Como cabía esperar, la entrada en la ciudad no resulta problemática para alguien con tus recursos. Pocas horas después ya estabas instalado en la casa de un rufián que ya no iba a poder usar su casa...
La ciudad resultaba sorprendente. Aunque venías de Uruk, que es una gran ciudad, no esperabas ver así. Altas murallas blancas, multitud de viviendas de adobe, algunos templos construidos en piedra distribuidos por la ciudad, en general a lo largo del Nilo, y el gran palacio. El palacio del faraón resulta una construcción de piedra maciza con un gran recinto amurallado que constituye una pequeña población en sí misma. Desde luego no tiene un zigurat, pero tampoco es que lo necesite.
Por otra parte, aunque este era el supuesto destino de tu presa, además de no poder estar seguro, es como buscar una aguja en un pajar. Un pajar de 10.000 almas y otros varios miles de animales. Un pajar en el que ni siquiera entiendes la mitad de lo que dicen... Todo te resulta extraño, aunque puedes reconocer la maldad cuando la ves. Y en esta ciudad la hay.
La entrada en una ciudad de tan magnas dimensiones no debería ser un problema mayor; incluso siendo de noche, algún traficante de esclavos o bandido podría meterme sin levantar sospechas y servir como buen aperitivo.
Y así lo haría, a fin de cuentas, nada indicaba que la estancia fuere a ser prolongada y en tal caso, bastaría el simple método de cosechado de rufianes y apropiación de sus pertenencias, revendiéndolas en el mercado negro nocturno, de los a buen seguro, abundantes barrios bajos de la ciudad.
El rastro no puedes estar seguro de que conduzca hasta aquí, pero al menos es probable. Tienes 94 puntos de experiencia (que corresponden a 47 años de reinado "tranquilo") para invertir en la hoja. Los trasfondos te los asigno yo dependiendo de lo que decidas hacer. Estoy pendiente de las acciones de los demás para saber qué puedes encontrar. Por favor, detalla qué es lo que hace Seráq y en qué te gastas los puntos.
Nota: te recomiendo que gastes 3 de esos puntos en ponerte lingüística al menos a uno...
Parecían lejanos los tiempos en los que mi vida transcurría entre los muros del templo, tiempo carente de sentido salvo por el simple hecho de llevar a cabo las acciones de sangre impuestas por Laqip y por sus mal llamados dioses. Pero tras casi cincuenta ciclos de cosecha, podía decir, casi sin temor, que casi había disfrutado de una vida. O al menos una vida en términos de la libertad de ataduras, de convicciones impuestas y de sangre y más sangre. Bueno sangre si había habido, raudales de sangre, ingentes ríos de sangre corroida desde el interior del propio alma, casi suficiente como para inundar una propia cosecha como lo hacía el gran río.
Y es que, pese a la corrupción propia de cualquier gran ciudad, esta vida, me había proporcionado suficiente paz y tranquilidad como para apreciar las diferencias y matices entre todas las personas. Todavía recordabacon everencia y cierto temor, el primer día que la sangre tuvo a bien concederme una nueva forma de ver a los mortales y a los que no. Agradecido estaba, al fin y al cabo, desde ese día nadie podía fingir su inocencia ante mi, nadie podía esconder sus verdaderos sentimientos. Y si hay algo que caracteriza a las personas son sun sentimientos; un ser sobrenatural tiende a ser mucho más rígido, pero los mortales...ahhh los mortales...su variedad, su riqueza, podía destilar una miríada de colores y formas ante mis ojos, permitiéndome deleitarme con sus diferencias y matices, y a la vez, curiosamente, todas las gentes de Menfis, que así se llamaba la urbe, se convertirían por años en mis maestros. De ellos aprendería, la lengua y las costumbres, de ellos obtendría la habilidad de discernir las motivaciones del alma humana, tan frágil y a la par tan excelsa y más importante aún, serían ellos los que, con los años, me transmitirían esos conocimientos ocultos a la vista de todos, esos rumores nunca confirmados sobre lo que se oculta tras las muertes, desapariciones y extraños sucesos.
Sinceramente, no pienso que haya tomado todo esto sin dar nada en pago, Menfis, poco a poco, ha ido reduciendo su población de malhechores, cortabolsas, asesinos, traficantes, estos los menos pues algunos son útiles, violadores y un sin fin de ejemplos diversos. Elegidos siempre por más riguroso orden de vileza, siempre por la falta de arrepentimiento y cada vez más, disfrutando de la caza, sacando todo su jugo, comprendiendo que trabajaba con mi código respaldando mis acciones. Aunque bueno, si he de ser sincero, creo que en esto Mefis también me ha proporcionado satisfacciones más mundanas: vivienda segura, contactos adecuados, cierta influencia en la sociedad y unos recursos más que adecuados para satisfacer las necesidadesS mundanas, que en sí ofrecen una gran cobertura ante las miradas indiscretas. Por suerte la urbe cuenta demasiadas almas como para que un nuevo habitante con cierta influencia y propiedades pueda levantar sospechas.
