El caballero levantó la mirada para confirmar que el Sol se había puesto. Al escuchar los pasos del capitán, se giró, asintió aun sin decir nada, y tras volver a mirar la zona acotada, grabándola en la memoria, tomó su botón, esas tres preciosas armaduras, y se alejó del lugar unos metros, arrastrando las mismas. Una vez algo alejado, saludó al capitán.
- Los treinta hombres Basarab tenían presos algunos de nuestros guardias. Desgraciadamente no pude matarlos a todos. Creo que cuatro lograron huir. Escuché vuestro aviso, pero como os dije, temía que el vampiro fuera despertado. Si así hubiera sido... con treinta siervos... hubiera podido aparecer y destruirnos a todos. Ahora, solo, dudo que lo haga. Además... tengo delimitado el lugar. Pero este no es el mejor lugar para hablar de estas cosas. Desgraciadamente no he podido localizar ni al sacerdote ni a los niños Basarab. ¿Todos estáis bien? ¿murieron los tres Basarab?
El camino hasta el cementerio fue breve, pero el capitán Zarak lo pasó con un ojo puesto en el oscuro camino ante sus pies, y el otro a su espalda, esperando que apareciera en cualquier momento el párroco o el nuevo aliado de los malogrados Basarab. No ocurrió tal, y no tardó en divisar a Schaar Dvy, rodilla en tierra, aparentemente perdido en la inspección de algún detalle del terreno.
Cuando el antiguo caballero lo vio, dejó su puesto, cargando con las armaduras que los hermanos habían abandonado, y que Boru había mencionado.
—No son más que soldados; su destino es irrelevante. Si causan problemas, los encontraremos y los mataremos —sentenció Ferenk—. Por suerte, no fue necesaria su asistencia, Schaar. Aunque los hermanos sufrieron una transformación cuando el sol se tornó verde, no resultaron los formidables oponentes que esperábamos. Acabaron con los sargentos de la Dama Radovina, pero cuando nos unimos al combate, Carcelero, mis hombres y yo los redujimos con facilidad. Los mayores están muertos, y Molensk va de camino a las mazmorras, inconsciente. Confío en que podamos arrancarle el paredero de sus hermanos y los niños. Y lo que sepa sobre sus nuevos aliados y ese maldito párroco.
Ferenk enfundó la espada, que llevaba en la mano desde que la había recuperado de los adoquines de la calle que llevaba hacia el castillo. No desembrazó el escudo, sin embargo. Quería estar preparado para la acometida de un enemigo oculto.
—¿Ha descubierto algo más sobre la situación? —preguntó, echando un vistazo alrededor—. Boru habló de la existencia de lo que describió como abominaciones entre los soldados.
Schaar asintió.
- Así es. Había seis sirvientes que tenían algún tipo de poder diabólico... pero no eran rivales para mi. He localizado donde debe estar el lugar de descanso del muerto viviente. Lo he, por así decirlo, acotado. Pero creo que si tenemos un preso, lo mejor es que Carcelero le saque el lugar donde está el sacerdote y los niños. Y el vampiro. En todo caso, y respecto al vampiro, yo vendría mañana, con vos y un par de guerreros mas, acotaría el lugar, y lo destruiría. Sin duda vos tendréis alguna idea al respecto de como hacerlo.- sonríe el caballero, pensativo- Entre ambos, seguro que se nos ocurre algo. Lamento la muerte de los sargentos de Radovina pero... creo que entre los dos hemos logrado eliminar a los enemigos del duque. ¿No os parece? ¿qué pensáis de mi plan?
Si Niktu Basarab ha tenido el seso suficiente, se habrá llevado a los niños y su esposa lejos de Alba Iulia. Solo espero que no lo bastante como para que podamos dar con ellos aún.
—Me temo que no he acabado nunca con un vampyr, pero vi morir a uno hace solo unos días. Decapitación y desmembramiento deberían bastar —dijo, las imágenes del cuerpo de Niksaa Basarab sindo despedazados por las garras de Farkas Deli todavía frescas en su memoria—. Lo cierto es que no deseo nada más que regresar al castillo, pero me pregunto si, despojado de sus aliados, el vampyr decidirá huir de su escondrijo durante la noche.
MEDIA HORA TRAS EL OCASO.
- Tal vez si. Tal vez no. Pero de necios sería quedarnos aquí a combatir, ¿no os parece?- tras las palabras el caballero agarra una lona de la zona de acampada Basarab y coloca sobre ella las armas y armaduras (sobre todo las tres armaduras ceremoniales de los caballeros) de sus enemigos, presto a arrastrar las mismas hacia el castillo- Creo que en definitiva ha sido un éxito. ¿Los sargentos de la dama Radovina pueden ser curados o han fallecido? ¿cómo están los hombres?
—No creo que el vampyr, si sigue aquí, desee enfrentarse al causante de esta masacre —replicó, mirando la gran hoguera que iluminaba el cementerio, bajo cuyas llamas se podían entrever los negruzcos contornos de lo que debían ser casi tres decenas de cadáveres—. Si es sabio, se marchará de Alba Iulia y no volveremos a saber nunca más de él.
Las últimas palabras las dijo elevando la voz, como si deseara que fueran escuchadas por alguien más, aparte del antiguo caballero.
Ferenk se quitó un guantele y se frotó los ojos con el dorso de la mano. Cuerpo y mente empezaban a acusar las largas horas despierto, la tensión de la espera, la batalla y el dolor de los dones de Su Señor.
—Muertos, los seis sargentos —respondió—. Todos los demás salimos indemnes. Si habéis terminado aquí, volvamos al castillo.
- ¿Regresáis al Castillo?
- Si es así, poned un post aclarando en notas de juego que vais a las "Calles de la Ciudad".
Schaar miró un instante los cuerpos, y se encogió de hombros.
- No sabría decirte. Mira las huellas- señala unas huellas en el suelo, casi borradas- Como ves, estos son propios de un caballero llevando una armadura increíblemente pesada, y también con las suelas de metal de su armadura muy desgastadas. Quizá sea una armadura muy vieja. Un vampiro muy viejo... sinceramente, y llegado el caso, preferiría contar con ayuda al enfrentarme a él. Si he actuado con tanta premura hoy era precisamente porque tengo respecto a aquello que pueda estar en esa tumba. Veremos, por tanto, lo que ocurre mañana. Si eso es lo que decidimos claro. Os veo cansado... realmente yo también lo estoy. Regresemos al castillo pues. Y deberíamos celebrar seguir vivos y haber terminado con la rebelión por cierto.
//Vamos a Calles de la ciudad
La boca de Ferenk se curvó en una sonrisa que no alcanzó su mirada. Hacía tiempo que había aprendido que encontrar humor y alegría donde fuerza capaz, era la mejor forma de conservar la buena salud de su espíritu. Sin embargo, la ausencia de Su Señor había dejado un vacío en su alma que nada conseguía llenar.
—Aún no es tiempo de celebraciones —replicó—. Desconocemos el paradero y los planes de Niktu y siete de sus hermanos, además del párroco, el vampyr cuyo rastro ha encontrado y el aliado desconocido que acompañaba a los Basarab esta tarde.
Ferenk se echó a andar hacia la salida del antiguo cementerio.
—Pero por hoy, la victoria ha sido nuestra —reconoció.
/A Calles de la Ciudad.
- Schaar Dvy y el Capitán Zarak regresan a la ciudad de Alba Iulia.
// Salen de escena: Capitán Zarak, Schaar. - Siguen en: Alba Iulia: Calles de la Ciudad.