Partida Rol por web

Dicho esto salgo de la vivienda prometiendo a Seluku que durante los próximas días tendrá noticias mías y se trasladará a mi futura vivienda.
La noche es fría sometida al los vientos del desierto, pero mi piel ya no se ve incomodada por tales menudencias, con paso veloz me dirijo hacia los alrededores de la vivienda de mi "antiguo amigo", Laqip.
Usando toda mi inmortal destreza para permanecer en las sombras y el anonimato.

Laqip, el "buen" Laqip. Por supuesto encuentras su antigua morada, pero rápidamente descubres que ya no habita tal lugar. Ahora es un alto sacerdote del culto, ha ascendido en la jerarquía del templo y reside en la corte. Los años pasan mejor para unos que para otros, según se ve.

Sales de escena a toda velocidad. Vaya una se ha armado. Aunque no te persiguen, pues el incendio parece preocuparles mucho más que tú, está claro que ahora serán capaces de reconocerte. Te ofuscas, de todas maneras, en un callejón, escondiéndote de las miradas de la gente, asegurándote de que realmente no te hayan seguido. Así es, para tu tranquilidad. Esta noche ha sido provechosa: un molesto vástago menos, una invocación demoníaca afortunada, un pequeño incendio y de nuevo una ciudad dispuesta com patio de juegos de tu sire. Unos añitos más y todo habrá acabado.

Al llegar al templo, busco a mi sire y le comento la buenanueva.

Los años siguientes ayudo a ser más fuerte el imperior de mi sire y reconstruyo mi red de contactos, pero esta vez seré más cuidadoso a las personas que tenga como contactos las "adiestro" para que si las capturan mueran primero antes de soltar información. También me pongo a entrenar mis habilidades ya que no deseo ser un encle más tiempo.

Adriel, por supuesto, se muestra satisfecho con tus progresos nuevamente, ahora que os habéis librado de la molestia del vástago que amenazaba vuestros planes. Tu red de contactos es restablecida, así como los aliados y recursos. Tu influencia se refuerza con velocidad y eficiencia inaudita, los señores de la ciudad ya no tienes que buscarlos, sino que son ellos los que se comienzan a acercar hacia ti. Todo en la ciudad te hace fuerte. Los rituales de tu sire son una gran ayuda.

Comienzas a disfrutar realmente con tu "trabajo" y tus logros. Te estás empezando a codear con los grandes, haciendo buen uso de tus mejoradas disciplinas daimonioníacas, y estos cada vez son más receptivos a ciertas oscuras sugerencias. Has pasado de una situación de esconderte entre las sombras a poder, cada vez más, asistir a fiestas públicas. En cierta medida puedes empezar a sentirte intocable.

Finalmente me hacía una idea de la situación actual de la ciudad; un pozo negro de corrupción. Si no fuese por la situación de las gentes, me alegraría del ambiente, pues mis actividades pasarían más desapercibidas que nunca. Los contactos en los barrios bajos abundaban y casi podía tenerse acceso a cualquiertipo de mercancía, incluso durante las noches; algo sin duda útil.

Una vez más me aseguré de que mis pasos no estuviesen siendo vigilados, enfocando mis sentidos del olfato y el oído sobre las cercanías, a fin de descubrir la presencia de otros inmortales. Hecho esto encamine mi destino nuevamente hacia las cuatro paredes en las que se sostenía la precaria vida del viejo Seleku. No estaba demasiado contento con lo que debía hacer, pero desde luego, la idea no había cesado de rondar mi pensamiento desde el primer momento en que divise al ahora anciano. Debía protegerlo de cierta forma, aunque fuese un asesino desde casi toda su vida; no dejaba de ser un mortal, tan desvalido frente a toda la ciudad como cualquier otro, pero si cabe mucho más útil y versado en las materias necsarias para sobrevivir al actual estado de Uruk.
Convencido de la necesidad de preparar a Seleku para los tiempos venideros ingreso nuevamente en su casa...

- Me ha dado tiempo a comprobar hasta que punto a degenerado la ciudad amigo; parece que ofrece pocas espectativas para un "profesional" retirado. Me pregunto hasta que punto estás interesado en volver a la vida pública mi buen Seleku. Que me dirías si se te ofreciese una segunda oportunidad, que harías con ella, ¿te encaminarías al cumplimiento de una causa mayor que cualquiera de las que antes hubieses tomado? ¿Me seguirías en mi camino de hacia una destino mayor del jamás hayas siquiera intuido?
Es tu decisión Seleku, pero te ofrezco una nueva juventud, una nueva forma de ver el mundo a través de otros ojos durante la luz del día. Me servirías como camarada hallá donde no pudiese alcanzar mi brazo, incluso es posible que tu arte regresase purificado y magnificado. Imagina tener la oportunidad de disfrutar otra vida, una nueva vida en la que tu ayuda sería la ayudade un hermano. ¿Aceptas? Debo advertirte que el proceso llevará su tiempo, apenas unas noches pero...¿que son unas noches para alguien al que la noche ya le ha arebatado la luez del día, no viejo amigo? -

