Partida Rol por web

Con un grito enfurecido pero centrado en la batalla, Demian se abalanza sobre los nuevos orcos que asaltan la barca, intentando acabar con ellos antes de que consigan herir de nuevo a Norwyn y a Borgo. Aún hay esperanza, se repite mentalmente entre ataque y ataque, aún podemos conseguirlo...

Al menos había logrado herir a uno. Al menos había hecho algo decente en todo aquel trayecto. Al ver que el orco había caído, inerte, suspiré con alivio. Ya quedaba menos para descansar, menos para salir de aquella pesadilla y llegar a nuestro destino...

Tomo la espada de nuevo, pero estoy demasiado cansada. Al menos trato de mantener al orco distraído con mis infructuosos ataques, con la esperanza de que baje la guardia para que mis compañeros, más capacitados que yo, logren lo que yo no estoy siendo capaz de hacer.

-¡Vamos! ¡Vamos! ¡Podemos lograrlo! ¡Estamos muy cerca! ¡Lo tenemos al alcance de la mano!

Ya que me encuentro demasiado débil para luchar, al menos trataré de animar a mi hermano y a Borgo. Es lo mínimo, o lo único que podía hacer.

Demian toma la iniciativa y ataca a los dos orcos que acaban de soltar sus ballestas para coger sus espadas. Es tal la sorpresa con la que arremete que apenas les da tiempo a sacar las hojas de sus vainas y muere uno de ellos sujetándose la garganta y cayendo a su bote y el otro, gritando algún horrible insulto mientras se ahoga dejando atrás una gran mancha de sangre oscura.

Borgos se vió muerto cuando el conjuro se escapó de sus manos por el agotamiento. Un orco gigantesco caia hacia el como una avalancha de rocas pero Damien apareció justo a tiempo y acabó con él de una sola estocada. Aquello encendió el ánimo del pequeño hobbit, que hizo de tripas corazón y, con el valor innato de todos los medianos, apretó los dientes y volvió a canalizar el poder de los valar a través de su cuerpo. Sintió los pelos e su nuca erizarse cuando la eneergía eléctrica se concentró en sus dedos y un relámpago descargó toda su violencia sobre el grupo de orcos que quedaba.

-POR LA COMARCAAAAA!

Un relámpago surge de los dedos del mediano y atraviesa el bote destrozándolo, los cuerpos de los orcos caen al agua medio calcinados al tiempo que cientos de astillas y maderas caen sobre el grupo y las aguas circundantes.

Tras el destello solo queda oscuridad bajo un manto de estrellas titilantes.

Demian vuelve a los remos, dejando atras lentamente la zona del combate. Malheridos y cansados todos hacen lo que está en su mano para ayudar, y finalmente conseguís llegar al muelle. Un soldado que estaba de guardia os socorre ayudandoos a llegar al embarcadero mientras acuden otros guardias en vuestro auxilio.

Comprobando que estáis heridos y que apenas podéis sosteneros, os llevan al interior de la ciudad, a una de las casas donde un hábil cirujano vive.