Partida Rol por web

- El Guardia Hakir sale de la despensa para a continuación salir al frío y lluvioso patio del Castillo.

Intento localizar un sitio seco donde poder tumbarme a descansar lo que buenamente pueda mientras busco algo seco que ponerme para no coger una pulmonía.

- Visany se acurruca sobre un pequeño montoncillo de paja en una zona cercana a un cubo de recoger una gotera. Se encoge para tener menos frío.

Tras aquella conversación, el noble guardia salió de la despensa y volvió a tomar asiento en la silla que había ocupado minutos antes, esperando que el servicio le ofreciera algo de comer y de beber, mientras seguía soltando las correas de la armadura, y volvía a dejar su arma -que por la sangre seca, había visto batalla hace más bien poco- en el suelo junto a la mesa.

A la vista de que el servicio del castillo no estaba por las tareas de ofrecer comida y bebida a los soldados, Boru se puso en pie, maldiciendo aquellos zánganos que no habían sido ni por ofrecerle un mendrugo de pan. Él mismo se sirvió de la despensa lo que buenamente vio y tomó algo de vino aguado. Tras eso, salió de las cocinas en vistas de reunirse una vez más con su señora y los demás soldados para poder establecer una defensa efectiva del castillo.

No consigo desperezarme a tiempo. Lo siento por Boru, pero continuo mi descanso.

- El Guardia Boru sale de nuevo al frío Patio azotado por la lluviosa noche.

- Vasilov llega el primero a las escaleras que conducen a la bodega y de ahí a las Cocinas.

- Parece que todos los sirvientes están durmiendo.

Miro a los sirvientes dormir y me da lástima despertarlos pero...necesito su ayuda.

- Visany. - susurro zarandeando levemente al chico. Visany, soy Vasilov, necesito tu ayuda.

Dormía "plácidamente" agotado por el largo día cuando noto que alguien me zarandea.

Abro los ojos y veo a Vasilov frente a mi.

- ¿Que pasa Vasilov? - pregunto. ¿Ha llegado ya Nuestro Señor Durius?

Luego me percato de que este estaba en las Mazmorras.

- ¿Te han soltado ya? - le pregunto.

- Necesito que localices al Chambelán. - le susurro visiblemente nervioso. La vida de Durius está en juego.

Esperaba que con esas palabras fuera suficiente para que el zagal se ponga en marcha.

- Voy a buscar a Maserrak. - prosigo. Cuando le encontréis mandadlo alli.

Dicho esto salgo de la cocina en dirección a los aposentos de Maserrak.

Nunca antes había visto a Vasilov tan nervioso y enigmático.

Antes de poder decir nada sale corriendo en busca de Maserrak.

Tras pensar un instante decido hacer lo que me ha pedido así que despierto al servicio y le encomiendo buscar al Chambelán. Decido omitir el verdadero motivo para salvaguardar la integridad del personal de servicio. Así si les preguntan dirán la "verdad" que les he contado y que no es otra que planificar el día que vendrá tras la reciente batalla.

- Dagu, Madre, buscad a Lindor. - les digo. No tengo noticias suyas y no me gusta.

-No le he visto desde que Schaar nos llamó al patio -dije, preocupada, a nadie en concreto, como pensando en voz alta-. No sé dónde puede estar. Dagu, ¿qué tal tienes la mano? ¿Crees que puedes acompañarme a buscarle?

- Debe estar allá donde estén Dubieta y/o Radovina. - le digo. No os será muy complicado localizarle. - añado con un guiño de ojo.

Pasos, murmullos, más pasos apresurados, más murmullos. En medio de un duermevela intranquilo, me remuevo en el catre, tratando de volver a descansar.

DECIMA CAMPANADA. NOCHE DEL CINCO AL SEIS DE MAYO DEL AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

- Vasilov abre la puerta que da al Patio y sale por ella. Parece que la lluvia está amainando.

- Mikail y Vasilov llegan en medio de la madrugada por las escaleras que normalmente sólo usan los Mazmorreros.

- Sin armar demasiado escándalo se llevan baldes llenos de agua y material de aseo.