El ahora viejo Seluku levanta la cabeza gacha por el peso de los años repentinamente cuando comienzas a hablarle así:

- ¿De modo que es cierto lo que he oido? Inmortales y acólitos que les sirven y adquieren capacidades sobrehumanas... Vaya, quién lo iba a decir. Cuantas vueltas da el destino. No tenías ni que preguntar, chico, no tenías ni que preguntar... -asiente insistentemente.

- Esta bien viejo, está bien...- digo gratamente sorprendido por desembarazarme de explicaciones futiles.
- De hoy en adelante trabajarás para mi, serás un como un hermano en luz mientras yo lo soy para ti en las tinieblas; aprenderás de mi el camino y serás fiel a las creecias que te muestre; vivirás una nueva vida bajo el sol, con unos nuevos ojos y un nuevo vigor. Ven hermano, toma lo quete doy - le digo mientras me muerdo la muñeca para dejar caer la sangre en su boca.

La avidez tras el primer golpe de sangre a través de su garganta, tenso mis músculos como si fuesen sogas tiradas por arreos. La fuerza con la que el viejo succionaba, parecía aumentar con cada impulso de mi sangre a través de su cuerpo, apenas había alcanzado a consumir un pequeña fracción de mi esencia y a ojos vista el cuerpo del anciano parecía fortalecerse, enchirse de carne, la curvatura de su espalda cedía poco a poco como un resorte de recia madera para adquirir de nuevo vigor. El dolor, se hacía cada vez más insoportable, pese a ello la atroz succión continuaba con avidez.

- Un poco más viejo, sólo un poco más. - le decía mientras acariciaba su encanecido pelo.

Justo en el momento de una nueva succión, mi mano empujo con fuerza hacia atrás al hombre revitalizado, sus ojos brillaban con una intensidad nueva, la sangre todavía manchaba su boca y barba, mirandome como un depredador sediento, como un mendigo muerto de hambre de cualquiera de las calles de la hendionda ciudad.

- Ya es suficiente viejo, más sería peligroso para ti - dije mientras me llevaba la mano a la herida muñeca y lamía la herida y mi propia sangre.

Con mis eternos ojos, podía ver el cambio que la sangre comenzaba a operar en su cuerpo. El hombre levantaba sus manos ante los ojos como si puediese ver además de sentir el nuevo vigor que fortificaba cada una de sus venas, sus tendones, sus miembros. No sería como en su juventud, desde luego; pero lo suficiente como para que no tuviese que arrepentirse de lo que acababa de acontecer.

Durante las restantes horas de oscuridad el viejo disfrutaba de su segunda juventud. Pese a los resultados experimentados, una persona como Seluku conocíabien sus nuevas limitaciones y aunque agradecido sabía los límites de las concesiones a su nuevo estado físico. Las horas trasncurrieron entre explicaciones y preguntas, crípticas enseñanzas sobre su nuevo estado y sobre el futuro.
Como primer objetivo quedó establecido la obtención de una vivienda más acorde con las actuales y futuras necesidades. Los servicios necesarios serían contratados con la mayor discreción, el pago podría realizarse canjeando alguna de las numerosas armas que había traído de Alamut o bien por "trabajos compensatorios"; si bien los objetivos debían ser siempre intrínsecamente malvados, algo que por otra parte no sería un problema desalentador en la ciudad.
A su vez debería recabarse información acerca de las actividades de otros inmortales, pero tales pesquisas deberían ser incluo más discretas, pues nunca se sabe el alcance de la sombra de otro inmortal. A su vez debería entregarse reportes acerca de la situación del Templo de Shamash y del Templo de Enki, así como de sus máximos mandatarios.

Tratados todos estos temas y tras un frugal alimento a base de uno de los asesinos que rondaban las oscuras y sucias calles rebanando tanto bolsas como cuellos, repose mi pétreo y firme cuerpo preternatural sobre el lecho del pequeño subterráneo destinado a las vituallas y que yacía vacío hacía mucho tiempo. La leve molestia de losinsectos y las ratas no era nada para un fidai...

- Mi señor Seráq, os debo algo más que la vida. Vuelvo a ver. Mis ojos están a vuestro servicio... -dice el antiguo asesino con lágrimas en los nuevos ojos funcionales y voz quebradiza.

