Partida Rol por web

La pantalla que se encontraba en la estancia se encendió, y tras mostrar un pequeño vídeo de un reloj con varias partes móviles girando en direcciones contrarias, incluso el minutero iba en sentido anti-horario; el fondo cambió a uno estático, esta pantalla se encontraba partida en dos, un lado blanco completamente y el otro lado negro. Y de esta pantalla, una voz en Off habló, la voz parecía ser de alguien que deseaba aparentar pulcreza, elegancia y clase.

-Me temo que no todos vuestros compañeros se encuentran con la disposición de atender el llamado. -Comentó aquella voz en off, lamentándose de la actitud de aquellos que no habían decidido presenciarse en el lugar a tiempo para la ceremonia de inauguración- Aunque no os preocupéis. Los encontraréis dentro. Por favor, pasad.

El gimnasio era una estancia bastante amplia con gradas a ambos lados y al final del mismo una pasarela elevada para dar discursos o realizar funciones; esta estaba humildemente ornamentadada con estandartes que caían del techo y colgaban a varios metros del suelo. Además de eso, siendo tapado por unas alfombras rojas se encontraba el logo de la academia; y al final del mismo un total de 16 asientos en sillas plegables habían sido dispuestos para que los alumnos pudieran tomar asiento.

Pero a mayores de todo esto, lo que más resaltaba era la presencia de dos alumnos amordazados y colgados boca abajo del escenario; una posición un tanto particular que, claramente no parecía ser del agrado de ninguno de los dos, por lo que ambos trataban de librarse de sus ataduras sin demasiado éxito.

El gimnasio era una estancia bastante amplia con gradas a ambos lados y al final del mismo una pasarela elevada para dar discursos o realizar funciones; esta estaba humildemente ornamentadada con estandartes que caían del techo y colgaban a varios metros del suelo. Además de eso, siendo tapado por unas alfombras rojas se encontraba el logo de la academia; y al final del mismo un total de 16 asientos en sillas plegables habían sido dispuestos para que los alumnos pudieran tomar asiento.

Pero a mayores de todo esto, lo que más resaltaba era la presencia de dos alumnos amordazados y colgados boca abajo del escenario; una posición un tanto particular que, claramente no parecía ser del agrado de ninguno de los dos, por lo que ambos trataban de librarse de sus ataduras sin demasiado éxito.

Desde la parte posterior del atril salió disparado un pequeño osito de dos colores, blanco y negro que terminó por caer sentado justo encima del mismo en aquel escenario. El oso no parecía ser más que un peluche de un tamaño considerable, pues este medía sentado medio metro y... no pasó absolutamente nada.

Durante unos cuantos segundos nada siguió sin pasar, hasta que con el sonido acompasado de un tic-tac de un reloj de bolsillo, entró en el escenario un oso del tamaño ligeramente mayor que el anterior, aunque a simple vista se podía ver las similitudes con el muñeco tales como el patrón de los colores o que ambos eran osos pero aún así este tenía "algo" que lo hacía resaltar, algo que lo hacía sobresalir, incluso en semejantes circunstancias.

-Y sin mayor demora, me presento. -Comentó el oso hablando como si estuviera vivo- Se me conoce como Monokuma y soy el Director. Soy el encargado de que el juego en el que participaréis sea lo más justo y equilibrado posible. -Indicó sin ahondar demasiado en nada de aquello- Entre vosotros hay enemigos, probablemente ya se conozcan entre sí, que tienen como objetivo mataros a todos; por lo que será cuestión vuestra dar con ellos usando vuestras habilidades y pericias. ¿Alguien tiene alguna duda?. -Preguntó mirando su reloj de bolsillo.

Entramos en el gimnasio donde nos esperaba el causante del "juego". Esto no pintaba bien, parece que va en serio con todo esto.

Y te quedas tan tranquilo diciéndonos todo esto, dejanos irnos, nadie quiere jugar este estúpido juego. ¿Matarnos? ¿Por qué lo haríamos? Nadie va a hacer nada de lo que nos digas.

Intente estar lo más tranquila posible, pero la verdad es que estaba realmente asustada por toda la situación y por lo que podría pasar a partir de ahora.

La pegadiza música nos guiaba al interior. Aquello estaba a punto de comenzar... aunque faltaban algunos. Que aparecieron colgando sobre el escenario boca abajo. Miré mi Monopad. Eran Kusuri Kampo y... ese chico que tenía al lado.

El "Director" furro también era mencionado en las normas, no podíamos ser violentos con él. Insistía en lo de los asesinatos y que algunos aquí ya estaban en el ajo para matarnos a todos.

-¡¿Qué significa eso, por qué la tiene atada de ese modo tan indecente?! -  digo apremiando la atención hacia los dos colgados - Libere a esa damisela en apuros inmediatamente, ¡No es forma de tratar a una señorita! - señalo a la chica de largos cabellos castaños que intentaba desatarse.

