Partida Rol por web

El abogado enarca una ceja y asiente despacio a las palabras de Jesús. - Interesante.

Entonces se gira para mirar a Shannon - Tu primera oportunidad. - Sacando varios papeles para que solo ella pueda leerlos. - Sé que no estás en horario laboral, pero quizás quieras recordarnos que implica un despido disciplinario, según la ley en España.

No pude disimular una leve sonrisa mientras agasajeaban a Itziar.

Por un momento me imaginé en su lugar. Tampoco había estado tan lejos como para no poder hacerlo. Tras unos segundos, me di cuenta que tampoco era exactamente lo que quería. Era demasiado antisocial para tener esa carga aún. Y además, no había venido aquí a por ese puesto, por muy tentador que pareciera. Desde mi departamento, vi cosas raras. Movimientos judiciales extraños, papeles que desaparecían, y eso, para una mente tan organizada, era una pequeña espinita.

Por eso vine. Para poner en orden las cosas de Hydra. Porque creia que Hydra, legalmente estaba algo desorganizada. O despistada, y eso no podía ser. Y lo mejor de todo es que...desgraciadamente, era muy buena en mi trabajo. Leyes. Además de la ciencia.

Por eso se me saltó el corazón cuando oi la voz del director dirigirse a mi como "tu primera oportunidad". No fue lo que dijo, si no lo que no dijo, lo que me hizo sonreir levemente. ¿Departamento legal? ¿En serio contaban conmigo para eso? Me puse nerviosa durante un momento. Tanto que, al levantarme de mi asiento, casi no llego a coger los papeles que me tendían para que los revisase, de los nervios.

Pero si hice algo bien, a mi parecer. Algo que había aprendido allí. Algo que me había enseñado Nadine, Itziar, Viktor, Ximena... Me mantuve firme.

- Gracias, señor.- Dije sin tartamudear y con una leve sonrisa, dada la importancia en ese momento. Jesus... en qué te has metido ahora...

-Despido disciplinario es aquél cuya causa se basa en una conducta imputable del trabajador constitutiva de una falta sancionable. - Dije casi como una autómata mientras revisaba las hojas, distraídamente. - Para que me entendáis... Es un despido sin derecho indemnización alguna debido a una falta grave.

Miré a Jesus por encima de las hojas.

- Párame cuando quieras, por favor- Advertí al sacerdote.- Legalmente, conducta sancionable, entre otras cosas... incluye el usar dinero de la empresa. Sobre todo, para sobornos. 

Dejé las hojas en la mesa, dadas la vuelta, y medí con cuidado mis palabras. A partir de aquí era territorio pantanoso.

- Hablaríamos, además de un delito de cohecho. Lo cual está penado con la cárcel en función de la cuantía, periodicidad reiterada de los pagos, etc...- deje pasar unos segundos mientras miraba a Jesus con aire serio. - Si estuviéramos hablando de ti, cosa que no he hecho, quizá quieras un abogado antes de seguir. O... ser discreto.

Era buena. Eso si.

Sea, quedaré a la espera de mi cheque. Y ese sí no podrá ser similar al de Jesús.

Se gira y sale de la sala. Solo deteniéndose junto a Viktor.

Hay muchos tipos de hipocresía que no implican mentir directamente: engañar jugando con las palabras para evitar una mentira literal intentando generar una impresión equivocada en otro, jugar a un doble juego, callar cuando sabes que debes hablar, engañarse a si mismo o negar sus propios motivos y, aún más frecuente, decir una cosa y obrar en otra. No necesito decir una sola mentira para llamarte hipócrita. Eso sí, aunque no lo creas, no me alegrará especialmente ver que pierdes una mano. Pero tranquilo, supongo que en eso podremos obviar tus palabras dichas. Además, siempre puedes decir que tan solo expresabas una opinión con vehemencia para acallar tu conciencia. Solo que eso también es hipocresía.

El tiempo de la sinceridad había llegado para quedarse, y uno tras otro los reunidos parecían turnarse para poner las verdades que el juego había ocultado encima de la mesa. En ese caso, fue Ximena la que sorprendió a Itziar. Sus disculpas, tan sentidas que era imposible que fuesen fingidas, le confirmaron lo que había pensado antes. Que ambas se habían equivocado con la otra. Pero con una personalidad como la de la joven, era sencillo chocar. Ximena era como una tormenta de emociones.

Justo tras disculparse, trató de cargar sobre sí misma la responsabilidad de sus actos para proteger a su departamento. Un acto noble, pero sin visos de éxito. Nada de lo que estaba pasando tenía que ver con un castigo, sino con una reestructuración de la empresa.

