Partida Rol por web

Una pregunta, el tema de estar "despierto" de dia como funciona? (conozco el basico del libro, no se como lo quieres llevar tu)

Me estoy planteando vivir ful-time. El dia encerrado en los sotanos repasando, ordenando, comentanto, los libros y apuntes de los Cronistas, incluso ampliando en algunos casos.

La noche seria para mis actividades "normales".

Segun el libro son simplemente un par de puntos de sange en vez de uno y limitaciones a poderes que no pienso utilizar. El dia seria completamente sedentario. Pero que otras consecuencias puede tener hacerlo durante un largo periodo de tiempo???

Quizas lo haga solo dos dias a la semana, o algo asi.

Tampoco se trata de pasar todo el tiempo encerrado, sino el dia, la noche es para mi!!!

Pero tambien me parece exagerado, por eso preguntaba.

Lo dejare en un dia de cada 5, uno de cada 5 dias esta despierto durante el dia, simplemente repasando y organizando las notas. Reconstruyendo toda la informacion recolectada.

Bien! Vamos listos.

Habia avandonado Menphis, para ir a Heliopolis, instalandome ahi, despues de lo de la marca, que en heliopolis me sacaron los seguidores de Ra.

Luego teniamos varios historias, entre ellas mi visita a Bubastis (me voy a poner un nuevo defecto, odio a los gatos...panico a los gatos....ya van dos, panico a los gatos y a los ojos de Horus).

Habia perdido algunos de mis transfondos, perdi los servidores y creo que un punto de recursos... creo que tamien perdi algun contacto, pero no todos (de eso ultimo no estoy seguro).

Yo aprendi Presencia a cambio de ofuscacion (que de todas maneras el ya conocia, aprendio las bases de un tal "Apolo" si mal no recuerdo). Recuerdo que legue a nivel dos de ofuscacion, por que teniamos bastantes puntos para repartir, pero no recuerdo cuantos.

Tambien gane el transfondo de rebaño, de los que iria construyendo la orden de los Cronistas.

El problema esta en recomponer exactamente las perdidas y las ganacias, mas los puntos que tenia para repartir, de los que 17 se van a Presencia.

Tras los acontecimientos, tras el paso del tiempo, siempre queda una sensación, vaga pero ineludible: "Ha sucedido algo, debo recordarlo". Y lo apuntas. El nuevo secreto de la escritura es tu aliado, pero la extensión de tu memoria abarca varias generaciones. Más generaciones de las que se podía recordar sin la propia escritura. Incansable, comienzas a trascribir tu memoria, pero resulta engorroso, lento. Empiezas a pensar que tal vez nunca puedas ponerte al día. Tu mente es cada vez menos receptiva a los pequeños acontecimientos, para ti están perdiendo importancia. Pero la curiosidad que te producen es una tara, un defecto, del que no quieres prescindir. Leer, una actividad tan difícil, te resulta extasiante.

El paso de los días a las semanas, de los meses o estaciones, dejan de ser significativos. Los años se suceden sin pausa y los mortales padecen sus vidas triviales, naciendo, casándose, casándose y finalmente muriendo (dejando a su paso, con suerte, un repuesto de niños para las futuras generaciones) a un ritmo extraordinariamente regular. Un detalle rompe la monotonía: las irregulares crecidas del Nilo. Una de cada siete crece demasiado o demasiado poco, lo que provoca un grave malestar en la población. Y luego están, por supuesto, las calamidades, como el eclipse o la plaga.

La plaga. Llegan noticias de su paso por las tierras del sur y la gente, aterrada, se echa a los templos a rezar por su salvación. De una u otra manera parece que sus oraciones tuvieron éxito pues la enfermedad apenas si llegó a sentirse más que como una noticia lejana. Aún así resulta aterradora la perspectica de ciudades enteras devastadas por la muerte. Una muerte que podría acabar con tu fuente de sustento con facilidad. Nada llega a suceder en Heliópolis en ese sentido, no todavía.

El eclipse, no obstante, sí resulta abrumador: 

Estallidos religiosos y diversos altercados sazonan la ciudad, pero por suerte los sacerdotes de Path y Toth (respectivamente el culto más importante de la ciudad y el más versado en la magia) consiguieron encauzar el miedo popular. Pero eso queda en la historia, en tu historia pasada en la ciudad de Menfis. Estos son otros tiempos, aunque la perspectiva de otro eclipse...

Y mientras tanto los faraones marcan el ritmo del devenir del país, encarnando su salud, su bienestar, su prosperidad y su seguridad ante los peligrosos libios, kushitas u otros nómadas del desierto. Sí, ellos se saben importantes, aunque sean mortales y lo son, ciertamente. Sus reinados marcan el paso del tiempo, serán un buen indicador. Pero hay que decidir cosas: ¿Qué es lo importante en el paso del tiempo? ¿Tu vida? ¿La de los reyes? ¿Las guerras, las calamidades, las plagas? ¿Será la tierra de Heliópolis la única sobre la que escribas o será la tierra de Egipto la que aparecerá reflejada en tus escritos? Y sin embargo hay otros lugares, lo sabes, te han hablado de ellos. Lejanos, pero reales, como la tierra de donde viene Damian, el cretense o el sire de Khosei, mesopotámico. Pero no acaban ahí las dudas: si tú eres inmortal y los que sobreviven a su paso son los vampiros, ¿no será acaso sobre ellos sobre los que deberías escribir? Que largas historias podrías contar si así fuera...

