Partida Rol por web

Al ver que Norwyn pierde fuerzas y no es capaz de usar el remo, Demian despeja todas sus dudas y se impulsa con los brazos dentro del bote. Sin ninguna manía, coge el remo de su hermana y el otro que hay en la barca y empieza a remar con todas sus fuerzas para acercarse a Caern Andrhen.

- ¡Borgo, dispara! ¡Y no estaría mal otra exhivición de esos fuegos artificiales cuando Ozbeorn y compañía alcancen el bote y se dirijan hacia nosotros!... ¡Y más vale que lleguen, maldita sea!- acaba soltando en voz baja y enfurecido, aún molesto por haberlos dejado atrás.

Borgo, espoleado por las palabras de sus compañeros, empieza a disparar al bulto, tratando de cubrir su huida.

-No creo que pueda volver a lanzar otra descarga magica en un buen rato, Demian. Y, ademas, el foco de la luz soy yo mismo!

Los que tenian que llegar al bote lo habian conseguido. Pero aun habian muchos enemigos que podrian deterlos a la distancia. Aunque la arqueria y la magia no fuese el fuerte de los orcos, desconocia bastante a los Balchors y no se podian dar el lujo de subestimarlos.

Escuchaba los gritos de sus compañeros, pero hacia caso omiso. No podia gastar fuerzas y tiempo en absurdas explicaciones. Era un enano! Por todas las montañas! No podia huir de un batalla. No podia subirse a un balza donde el solo con su armadura y hachas seria peso mas que suficiente para hundirse. Y ni hablar de que un enano no dejaria un campo de batallar para chapotear en el agua, si es que en rara ocasion dicho enano supiese nadar. No. Le agradaba el agua, pero para remojarse los pies. Y aun mas le gustaba enterrar su hacha en craneos enemigos.

Ozbeorn continuo atacando. No importaba que le gritasen. Cuanto lo atacasen. Pase lo que pase el seguiria blandiendo su hacha.

Aun herido, puedo acabar con la vida de otro orco que se me echa encima. Retrocedo unos pasos cubriéndome la herida con una mano, pero sin tiempo a siquiera hacer un torniquete y sabiendo que nuestros compañeros necesitarán todo el tiempo que les podamos proporcionar vuelvo a ponerme unos pasos por delante y les grito improperios a los orcos, llamando su atención.

Orco tras orco se ve asaeteado por Isilwen así que una vez cubren a Ergon y a Ozbeorn, los sobrepasan y atacan a la carga a Isilwen que rápidamente debe cambiar su arco por su espada. 

En el otro lado, el bote comienza a moverse a buen ritmo por el canal en dirección a Caern Andrhen, tanto orcos como soldados balchott comienzan a disparar contra la embarcación, algunos de ellos comienzan a montar en otros botes con la intención de perseguirles y abordarlos.

Cobrais buena cuenta de una docena de orcos antes de que un orco algo mayor en envergadura y fuerza se presenta, moviéndose lentamente hacia los tres compañeros.

INICIATIVA

Capitán orco 13

Ergon 11

Isilwen 8

Orco (6 orcos) 7

Ozbeorn 5

11

El enorme orco se dirigió sin dudar hacia el enano, a quien su raza odiaba a muerte desde tiempos ancestrales. Y Golpeó una vez tras otra sin pensar que quizás con el primer golpe habría acabado con él, tal era su ira al tener cerca a su enemigo.

¡Isilwen, encárgate del grandullón! - gritó a la elfa mientras se lanzaba contra los orcos que los rodeaban con aviesas intenciones.

Con un tajo transversal cortó desde el abdomén al hombro izquierdo de uno de los pieles verdes y tras dar un paso a la izquierda se coló bajo la guardia del segundo orco que exhaló su último aliento antes de llegar al suelo mientras se intentaba agarrar los intestinos, tras ser destripado por su hábil tajo.

El mas grande los orcos fue directamente por Ozbeorn. El odio que ambas razas era tal que no importaba nada mas, se buscaban el uno al otro con la sangre hierviendo. El Capitan atacao al enano con fuerza, dando tremendas estocadas. El pequeño guerrero usaba su hacha para amortizar los golpes y aunque al principio funciono, el orco termino por darle un buen golpe y derribarlo.

Escuchando las palabras de Ergon, con la espada en mano la elfa see dirige hacia el capitán orco, para apoyar a Ozbeorn que estaba sufriendo bajo los ataques del orco.

Levanta la espada en un movimiento horizontal para intentar traspasar las defensas del capitán.

Vamos...

Sin embargo aunque acabaran con él ¿cuantos más quedarían? Esa luecha es algo que no iban a poder ganar.

El capitan orco intenta bloquear la espada de la elfa, pero no lo consigue.

Los cuatro orcos que quedan atacan cada uno a uno de vosotros, y el último de ellos ataca a Ergon, quien parece más herido que los demás y además acaba de matar a sus compañeros.

Ergon recibe un ataque e Isilwen otro.

Ergon se vuelve justo a tiempo de ver como lanza el tajo uno de los orcos que le rodean, y un momento después se encuentra agachado, rodando y volviendo a quedar en pie y encarado con uno de ellos.