Las referencias del "sueño" no tienen ningún sentido para ti. Aún reflexionando, te obligas a avanzar hacia la civilización, con la esperanza de poder saciar tu hambre sin dejar que la bestia tome el control. Por fortuna, tras el sueño y ya casi delirante, en el límite de tus fuerzas y tu cordura, aparece ante ti una ciudad amurallada, una ciudad que luego sabrías se llama Jericó.
Aquí podrás alimentarte y hacer nuevos planes...
No queda otro remedio, tendré que entrar en la ciudad, esto no augura nada bueno...
Con todo el tiento que puedo intento buscar un acceso a la ciudad que no este vigilado y me cuelo en el recinto buscando las callejuelas interiores donde buscar un truhán cualquiera en el qu cebarme antes de comprender hasta que punto la situación ha empeorado.
Colarte en la ciudad te cuesta cierto esfuerzo, pero una vez en sus calles encontrar a un maleante es bastante más sencillo. Saciado temporalmente, saboreas la libertad momentánea de no tener que acallar a la bestia a cada momento. Por fin puedes pensar con cierta claridad: te encuentras en una ciudad vieja, muy vieja, distinta a la cultura de la que provienes, más allá de los desiertos, de la que no conoces nada, ni su lengua. Ante ti se abren dos vías principales:
a) seguir en tu loca y ciega carrera persecutoria del corrupto sacerdote babilonio y el demonio.
b) tomártelo con más calma y preparar tu viaje y tu llegada al lugar del que te han hablado en sueños.
Una u otra decisión marcarán sin duda los próximos años. Debes decidir con tino.
Con las rastros desaparecidos parecía lógico el pensar que cualquier oportunidad de persecución palidecia ante las ardientes arenas del desierto; más si cabe demostrada la necesidad de aprender de los errores cometidos. Como apunte mental debía tener en cuenta dos claros errores de cálculo, el carecer de un segundo refugio del que nadie tenga noticia, ni tan siquiera aliados...y el no estar capacitado para realizar travesías por el desierto.
Así pues se imponía la oopción que la lógica dictaba y que seguramente, a la postre me conduciría, como parecía decir mi intuición, hacia todos mis objetivos.
Así pues sin mucho más que poder hacer plantearse los próximos movimientos era lo primordial, conseguir abastecerse...algo fácil tomando lo que los malhechores de los que me servía dejaban a su paso, crear una nueva identidad en esta antigua ciudad, obtener información sobre ella y sobre todo comprobar que la mancha no se extienda por ella.
¿Acaso tal vez algún miembro del clan vigilaría estos muros?
Te alimentas y te haces en poco tiempo con los enseres que tan útiles te son en tu profesión. Las oscuras actividades de tus víctimas proveen buena parte de dichas herramientas y el resto se pueden canjear por cosas que llevaban, probablemente fruto de sus actividades.
El principal problema no es tu supervivencia, sino el comprender a los ciudadanos y su forma de vida. Su idioma te resulta incomprensible al principio y es el que te delata a la presencia de uno de los tuyos finalmente:
-Hermano, soy Kemal, he estado observándote. Soy discípulo de los maestros del Nido del Águila. Dime cómo puedo ayudarte -dice una noche el hombre, surgiendo de entre las sombras de un callejón, hayándote solo y cerca de tu refugio.
- Bienhallado seas hermano, lamento no haber dado parte de mi presencia entre estos muros, pero mi estancia solamente es provisional; pues me he enfrentado a una criatura sobre la que nada me fue enseñado en el nido de aguila, una criatura que se mueve por la noche, pero cuyo halo de corrupción es tan tórrido como las llamas que emergen de su cuerpo y tan peligroso como las garras de su alas. Consiguió arrebatarme una valioso rehén con información que pretendía hacer llegar a nuestro más expertos hermanos del nido de águila. Tambén trató de apresarme y lo hubiera conseguido si no fuese porque claramente subestimo mi determinación hacia nuestro honor. - le comento al ecién aparecido.
- He seguido su rastro a traés de las ardientes arenas del desierto desde mi ciudad, pero he tenido que lidiar con nuestro enemigo interior para poder sobrevivir...de tal forma que he tenido que recalar en esta ciudad de extraños, para abastecerme y proseguir mi búsqueda gracias a unos nuevos indicios que parecen prometedores. Hermano, ¿conoces acaso algún lugar que pueda ser conocido como la tierra negra? - solicito de mi hermano de clan.
-Sí, por supuesto, la Tierra Negra es como llaman los egipcios a su tierra. Son los habitantes del valle del Nilo, el gran río más allá de la Península del Sinaí. Los comerciantes de esta tierra llevan cobre hacia el delta del Nilo. Si es hacia allí a donde te diriges, podría ayudarte. ¿Qué más necesitas?
Una vez que le cuentas los detalles a Kemal, el hombre te ofrece protección, ayuda y equipo (dentro de lo razonable). Incluso puede "pasarte" un ghoul de fiar que ha estado empleando y que ya empieza a ser hora de que salga de la ciudad, pues lleva demasiados años sin envejecer. El ghoul habla mesopotámico, "fenicio" y egipcio, así que sería una ayuda inestimable.
Di qué quieres, que pides y cuál es el nuevo plan y seguimos desde ahí.
¿Hola? Sigo esperando... Espero que al menos estés disfrutando el verano (tiene toda la pinta de que sí) xD
- He de explicarte con calma la situación hermano, pues parece que se complica por momentos y que no sólo puede atañer a mi ciudad, si no por lo que veo a toda esta extensión de tierra que llamais la Tierra Negra...- le digo a Kemal.
- En sueños se me ha sugerido que viaje hasta el mismo corazón de esta tierra negra, pues la plaga con la que tratamos parece infectar sus mismas raices, necesitaré de toda la ayuda de mi buen hermano, pues si los munafiqum cuentan con tan poderosos sirvientes, es de buen pensar que sus antecesores son superiores a mi. Por suerte contamos con la sorpresa y, ese elemento puede inclinar el peso a nuestro favor. Necesitaré reponer mi equipo y descansar unas noches, tras esto, un guía que me conduzca al corazón de esta tierra y, si pudieses contestar a una pregunta...¿quién es aquella que se hace llamar Shenasi, miembro del Consejo dela Ciudad de Piedra? Pues es la fuente de mis visiones, tal vez encontrarme con ella sea de utilidad.... - le comento al miembro de mi clan
-Tus necesidades serán atendidas -sentencia el hombre- Shenasi... si mi información no es incorrecta es una de las integrantes del Consejo de la Ciudad de Piedra. Son vástagos místicos, extraños y difíciles de comprender y cazar. He estado luchando contra su semilla, pues como todo hijo de Cain portan el mal en lo más profundo y nada pueden hacer que sea bueno, pero si sus sueños te guían hacia la Tierra Negra para luchar contra otro mal, yo le haría caso. Sus poderes bien podrían ayudarte a procurar la caída de sus enemigos inmortales. Pero no conseguirás una entrevista con ella, pues ya nos conocen y nos temen. Nosotros ya nos encargaremos de dar con ella y ese Consejo...
Kemal resulta ser alguien más antiguo que tú y su opinión firme, de manera que te consigue tu equipo, te procura el descanso y sangre que precisas, así como el guía que te conducirá hasta la Tierra Negra.
No estás en la Tierra Negra (es decir, Egipto), sino en la zona de influencia de la futura Fenicia, pero en resumidas cuentas puedes avanzar fácilmente hasta Egipto...