Dios siglos y medio de no-vida, dan mucho para pensar. Para reafirmarme aun mas en la vision que empiezo a tener del mundo, del tiempo y del flujo.

Tras 250 años arrastrándome como vampiro por este mundo, mas de 280 años desde que naciera a las orillas del Nilo. Habiendo conocido el reinado de varios Faraones, de diferentes dinastías. Después de visitar al menos tres de las grandes ciudades de la tierra negra y haber habitado en al menos dos. Después de haber visto cosas que muchos no han soñado, ni en sus peores pesadillas.

La comprensión, el conocimiento, la perspectiva… son diferentes. La senda del tiempo me enseña y yo aprendo. La corriente continúa y sigue, no inmutable, pero sin embargo tan parecida. Jamás el Nilo es el mismo de ayer, pero sin embargo, en su ser, es el mismo. La humanidad es algo parecida, ninguno de los que vivió mi era camina entre los vivos, ninguno de los que nació durante mi vida, sigue entre los vivos, he visto nacer, crecer y morir a varias generaciones. La humanidad no es la misma que yo conocí. Sin embargo es igual, como el rió.

Paulatinamente he perdido el interés en las personas, pues salvo las excepcionales, no merecen la pena. Ahora observo el flujo, veo el rió, no las gotas que lo forman, veo el hormiguero, no las hormigas, veo el bosque, sin que los árboles lo tapen.

A lo largo de mi existencia he visto y conocido muchos humanos, y son, generalmente muy parecidos, movidos por una serie de impulsos básicos, como la codicia, la pasión, el amor, el odio, la venganza, el rencor, la envidia, y en algunos casos, la piedad, la justicia, el honor….

Pocos son los que se salvan si se hace una criba.

Alguno nacen para liderar, otros para crear, los hay que enseñan… los individuos excepcionales son los que conducen el flujo, variando, aunque sea minimamente, el flujo de la humanidad, ya sea para bien o para mal. Esos son individuos dignos de ser observados y estudiados, así como las reacciones que causan en los demás.

Así que paso en realidad tiempo abstraído, en mis pensamientos, en mis escritos y la lectura, esperando que aparezcan esos seres excepcionales, de entre la muchedumbre, de entre todas las gotas del rió, espero encontrar las gotas doradas.

Poco a poco voy conociendo mejor a los hombres, al tiempo, al flujo. Buscando el equilibrio.

He visto la oscuridad reinar sobre la tierra negra, así como he visto la luz gobernar. El ciclo se conserva, el péndulo se mueve… pero nunca se para. No habrá ganadores en la lucha eterna entre el bien y el mal. Pero algunos no parecen darse cuenta. Algunos creen que su existencia fuera a terminar en breve, luchando por llevar, guante un breve instante, el péndulo eterno a un lado u otro, poniendo su valiosa existencia en peligro, ocasionando su desaparición… por unos años, siglos quizás, que se perderán igualmente como granos de arena en el desierto.

Pero cuanto mas se mueva el péndulo hacia uno u otro lado, peores serán las consecuencias, mas difícil será regresar al equilibrio. Mas se distorsionara la armonía del flujo.

Empiezo a tener planes, planes a largo plazo. Entre ellos, esta el de tener progenie, es hora de buscar un nuevo valor para la estirpe Nosfer.

La plaga me preocupa, aunque no demasioado, la humanidad perseverara, aun asi tomo algunas medidas para evitar que su efecto sea devastados (las ya anunciadas en mesa...cobrarme las victimas mas debiles para que no sean una carga y mejorar las posibilidades de supervivencia de los demas...eso no incluye niños, sino enfermos, viejos, invalidos y personajes de mala catadura que es mejor eliminar).

En cierta manera, mis nuevos intereses, llevan a un cierto desiteres por los recursos y los aliados perdidos. Derrepente, todo el pasado, la vida, el sistema que habia construido en Menphis, parece carecer de la importancia que durante mucho tiempo le di.