-Gracias, Ximena. –Contestó. Era consciente de que a alguien como ella probablemente el haber pedido perdón en público le hubiera costado un mundo. Así que debía valorarlo. -Queda aclarado. Y olvidado. Todos podemos equivocarnos a veces, lo importante es saber rectificar. Me alegro de que hayamos podido solucionarlo, aunque sea al final.

-Entiendo que quieras proteger tu departamento… pero piensa que no sólo el sector automotriz está en esa situación. Todos lo están. La reestructuración es inevitable. Ahora, lo que debemos hacer es trabajar para minimizar su impacto, o eliminarlo. No es imposible, si se hacen las cosas bien.

Pero entonces, la respuesta a la pregunta que había formulado llegó.

E Itziar recordó algo que había olvidado. Que, a veces, se hacen preguntas creyendo querer saber, sólo para recibir respuestas que nunca hubiéramos querido escuchar. El autor del primer bulo había sido… Erik. Lo observó con los ojos abiertos por la sorpresa, sin decir nada, mientras confesaba y explicaba sus motivos. Itziar sintió cómo las fuerzas la abandonaban, y se hundió en su asiento, helada por dentro.

En silencio, tomó la taza de café y se la llevó a los labios, pero sin llegar a beber de ella. Cerró los ojos, sintiendo tan sólo el calor de la bebida en su rostro, intentando por un momento alejarse de todo aquello, refugiarse aunque sólo fuera unos momentos lejos de allí. Alejar la decepción, el dolor, el cansancio. Pero el temblor que sacudía sus manos traicionaba sus emociones.

-Bien. –Dijo finalmente, en voz baja y suave, cuando se sintió lo bastante entera para seguir. –Tengo lo que he pedido… Gracias al menos por la valentía de admitirlo, Erik. Al menos ahora puedo darle un sentido a todo esto.

No quiso decir nada más. Carecería de sentido. ¿Que había confiado en él? ¿Qué le había dolido aún más que lo de Nadine? No, no debía decirlo… porque probablemente él ya lo supiera. Lentamente, se giró hacia Nadine.

-Al menos decías la verdad en eso. No sé qué te hizo creer que era cierto, pero ya da igual. No quiero seguir discutiendo sobre todo esto.

Sin embargo, Nadine tampoco pareció querer continuar, porque abandonó la sala tras reclamar su indemnización. Tan sólo se detuvo para dedicar unas últimas palabras a Viktor. Unas que podrían haber sido interpretadas como una explicación, o un desafío. Itziar prefirió pensar que se trataba de la primera opción. Sin embargo, para ella no hubo explicación. Ni respuesta, ni despedida. Sintió cierta lástima por ello. De todos los convocados, era con la única que no había podido arreglar nada. Pero parecía que tendría que vivir con ello.

Tras ese momento, se levantó para recibir las felicitaciones de Ágata y Carlo. La efusividad de ella era contagiosa, y le ayudó a alejar la tristeza de los últimos momentos.

-Gracias, Ágata. Yo también estoy contenta de trabajar con vosotros. Os ha llegado de sorpresa… pero creo que estáis listos. Y yo ayudaré en todo lo que pueda. –Luego, se calló y levantó la ceja al escuchar su pregunta. –Claro que puedes tutearme, cariño. No soy tan mayor como para que me trates de usted. ¡Aún me queda para los cincuenta!

Fue entonces cuando Carlo lanzó las dos preguntas clave.

-Son dos preguntas difíciles las que acabáis de hacerme. Dejadme un poco de tiempo para pensar la primera. Como ya he dicho antes, prácticamente todos aquí… -Su voz tiembla por un momento al pasar la mirada por Erik. - …tienen mucho talento, y no es tan sencillo escoger a tres.

-Así que empezaré por la segunda pregunta. Mi idea está más clara ahí. Lo primero será crear una Fundación, como un departamento independiente enfocado completamente a optimizar los resultados de todos nuestros recursos sociales. Por otro lado, creo que es mejor focalizarse en un primer proyecto, y sigo pensando que la mejor inversión es en educación. El grueso de los esfuerzos debería estar dirigido a ello. Aunque mantendría algunos otros proyectos en paralelo, especialmente los dedicados a compensación por despidos, si llega a haberlos.

-Esa Fundación, y sus dirigentes, actuarán como nuestra bandera social, de cara al exterior y a los accionistas. Necesitaremos una primera inversión para darle forma, y luego dejaremos que empiece a funcionar. En una segunda etapa, a medida que se aprecien resultados, podremos aumentar la financiación de la Fundación con un porcentaje mayor de los beneficios. Haremos que vaya creciendo.

