- Walidah! He podido oirte antes de acercarte -
La abrazo y noto su calor corporal, espero que ella no note mi frialdad. Siento en mi interior los mismos sentimientos pero ahora la joven forma parte del mundo de los vivos y temo que me rechace pese a servir al parecer al mismo propósito.
- Ahora soy un protector del templo y tengo unos deberes. Cómo echo de menos aquella noche que durmimos juntos y observamos el anochecer. Ya nunca podremos volver a repetirlo sin que sufra daños. Mucho menos el amanecer -
Hago una pausa mirando al suelo, por un instante tengo que reprimir el impulso de alimentarme, pero Issa me ha enseñado a controlar a la bestia aún que conservo buena parte de mi humanidad. Prosigo mirando a sus ojos.
- Walidah pediría al Sumo Sacerdote que formaras parte de nosotros. Si no acepta a convertirte sería capaz de desobedecer las leyes y convertirte yo mismo para que pudiéramos estar juntos sin que corras riesgo. Debo aprender a transmitir el legado Osiris, qué opinas? -
- Yo, yo, ... Sólo quería decir que siento tanto que haya pasado esto... Es mi culpa, no debería haber desobedecido las órdenes del templo poniéndote en peligro... titubea en sus palabras Walidah, sollozando. Entonces repara en tus palabras y pone cara de sorpresa e indecisión.
- ¿Convertirme en vampira a mi? No, no merezco ese honor... o castigo. El sumo-sacerdote lleva décadas sin permitir el abrazo. Yo... creo que ya han habido demasiadas muertes por ahora y ya soy esclava de sangre del templo... Aunque si fuera para estar contigo... Pero ahora podremos vernos, ¡no hay necesidad de eso! añade con evidente felicidad, juntando alegría y lágrimas en su cara.
- No debes llorar, lo pasado pasado está. No te lamentes. En cuanto a lo de vernos, si así lo deseas continuaremos viéndonos tanto como podamos -
Le acaricio la cara pues no me atrevo a besarla estando su cuello tan cerca. No sé si ella lo percibe. Tras despedirnos, me acerco a la sala de Issa para recibir instrucciones, debo empezar con mi rutina.
Ella se da cuenta de lo que miras y abre los ojos, pero en vez de retirarse asustada, respira con más ansia, entrecierra los ojos, estira el cuello...
- No Walidah no te pongas en peligro por mí... -
Pero irremediablemente me acerco también y le beso como siempre he querido hacerlo desde que la conocí. Noto la sangre en sus labios, el pulso acelerado del plasma sanguíneo corriendo por sus venas. No sé si abré cometido un error, pero disfruto el momento como si fuera el último. El Templo y la guerra pueden esperar al menos unos minutos más. El hecho de que siendo lo que soy ella desee continuar besándome me llena de alegría. Me da fuerzas para luchar contra la bestia (en la medida que pueda).
Bueno Master no sé si mi personaje tendrá el aguante posible de semejante manjar en sus manos, espero que sí.
Su cuello palpita con su sangre, sus labios encendidos también con su sangre calientan los tuyos, fríos y vacíos...
Bueno, es un buen momento para estrenar las reglas contra frenesí. Dado que quieres luchar contra la tentación de cometer un acto odioso y malvado, tiras tu Autocontrol y la dificultad es 9-Conciencia, en tu caso un 5. Necesitas al menos un éxito para aplacar a tu recién estrenada Bestia. Por cierto, como tienes el Mérito de Calma, se aplica un bonus de -2 a la tirada de dificultad (que baja a 4) ¿no es maravilloso? ;-)
Mientras la beso, la bestia trata de dominarme. El instinto asesino surge en mí para alimertarme y poder seguir con "vida". Sin embargo, el amor por walidah que no ha muerto por la joven parece ser por el momento más poderoso. Me "alimento", pero no de su sangre, sino de la esencia que me recuerda lo grandioso de lo humano. Por unos instantes me siento pleno.
Una vez que nuestra pasión ha sido satisfecha, nos despedimos no sin esfuerzo para acudir a nuestros deberes con el Templo. Me presento a Issa con todo el respeto que se merece el Sumo Sacerdote y solicito continuar el entrenamiento. Puede que pronto me vean con la suficiente valía de afrontar una misión.
Tirada: 1d10
Motivo: Resistencia Frenesí (1/3)
Dificultad: 4
Resultado: 6
Tirada: 1d10
Motivo: Resistencia Frenesí (2/3)
Dificultad: 4
Resultado: 9
Tirada: 1d10
Motivo: Resistencia Frenesí (3/3)
Dificultad: 4
Resultado: 4
Tomaaaaa, tres exitazos!
Consigues pasar esta prueba de autocontrol y reprimes la bestia con la que ahora debes compartir. Esta será la primera de muchas veces en las que la tendrás que acallar...
En cualquier caso debes continuar con tus quehaceres, como Walidah, y así lo haces. Visitas de nuevo a Issa, que te recibe sonriente y afable y acepta con agrado tu solicitud. A partir de ahora el templo, mortales e inmortales, serán tus educadores.
Es el momento de hacer el nuevo reparto de puntos, ahora como vampiro:
Tienes +1/+1/0 en atributos, +2/+2/+1 en habilidades, tres puntos en tus disciplinas de Clan (Bardo -se llama así oficialmente, pero yo soy partidario de llamarla "Don de Osiris"-, Presencia y Auspex), 3 puntos en virtudes y 6 puntos más gratuitos (de los cuales cada 2 puntos bajarán una generación, hasta máximo de 4 puntos -empezáis gratuitamente con 7ª generación-).
Ya he anotado en la ficha los puntos de mejora. Sólo me faltan los 6 puntos gratuitos que como no tengo aquí el manual no recuerdo el nº de puntos en cada grupo de características que puedo gastar. Si bajo de generación en qué me beneficiaría?
Aumentaría tu valor máximo en las características, tu reserva de sangre y la cantidad de puntos de sangre que puedes usar por turno. ¿No está mal, no? xD
Pero hombre de Dios, avisa... Lo siento, por mi parte me despisté por completo, menos mal que me has enviado el mensaje privado. En fin, retomamos donde lo dejamos. Bueno, no exactamente. Doy por finalizado tu preludio, ahora comenzaremos con tu historia :-) Te abro una nueva escena: el templo de Osiris.