Partida Rol por web

Rendido....estoy rendido.

Miro por doquier buscando algo sin saber el que. Ni aun armado como estaba en esa fatidica noche pude con el. Que podria hacer ahora. Que opciones me quedan.

Mi mente chirria y cierro por un momento los ojos intentando buscar en mi interior, intento relajar mi cuerpo y escuhar los sonidos de la noche.

Agacho lijeramente la cabaze mientras reflexiono y repiro hondo, relajo las manos dejandolas sobre el suelo, flexiono los pies, dejo los mis musculos se aflojen de la tension en la que estaban.

Murmuro entre dientes las oraciones que recuerde.

-Por Anubis, por Set y por Horus...

Acepto mi posicion.

En el suelo, sumiso y cabizbajo mientras se hacerca.

Y tensando todo el cuerpo de golpe, aprovechando la postura encorvada y tanto pies como manos, salto hacia el usando la cabeza como arriete.

Arremetiendo repentinamente contra él, cargando de cabeza, logras sorpenderlo y tu golpe os desplaza a ambos, pero para tu horror, el ser se carcajea.

- ¡Jajajajaja! Eres luchador, nunca te rindes... Pero ahora eres mío. Yo te maldigo, Senmut, con mi propia sangre.

Mientra dice esto te sujeta con sus manos como tenazas, inmovilizándote hasta que eres suyo, se regodea todavía un poco en tus esfuerzos infructuosos por liberarte y causarle algún daño y finalmente te muerde con sus afilados colmillos.

Succiona con fuerza prodigiosa y lo que extrae no es sino tu propia esencia vital, tu fuerza, tu vida. Sucumbes al placer del abrazo cainita, inundado de placer irracional por el beso. ¿Cómo es posible que semejante bestia, semejante monstruo, pueda proporcionar tal placer?. Sumido en la incertidumbre, en lo irracional de la situación, en el cúmulo de sensaciones al ser absorvido por ese monstruo, apenas notas cómo te abandona la vida en ese proceso rápido e indoloro. La consciencia te abandona a toda velocidad, la oscuridad se cierne sobre ti... Oyes unas últimas palabras antes de llegar a la más completa negrura:

- Tu sangre es mía, tu vida me pertenece. Deseas con todas las fuerzas vivir, ¿no es cierto? Yo te lo concedo. Tiempo tendrás para arrepentirte.

Y tras unos instantes eternos sumido en la oscuridad del limbo anterior a la muerte, la sangre vuelve a fluir, de fuera a dentro esta vez, deleitando tu paladar, tu cuerpo, tu alma, al ser ingerida. Degustas el más dulces de los néctares, aunque sabes perfectamente que no es otra cosa sino sangre. Y aún así la ingieres con ansia, sin descanso, hasta quedar su nuevo amo te exige que pares, separándote de su muñeca.

Ahora tienes mi sangre y con ella la liberación, la vida en muerte, la eternidad, pero también la maldición más cruel que puedas imaginar. Bienvenido a la noche, chiquillo mío... -dice con tono oscuro, de ultratumba.

Tras unos segundos de calma, desorientado, manchado en sangre, relamiéndote todavía, sientes algo removerse en tu interior.

Me retuerzo de dolor en el suelo mientras noto como algo se revuelve en mi interior, algo entra por mis venas, se esparce por mi cuerpo y el dolor es cada vez mas intenso.

Mis pesadillas se mezclan con mi dolor. La visión de los cuerpos secos y chupados de Kepi y Ati, el recuerdo de Kepi, de pie, totalmente abierta hablándome en un cuarto oscuro y la simple vision del ser que tengo ante mi.

El dolor se introduce en los huesos ya parece que estos crezcan, sobre todo las extremidades y los dedos, tanto de las manos como de los pies. Mientras, la carne se estira sobre los huesos mas largos y al mismo tiempo parece que se seca y palidece cogiendo un extraño color ceniza. La sien se comprime y mi cara queda estirada en un rictus de dolor, el cráneo se estira estirando a su vez mi piel haciéndome imposible cerrar la boca completamente y agrandando de manera horrenda la cuenca de los ojos. Las orejas crecen ligeramente, pero no hacia arriba, sino hacia abajo.

El torso se seca y la carne da paso a los huesos dejando a la vista casi totalmente el costillar.

Para entonces pierdo el sentido por el dolor insoportable.

Zuberi te observa durante todo el proceso, casi deleitándose con cada nuevo doloroso estertor que te asalta. La curiosidad le puede y se mueve alrededor de ti.

Tras minutos de agonía, tal vez horas, el dolor puede contigo y pierdes el conocimiento. Tu cuerpo dolorido te despierta la noche siguiente, crees, en una habitación de dimensiones reducidas y que puedes identificar sin muchos problemas: es una tumba de un noble con la losa cerrada. Sobre el sarcófago de la momia hay una pequeña vela de sebo quemando léntamente que ilumina con su luz mortecina la habitación.

