Una vez que hubo terminado aquella ejecución el oso cortó la transmisión de una vez por todas, a fin de cuentas ver un cadáver por tanto rato era una auténtica pérdida de tiempo y para nada algo al nivel de elegancia que aquel Monokuma tanto se esforzaba por remarcar.
-Por poco... -Comentó dejando que las puertas del ascensor se abrieran y presentándose el nuevamente en la zona del juicio- El Periodo Nocturno continúa, así que más os vale ir a la cama. Tenéis que estar listos para el día de mañana y el Juicio que vendrá... no desfallezcáis... no todos, al menos. Aunque ya quedáis pocos...
Y esta vez también se acordó de quitar primero los permisos, por lo que nadie le interrumpió.