Al abrir los ojos con la cabeza dando vueltas la sangre estaba subiendo mas bien bajando por la forma en la que me encontraba colgando, sacando la lengua movía la mordaza tambaleándome de un lado a otro en un desesperado intento por liberarme, finalmente quitar ese pedazo de tela de mi boca.

¿Qué carajos? Que alguien me baje de aquí odio las alturas, no quiero estar aquí, no entiendo nada

Trate de mantener la calma al menos por unos tambaleándome de un lado a otro furioso y mareado, aunque pedían la liberación de la chica a mi lado a mi me estaban ignorando

Yo también necesito ayuda

Sousuke al final denotó o más bien simplemente declaró por su cuenta que ya el tiempo de charlas vacío había llegado, era algo normal en interacciones sociales, y ese era el punto, el acto supestamente más importante para el ser humano y que lo elevaba de bestias y bla bla bla, seres gregarios bla bla bla, terminaba por ser el más superficial y poco valioso. Así sin más, con sus manos entre listas pero con la "actitud presencial" de brazos cruzados[strike]n't[/strike] es que terminó por esperar.

Y la espera frutos dió. Frutos dió sin duda. Ahí, sillas para ellos, quienes se negaron a venir voluntariamente a tiempo, seguramente, capturados, interesante era saber que cada quién tenía un approach distinto contra este... Juego, o quizá entrevista laboral, ya que quienes íbamos a la Kibougamine se decía que no solo éramos elegidos por talentos especiales, sino por el prospecto que nos daba. Se puso serio al pensar en eso y dió pasos hacia el oso, la versión posera y pasada a shit del oso, no el muñeco chistoso inicial, estando al lado en un dueto casi heróico como de historetas con Koi-dono, el caballeresco.

- Así es, no solo mi colega Koi-dono tiene razón...

Miró a sus compañeros, al joven con la marca en su rostro que pidió ayuda. Su muñeca. Se ponía seria esta mierda, sobretodo con lo que "oso pasado a c*c* steampunk" acababa de decir. Tuvo que ajustar sus lentes superando la tentación de sacárselos. ¡Nunca, herejía! Y habló.

- Tus reglsa dicen que no puedo ir y partirte el cuello en dos con la facilidad que me costaría. -Creía que esa frase la dijo mal, no era el más inteligente, lo suyo era el movimiento físico y ese aspecto "superficial", ese de la socialización, más o menos, pero le daba igual, estaba serio, no jovial como con sus compañeros, incluso el señor mono pateapuertas, le perdonara sexy glasses por sus crudos apodos con todos.- Oso comemierda, perdón, Señor Director, te pido por favor que sueltes a nuestros compañeros ahí. Y ya vienes contándonos, por favor. -Dijo por favor y todo.- Sobre esto.

Mostró su brazalete con "eso", en específico, la acción prohibida, justo como para que Koi-dono no pudiese verla por apenas, o quizá notar algo, y quizá los que colgaban, pero fue breve, porque estaba puesta frente al oso posero steampunk y su adalid peluchesco (¿O era el peluche el amo supremo y este posero haciéndose de elegante el adalid?) y luego fue retraída y ocultada nuevamente entre los menúes varios dicha acción.

- "Matar", hablas en serio. ¿Y qué hay con estas acciones? ¿Tienen sentido? ¿Se basan en nuestros pecados o qué? ¡VENGA!

Estaba cerquísima de entrar en "violencia contra el director", al menos psicológicamente, y no lo había tocado, pensando en las palabras de Tsuji Akane antes. Se calmó personalmente, remarcando su, bueno, marcado físico otra vez, redundancia valga o algo así. Quería ver igual de reojo las reacciones de sus compañeros aparte de Nakamori Yumei que ya había reaccionado aparte del mismo Koi-dono y sus prioridades, claro.

Mi semblante hasta ahora sereno y amable se trastoco por completo cuando dos estudiantes aparecieron colgados del techo como piñatas.

Joder este tío va en serio. Yo creí que matar era un eufemismo para eliminar a la competencia y que sólo los mejores estudiantes queden en el plantel.

No faltaron personas que empezaron a protestar contra las reglas, lo que me pareció un esfuerzo inútil, pues si este tío iba tan en serio como parecía, sólo se estaban poniendo en riesgo a sí mismos y a los demás.

En ese momento inhalo una gran cantidad de aire e intento hacer un llamado a la calma. - Por favor compañeros, permitan que el director se explique, perder la calma sólo ocasionará caos.

Si esto va tan en serio como parece, cualquier acto de rebeldía puede terminar muy mal para todos, así que les agradeceré que antepongan el bienestar del grupo a sus motivaciones personales.

Por favor, no olviden que todos llevamos una de esas pulseras y nos pueden eliminar cuando ellos gusten, así que, mantengan la calma. - digo mientras intento acercarme al par de revoltosos.

No olviden que, en una situación de rehenes, quienes intentan rebelarse contra sus captores no suelen acabar bien, en especial cuando ellos están armados.

