Habían pasado un par de noches desde la última conversación relevante entre Nahia y Xerine. Los días de viaje se hacían tediosos.
Ya anochecía cuando Nahia se encontró a solas con Xerine. La pequeña no dejaba de mirar una y otra vez de reojo a la ex-música. Claramente quería preguntarle algo, pero o bien no se atrevía o bien no debía hacerlo. Pareció armarse de valor.
-Xerine...
Volvió el silenció, había sido una muestra de valentía bastante mediocre.
-Alice. Ese nombre puede traerme problemas, acuérdate
-Cierto...
Unos segundos de silencio antes de continuar.
-Alice, perdona por preguntarte esto, pero, he notado que entre mi padre y tú las cosas parecen estar algo... tensas.
¿Puedo preguntar por qué? ¿Qué ocurre?
Se notaba que no iba con mala intención, era una simple pregunta de preocupación.
Alice miró a la distancia durante algunos segundos, en silencio. Cuando lo hizo, su tono era frío y cortante
Lo siento, pero eso es algo entre él y yo. Vestigios de un pasado que nunca debió existir
La miró, e intentó esbozar una sonrisa que acabó resultando algo triste y forzada
Hay cosas que es mejor no saber, Nahia
Contestó a la sonrisa con otra mientras relajaba su postura y miraba hacia el cielo.
-¿Y porqué esta es una de ellas? Yo... bueno... no quiero meterme donde no me llaman, pero es mi padre, y tu eres una amiga... ¿porqué estáis así?
La mirada de Alice se endureció ligeramente, y su sonrisa se apagó de forma gradual
¿Querrías saberlo, fuera lo que fuera? ¿Aunque supusiera cambiar tu opinión sobre tu padre, o sobre mí? ¿Y si te dijera que hace tiempo Faliar mató a mi hermana, o que mi familia materna fueron los causantes de su amnesia? No puedes esconderte de lo que ya sabes, Nahia
Suspiró
La curiosidad mató al gato. Puede ser una estupidez, o algo realmente serio, pero es entre él y yo, y no me apetece hablar de ello. Quizás algún día te lo cuente. Pero no hoy. No esta noche. No le des más vueltas
-Como quieras...
Dijo perdiendo ella también la sonrisa.
-Pero creo que incluso aunque fuera algo de eso me gustaría saberlo.
Tras esto, dejó un pequeño silencio, en el que sus ojos seguían fijos en los de Alice. Esperando que la mujer hablara, que dijera algo sobre el tema, que estaba bromeando y que iba a contarselo.
Nunca llegó ese momento.
Nahia... ¿Sabes quién es tu padre en realidad?
...
¿Sabes quién soy yo?