Sí, una gran ciudad, con todas las ventajas que un ser de la noche como yo pueda desear, con toda una ingente población de maestros de los que aprender cada noche algo más y con una gran cantidad de espacio donde poder seguir disfrutando de algo que aunque necesario, no debería volverse tan placentero, la caza. Pero ya no se puede evitar, nací como asesino y el tiempo sólo ha hecho una cosa, perfeccionar a su mano ejecutora
Sólo algo preocupante podría manchar esta "feliz etapa de mi "vida" y es que la presa, la pieza mayor de la cacería, no se mostraba. De hecho, la presencia de moradores nocturnos era bastante escasa o al menos precavida. Lo que de por si hacía más necesarias las precauciones habituales, no había estado de más procurarse un refugio fuera de la ciudad, un refugio que nadie más que yo conociese y que contaba con los suministros mínimos en cuanto a material y armas si algo se diese mal; los errores del pasado no deberían de repetirse. Así, tampoco había precisado de la necesidad de un nuevo "siervo", los poderes de los moradores nocturnos eran demasiado potentes como para dejar a las espaldas a alguien propenso a "influencias no deseables". No, sólo siervos dóciles y manejables, sin mayores riesgos.
Así habían transcurrido esa etapa de mi inmortalidad y así se presentaba una nueva...
Muy correcto y gran interpretación, te felicito. Tus nuevos trasfondos son:
Recursos 2
Influencia 1
Contactos 2
Ahora te queda hacer el gasto de PX. Cuando tengas el gasto hecho seguimos.
Ammm...jaja se me olvido decirte que ya había hecho el gasto de XP, ya está pasado a la ficha y desglosado en "notas" dentro de la ficha bajo el título de Menfi, como puedes comprobar el desglose muestra las habilidades, especialidades y demás como están a su nuevo nivel, y con el número de xp necesarios para llegar a ese nivel. El nivel anterior por supuesto lo puedes ver en la evolución del propio personaje que se da en los otros títulos de las "Notas".
Curiosa ciudad esta, ciertamente. Te permite pulir tus habilidades siempre útiles, siempre en uso, mientras te dedicas a aguzar tus oídos para dar con aquél a quien andas buscando. Sabes que sólo tiene que ser cuestión de tiempo, no puede esconderse para siempre. Escuchas las historias de la gente en la lengua que ellos hablan, la lengua de la Tierra Negra, el egipcio, y poco a poco vas comprendiendo más y más hasta que su sonido te resulta familiar y agradable, hasta que distingues dialectos y orígenes en el tono de los que hablan. Y hablan, siempre, en las cervecerías. Si la costumbre está arraigada en Mesopotamia, en Egipto no lo está menos, siendo las cervecerías el lugar de reunión social por excelencia.
A diferencia de Uruk, Menfis no está corrupta, o al menos no tiene el mismo tipo de corrupción. No se adora a un dios oscuro que siembra la corrupción en el corazón de sus creyentes, sino que hay muchos dioses, unos oscuros y otros luminosos y el corazón de los menfitas pertenece a su comunidad y a sus tierras y río. La corrupción no ha hecho mella en esta sociedad. Pero cosas oscuras se pasean por sus calles y no es inaudito el caso de alguna desaparición, de cadáveres completamente secos o incluso de algún cadáver al que le falta el corazón. Los barrios bajos son un lugar peligroso por la noche, dicen. Pero corrupción, sólo, tal vez, en el interior del palacio... porque el viejo faraón, Dyer, ha muerto. Y para desgracia de todos, en vez de acceder al trono un príncipe hecho y derecho, quien debe dirigir el país es un niño de 8 años, Dyet, el favorito. Su madre Merytneith, regenta el país mientras un sacerdote de un recién reinstaurado culto a la noche, se ha convertido en el tutor del niño. Cosas extrañas pasan en la noche menfita, de eso no hay duda.
Tenía tu escena como la última, en una segunda página de escenas, se ve que le eché un vistazo a la actualización y, desapareciendo de las novedades, nunca más se supo... Ahora la he colocado en la primera página junto con el resto de escenas personales activas. Espero que no me vuelva a pasar algo así ¬ ¬
No era difícil pensar en que el nuevo tutor del reino estuviese al frente de algún culto de la noche que tuviese por falsos dioses a criaturas de la noche, lo había visto otras veces, incluso en Uruk estaba seguro de que ese era el caso. La cuestión era preocupante, si se daba la situación de forma repetida podría significar que la mancha se extendía por la sociedad mortal como una lacra oculta bajo el velo del gobierno.
La cuestión es Seraq, como vas a hacer para confirmar tus sospechas, no puedes presentarte sin más en palacio, menos aún durante la noche y ni tan siquiera es posible hacercarse al tal sacerdote...
Una idea rondaba mi mente pero ponerla en práctica era mucho más compleja de lo que tal vez podía pensar, integrarse en el propio culto o incluso enla guardia de la familia real. La posibilidad era incierta, así que antes de ni tan siquiera poder plantearla lo necesario era comprender la estructura, las costumbres y los requisitos necesarios. Al tratarse de un culto a la noche tal vez solamente a la luz de la luna tuviesen lugar las ceremonias, de forma que el ardiente enemigo no me alcanzaría hasta estar a salvo en el refugio.
