Partida Rol por web

 En esta escena se reúnen Borgo, Norwyn y un jinete de Demian en la parte superior para ayudar a sus compañeros.

Debido a la dificultad que encierra ascender por la escala, es uno de los jinetes rohirrim el primero en subir, luego Borgo a quien alza casi en vilo en el último tramo y por último, Norwyn. En seguida volvéis a notar la violencia de la tormenta que golpea con fuerza la torre.

No se ve a ninguno de los guardias. A pesar de encontraros cerca unos de otros apenas os podéis escuchar y es necesario acompañar de señas cualquier intento de conversación para hacerse entender por encima del rugido incesante de los truenos y el intenso viento que os intenta arrojar por encima de las almenas.

Avanzáis lentamente, primero porque la oscuridad de la noche y la fuerza de la tormenta no os permite ver nada a más de un par de metros* por delante y segundo porque a pesar de los esfuerzos por reparar la Torre aun hay zonas algo más inestables y nunca está de más ser desconfiados en tan terribles condiciones climáticas. 

Cuando estáis comenzando a girar la curva, a la altura de la puerta que da a la habitación central, os encontráis en el suelo un charco de sangre muy diluido por la lluvia, algunas flechas desperdigadas por el suelo, un casco y una espada. No encontráis ningún cadáver pero esto os confirma de que algo malo ha pasado.

-Maldición!- exclamo al ver los restos de flechas y el rastro de sangre- ¡Por todos los Dioses que no se haya derramado la sangre de ninguno de muestros compañeros!

Inspecciono los restos encontrados tratando de averiguar si el casco o alguno de los otros restos me resuelven mis dudas acerca de quién es el que ha sido herido, si uno de los nuestros o un enemigo.

-Hemos de subir sin más dilación- saco mi espada- Señor Borgo, esté atento. Si esta es sangre de aliado, es posible que el causante de todo aún ande por aquí dispuesto a atacarnos.

Miro a todos lados, tratando de ver si hay algún herido, un cuerpo, o alguien escondido.

Borgo se pueso de rodillas examinando las pruebas, trataba de averiguar qué demonios había pasado allá arriba. A la vez, permanecia con el oido atento, por si acaso.

¿Qué puede haberselos llevado de aquí? Esto no presagia nada bueno.

 Son las armas que llevaban los guardias del primer turno - indica el jinete que os acompaña - Lo más probable es que los hayan dejado caer al vacío. Quien sabe qué o quién los ha atacado. - explica mirando abajo a través de las troneras.

No presagia nada bueno. - se vuelve hacia vosotros.

Entonces, percibís gritos y golpes de armas entrechocando. Al otro lado del adarve, avanzando y realizando el giro seguramente podáis ver el combate con vuestros propios ojos.

Escucho los sonidos que sabía que iba a oír pero que al mismo tiempo deseaba no haber oído: se estaba llevando a cabo un combate. Ya no había vuelta atrás. Habíamos ascendido a ayudar a nuestros compañeros, y las dudas o las conjeturas debían ser solucionadas más adelante. Lo que primaba ahora mismo era el ayudar de inmediato a nuestros amigos.

Me aferré a mi espada, y me ajusté el casco que tan bien ocultaba mi identidad, y sin dudarlo, aunque con miedo, eso no podía negarlo, me encaminé sigilosamente hacia donde se encontraban nuestros amigos.

Borgo avanzó pegado al soldado Rohirrim. La lluvia repiqueteaba por la armadura del guerrero, mucho menos fornido de lo que al señor Brandigamo le hubiera gustado.

Avanzáis hasta pasar la curva y os encontráis con un combate con media docena de cadáveres y sangre por todas partes. 

Vuestros compañeros están luchando contra varios contendientes. Al fondo podéis ver la grúa que se usaba para subir los materiales para arreglar la torre que lo están usando los enemigos para subir a sus tropas aquí arriba.

De hecho acaban de subir media docena de soldados más.

Pasar a la siguiente escena.

 El jinete de Rohan, que va primero, desenvaina su espada y apresta su escudo, luego carga con un grito para unirse al resto de compañeros que están luchando.