Partida Rol por web

Eres una maldita broma. Eso eres

Se detuvo frente a él, a apenas un paso, desafiando su mirada con ojos de hiriente esmeralda

Debería matarte, aquí mismo. Debería haberte matado hace dos días, en ese claro. Debería haberlo hecho hace tres años

Bajó la mirada, y las sombras nocturnas ocultaron su rostro

He hecho cosas horribles. He entrado en la habitación de una niña, a mitad de la noche, y la he degollado sin dudar un solo momento. He matado a inocentes solo porque estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. He pactado con demonios, demonios de carne y hueso de palabras dulces y mirada engañosa. Explícame entonces, Faliar Eldwen, padre de Nahia, esposo de Catherine, amigo de Quint... ¿Por qué no puedo ponerte una maldita daga en el cuello sin que me tiemble el pulso?

¿Por qué?

Faliar pudo distinguir un breve destello plateado, cayendo desde el rostro de Alice hasta el suelo

Faliar suspiró y permaneció en silencio unos segundos. 

-De tanto llevar una máscara, al final te acabas creyendo al personaje que interpretas, pero eso no es así. Las máscaras se caen, bien porque te las quitan, o bien porque ya no aguantan más, y cuando lo hacen, cuesta ver la realidad con otros ojos, con tus verdaderos ojos. ¿Por que crees que miento, o que soy una broma? Porque llevas tanto tiempo mintiendo y actuando detrás de una máscara, que no eres capaz de ver otra cosa en los demás.

Estuvo tentado de tocarla, pero recordó la reacción de aquel día. Ahora no podía ir armada, pero tampoco quería que la situación se pusiese más tensa de lo que ya estaba

- A esa última pregunta debes responder tu, Alice. Si de verdad quieres matarme, adelante; no opondré resistencia. Pero eso no cambiaría nada. Podrías volver a ponerte tu máscara de fría asesina y seguir fingiendo que no te importa, pero solo te engañarías a ti misma.

Vete

Faliar se quedó mirándola, un minuto o quizás más. Luego simplemente asintió, y volvió al campamento con paso tranquilo, sin decir nada. Era mejor dejarla a solas con sus pensamientos.

- No puedes vivir toda tu vida con odio, pequeña...

Mientras regresaba al campamento y pensaba en los actos horribles que Xerine le había confesado, no pudo evitar pensar en lo mucho que se parecían. Él también había cometido actos horribles en su juventud, también había pactado con demonios, pero al contrario que Xerine, cuando llegó el momento de ponerse una máscara y fingir que nada le importaba, él no había tenido éxito. La máscara se le cayó, se vio en el espejo como el monstruo que era, y no pudo soportarlo. Y huyó. Huyó de si mismo. Hasta hoy.

Y Xerine, al menos por lo que acababa de ver, tampoco había tenido éxito. Ahora se veía reflejada en él, y no podía seguir fingiendo.

Cuando acaba el baile, las máscaras caen.