Se detuvo un instante, pensando. Había escuchado al abogado pedir a Shannon que citara algunas condiciones jurídicas. Al instante, lo hiló con sus palabras anteriores. Había dicho que formaría a su sucesor. O, al parecer, a su sucesora. Miró al hombre trajeado.

-Por lo que os escucho, parece que pensabais en orientar a Shannon hacia el departamento legal. No sería una mala decisión, pero… si he de ser sincera… yo tenía otra cosa en mente para ella. Shannon es alguien a quien le gusta ayudar a los demás. No dudo de su talento para con el trabajo de abogacía, pero sé que puede hacer más.

No dudaba de su capacidad, pero le entristecería verla durante años leyendo texto legal a gente como Jesús.

-Y alguien tiene que dirigir esa Fundación recién nacida. Yo ayudaré a encarar y dar forma al primer proyecto, sí, pero no puedo ejecutarlo. Y había pensado… que ella podría ser una persona perfecta para hacerlo. Sin la presión de la competencia, donde pueda enfocarse de verdad en ayudar. Sé que la decisión no es mía en realidad, pero ésa sería mi propuesta. Siempre que ella quisiera, evidentemente.

La miró, como preguntándole acerca de sus preferencias. Todo había sido tan rápido que apenas si habían tenido tiempo de hablar entre ellas. Se preguntaba qué escogería. El piso en Torrevieja, o su contraoferta. Mientras esperaba, se giró de nuevo hacia Carlo.

-En cuanto a vuestra primera pregunta… si tuviera que elegir… lo que querría contestaros es que, en realidad, no tengo que elegir. Pero a estas alturas no es muy profesional negarme a hacerlo. ¿Verdad?

"Ser usted misma".

Ser yo, una triunfadora que había sobrevivido a la pobreza y a un hogar violento para ser la exitosa y despampanante belleza exótica y mercadologa de élite, ser la invencible Ximena que no tenía un arrepentimiento o disculpa, ser la inalcanzable y arrogante Ximena, fue lo que en mis momentos de inseguridad o duda me había sostenido. Ahora, ser "yo" es despectivo.

Escucho con horror que el simpático psicólogo del otro día era el gran jefe. Toda la ternura y gracia que me inspiró que me llamara bufona, un recuerdo que creía hasta ayer que podría contar a otros como una anécdota divertida, ahora me deja helada de horror y humillación. El gran jefe me llamó bufona. A mí.

Siempre luché por ser más que un rostro bonito y una fiera latina, creyendo sin embargo que si lo lucia y creaba alrededor de mi belleza y arrogancia un mito, sería una leyenda. La belleza que tenía una legendaria aura misteriosa. Ahora, veo no solo a este abogado, sino que el jefe de jefes me vio como una bufona. No pasaria a la historia de Hidra como la hacedora de reinas que mejoró el mundo. Todo este tiempo solo fui... Esto.

¿Todo este tiempo fui solo una prostituta sin profundidades ocultas?

Nunca, en todos estos años, había rogado o pedido nada a nadie. Ahora, este abogado llamó "ruego" a mi último intento.

Allí habia quedado. Fue la humillación más absoluta. Sentí un vacío, que era antesala a un gran dolor. Mi mente, demasiado embotada, no notó que más sucedía a su alrededor. No sentia mi respiración. No había palabras, ni sonidos. Ni la voz de Viktor llegó a mi. Veo con una lentitud deforme de pesadilla a Itziar recibir los halagos y honores que soñaba para mí. Qué no era una injusta y arbitraria equivocación, sino que en verdad se me consideraba despreciable e inútil. Mis ojos y boca se secaron. Estaba demasiado lastimada. Habia caído más abajo que abajo. 

Miedos e inseguridades que se habían quedado dormidos tras llegar a Hidra me destruyeron, con una venganza atrasada. Todas las burlas en el instituto por ser la niña pobre, todas las veces que mi madre despreció que soñara con una carrera en lugar de un esposo proveedor, todas las veces que mi padrastro esnifaba para olvidar a todos los que mató en Irak y se burlaba después de mí y mi madre con desprecio. Mi primera carta de rechazo a una universidad, y el triunfo que siguió al ser aceptada como becaria, años después.