No has podido ni comenzar a plantearte qué hacer cuando escuchas la losa levantarse y ves aparecer por debajo a Zuberi.

- ¿Has dormido bien, hijo mío? -pregunta con sorna.

Mirando aun alrededor le contesto.

-Yohhhhg.....ghhhhhh

Un dolor enorme me invade la garganta. Una sensacion aspera, seca, de arena en la garganta y me parece ser incapaz de articular parlabra. El dolor hace que me lleve las manos al cuello pero solo ver mis manos me aterra. Me quedo mirandome las manos embobado y empiezao a mirar el resto de mi cuerpo mientras de mi garganta sale un lastimoso gemido seco.

-Hnohhhhoooooooooooo....

Dejandome caer de rodillas miro a Zubiri.

-Kheeeee mhe ghaassss eghchooooo

Y como un raton corro, a trompicones, a esconderme en la oscuridad, aun asi el brillo de mis ojos no delata miedo sino mas bien duda e incomprension.

- Jajajajajajaja. Maldecirte, como prometí. Tenías muchas cualidades como humano, pero por desgracia el resto de los mortales no lo supieron ver. Yo sí. Ahora te he dado un regalo, una oportunidad, un don... -dice mientras deja caer de nuevo la pesada losa de piedra. Por alguna extraña razón su deformidad ya no te lo parece tanto, su presencia amenazadora comienza a causarte más respeto que puro miedo y la idea de herirle y escapar comienza a esfumarse de tu mente.

- Sí, has oido bien. Ya no eres humano. Ahora tienes nuevas virtudes y también peligrosas nuevas debilidades. Sin mi ayuda ahora morirías. Me necesitas y yo te quiero a mi lado. Puedes sollozar, gritar, golpearte... pero eso no arreglará nada. Eres inteligente y sereno. Demuéstralo ahora que lo necesitas.

Tras calmarme un momento bajo el manto de la oscuridad me arrastro de nuevo bajo la luz. Estudio mi cuerpo sentado de manera grotesca en el suelo para llegar a comprender la profundidad de mi transformacion. Depues de volver a mirarme las manos me palpo el rostro para comprovar los cambios que hay en este y hago muecas para comprovar su alcance.

-Ahhhggg, huhhhggg...

-Migh pghiel, migh cghuerpo...

Todo es diferente, no solo mi cuerpo y mi voz. Los colores me parecen diferentes, los olores tambien son diferentes.

Miro, desde el suelo hacia arriba, anelante, a Zubiri.

-Qghe somoghs...eghspiritus geh la noghche

-Qghe voygh a hacegh aghogha

Y ocultando mi rostro entre las huesudas manos empiezo a gimotear.

Tras un momento de debilidad me sereno y vuelvo a mirar a Zubiri a la cara, con mirada algo mas decidida, pero aun con la chispa de la duda brillando en el fondo de los ojos. Aclarandome un poco la garganta añado.

-Qghe vamos a hacer ahogha....

-Señor

- Sobrevivir, alimentarnos, ocultarnos de las miradas de los vivos, medrar a la sombra de las ciudades, enseñorearnos de los más sucios secretos y traer algo de justicia al mundo. Pero, ahora, lo que se dice ahora, dejarte descansar y que te vayas acostumbrando a tu nuevo cuerpo. Te costará, pero lo conseguirás. Sé que lo conseguirás. Cuando estés lo suficientemente bien, viajaremos de regreso a Menfis. Recuerdo mi transformación, cómo olvidarla... Yo te instruiré bien, te enseñaré, te adiestraré en las disciplinas de los hijos de Nosfer-Atum y cuidaré de ti hasta que puedas valerte por ti mismo -dice el monstruo en un tono amable, por primera vez desde que le has oido hablar.

El rostro de Zubiri ya no me parece tan amenazador, aunque todavia me causa grima mirarle a los ojos. A todo se acostumbre uno, pienso para mis adentros, pocos hombras hay que puedan decir que se han acostumbrado a sacar las visceras de los muertos y al contacto constante con la sangre y la muerte.

Si, seguro que me llevara tiempo. Pero se que puedo acostumbrarme a mi nuevo cuerpo. Que incluso puedo acostumbrarme al aspecto de Zubiri.

Aun no noto el cansancio del que me habla, pero no dudo de que pronto lo sentire.

Lo primero es acostumbrame al cuerpo que ahora tengo, asi que empiezo a andar a lo largo y ancho de la pequeña sala, tropezando al principio con estas piernas mas largas que aquellas a las que tanto me havia acostumbrado. Empiezo a tantear el alcance de mis brazos y a evitar que cuelgen de manera grotesca a mis lados, a intentar vocalizar correctamente con esta nueva garganta.

