Partida Rol por web

Acudes a la cita con el Silsila lleno de dudas. Te recibe en una de las salas del corazón de la fortaleza, enterrada bajo su suelo, desprovista de todo ornamento, de pequeñas dimensiones y tan solo con dos cojines enfrentados a cada lado de la habitación, separados como mucho por dos metros.

Tu sire, que te ha conducido hasta aquí, se despide y te desea suerte. Ya hablaréis despues.

Al poco llega tu anfitrión, Faruq:

- Gracias por responder tan rápido. Sé que no es lo habitual, pero hay casos que no merecen menos. Tu actuación en la sala de la prueba me impresionó. Así como ese asno de compañero que te tocó erró por completo el planteamiento de la prueba, tú no pudiste acertar más plenamente. Esto es algo inesperado para alguien de quien se esperaba sería un guerrero puro. Quisiera que me contaras tu parecer sobre la prueba, si eres tan amable -dice el hombre en tono amable.

- Pretendíais examinar nuestra determinación, al ponernos frente a una situación crítica nos mostrabais dos alternativas, intentar salvarnos a costa de la vida de nuestro hermano o seguir los dictados de las enseñanzas de Haqim. Realmente no poníais a prueba nuestro conocimiento acerca de la filosofía del clan; después de siete años esa a arraigado en todos y cada uno de los presentes en esta fortaleza. Lo que pretendíais ponera prueba era nuestro instinto. Cualquiera puede tener un código moral o una forma de conducta, pero el instinto es innato y, al ser innato puede derrumbar al menos una de las siete torres. La única forma de comprobar el instinto de un mortal es poner en riesgo lo único que conoce, pues ninguno sabe con certeza que hay más allá, y es la vida de uno mismo. Al ponerla vida en una balanza, es el instinto el que hace que esta se incline hacia uno u otro lado, ni las enseñanazas, ni la moral, ni la conciencia; sólo el instinto. Sólo existe una forma de conocer a alguien y es conociendo lo que oculta todas esas capas de la conciencia, el conocimiento, los sentimientos, la voluntad. El instinto puro es lo que nos lleva a actuar, es el motor y la consecuencia a la vez.-

- Tus palabras muestran sabiduría. Eres un diamante sin pulir. Contesta ahora a otra pregunta, si eres tan amable: ¿quién es más importante, el amo, el siervo o el mercader? -pregunta con una sonrisa dibujada en su boca.

Tras unos instantes de reflexión buscando las palabras adecuadas creo estar seguro de la respuesta, o al menos, de la forma deexpresar mis ideas.

- Los tres son igual de importantes silsila, pues nadie puede mantenerse por sí mismo en esa sociedad de tres. El amo requiere de su siervos para ser sobrevivir, los siervos dependen del amo para protegerse y el mercader depende de ambos para prosperar. Todos forman parte de algo más grande y que requiere de todos y cada uno de ellos. Así como el clan depende de todos y cada uno de los hermanos de las tres sendas para llevar adelante una causa más grande que todos ellos. Nadie es más importante que el otro, poruqe todos son necesarios y por eso la ambición personal es sencillamente absurda. Únicamente tiene cabida como modo que la ambición colectiva fructifique, eso es lo que enseña Haqim a sus hijos. - termino por decir.

- Eso que has planteado tan sencillamente, hijo, es difícilmente comprensible por bastantes miembros del clan. Mi posición como visir hace que tenga una visión más global de los asuntos, que me precie como mediador dentro del clan y como mediador con el exterior. Aunque políticamente nuestro peso es todavía poco ostentoso, pronto eso cambiará, pues nuestros hermanos toparán con un mundo cada vez más complejo de la sangre para el que necesitarán de nuestra ayuda. Yo te ofrezco, sabio Seraq, formar parte de mi línea, si así lo deseas. No deseo forzarte a responder ahora, puedes meditarlo si quieres -expone Faruq con su voz clara y agradable.

- La propuesta es tentadora visir. Realmente necesitaré meditarlo, pues dentro de mi hay dos seres debatiendose por salir a flote. Tengo que dejar que uno de los dos reclame su puesto, llevará su tiempo. - digo con cara aturdida mientras recuerdo todo mi pasado antes de llegar al clan.

Faruq se muestra comprensivo, nada presionante. Deja que te tomes el tiempo que necesites, aunque parecía altamente interesado en ti. Sales al patio de nuevo, emergiendo de nuevo a la luz de las estrellas. Te aguardan 7 años más de aprendizaje, entrenamiento, enseñanzas. Tu decisión de los próximos días los marcarán por completo.

