Las dos imágenes ya se habían superpuesto casi por completo, una sobre la otra, y las llamas de ambos colores se comenzaban a repartir por el cuerpo resultante: las de luz se introdujeron dentro, sellando las grietas que se habían formado anteriormente, mientras las negras se colocaron por fuera, a su alrededor, formando una armadura negra como la noche y dos espadas en sus manos. También dos alas negras nacieron de sus espaldas.
Una fusión entre la luz y la oscuridad de sus almas.
-Claro, porque la muerte acaba con todos los problemas. Se me había olvidado...
El ente asintió, sonriendo. Cerró los ojos, dejándose llevar por la paz que le llenaba. Por fin se sentía completo. Pero sentía una necesidad. Una última y mísera necesidad. La necesidad de repetir una frase que llevaba mucho tiempo creyendo.
-Salvo para aquellos que ya están muertos...
Repentinamente, algo quebró la paz interior de Quint. Un calor extraño dentro de ese lugar donde nada se sentía. De alguna manera, estando en la nada estaba sintiendo una fuerza realmente poderosa que le incitaba a salir de ese mundo, a abandonar a Tywyll allí.
Y precísamente, el Quint de cabello negro no parecía sentir esa sensación, pues miraba al infinito, como si viera el destino que le tocaba. Pensando en que volvería a ser relegado a una parte de su mente, pero contento por haber tenido esa revelación.
Volverían a encontrarse, y la próxima vez, sería definitivo.
Pero, Quint había recibido una segunda oportunidad, y nadie debía quitársela.
Ni siquiera él mismo.
Pon algún post relatando como te sientes atraído de vuelta a los vivos... :P
El ser que se había formado comenzó entonces un proceso inverso. Un proceso de separación.
Las dos almas que se habían fragmentado para entrelazarse se empezaron a separar, atraídas cada una por una fuerza invisible en direcciones opuestas. Pero tal era ya el grado de unión que para hacerlo, esa fuerza tuvo que desgarrarlas. El resultado no fueron las dos almas iniciales alejándose, si no el alma de Quint arrastrando parte de la de Tywyll por un lado y Tywyll unido a fragmentos de la de Quint por el otro.
Y cuando volvieron a ser dos imágenes separadas, una explosión de energía las disolvió a ambas. Y los restos de cada una se desvanecieron como vapor en una dirección opuesta.