Me llevara tiempo, pero no me queda otro remedio.

Siguen bastantes noches en las que Zuberi se encarga de hacerte la vida sencilla, trayéndote las presas que necesitas. De momento son animales: pájaros, ratas, algún eventual animal doméstico e incluso algún reptil. Su gusto es reprobable, pero, como bien dices, a todo se acostumbra uno. Te mantiene con vida y no necesitas nada más.

Poco a poco consigues acostumbrarte al funcionamiento y medidas de tu nuevo cuerpo, aunque medien innumerables tropezones y golpes. Zuberi se divierte con el espectáculo, pero disfruta de verte aprender, con tus progresos.

Pronto comienza a instruirte con conocimientos oscuros, ligados a la sangre que ahora tienes. El secreto de las disciplinas vampíricas, la historia de tu lejano clan, la existencia de otros vampiros en el mundo...

Las noches son mas largas de lo que uno podria pensar, uno se acostumbra a dormir durante la noche y no es consciente de lo larga que puede llegar a ser, sobre todo cuando hay tantas cosas por hacer.

Al principio mi nueva existencia me parece ciertamente denigrante y, por que no decirlo, asquerosa. Pero una vez que tomas conciencia de todas las posibilidades que ofrece y de que esta situacion es transitoria, mientras "aprendo" las cosas me aprecen mas claras....o mas oscuras.

Muhahahahahaha!!! puede llegar a gustarme. Lo mas interesante es aprender las cosas nuevas que uno puede llegar a hacer...El querer, poder y hacerlo. Muhahahahahaha!!!!

Incluso mi cuerpo, ahora tan tetrico y repugnante, resulta ser mejor que el anterior.

Escucho avido las enseñanzas de Zubiri e incluso me llego a enorgullecer de mi mismo cuando muestra, por pocas veces que sean, satisfaccion ante mis avances.

La noche, antes tan aterradora, las sombras a las que tanto temia, ahora son mis amigas y aliadas.

Ahora soy un aliado de la noche. Un Nosfer-Aton.

Zuberi continúa con tu instrucción en Iunu durante algunas semanas, lo suficiente para que tu "debilitado cuerpo" se enfortezca con los nuevos cambios. Poco a poco vas entendiendo la profundidad de los cambios que tu sire sugería cuando hablaba de debilidad. Los mortales son débiles, tu cuerpo lo era. El nuevo cuerpo... sabes a ciencia cierta que sólo estás escarbando en la superficie de algo mucho más grande.

Viajáis, él haciendo de guía y protector, sumiéndoos en las sombras que ningún ser puede atravesar con la mirada. Pero aún así siempre extrema las precauciones y nunca se duerme, vuestro momento más vulnerable, fuera de lugares poblados y con animales que os puedan avisar del peligro. Nada sucede, pero entrevés en sus inhumanas facciones la preocupación por el viaje.

Finalmente llegáis a Menfis. Zuberi la escogió como hogar por el placer de las cosas dantescas, nuevas, las grandes obras, las clases emprendedoras. Dirías que Narmer le cae bien... Una ciudad tan nueva y un vampiro tan viejo presentan un curioso contraste.

De vuelta a la ciudad, os guarecéis en su refugio, una casa grande construida en adobe y venida a menos, con falta de mantenimiento. Destinada originalmente al almacenaje de licores, posee en su interior amplios subterráneos que suponen una estupenda guarida. Allí 2 amplios sarcófagos en madera, uno verdaderamente antiguo y otro más reciente. Sin duda no se molestó en comprarlos...

En la nueva Menphis aprendo a vivir escondido. Oculto a la sociedad que no puede ver mi aspecto (ni yo cambiarlo).

Mis habilidades son aun tan limitadas que me cuesta un enorme esfuerzo ocultarme de la vista de los mortales.

Casi dependo de mi Sire para alimentarme pues no puedo mas que acechar a mis victimas esperandolas en la oscuridad o cazando como un gato. Me resulta casi imposible acercarme a un humano.

Aprendo el significado de un rechazo total. Puede que antes no encajara en esta sociedad, pero ahora estoy completamente excluido de ella.

Me busco un lugar para habitar. Lugubre y alejado de los humanos ya que no puedo ariesgarme a que me vean. Paso los dias en lugares dispares, alguna casucha abandonada me puede servir, quizas alguna cueva cerca del rio, entre las cañas. Hasta que encuentro lo que necesitaba. Una tumba saqueada. conozco varias y nadie se acercara a ellas y menos aun de dia, los ladrones trabajan de noche y ademas no entraran en una tumba previamente saqueada. Esta ademas lo suficientemente lejos de la vida normal para que yo no corra riesgo alguno.