Las pesadillas habían decidido por mí, nuevamente eran mis sueños los que me instaban a seguir el cambio. La respuesta no se encontraba en perpetuar los hechos que habían tenido lugar durante todoa mi existencia mortal. Este nuevo camino, me mostraba algo más, una oportunidad de redención, de salvación y de futuro, eterno futuro. Nunca había encajado por completo entre mis hermanos de guerra, la prueba había sido la última señal de ello, la evidencia final. Y la propuesta del visir, la consecuencia inmediata.

Durante la mañana había buscado a Ea-Nasir por toda la fortaleza, finalmente una vez lo encontre le comunique la decisión que había tomado. No parecía sorprendido, echaría de menso las enseñanzas de mi primer mentor, desde luego, era evidente que su instinto lo mantenía muy por encima de otros hermanos de clan. No era simplemente un ejecutor, por eso nuestro tiempo juntos había sido tan, grato.

- Sabes lo que te tengo que decir. Cuando veas al visir, dile que acepto. -

Su sonrisa apenas dibujada en el rostro parecía mostrar satisfacción, había sido algo mçás que un mentor, que un alma afín. Ea-Nasir seguramente reflejaba lo que me esperaba si mi decisión hubiese sido la misma que la de él. ambos parecíamos creer lo mismo, ambos nos veíamos reflejados en el otro. Al igual que un padre se siente oruglloso porque su hijo busque ser algo más que él mismo, que tome perspectivas propias aún habiendo sido criado bajo su ala protectora. Ea-Nasir había sido algo más....

- Te deseo lo mejor, hombre sin pasado. Que tu futuro entre nosotros jamás precise del pasado que tanto ansías. Me causó gran alegría encontrar a alguien como tú y ahora me causa gran pena tener que dejar tu entrenamiento a otros. Aún sin ser de mi línea me llenas de orgullo... Si alguna vez necesitas algo, recuerda que esto es una hermandad -se despide Ea-Nasir, volviéndose, seguramente para no mostrar más sus sentimientos.

A partir de ahora tu entrenamiento será con Faruq, quien te instruirá en las vías de los visires, muy enfocadas inicialmente a la comprensión, la búsqueda y el diálogo, pero que tampoco olvida el fin último de los vuestros: acabar con la no-vida de los hijos de Khaiyin, vástagos que profanan con sus corruptos pies la tierra que pisan. El enfoque, no obstante, cambia diametralmente: ya no es la acción directa, la eliminación en cuanto se tiene la oportunidad, sino reunir información útil lo que adquiere mayor importancia. Un vampiro muerto es bueno, un vampiro que te conduzca a otros es mejor.

Otros siete años de entrenamiento se extienden ante ti.

Es ahora, en estos momentos encerrado en la cámara con Faruq cuando comienzo a vislumbrar la diferencia entre las líneas de los hijos de Haqim. Que distintas parecían, que diferencia más crucial a la hora de enfocar un mismo objetivo. Al igual que una casa es construida con diversos materiales, el clan necesitaba de varias líneas, el camino es el mismo, únicamente nos movemos por orillas distintas del sendero. En nuestro caso, repitiendo las palabras de Faruq:

- Somos las manos del albañil que toma el adobe para dar forma al ladrillo. La herramienta son nuetros hermanos, el adobe nuestras enseñanzas, las que nos unen a todos. - decía mientras reposabamos en nuestras esterillas durante nuestras largas conversaciones, sólo interrumpidas por la sed.

Los siete años transcurrían con lentitud para mi, pues como decía Faruq la sangre todavía no me había permitido ir más allá de lo que una vida mortal dura. El tiempo no se había desdibujado de mi mente.
- Cuando esto comience a ocurrir, deberás llevar tus pasos hacia adelante utilizando algo más que tu propia fuerza de voluntad, pero eso ya llegará Seraq. - decía con calma.

Durante los años, las palabras de Faruq constituían el mejor bálsamo para mis sueños, que no habían cesado con la venida de la sangre. Mejores incluso que las medicinas que fabricaba para mi mismo en aquella pequeña y ya lejana cámara del Uruk, bajo mi vivienda mortal. Con los años, el corazón de sangre, el corazón que alimentaba a todo el clan, especialmente a las líneas que permanecían más ocultas entre las sombras; había renovado su vigor y, con el suyo, el mío también. Mi sangre ganaba en frescura y por momentos me sentía más cerca de Haqim, pero la euforia retrocedía al fin, como la marea, como los perturbadores sueños; para dejar una sensación de serenidad y aliviar el castigo que nuestro clan s había autoinfligido....la sed maldita.

