar la lucha hasta el punto de hacerle huir... dejándonos una pista tan valiosa en su huida.
Juzoh esochó lo del sello que Kojiroh había mencionado. No era la primera vez en su vida que oía hablar de ellos, al vivir en el Templo Ichijo tenía contacto con esas cosas. Pero no las entendía bien, eran su padre adoptivo y Akari los que mejor podían comprenderlas.
—Entonces... ¿si Akari purifica esos sellos, podemos acabar con los poseídos? —preguntó.
Lee asintió, pero no del todo convencido.
—Sí, es posible —dijo—. Pero no creo que sea fácil. Dependerá de la habilidad de la joven Akari, de la cual no dudo... pero también de que podamos derrotarles primero. No creo que se queden quietos mientras les quitamos los sellos para purificarlos. Sobre todo los más fuertes, como ese Shikyoh... o mejor dicho Mukuro, en su estado.
Washizuka asintió, pero apremió al resto.
—En cualquier caso, debemos movernos —dijo—. Si el resto de nuestros compañeros cae en una emboscada de nuestros enemigos, pueden correr peligro y no podremos avisarles estando aquí parados. ¿Continuaremos juntos? Ahora sabemos que los objetivos de todos nosotros son en realidad uno solo, pues Kagami, Setsuna y el que ahora se llama Mukuro han unido sus fuerzas. Derrotándoles, todos ganaremos.
Dicho aquello miró sobre todo a Akari y a Kojiroh, que habían dado su palabra de ir a ver al señor de Ise.
—Sé que quieres mantener tu promesa, joven Ichijo —le dijo a la joven sacerdotisa—. Eso te honra. Pero necesitaremos tu ayuda para purificar a esos seres. Cuando todo acabe, te prometo que tanto Kojiroh como yo te acompañaremos a presentar tus respetos al daimyo, para que el buen nombre de tu familia quede intacto.
Y terminó por dirigirse a Hibiki.
—Tú también sabes ya cuál es tu camino —dijo—. Setsuna parece estar trabajando con Kagami y Mukuro. Prueba de ello es el ataque del que fuiste víctima. Si los encuentras, podrás vengar a tu padre como prometiste.
Asentí a las palabras de Washizuka dando mi conformidad a todo lo que había dicho. Yo también pensaba que era urgente encontrar al resto cuanto antes. El asunto del damyo podía esperar hasta que termináramos nuestra misión.
Una vez reunidos todos, sería más sencillo acabar con aquella extraña y malvada facción... antes podría cobrar mi venganza también a pesar de que no fuera realmente Shikyoh a quien venciera, sino ese tal Mukuro en el cuerpo de mi enemigo... y antes podría acabar con esta falsa y poder volver a ser yo misma.
Aunque, ¿se podría volver a ser uno mismo después de tanto tiempo fingiendo ser otra persona?
Escuchando los acontecimientos de los demás y el peligro que supone, no le queda otra que ceder. Está completamente segura de saber quién es el objetivo de la banda de Kagami, y del mismo Kagami. Además, necesitan que alguien purifique los sellos para acabar con los enemigos. Suspira.
-Está bien... iré. ¿Qué haríais sin mí?
Intenta ubicarse con respecto al río.
-Los demás estaban cruzando la empalizada por debajo, usando el río. Debemos encaminarnos allí y después buscar refugio. No creo que sea seguro viajar.
Cuando estaban a punto de ponerse en marcha, un resplandor cegador les sobresaltó. Era muy brillante, más blanco que la nieve que les rodeaba, y venía de muy cerca. Mucho más que el fulgor amarillo que habían podido ver antes y que había hecho enloquecer al soldado del puesto fronterizo.
Pero este era un resplandor distinto. No era amenazador, aunque sí frío. Muy frío. Pero a la vez todos se sintieron asombrados y de algún modo aliviados al sentirlo. Parecía venir de muy cerca, al norte. ¿Qué podía haber sido?
Tirada oculta
Motivo: Religión Akari
Dificultad: 0
Habilidad: 13
Tirada: 2 3 9
Total: 3 +13 = 16 Éxito
Tirada oculta
Motivo: Religión Kojiroh
Dificultad: 0
Habilidad: 9
Tirada: 2 8 10
Total: 8 +9 = 17 Éxito
Tirada oculta
Motivo: Religión Hibiki
Dificultad: 0
Habilidad: 9
Tirada: 4 7 10
Total: 7 +9 = 16 Éxito
Akari tuvo un presentimiento de inmediato. No sabía exactamente a qué se debía ese resplandor, pero sintió sin lugar a dudas que no era maligno. Y nada más notarlo, le había venido a la mente el rostro de Yuki.
Se cubre los ojos con la mano. El resplandor es muy brillante y más blanco que la nieve. Pasan unos segundos antes de poder abrir los ojos y observar lo ocurrido. El brillante resplandor procede del norte y no está muy lejos. Enseguida se le pasas por la cabeza el responsable, pero no puede decir nada por miedo a que les estén escuchando.
-Vamos, debemos movernos. Hacia el resplandor. La Dama se encuentra allí.
Comienza a moverse por la espesa nieve.
-Que dama?.- Preguntó Hibiki con curiosidad mientras escuchaba a Akari, todavía bastante impresionada por el destello luminoso.
Habian decidido todos de comun acuerdo ponerse en marcha juntos, lo cual resultaba una buena idea, si dos cabezas piensan mejor que una, era obvio que mas de dos, pensarían mucho mejor.
Se habia quedado pensando en las palabras de Washizuka, respecto a Setsuna, el hombre que con tanto ahinco Hibiki buscaba, y el qu caeria bajo la hoja de su espada, aunque la vida le fuese en el intento.
Amano había pestañeado con fuerza al percibir aquél destello. Se frotó los ojos, y luego se sorprendió al escuchar a Akari.
—¿La Dama del Invierno? —preguntó—. ¿Estás segura? Podría ser una trampa...
Miró a Hibiki. La chica, concentrada en su persecución de Setsuna, parecía haber olvidado que Akari, Yuki y Juzoh habían partido rumbo a Edo para buscar a la mítica Dama del Invierno, que según las investigaciones del maestro Okina, era necesaria para realizar el ritual para cerrar por completo la Puerta del Infierno. Amano volvió a explicárselo de buen grado.
—Recuerda, Hibiki —le dijo—. Se supone que el objetivo de Setsuna es acabar con la Dama, así que donde esté ella, probablemente también le encontremos a él. Será la mejor oportunidad de vengar al que fue tu padre y mi buen amigo, Genzo.
A Amano todavía le preocupaba que la joven Hibiki fuera consumida por la furia y se enfrentase a Setsuna sin reflexionar sobre lo peligrose que decían que era. Pero no había más remedio, no podía negarle a la chica la venganza que había jurado. Él estaría a su lado para intentar ayudarla tanto como pudiera.
Olvidaba que Gamzatti no estaba en la partida todavía cuando se hizo la reunión. Mis disculpas.
El grupo se puso en marcha sin perder más tiempo. Tenían que encontrar al resto de sus compañeros y averiguar a qué se había debido ese resplandor.
A su alrededor, la ventisca seguía arreciando y hacía frío. Debían refugiarse con rapidez si no querían morir congelados. Pero sería mejor hacerlo todos juntos, cuando se hubieran reunido y pudieran ponerse al día de todo lo que había ocurrido desde el inicio del viaje.
- Cambio de escena -