Durante noches dedico mis esfuerzos a obtener información subrepticiamente, de forma quelas preguntas no sean directas, espaciando las averiguaciones en el tiempo y lugares de la ciudad distintos y adoptando identidades diversas. Dependiendo de las averiguaciones la siguiente etapa seguiría en uno u otro sentido.
Poco a poco, discretamente, vas ampliando tus conocimientos sobre el oscuro culto de la noche. Set, el dios de la oscuridad, la traición, la noche y el desierto, vuelto como un extranjero a la tierra que le exilió por no aceptar el dictamen de su padre, es a todas luces un dios malévolo. Sus fieles, curiosamente, son buenos y temerosos campesinos en su gran mayoría, no como podría pensarse maleantes y asesinos todos. El miedo les mueve a pedir el beneplácito del temido dios, para evitar que su ira caiga sobre ellos.
Otra cosa son los sacerdotes. Algo huele mal en ellos. Es como si todos se comportaran como vástagos, si no lo son. Compruebas, uno a uno, que comen y respiran, que hablan y tienen temperaturas corporales razonables. Aún así continúan siendo secretistas, nocturnos y desconfiados, tus indagaciones rozan lo imposible a veces, y mucho más siendo todo lo discretas que las mantienes. La seguridad tiene un precio y para ti es el tiempo.
Mientras te dedicas a tus averiguaciones el joven faraón va creciendo, educado en las enseñanzas del culto de Set, pues el sacerdote setita Joseth se encarga de su instrucción. Esperabas que con el tiempo pudieras averiguar cuáles de los miembros del templo de Set es un vástago, un ser maldito chupa-sangres corruptor de la raza humana, pero resulta imposible sin adentrarse en el propio templo...
Pasarían meses hasta que puediese aprender las costumbres del culto, sus creencias y los hábitos de sus acólitos. Todo, para poder presentar mi solicitud de ingreso en el mismo...sin lugar a dudas un culto de la noche sería fácil para un ser de la misma oscuridad, simplemente se trataba de representar un papel y obtener respuestas con los nuevos dones adquiridos por la edad...pues ahora sí, mis presas no podían engañar a mis sentidos. Durante todo el periplo de preparación daría a entender en los círculos apropiados el interés de un nuevo y floreciente ciudadano acerca del ingreso al templo, algunos donativos mostrarían que mis palabras son respaldadas por algo más que humo...todo con la intención de proclamar no demasiado en grito, que pretendía colocarme entre la nueva élite de la urbe....
Básicamente, trato de averiguar como iniciarme en el culto, cuidando relaciones con gente cercana a sus integrantes y dejando ver mi interés como ciudadano próspero que pretende seguir la nueva línea del joven faraón como forma de respeto y convicción. Algun que otro donativo estratégicamente colocado a las arcas del templo podría facilitar el respaldo a mi ingreso.
Siento haber estado tan ausente, pero ahora que estoy trabajando y sobretodo en los inicios, estoy desbordado a base de viajes y no encuentro tiempo para dedicarle a esto, de hecho sólo he podido postear el Sombras y poquito en Herederos de Merlin, espero que con las navidades pueda haber algo más de fluidez en mi interpretacion.
El culto setita resulta ser extremadamente proselitista y no te resulta nada difícil integrarte en el culto. No hacen apenas ninguna pregunta y rápidamente ganas conocimiento sobre su forma de hacer las cosas: Set, dios de la oscuridad, es el eterno enemigo de Osiris, dios protector del Maat, de los hombres y del justo paso a la inmortalidad en el Otro Mundo. Set, por su parte es el dios de los que se ocultan en las sombras, de la traición, de las tormentas de arena y del desierto. Muchos le adoran por perseguir beneficios "ilícitos", reprobables o simplemente favores entre los que no tienen escrúpulos. Otros lo hacen por miedo. Formar parte de ellos le deja a uno en la sombra protectora, viendo como son otros los que padecen y no uno mismo.
Tus donaciones e interés despiertan el interés de un sacerdote setita humano, Biti, que se interesa por tus actividades, o, más bien, por qué no dejarías de hacer si la causa fuera buena (que no justa). Es evidente que tus meses como creyente no han pasado desapercibido, así como tus costumbres nocturnas y tu porte... Un buen observador este sacerdote. En pocas palabras, te pide qué estás dispuesto a hacer por el culto, sugiriendo que las actividades ilícitas podrían perfectamente estar dentro de tales actividades.
Básicamente, trato de averiguar como iniciarme en el culto, cuidando relaciones con gente cercana a sus integrantes y dejando ver mi interés como ciudadano próspero que pretende seguir la nueva línea del joven faraón como forma de respeto y convicción. Algun que otro donativo estratégicamente colocado a las arcas del templo podría facilitar el respaldo a mi ingreso.