Partida Rol por web

Bubastis o Per-Bast es una ciudad del Delta, adaptada a estos nuevos tiempos de guerra instaurados por Narmer. Sus altas murallas fueron destruidas con la llegada de los ejércitos del sur, pero al cabo del tiempo sus habitantes se adaptaron y reconvirtieron la ciudad en un bastión del sur en el Delta. Su culto, curiosamente, fue respetado. Bastet, la diosa gata, impera más que cualquier ejército en la ciudad y un pequeño ejército de felinos patrullan sus calles sin descanso, librando a los habitantes de las plagas de roedores que infestan otros lugares dedicados a la agricultura.

El único edificio realmente reseñable es, de hecho, el templo de Bastet, central en la ciudad y construido todavía en madera, aunque de grandes dimensiones, con un techo curvo de más de 6 metros de altura. Dos esculturas hierática de gatos custodian la entrada del recinto.

Las gentes se muestran curiosas a la vez que silenciosas y, a veces, un tanto hoscas, como si de gatos mismos se tratara. Aún así, el recibimiento caluroso a las gentes que vienen del sur no parece ser común. Si hay algo que aprecien en esta ciudad es su propia libertad. Y en este caso parece haberles costado caro el conseguirla.

LLegamos a la ciudad esperada. Los gatos abundan, cuando alguien no mira trato de atrapar a alguno y alimentarme de él. Walidah necesita descansar.

- Walidah, conoces a alguien que pueda darnos cobijo? Después trataré de hacer la petición de ayuda al Dios que me sugieres. Ahora vayamos a descansar el viaje ha sido largo -

Paso mi mano por la melena polvorienta de la muchacha. Nos vendrá bien un baño a ambos.

Tratas de atrapar un gato, pero como era de esperar, el ejemplar al que le intentas echar la zarpa te bufa y salta ágilmente evitándote. Habrá muchas más oportunidades, aunque al poco caes en la cuenta de que, además de no ser una buena presa -por agilidad y tamaño, pues no puede tener demasiada sangre que aprovechar-, esta es la ciudad de los gatos y bien podría ser que fueran considerados sagrados. En otras partes del Nilo crees haber escuchado que se reverencia a los hipopótamos e incluso a los cocodrilos...

Walidah te sugiere que vayáis precisamente a presentar respetos a la diosa de la ciudad, Bastet, como primer medio de darse a conocer y acercarse a la escondida Orden de Isis. Lo que no sabe es dónde podrías refugiarte.

El gato se eriza y me muestra sus dientes en señal de desapruebo. Es como si supiese lo que soy y me repudiase.

- Ya te cogeré y me alimentaré de tí - Digo sin alzar la voz al animal que se aleja con una agilidad pasmosa.

La muchacha me aconseja presentar nuestros respetos al templo de la Diosa gata, después tendré que buscarme refugio como pueda. Tal vez en algún granero haya urnas para líquidos.

- De acuerdo Walidah, acerquémonos a dicho templo y demos a conocer nuestras vivencias. Tal vez nos escuche y podamos pedir ayuda -

El templo de Bastet, único edificio realmente reseñable dela ciudad, todavía está construido en madera, aunque es de grandes dimensiones, con un techo curvo de más de 6 metros de altura. Dos esculturas hieráticas de gatos parecen observaros cuando os acercáis al templo. También una miríada de pequeños felinos pasean y se interesan por vosotros. En el interior del templo diferentes ciudadanos hacen, aún a estas horas, pequeñas ofrendas de comida para la diosa-gato.

- En mi vida había visto tantos gatos juntos -

La majestuosidad de los templos que he visitado hacen patente la importancia de culto a cada deidad. No obstante ninguno nos ha visitado, tan sólo las estatuas nos acompañan.

- Walidah, conoces alquien en el Templo? -

Me gustaría entrevistarme con la persona de mayor significación en el Templo. Quiero que me ponga en contacto con los Dioses que quieran escucharnos.

- No, la verdad es que no, Kemet, lo siento -dice con sumo pesar en la voz y expresión la bella muchacha- sólo oí hablar al sumo sacerdote de su amistad y alianza con el culto de Bastet en esta ciudad, así que supuse que nos podrían ayudar...

Me acerco a cualquier persona que parezca pertenecer al templo y le digo,

- Buenas noches, mi nombre es kemet y tengo un asunto importante para la persona que dirija este Templo -

Espero que sea conducido hasta la presencia de dicha persona antes de que el sol pueda sorprenderme.

Agarro de la mano a Walidah mientras nos lleven a otra estancia.

- A estas horas, como comprenderá, las sacerdotisas duermen. ¿Qué es tan importante que no pueda esperar hasta mañana? -dice la muchacha con tono de suficiencia.

Los gatos del templo, curiosos, se os acercan con cierto interés, pero cuando Walidah siente deseos de acariciar a uno, éste le bufa y se retira rápidamente. Walidah refleja su pesar en la cara.

