A medida que ibas abriendo los ojos y los colores se tornaban en formas borrosas y las formas borrosas se tornaban en objetos; a medida que tus ojos se iban adaptando a la luz de aquella estancia; y a medida que tu cabeza comenzaba a reaccionar a la situación que te rodeaba... Te diste cuenta de que esa no era tu habitación, te diste cuenta de que esos no eran tus muebles y sobretodas las cosas, te diste cuenta de que esa no era tu cama.

Lentamente comenzaste a levantarte, no sin un cierto mareo, y la gran cuestión en tu cabeza: "¿Dónde estoy?". Rebuscando en tu memoria no hallaste nada que pudiera indicar el porqué te encontrabas allí, ni siquiera el dónde era allí. Por desgracia antes de poder hacer nada más, algo ocurrió.

La pantalla que se encontraba en la habitación se encendió, y tras mostrar un pequeño vídeo de un reloj con varias partes móviles girando en direcciones contrarias, incluso el minutero iba en sentido anti-horario; el fondo cambió a uno estático, esta pantalla se encontraba partida en dos, un lado blanco completamente y el otro lado negro. Y de esta pantalla, una voz en Off habló, la voz parecía ser de alguien que deseaba aparentar pulcreza, elegancia y clase.

-Supongo que en estos momentos te estarás preguntando. ¿Qué diablos estoy haciendo aquí?. -Dijo la voz proveniente de la pantalla- Esa es una muy buena pregunta; aunque no es la única que deberías estar haciendo en estos momentos. También deberías preguntar: ¿Qué es esto que tengo en mi muñeca y porqué no puedo quitármelo?.

En efecto, echando una mirada hacia abajo, en la muñeca parecía haber una especie de pulsera metálica con una pantalla tactil. Al revisarla un poco más se notaría que no había forma alguna de quitarla, a fin de cuentas no mostraba ningún enganche por donde abrirla.

-Podría explicar todo esto ahora, a fin de cuentas "todos" me estáis escuchando; pero prefiero que primero nos conozcamos entre todos cara a cara. Así que por favor; venid al gimnasio. Os estaré esperando...

Tras este mensaje corto en donde se crearon más dudas que respuestas , la pantalla se apagó y la puerta de la habitación emitió un leve "click" indicando que ahora esta estaba desbloqueada y por tanto se podía abrir.

Quizás por curiosidad o quizás porque esto era lo que debía hacerse; aquella persona encerrada curioseó en aquel aparato que tenía en su muñeca y un par de opciones se mostraron a modo de menú desplegable alrededor de toda aquella pulsera; en caso de tocar en ella podría acceder a dichos menús y leer lo que ahí tenía escrito o lo que mostraba.

• Monopad - Alumnos
• Monopad - Mapa
• Monopad - Acciones Prohibidas
• Monopad - Reglas

¿Qué demonios ha pasado? digo en voz alta cuando abro los ojos y un mar de colores sin forma me asaltan los sentidos. Sin embargo poco a poco los colores van tomando formas que tampoco es que me aclaren nada. Miro alrededor completamente desconcertada para luego irme levantando poco a poco intentando evitar las arcadas y el mareo.

Entonces la pantalla empieza a emitir algo y una voz empieza a hablar pero no a dar respuestas. Escucho lo que dice mirando a la muñequera y luego cuando se abre hacia la puerta. Muy bien, pero no nos has dicho cómo llegamos al gimnasio pienso mientras trasteo la pulsera.

Entonces de pronto la pulsera muestra un menú lo que me hace sorprenderme. Leo los distintos apartados y voy pasando por ellos. Alumnos, desde luego somos unos cuantos. Pero nos llaman Alumnos, ergo eso quiere decir que estamos en algún tipo de escuela o institución de enseñanza. Pero no tiene sentido, el único sitio del que podría venir es de Hope's Peak, y no creo que ellos se comportaran así.

La siguiente opción me hace darme cuenta de lo equivocada que estaba. Pues de algún modo parece que la voz quería que encontráramos el mapa en nuestras propias pulseras. La parte de acciones prohibidas tampoco me explica mucho, aunque es bueno tenerlo en cuenta.

Pero es cuando llegamos a la parte de Reglas cuando el corazón se me acelera a 100.000 por hora. ¡Joder, que están hablando de asesinatos y muertes, y ni siquiera cometidos por ellos sino por nosotros! ¡¿Pero dónde coño me han metido?! digo en voz en grito sin creerme lo que estoy leyendo.