La voz irritante de Jesús me regresaba a la realidad con una violencia de granada en explosión. Se me había puesto en la misma oración y lugar que este imbécil, este maldito loco que se cree el nuevo San Pedro y deforma la realidad a su alrededor. Se me puso en la misma oración y lugar que este estúpido que aparte es un criminal. Una voz en el fondo me grita que no soy él, que esto es una injusticia, que soy inteligente, que no he hecho nunca nada ilegal, que he hecho grandes cosas por Hidra, sola y en un medio hostil, y que no merezco este trato, pero esa voz es demasiado pequeña con todo el dolor y ruido y humillación que tengo dentro. Lo que está haciendo Jesús me hiere más, porque si a ojos de ellos soy igual que él, entonces soy tan despreciable como este, y todo lo que hace me hace sentir aún embarrada en el lodo.

Nadine llega a dónde estamos Viktor y yo. Sus palabras son el último golpe que faltaba. Por su culpa es que Hidra nos vio como un equipo fracasado. Por engañarme y hacerme creer que era una líder es que gasté cada punto que pude dar a ella, por cuidarla es que me enfoqué en atacar a Itziar y descubrir un juego sucio que nunca existió, solo para enemistarme con la verdadera reina tras esta noche. No pude controlarme un segundo más. Ni siquiera por instinto de supervivencia. Sin nada que perder pero mucha rabia y pérdida que descargar es que lo hice. Me levanté, y le crucé la cara con una bofetada.

Fue tan fuerte que me ardió la mano. La miraba a los ojos, con un auténtico odio.

– Cállate. – susurré, peligrosamente, arrastrando la palabra con toda mi ira.

Quedé unos segundos. De pie, temblando, sintiendo que el aire que respiraba era excesivamente frío.

-.-

El mundo parecía que se había acabado.

Me sentía otra vez sin nada. Pero esa primera vez que tras la muerte de mi madre tuve que vivir sola pero tenía mi orgullo, ahora tengo nada. O quizá...

Itziar era entronada, pero habló de sus planes. Se me abrieron anchos los ojos. Cuando pensé que no habría forma de volver a sentir tras esto, es que la escucho formular una fundación, y ofrecérselo a Shinny.

Quise reír. Era lo que había soñado.

Escuché a Itziar. Sonreí. Shinny sabía lo que planeaba hacer, como había visualizado la fundación. Podía contactarla, entregarle todos los papeles donde había trazado mis planes, requerimientos legales y objetivos. Shinny podría hacerlo. Sonreí a Itziar, con los ojos húmedos, pero no disimulaba estás lágrimas. Por fin, pude llorar de alivio. Silenciosa, lloré y sonreí, rota, pero aliviada.

– Puedes hacerlo. – le dije a Shinny. Y miré a Itziar. – Gracias...

Y caminé al umbral de la puerta. Me recargué, con los brazos cruzados, mirando ahora como espectadora, ya no más como una de las actrices de la obra. Con un último espectáculo, y una última obra lograda, era que todo terminaba con Hidra.

Jesús medita sobre las palabras pronunciadas, y aunque parece que las comprende a la perfección también esboza una media sonrisa pícara. A fin de cuentas, todo había ido según su plan; aunque quizás el final que obtendrá no es el que espera, todos los pasos anteriores fueron cayendo irremediablemente en lo que él tenía planeado desde el principio.

-Ya veo por donde vas... No hace falta que sigas, al parecer todo mi esfuerzo para evitar que los "Grandes Señores" de HYDRA, las Promesas y los Elegidos no se sacaran los ojos de forma pública no se tendrá en cuenta y por culpa de algunos -Erik/Nadine- toda esta situación se haya salido de control...

Jesús deja sobre la mesa una docena de bollos que había sacado de los bolsillos, tanto interiores como exteriores, y otra media docena que sacó de las mangas de su chaqueta. También tiró unas cuantas capsulas de distintos tipos de cafés de sus bolsillos del pantalón antes de continuar.

-Todos pudimos ver en el primer día con los votos que las relaciones entre los Elegidos se habían deteriorado, a fin de cuentas, a nadie le gusta recibir votos negativos de forma pública y menos por sus compañeros y en una especie de competición.

-Por ese mismo motivo yo, para el segundo día tuve un plan para evitar que la gente pudiera arrancarse los ojos de forma pública, evitar que la gente fuera desagradable o hiriera a otros, evitar que se creara un mal ambiente generalizado... Y ese plan fue el disfraz de perro nazi.

-A partir del segundo día, en las consiguientes pruebas siempre hacía algo que en mayor o menor medida se me enfocara a mi como el "malo", es decir, el "objetivo a restarle puntos", mientras que el punto positivo siempre caería en alguien que lo agradecería.

