Varios guardias os llevan hasta la casa del médico, entre mucho alboroto os abre y tras un vistazo rápido os lleva a unas habitaciones. Los guardias os encaman mientras la mujer del médico comienza a quitaros la ropa - a Norwyn, tras un biombo - y se marcha a por una palangana de agua.
Todos, entre el cansancio y el dolor de vuestras heridas pedís que venga el Thane ya que tenéis que entregarle una misiva con urgencia.
A pesar de vuestros esfuerzos y apelaciones no os permiten salir de la casa del médico. No obstante, debido a vuestras heridas y empeño, uno de los guardias se marcha a casa del Thane para avisarle sobre vuestra llegada.
...
Dos horas después, el médico acaba de terminar de tratar a Borgo, quien se encontraba peor. Norwyn le ha hablado a la mujer del médico acerca de la ponzoña de unas bestias aladas con las que lucharon y ésta se ha marchado a casa del herbolario para que venga a trataros con sus hierbas y pociones.
Demian, aun no ha sido atendido, pero sus heridas no son tan graves o tiene más aguante que el resto y se mantiene tendido en la cama esperando su turno mientras piensa en cómo reaccionará el Thane a tan serias noticias y si las creerá.
...
El propio Thane, Eôthas, acompañado de dos de sus mejores guerreros entra en la habitación, no lleva armadura sino sus nobles ropas y la espada al cinto. Su porte es regio e imponente, es grande y robusto.
Primero os mira con desconfianza y luego se acerca al que cree que es líder de vuestro grupo, Demian.
Mis hombres han dicho que habéis llegado por el río. Heridos, cansados y hambrientos... y que no podéis esperar ni un día de reposo para entregarme noticias de Taurn Andrhen. Hablad, rápido y con el corazón, pues leeré en vuestros ojos las mentiras si osáis pronunciarlas ante mí. ¿Quienés sois?
Borgos era consciente de su estado. Aquel último hechizo le había quitado mucho pero gracias a ello habían conseguido su objetivo. Al despertar, a demás sonrió al ver que se estaban haciendo cargo del veneno que corría por las venas de Norwyn y supo que había merecido la pena.
Después, el propio Thane escuchó sus súplicas y había acudido a escucharlos.
-Yo, por mi parte, soy Borgo Brandigamo, de La Comarca y estos son Demian y Norwyn, Rohirrim.
-Lord Eöthas, hemos sacrificado mucho para llegar aquí. Una ingente tropa de orcos y de hombres salvajes a las ordenes de la oscuridad ha rodeado Taurn Andrhen y se extienden hasta vuestras mismas puertas. Venimos para advertiros para que tengais tiempo de refugiar a los civiles y preoteger vuestros muros, pues las fuerzas de la oscuridad se ciernen sobre vosotros y son, en verdad, muchos.
Nosotros escapamos de la torre con órdenes de su comandante de llegar hasta vos y advertiros. La torre está perdida y ellos lo sabían. Al igual que nuestros compañeros, Ozbeorn el enano, Isilwen, la elfa y Ergon, uno de los vuestros, que se sacrificaron para darnos la oportunidad de alcanzar vuestras murallas.
editado.
Como apunte, tanto Demian como Norwyn son Rohirrim. Creo que no hay ningún personaje que fuera de Gondor.
Sorry. Edita tu que puedes please
Tumbado en la cama, Demian le permite a su mente un momento de calma. Cierra los ojos, no tanto por el agotamiento que acarrea, sinó para poder pensar con más claridad.
Lo han conseguido. A un precio muy alto, pues tres de sus compañeros están desaparecidos en combate y Borgo y Norwyn casi ni lo cuentan. Si llega a perder a su hermana... nunca se lo hubiera perdonado. Pero han llegado a tiempo... O eso creen.
En medio de su ensimismamiento, aparece el mismisimo Thane de Caern Andrhen, Eôthas, quien con su porte y corpulencia parece abarrotar la habitación en un instante. Tenso ante la presencia de un superior, Demian coge aire y se incorpora, luchando más contra el agarrotamiento de sus extremidades que contra el dolor, pues ha sido afortunado en la batalla y sus heridas son puramente testimoniales.
Borgo le sorprende adelantándose a la presentación. Demian levanta una ceja desconcertado por un momento, pues es evidente que el Thane le había dirigido la pregunta a él, pero a continuación deja que el hobbit siga hablando sin pensar más en ello. ¿Como hacer callar a un mediano? Al fin y al cabo, lo importante es que llegue el mensaje, lo lleve quien lo lleve. Cuando Borgo acaba, el joven capitán rohirrim se aclara la garganta y da un paso al frente, colocando la mano en el hombro del hobbit como una tácita confirmación de los hechos.
- Mi señor Eôthas,- dice mientras inclina la cabeza respetuosamente- tal y como mi compañero de misión ha explicado, el caso que nos concierne es urgente. Efectivamente, hace tres días dejamos Taurn Andrhen por orden expresa del capitán Tarthalion Thârkali para avisaros de las hordas de enemigos Balchott que vienen hacia aquí. No solo han rodeado la torre, sinó que han seguido su curso hasta casi las mismas murallas de la ciudad y de un momento a otro se nos echarán encima- para de hablar el tiempo justo para sacar de su macuto la caja de pergaminos sellada que le había entregado Thârkali y eltregarla al Thane- Aquí teneis el informe y las instrucciones que el capitán nos dió antes de partir.