El faraón Uneg, cuarto faraón de la 2ª dinastía del Imperio egipcio, es en cierta medida un hombre excepcional. Tu red de contactos e informadores te proporcionan algunos datos interesantes: al llegar al trono ya es un hombre mayor, su padre había reinado durante 43 años. Es por ello alguien llamado a morir pronto y los posibles herederos al trono tienen una edad mucho más apropiada para sentarse en el asiento del poder (o usurparlo). Los comentarios son más bien apuestas sobre cuánto tiempo aguantará y pocos se atreven a augurarle una larga vida. Los nomos, las provincias encarnadas en las propias ciudades del Nilo, se revuelven en su control. Y sin embargo, Uneg persevera y se las apaña para decepcionar a muchos en su falta de capacidad para morirse. La creciente familia real se revuelve en la corte y los nobles de diferentes lugares hablan a sus espaldas... contra él. Se huele la traición y la división en el seno del imperio e incluso de la corte. Y no obstante, Uneg persevera. Los pocos que se atreven a alzarse contra él reciben como premio una expedición militar a su ciudad, en la que participan los ejércitos convocados de otras ciudades al servicio del faraón. Heliópolis también aporta sus hombres a cambio de beneficios indirectos.

Efectivamente, tus dos compañeros vástagos de la ciudad se encargan de que la actividad comercial y artesanal de los mortales prosiga inalterada, o todo lo inalterada que se puede dada la situación de crisis. Ya había comenzado una farsa de lo más interesante por parte del cretense para dar nacimiento a una nueva religión, la de la diosa Hator, la diosa del comercio, con su correspondiente templo y tierras asociadas, pero ahora, ante la falta de demanda de grano por el freno a las importaciones de materias primas del sur (recordemos que esas importaciones son "gratis", no basadas en el comercio sino en el expolio de la región de Nubia), Damian, senescal en las sombras de la ciudad, dispone un plan de emergencia en el que se da paso a la mejora de las defensas de la ciudad, la producción de armas para el ejército de Heliópolis (y el propio) y la acaparación de materiales manufacturados no perecederos. Sus finanzas padecen, claro, pero entre eso y las campañas victoriosas del faraón (de las que se beneficia indirectamente la ciudad con ciertas exenciones y la propagación del culto de la diosa Hator), la situación parece calmarse momentáneamente.

7 años dura el reinado del Uneg, muchos más de los previsibles. A su muerte, que jamás se confirma si fue o no natural (simplemente que sucedió y que se realizaron los ritos apropiados para la consagración del poder real), le sucede Senedi, uno de entre muchos hijos, tal vez no el más capaz, pero sí el más decidido. Sigue la estela de su padre y enfrenta similares problemas. Es él el primero en utilizar un cartucho para significar su nombre, pero su reinado no es tan benéfico como el anterior y mucho menos efectivo. Así, a su muerte, 11 años después, Egipto se ve dividido en principados independientes. Tras su muerte Egipto dejó de estar gobernado por un solo faraón.

Kosey, que ya ha participado en un par de batallas en el reinado anterior, se presta de nuevo a intervenir en éstas y, cuando llega el reclutador y diplomático de Nefercara, el faraón del Delta, Damian lo dispone todo para volver a salir beneficiados con su intervención. Heliópolis se alinea entre las ciudades del Delta y contra el usurpador Seth-Peribsen ("Set, esperanza de todos los corazones"). Sólo el pequeño detalle de que el faraón sea de Bubastis y que los guardaespaldas de Merka, el diplomático, sean en realidad cambiantes gatunos, sería más que suficiente para ponerte nervioso (y podrías asegurar que la sangre está a punto de llegar al río en la relación entre Damian y el alto mandatario), pero la participación de la ciudad en la campaña contra el Sur probablemente sea una causa mayor para ello. De nuevo salen vencedores y los beneficios (1/3 de los esclavos obtenidos en la campaña) son empleados sabiamente, no para enriquecerse sin medida y causar envidias y mezquindades, sino para reforzar el papel de los nuevos templos de Hator... y hacerse con un par de mansiones en Menfis.

Menfis, la gran capital, ha sido limpiada de serpientes. El faraón y los grandes setitas de la ciudad, han huído al sur. Por desgracia la ciudad queda a merced de los hombres del faraón norteño y no puedes confiar en que los hombres-gato vayan a retirarse a sus asuntos fuera de la ciudad.

Definitivamente tienes que pensar en tu próximo paso.

El tiempo pasa, y con el los faraones y las dinastias. Nada es exactamente eterno, nisiquiera la tierra negra. Egipto dividida entre dos faraones....

La lucha entre las fuerzas ocultas tambien continua, las serpientes y los multiformes sigue enfrentandose a muerte en una lucha de poderes a la que intento permanecer ajeno, pues solo sirve para mover la balanza a un lado u a otro, cuando lo suyo es intentar buscar el equilibior.

Con su lucha interesada solo consiguen acabar los unos con los otros, perdiendose irremediablemente la no-muerte de un ser potencialmente eterno... una gran perdida, se mire como se mire. Es una verdadera lastima que algunas personas aun presten tanta atencion a los bienes materiales y al poder mundano, cuando todo ello es efimero y no forma parte de la eternidad.

Sigo tomando notas e intentado organizar a los "cronistas", al mismo tiempo que decido crear a un ser eterno*, ya que la creacion de algo asi es algo necesarios y una pequeña compensacion por los destrozos que estan causando otros como yo**.

Una vez "recuperada" Menphis, creo que intentare volver a mi antigua ciudad***