Durante las noches siguientes el vínculo de sangre entre ambos se completa, la sangre prosigue su trabajo en el interior de Seluku, obrando verdaderas maravillas en su constitución. El servicio del Rojo es inestimable para mi labor, las calles se van limpiando de vez en cuando de malhechores y rufianes dispuestos a segar las pocas vidas inocentes presentes en Uruk. Rumores acerca de depredadores nocturnos acechando en la oscuridad se levantatan aquí y allá, pero el río y sus depredadores naturales constituyen una gran ayuda a la hora de desacerse de los molestos cadáveres que atraerían tarde o temprano la atención de los más suspicaces.
Las siguientes semanas transucrrirían en obtener información más profunda acerca del Sacerdote de Enki implicado en el incendio, pero de vez en cuando mi mente se desviaba hacia la proximidad de Laqip. El tiempo se tomaría a su presa, pero mi alma no cejaba en su empeño de arrebatarle su justo bocado al gran destructor para cobrarme cumplida cuenta de uno de las mayores lacras de la ciudad.

Tus indagaciones, descubres en un momento dado, corren gran peligro, pues los contactos que utiliza Seluku, los únicos de los que dispones ahora mismo, son tan fiables como el común de las gentes nocturnas de esta ciudad. Si vosotros podéis conseguir localizar al sacerdote por estos medios, de buen seguro que éste también podrá localizaros a vosotros por los mismos medios. Hacer preguntas sobre sacerdotes de los templos es una buena manera de atraer su atención.

Había llegado el momento de acercarse un poco más a Laqip, la línea mássegura era a través de sus acólitos del templo. Una pequeña "conversación" con alguno de los mismos, podría revelar interesantes datos sobre todo lo acontecido desde mi partida en torno a la figura del manipulador Laqip.
Tampoco estaría a desmano conocer los planos del Templo de Enki, algo que sin duda seria una ventaja si llegado el caso era necesaria una visita al propio sumo sacerdote.

- Seleku necesito de tus servicios. Debes conseguir algún tipo de información referente a los planos de construcción del Templo de Enki. Una vez ya hiciste algo parecido en el pasado para mí. No debería ser difícil obtener esto,pero me interesa más la discrección, que no llegue a oidos del templo que alguien busca esa información, así que tómatelo con calma, se discreto, deja rastros falsos para que no puedan llegar hasta nosotros mediante averiguaciones; no te voy a decir como hacer tu trabajo a estas alturas.- le digo mientras el hombre acompaña la noche con un poco de comida.

Ya me estoy retirando cuando vuelvo la cabeza hacia atrás.

- Una cosa más, Seleku. Hay que saber quien nos está vigilando, es lo normal despues de husmear por las calles. Averigualo e informame para estar preparados; si es necesario te ayudaré yo mismo. - sentencio para salir por la puerta de la vivienda en busca de una presa.

Con paso calmo me dirijo hacia la zona donde se produjo el incendio por aquellas fechas, quiero comprobar de primera mano el escenario.

Estando una de las noches desarrollando las tramas ciudadanas que ya manejas con cierta soltura, al consultar con uno de tus contactos de las bajas esferas, topas con una información interesante -por supuesto a cambio de un pequeño estipendio-: un viejo de los bajos fondos ha estado haciendo preguntas sobre un sacerdote del templo de Enki. De momento no parece haber progresado mucho, pero pensó que tal vez te interesaría saber que parecen estar buscándote.

El lugar sigue desolado. La antigua casa señorial, donde bien podrían haber vivido tres o cuatro familias y destinada para una sola, yace calcinada en la periferia de la ciudad. Todo lo que hubiera de valioso hace mucho tiempo que ya fue saqueado, mientras que el propio espacio parece haberse conservado así por alguna extraña razón. No es normal, ni lógico, tal desperdicio de espacio. El incendio arrasó la casa hasta los cimientos y afectó a casas de los alrededores. En algunos casos todavía pueden apreciarse zonas ennegrecidas por el incendio y otras que tuvieron que ser renovadadas por su causa. Además, descubres las huellas del demonio. Al menos fueron unos pies enormes con la capacidad de calentar tanto el terreno como para cambiar su textura y que 5 años después todavía pueda percibirse. Entre los escombros no parece haber ningún cadáver.

Me extraña que me busque tal persona, así que tomo una daga y la guardo en mis ropas, seguidamente salgo del templo a buscar a esa persona, La vida me enseño a enfrentar los problemas de una sola vez, llego al pueblo y busco la persona con las caracteristicas que tiene quien me busca y hablare con el pero no dejare ver mi cara.