Todo mi cuerpo tiembla pensando que pueda ser verdad. Y cuando me tranquilizo un poco me quedo pensando, ¿sería yo capaz de matar a alguien por mi propia supervivencia? La respuesta me eriza los pelos del cuerpo, antes de dirigirme hacia el gimnasio. Aunque por un momento miró la puerta y me pregunto si de un golpe bien dado podría quitarme la pulsera. Pero prefiero no arriesgarme por ahora.

Las órdenes de aquella misteriosa voz de la pantalla a la par que aquella extraña pulsera que le guiaba en un mapa holográfico hacia donde ir, llevó a este alumno secuestrado hacia el gimnasio de aquella Academia, o al menos hacia el lugar por donde se entraba al mismo. Cruzando por aquellos pasillos hasta llegar a la sala de la forma más directa posible.

Noche I

Aquel día había sido largo, lleno de experiencias en las que aquellos jóvenes practicamente apenas podían soportar pero, aún así miraban con cierto optimismo -quizás ingenuo- el futuro, uno lleno de esperanza por poder terminar con todo eso de una buena vez, aunque quizás lo que no sabían era que la desesperación siempre estaba al acecho.

Con las esperanzas de dormir tranquilos durante la noche, estos se refugiaron en las habitaciones como un lugar aparentemente seguro para poder descansar... hasta que se percataron que la puerta no tenía cerrojo manual. Quizás esto iba a ser un problema.

Aún había algo de tiempo para hacer cosas, por lo que si era lo suficientemente valiente o suficientemente insensato este alumno secuestrado podría salir de su cuarto y tratar de hacer algo según sus posibilidades y habilidades, o esperar a que nadie fuera a hacerle nada.

Trago saliva cuando me doy cuenta de que la puerta no está cerrada con una cerradura mecánica. Eso puede ser un problema pues cualquiera que tenga la llave podrá entrar sin problemas. Dios... Me da que no voy a dormir mucho por la noche.

Aunque pensándolo bien igual tengo una forma de asegurarme un poco más el sueño. Abro la puerta y miró fuera para confirmar que no hay nadie, dándome prisa en intercambiar el número de mi cuarto con el del cuarto 11. Si piensan que soy un hombre no me asaltaran, y sabiendo cómo se ha mostrado el gilipollas de Ozuru durante el tiempo que estuvimos en el gimnasio seguro que si le saltan se podrá defender.

Porque la fortuna beneficia a quienes dan un paso más, mientras este alumno curioso estaba en su cuarto en solitario se encontró con algo que llamó profundamente su atención; un pequeño diario en el que podía escribir usando un bolígrafo que estaba atado a él y que funcionaba como marcapáginas.

Al parecer podía dejar escrito cosas para la posterioridad o al menos tener cosas anotadas para el futuro. ¡Al parecer hoy iba a ser su día de suerte!.

Tomó el diario para empezar a escribir:

¿Qué nos depara el futuro? Ni siquiera recuerdo a quién escuché esa pregunta por primera vez, pero debió de ser a alguien inteligente. Lo malo es que, aunque intento mantenerme estable, estoy realmente aterrada. ¿Y si lo que dicen es cierto y vamos a morir, si no todos sí muchos amamos de unos asesinos? Y lo peor es saber cuántos habrá y quiénes serán.

Dicen que las primeras impresiones son como las hojas, no hay dos iguales y una vez pasan no vuelven a aparecer. Por lo tanto no sé si conviene ir explicando lo que me parecen mis compañeros, salvo que evidentemente Matsuo es un auténtico gilipollas.

Creo que mañana necesito hablar con Sousuke. Parece más razonable que otros. Ahora tocará intentar dormir algo. Creo que voy a poner una silla en la puerta intentando bloquearla.

Teniendo en claro qué era lo que tenía que hacer; Briona Shin se dispuso a salir de su cuarto, preparando para ello todo lo que necesitaba para hacer aquel supuesto cambiazo, siendo esto lo que necesitaba un chicle de fresa al cual había masticado y re-masticado para hacerlo super-pegajoso, y el cartel que tenía con su nombre frente a la puerta.

Tras hacerse con ambas cosas, se acercó directamente a la de su objetivo Ozuru Matsuo y mientras esta estaba haciendo el cambiazo pudo escuchar un...

¡BANG!

La muchacha salió despedida hacia atrás cayendo en un charco de su propia sangre mientras trataba de dar sus últimas bocanadas de aire sin demasiado resultado, puesto que, algo que ella no veía, era el hecho de que tanto aquella puerta a la que iba a cambiar el letrero como ella misma, tenían un gran agujero en el pecho.

Al cabo de los segundos, esta murió por pérdida de sangre, siendo lo último que vio la conmoción de los alumnos que empezaban a arremolinarse y una escopeta humeante saliendo del interior del cuarto de Ozuru Matsuo.