- Agradecería que no hiciera eso. No es respetuoso tratar a los gatos como un animal doméstico. Son sagrados y es una muy mala señal el desagradarles... -dice al ver la interacción entre tu compañera y el gato.

Siento la reacción de Walidah al ser rechazada por el animal. En cuanto a la acólita,

- Comprendemos lo que nos dice y con todo nuestro esfuerzo trataremos de adaptarnos a las exigencias del Templo. Pero en cuanto a nuestra entrevista con la Suma Sacerdotisa, me temo que debo insistir, la situación es grave para el Templo de Osiris. Ella es una sacerdotisa y yo he sido encargado de su seguridad por el momento. Espero que comprenda la situación -

- ¿Templo de Osiris decís? Veré qué se puede hacer. No prometo nada. Aguardad aquí -dice fríamente la acólita. Se retira, con una pequeña cohorte de gatos siguiéndole los pasos, quedando sólo unos pocos vigilándoos curiosos y majestuosos.

Al poco reaparece la acólita, seguida de una mujer mucho más anciana.

- Estos son, sacerdotisa. Me retiraré -añade dejándoos a solas con la sacerdotisa recién llegada y media docena de gatos que se pasean a vuestro alrededor.

- Bienvenidos al templo de Bastet, devotos de Osiris. La relación entre nuestros dioses siempre fue buena, así que decidme, si sois tan amables, en qué os puedo ayudar -sus ademanes elegantes y su voz suave sugieren una mujer paciente y buena oradora, sin duda bien preparada para el cargo que ostenta.

Arrodillándome ante Kissa trato de exponerle la situación,

- Venerable servidora de Bastet, Siento decirle que el Templo de Osiris ha tenido que emigrar debido a la insoportable presión y amenazas de la Orden de Set. Nos vemos incapaces de hacerles frente con los medios que disponemos. Pedimos por tanto ayuda a todos los aliados a nuestro Templo. Incluso puede que vuestra diosa oiga nuestras súplicas. Confío en que podáis darnos alguna respuesta favorable o nuestra Orden se extiguirá al haberse disgregado sus miembros en el exilio -

Espero paciente la respuesta de Kissa sin dejar de tener en cuenta la salida del sol.

- Fuimos aliados en el pasado y honraremos esa relación en estos días de necesidad. Narmer impuso su voluntad sobre esta ciudad, pero no así los setitas. Sois bienvenidos a la ciudad. Os daremos refugio. Seguidme -dice la sacerdotisa, comenzando a conduciros fuera del templo con paso elegante. Las acólitas se hacen cargo de los asuntos del templo sin siquiera preguntar. Kissa os guía a través de las desconocidas calles de la ciudad hasta una casa anodina, en absoluto diferente del resto que la rodean, ya en un barrio de trabajadores. Parece abandonada.

- Este será vuestro refugio de momento. La casa es del templo pero lleva tiempo sin usarse. Consideradla vuestra a todos los efectos de momento. Podéis adaptarla a vuestras necesidades. El templo se hará cargo de vuestro ganado. Cuando estéis instalados, volved al templo y hablaremos.

Agradecemos tanto como podemos el amable gesto de la anciana. La casa cedida temporalmente es un verdadero regalo. Tras despedirnos con educación, aireamos la casa al aire nocturno de Bubastis y la limpiamos lo suficiente como para poder habitarla cómodamente. El rebaño es conducido a dependencias del templo donde será cuidado.

La noche pronto pasará y debo refugiarme. Solicitando ayuda a Walidah que seguro me la presta con gran dedicación, cerramos puertas y ventanas lo mejor posible. Incluso colgamos cualquier trozo de tela para frenar los rayos del Sol. Después me cubriré con otro trozo de tela y me tumbaré en el rincón más oscuro, si posee un almacén bajo tierra mejor.

- Nos vemos al anochecer. No te alejes mucho. Puedes buscar compañía en el Templo de Basket. Trata de comer, te veo muy delgada - Y con una caricia dejo que termine de enrollarme el tejido cual momia.

La nueva casa resulta una bendición. La acondicionáis esa noche para impedir la entrada de la luz solar hasta el sótano (pues hay uno destinado a mantener los alimentos en fresco) y las siguientes para adaptarlo a vuestra comodidad.

El templo de Bastet se muestra generoso y os provee de alimentos frescos, lo que hace que la ligeramente demacrada Walidah recupere algo de peso. Pero aún así, tendrás que encontrar sustituto a su sangre si quieres que siga viviendo...

La noche cae sobre Bubastis y mi cuerpo vuelve a la animación. Para ello, pao el precio del consumo de la sangre. Debo alimentarme. Buscaré algún rebaño descuidado y sin matar al animal recibiré el alimento. Luego buscaré a Walidah, probablemente esté acostada en el Templo de Bastet.

En cuanto la encuentre, buscaré a Kissa para ver qué ha pensado acerca del problema que le he planteado. Le pediré que hable con su Diosa y que envíe ayuda.