Entro en el gimnasio y lo que veo me hace soltar un pequeño grito. Miro alrededor para asegurarme de que no hay nadie más, hasta que la repentina aparición del oso de peluche me hace soltar otro grito.

Miro a los chicos colgados, a mis compañeros y otra vez a los chicos colgados. Entonces me dirijo hacia ellos.

¿Alguien puede ayudarme a bajarlos? si esto es una broma está siendo bastante pesada. Y eso que apenas ha empezado.

Una vez donde los chicos intento bajarlos, si es con ayuda de alguien mejor y si no pues apilando unas sillas hasta alcanzarles.

Pero ni siquiera me da tiempo casi a moverme cuando aparece el oso que dice ser el director y empieza a hablar. Y al mencionar la palabra matar mis lágrimas directamente empiezan a correr por mis mejillas mientras tiemblo de pies a cabeza.

¿Ma... Matar...? No, por favor... No quiero morir... Por favor...

Tragando saliva miro al director todavía temblando. ¿Po... Podemos bajar a... nuestros compañeros...?

Aquel oso se mantuvo ahí, en el escenario inmóvil ignorando por completo algunos comentarios proferidos por aquellos alumnos que parecían estar severamente confundidos por lo que estaba pasando a su alrededor; a fin de cuentas, esto era algo que tenía asumido que iba a ocurrir, incluso el "oso comemierda" que uno de ellos soltó. Por el contrario fue respondiendo las cuestiones que fueron apareciendo.

¿Matarnos? ¿Por qué lo haríamos?

-Se me ocurre un par de motivos por el cual alguien mataría a otra persona, por venganza, por celos, por ira, por avaricia... o en este caso por "Poder"... Pero prefiero no hablar demasiado de los pormenores, a fin de cuentas esto no importa en absoluto. Lo único que realmente importa es que hay un grupo que buscará asesinar al resto y debéis de impedirlo.

¿Qué significa eso, por qué la tiene atada de ese modo tan indecente? / ¿¿Podemos bajar a nuestros compañeros?

-Estos dos no han venido cuando se les han llamado y tuve que traerlos hasta aquí por las malas. Podéis bajarlos o simplemente dejarlos colgados a la espera de que incumplan otra regla más en donde... bueno, no seré tan amable como he sido hasta ahora con los infractores.

¿Y qué hay con estas acciones? ¿Tienen sentido? ¿Se basan en nuestros pecados o qué?

-Oh, las "Acciones Prohibidas". Un interesante añadido, ¿No creen?. Simplemente son formas de asegurarme de que estéis atentos y no os sintáis demasiado cómodos con vosotros mismos... o con vuestros compañeros; y mantengáis el ritmo durante todas vuestras insignificantes vidas. A fin de cuentas un buen reloj no debe pararse.

No tiene aso retrasar las charlas, señalo al oso quien me recuerda a una franquicia sobreexplotada de animatronicos locos que quieren matar gente.

¡Mas vale que ese "oso director" no empiece un show con comida, canciones infantiles o presente mas animales de su estirpe! esa idea ya esta trillada

Ya les habia dicho que esto era un juego, la altura parece lo bastante para lastimar a alguien, una caída libre desde esa altura podría causar una lesión seria si no es que mortal, tampoco se ve que tengan en el suelo algún aditamento de seguridad

No creo que nos maten por cualquier cosa, en ese caso las reglas no tendrían sentidos y tendrían un escritor pésimo, de peor calibre que la chica de los fanfics. Seria el peor caso del 'arma de Chéjov'. Buenos, dejemos que el oso haga su numero antes de que la sangre de esos dos se baje a la cabeza y se desmallen. 

Ya estaba acostumbrado a tratar o tiranos que creen tener la mejor ideal mundo, manejar a otros como títeres y esperar cumplir con alguna meta retorcida, aún pensativo por las cosas que implica su regla, tendrá que hablar de eso con los demas antes de que eso sea relevante, decide ir a su lugar y sentaré.

Ya en la silla solo me queda cruzarme de brazos y esperar a que los demas haga lo mismo. 

Akane se negaba a creer que todo aquello fuera real, todo tenía que ser parte de un juego muy elaborado por parte de la academia ¿verdad? - Sé que Hope's Peak es bastante estricto, pero colgar así a los que no han llegado a tiempo... Lo veo excesivo. - admitió.

Yo tengo una duda. - comentó la chica de mechones rojizos. - Supongo que los confabulados en este juego tienen una especie de "arma" ¿verdad? - asintió, bastante segura de sí misma. - Los demás no tenemos nada por el estilo para marcar a quien será la víctima, pro lo que supongo que nuestra única forma de defendernos es con ese "Juicio Escolar" que pone en las norma seis, pero mi duda es... ¿Cuándo podemos iniciar dicho Juicio? ¿Ahora mismo? ¿En un rato? ¿Mañana después de conocernos todos un poco?

Por otra parte Briona Shin quería bajar a los colgados. - ¡Yo te ayudo!