Partida Rol por web

La patrulla atisbó un reflejo primero y luego un movimiento de una... no, dos... hasta cuatro figuras que descendían por las abruptas laderas que flanqueaban la torre.

Uno de los hombres se movió pesadamente hacia el puesto de guardia más cercano para avisar. 

Continuaron vigilando al grupo para determinar el número de enemigos que intentaban evadir el cerco...

Siguió al resto del grupo con seguridad, cuando descendió faltó poco para caer al suelo, pues sus manos resbalaron y solo en el último momento lograron asirse de nuevo a un pedrusco que aguantaba estoico la fuerza de la lluvia y el barro.

Cuando hubo que atravesar el bloqueo rezó para que los vigilantes no los vieran, eran un blanco fácil en aquellas condiciones y no querían alertar a más enemigos. No eran las mejores condiciones para un combate.

Parece que todo va bien.

Parece que todo va bien.

Parece que todo va bien.

Algo no está bien. El mismo par de la patrulla sigue donde los vistes cuando os detuvisteis para cruzar, pero has percibido mientras te movías hacía allí que otros dos grupos, se acercaban desde ambos lados.

Puede que os hayan visto.

Algo no está bien. El mismo par de la patrulla sigue donde los vistes cuando os detuvisteis para cruzar, pero has percibido mientras te movías hacía allí que otros dos grupos, se acercaban desde ambos lados.

Puede que os hayan visto.

Parece que todo va bien.

Estoy bien, gracias. Ya sabes lo que dicen, cuanto mas pequeño, menos daño en la caida. Pensaba que me habia doblado el tobillo pero no, estoy perfectamente. -dijo el hobbit con su sonrisa brillante.

Isilwen se percata enseguida de lo que sucede, los han descubierto. ¿Los demás se habrán dado cuenta? Tiene apenas unos segundos para decidir qué hacer, pues el enemigo espera a que crucéis el obstáculo para cargar contra vosotros.

Pero no hay tiempo para retroceder, incluso si lo tuviérais no sería buena idea pues el camino de vuelta, con ascensos pronunciados es más difícil que el descenso.

Decisiones... todas parecen malas en este momento. ¿Qué hacer?

Saco una flecha de mi carcaj y disparo al primer oponente que se dirije hacia nosotros a la vez que digo sin alterarme -Nos han descubierto-Las plumas de las flechas rozaron mis dedos a la vez que el arco deprendía su canto característico.

Deberíamos haber sido más cuidadosos, ahora no podemos retroceder.

-¡Maldición!- digo en voz baja, pero a todas luces suena como una clara exclamación por lo apremiante de mi tono de voz- Dama Isilwen tiene razón. Nos han descubierto y dos grupos se dirigen hacia aquí. Estaos atentos.

Tomo mi arco y preparo una flecha, dispuesta a utilizarlo en cuanto sepa si están a tiro.

Ergon se sorprende ante la vision de la elfa, con la lluvia que estaba callendo y aun asi fue capaz de divisar como el enemigo se habia dado cuenta de la situacion en la que estabamos.
Como han podido vernos, es casi imposible con esta maldita lluvia. Habra que combatir y no dejar rastro amigos mios.
Luego hace lo mismo que Norw y saca su arco y prepara la flecha mientras piensa.
¡Por el castillo dorado de Edoras! Este combate sera dificil, no solo por la lluvia sino por la dificultad del terreno...

Borgo no dice nada. Sin duda la vista de los elfos es tan buena como cuentan las hitorias. El pequeño hobbit arma su arco como el resto pero se mantiene escondido. Parece confiado en que no lo hayan visto.

Apenas hubieron conseguido avanzar unos pocos metros que ya habian sido detectados. Ni la maldita tormenta los habia ayudado a pasar desapercibidos. El enano no dijo nada, pero tomo su hacha con las dos manos listo para clavarla en el primer craneo enemigo que se le cruzase por adelante.

Al oir las palabras de advertencia de Isilwen, Demian maldijo en voz suficientemente baja como para que no lo oyera nadie más. Los intentos del grupo de pasar desapercibidos habían fracasado solo empezar, incluso con la lluvia que suspuestamente les había ocultado algo mejor. Mierda, eso no es precisamente un buen augurio...

Tan silenciosamente como fue capaz, sacó la espada larga de la vaina y se situó delante del grupo, al lado de Ozbeorn, preparado para echarse encima de los atacantes para proteger a los tiradores.

- Bién, vamos a ello- susurró, más para sí mismo que a nadie en particular- Veamos cuantos cuellos podemos rebanar- le dijo a Ozbeorn sin apartar la mirada del lugar donde la elfa había dico que vendrían los enemigos.