El thane recoge la caja de pergaminos y extrae su contenido, es una misiva que lee solo por encima. Su rostro se torna grave, denota preocupación por las alarmantes noticias que lee. Vuelve a guardarlo todo y se lo tiende a uno de sus hombres para que lo lleve. Su rostro adusto se vuelve hacia vosotros, y serio os examina un momento antes de hablar.
Habéis corrido un grave peligro para traerme esto, gracias. - responde, circunspecto.
Descansad y dejad que vuestras heridas sanen, no dejaré que vuestro coraje se desperdicie.
Y diciendo esto da media vuelta y sale del edificio.
Apenas una hora después los cuernos comienzan a sonar. El Thane llama a los rohirrim de Caern Andrhen a las armas.
Perdón, master, pero... ¿se supone que el thane ha dado instrucciones a Demian sobre qué hacer a continuación?
No, disculpadme que no os lo haya avisado, pero ya me queda solo el combate de la otra parte del grupo y hago una conclusión. La partida está terminada, a estas alturas, ya que la misión era la de llevar el mensaje al Thane. Así que falta una conclusión con un desarrollo de los acontecimientos, y según lo que yo cuente, vosotros tenéis un último mensaje que podéis poner como final de partida (si lo queréis hacer).
En cuanto sepa cómo termina el otro grupo hago esa conclusión.
Los acontecimientos desde que dejamos aquella barca me resultaban confusos. Recordaba la sensación de ser portada en brazos hasta un hospedaje, posiblemente la casa de un doctor, algo que no podía jurar pues todas las voces me llegaban vagas, difusas, perdidas entre lagunas en blanco. Recuerdo a alguien preguntándome el carácter de mis heridas, y mi propia voz explicando vagamente el cariz de éstas y el aspecto de quien me las había infringido. Y luego la sensación de bienestar propia de aquellos que han sufrido un gran dolor y que por fin se hallan en reposo mientras sus heridas son atendidas.
Y ya no recuerdo más. No al menos hasta que por fin las voces de un desconocido y las de Borgo y mi hermano me devolvieron a la realidad. Debía de haberme quedado dormida, inconsciente, presa del agotamiento. Los escuché vagamente mientras parecían dar instrucciones, mientras contaban el mensaje que habíamos luchado por traer. Parecía que todo estaba bien, que todo había acabado bien...
Me senté en la cama, sobresaltada. No, las cosas distaban de estar bien. ¿Dónde se hallaban nuestros amigos, los que habían dado sus vidas para que llegáramos con el mensaje?
Con dolor y dificultad me incorporé como buenamente pude y, arrastrando los pies, llegué hasta el camastro de mi hermano, en donde me senté, llevando una manta con la que cubrir mi cuerpo, ya que sentía frío, como si aún me hallase febril.
No quería aguardar sola, allí, tras el biombo, mientras esperábamos hasta desesperar por la llegada de nuestros amigos. La inquietud de los tres hacia su desconocido destino se palpaba en cada rostro. Se habían arriesgado por nosotros. Y allí estábamos, heridos, habiendo cumplido con nuestro deber, pero con la inquietud propia de quien se sabe en deuda con unos amigos que desconocíamos si habían tomado el camino de la vida o si habían partido hacia el reino de los cielos.
La espera resultaba insoportable. ¡Ojalá alguien apareciese portando noticias! Tanto si eran positivas como si resultaban amargas, cualquier noticia resultaba mejor que la incertidumbre, el no saber.
Para reengancharme con la partida, y mientras esperamos por los demás, si te parece bien, he narrado el despertar de Norwyn. Me ha parecido oportuno fingir su pérdida de conocimiento para justificar que no abriese la boca ;).
En cuanto el thane se va y Norwyn aparece por detrás del biombo envuelta en la manta y con heridas cosidas por todo el rostro, el corazón de Demian se acelera a galope tendido. La mira con ojos vidriosos y una emoción tan fuerte que amenaza con desgarrarle el pecho. Está viva. Hecha trizas, pero viva. Cuando llega a su lado, aunque atento a sus heridas, no puede evitar abrazarla y darle un beso en el pelo. Le tiemblan las manos. Nota como la recorre un escalofrío y la abraza con más fuerza mientras intenta respirar hondo para apaciguar el ritmo de sus latidos. Poco a poco, no sin cierta reticencia, la separa un poco de él pero sin soltarle los hombros para examinarle el rostro. Poco a poco, el capitán rohirrim se va serenando y el terror ante la posibilidad de perderla va mutando en enfado.
- Como me hagas pasar por esto otra vez, te juro que te encerarré en casa de nuestros padres bajo llave hasta que considere que se ha aposentado algo de sentido común en esa cabezota tan dura que tienes- le suelta con la mirada severa, pero con una chispa de diversión en los ojos- Tienes suerte de que estoy mucho más agradecido de que estés viva que enfadado por lo que has hecho, porque si fuera al revés, ahora mismo te internaba en un convento...- la miró de nuevo y también a Borgo y su expresión cambió- No perdamos la esperanza- dijo con energía- quizá las tropas llegan a tiempo. No todo está decidido para nuestros compañeros.
Borgo observo la reunión de los dos hermanos con ternura. De pronto, echo tremendamente de menos a sus propios hermanos, allá en la comarca. Seguramente estarían recogiendo la hoja de tabaco en esos mismos momentos. Eran unos borricos pero ahora mismo le llenaban el corazón de nostalgia y los ojos de lágrimas.
Cuando Demian se dirigió hacia el lucho por recobrar la compostura. No quería quedar como un sensiblero después de la buena impresión que seguro había dejado su último hechizo.
-Desde luego. Debemos confiar en ellos. Su causa es justa y eso no puede quedar sin recompensa.