Años trancurrían sin que la prole de Khayyin supiese de nuestra existencia, demasiado dispersos sus motivos, demasiado recelosos de sí mismos; nuestro clan crecía en poder y número, el camino parecía avanzar por momentos, para retroceder más tarde. La plaga se extendía allá donde posabas la vista, parecía reproducirse con un ente único que depositaba semillas de maldad y corrpución allí por donde pasaba. Y por allí mismo, los hijos de Haqim segaban la raíz de ese mismo mal, no como la mano del agricultor que pretendía dar nueva vida a otro ciclo; si no como el vendaval que arracaba de raíz toda la simiente.

Las lecciones de Faruq calaban hondamente en mi mente; dirigiéndose al centro de mis mismas habilidades innatas...la intuición, el análisis profundo, la expresión y la ejecución. Pues ningún fida´i dejaba de ser nunca un ejecutor en última instancia, nadie estaba eximido de su responsabilidad de eiminar la plaga de Khayyin de este mundo mortal.

Y así, los años transcurrieron, mi mente gano en claridad, mi cuerpo en templanza, mi instinto en frialdad y minuciosidad, mi sangre en edad. Y serán los hijos de los hijos de Khayyin los que sufran estos hechos, será su mancha impura la que sea borrada de la tierra, para abonar la misma que pisan los hijos de Haqim.
Hasta que llegue el día de nuestra retirada y descanso...

7 años, nada más y nada menos. Encerrado en el nido de águilas, sólo con visitas fugaces a un lugar u otro para proseguir tu instrucción con Faruq. Tu entendimiento, tus capacidades, tu apertura al mundo, progresan adecuadamente, para agrado de tu nuevo instructor. Incluso se baraja la posibilidad de adelantar tu "graduación", pero Faruq, siempre conciliador, se decide por no hacerlo para no despertar posibles suspicacias.

La noche en que todo el clan se reúne para daros la bienvenida como nuevos hijos de Haqim es una noche especial. Sólo tú y otro más adquirís ese estatus este año, pero vuestro número crece año a año, sin parar.

Tras la ceremonia, se deciden vuestros destinos próximos. Los silsila han decidido que Uruk debe volver a investigarse y que se impone un cambio de enfoque, un cambio que tú mismo puedes aportar con la mayor de las eficacias. Deberás volver y resolver el problema vampírico y de corrupcion de la ciudad, sin duda ligados.

El ciclo de mi vida había sido bruscamente interrumpido en Uruk, entrando en una nueva forma de existencia más sublime. Pero desde el pricipio sabía que este nuevo periplo debía proseguir donde había sido cortado por las manos inmortales.
Mi pasado yacíasepultado por décadas tras el precipitado abandono de Uruk. Sentía cierta curiosidad por conocer el destino que había la enorme urbe rodeada de arena. Las instrucciones eran vagas, seguramente nadie conocía el alcance de la extensión de la plaga dentro de los muros de la misma ciudad. Pero mi pasado me otorgaba ciertas ventajas a la hora de establecerme y comenzar las investigaciones.

Te informan de que Ea-Nasir estuvo varios años en la ciudad, pudo detectar la presencia de un vástago en la ciudad, un peligroso guerrero llamado Arakur que vive a las afueras de la ciudad, en una casa grande, pero del que no creyó que emanara el halo de corrupción que envolvía a la gran ciudad. Prefirió esperar antes de actuar, descubrir hasta qué punto estaba involucrado en todo eso y buscar algo más. Sus sensaciones fueron vagas e intuitivas y fue reprendido a su regreso por no poder concretar más, pero no pudo averiguar más. Topó contigo y prefirió sacarte de allí y traerte a Alamut. Nadie más ha sido destinado a Uruk.

Con esta información y un equipaje ligero, emprendes el viaje de regreso a la gran y populosa urbe. Salir del Nido del Águila resulta agradable, inspira libertad, pero a la vez hace caer sobre tus hombros, de nuevo, la responsabilidad de seguir vivo. O no-muerto. Ahora nadie te protege, estás solo, de nuevo.

Realizas el viaje hecho ya hace 14 años a la inversa, atravesando las montañas, descendiendo hacia las llanuras siguiendo los ríos, atravesando los desiertos y visitando ahora tú las poblaciones en busca de sangre con la que alimentar tu cuerpo. Te han enseñado bien y sin mayor problema vas acercándote más y más a tu destino. Finalmente un día, Uruk se vuelve a alzar ante ti. Con sus puertas cerradas.