-No es que sea Nazi, no es que me haya creído las mentiras contra Itziar o Viktor y mucho menos le vendo droga a los niños. Pero lo que sea en el fondo o lo que piense, no importa si trae esos votos negativos y esas miradas enfadadas contra mi persona y no entre ustedes.

-Y teniendo en cuenta que todo esto ya ha terminado; prefiero volver a comportarme como una persona decente, de bien y de Dios. Alguien que siempre he sido y siempre he luchado para ello. A fin de cuentas, todos mis actos para atraer la atención -y los ataques- fue para proteger al resto de la compañía de sí mismos y de sus compañeros....

Acto seguido Jesús pone los codos sobre la mesa y entrecruza los dedos a la altura de su nariz. Esperando el resultado de su trabajo, el cual, a todas vistas parecerá que no ha sido reconocido o apreciado dentro de la empresa, a fin de cuentas, ya ha sido despedido con 0$ de indemnización.

Al recibir la tarjeta, todas las alarmas de Viktor saltaron y miró a la que sería la jefaza -puesto compartido con su hermano-. Aquel error podría salir bastante más caro de lo que muchos podrían imaginarse, de modo que con un tono un poco más serio, en un esfuerzo de suavizarlo con una sonrisa, le advierte.

T-tienes tu dirección personal. ¡No puedes poner algo así en una tarjeta de presentación profesional! Es peligroso, algún experto malintenc...

La frase no se termina, pues suceden varias cosas que captan la atención del Vice-CIO.

En primer lugar es la pregunta de Jesús y la respuesta magistral de Shannon, a quien mira con cierto orgullo. Puede que hubiesen sido unos días, pero aquel crecimiento le hacía sentirse bastante mejor con hacia dónde se encaminaban las cosas. Apenas un momento después Itziar saltaría a hacer una oferta y moverse en su nuevo papel... a ambas se les veía bien y no les molestaría si no pedían su ayuda.

En segundo lugar es la respuesta de Nadine, a quien comienza a responder...

Dijiste, textualmente, "a mi no me van a callar con mentiras. Las detecto a la legua, como las de Viktor e Itziar". Eso es llamarnos mentirosos. Y en cualquier caso, una respuesta vaga que realmente no r...

¡PLAS! Guantazo Ximenesco que corta su frase y su respuesta. Entreabre la boca, con cierta sorpresa, antes de que Ximena también salga por el umbral de la puerta. Da un paso para seguirla... pero se detiene. No era ni el momento ni el lugar, muchas vidas estaban en jaque como para andarse con las decisiones con las que se andaban algunos. Se gira y... de nuevo interviene Jesús, y provoca una gran e irónica carcajada. Sólo una.

Deberías asistir a clases de lógica, creo que te vendrían bien. Por un lado, tienes un despido disciplinario, lo cual no tiene que ver con tu efectividad en este lugar. Por otro, dices que tu actuación ha sido a propósito... y yo digo que no te creo, pues defendías que me acusaran de ser un miembro del Ku Klux Klan, entre otras cosas que te han delatado. Alguien de tu posición debería conocer el poder de las palabras... No eres una persona decente.

Sonríe muy calmadamente.

Aún no respondiste a mi pregunta sobre si un ladrón no arrepentido puede seguir llamándose hombre de Dios. Supongo que deberé preguntar a la presidencia del Concilio... el señor Rev. George O. Wood. Seguro que él sí lo hará.

El día despuntaba raro, eso es lo que pensaba Gerald mientras caminaba hacia el comedor. Hoy con unos pantalones vaqueros y una camisa debajo de un jersey. Y no se equivocaba, al parecer ese era el ultimo día de aquel verano. Donde los hijos del mandamas se reunieron con ellos, junto con una de las caras mas representativas de la empresa. Para poner punto y final al retiro y poner al fin las cartas sobre la mesa.

Como esperaba, aquello era una caza de brujas mas que una apoyo, estaba en lo cierto al desconfiar de todo aquello y vio como poco a poco las tramas iban siendo destapadas, mostrando que había mas ratas que ratones. Algo que le provoco una ligera sonrisa en su rostro, seguramente de puro nerviosismo.

Los minutos contaban y el día seguía adelante y ya se podía oler los despidos de al menos tres. Por suerte su departamento no estaba entre ellos y eso le tranquilizaba, pero escuchar cada palabra de aquel abogado le hacia sudar un poco mas. Aunque en apariencia estaba tranquilo, acostumbrado como estaba a las reuniones sabia como mantener el tipo.

Aunque hablar era arena de otro costal. Por el momento no le habían preguntado personalmente y parece que todo se movía en relación a las mas populares así que se mantenía callado y estoico escuchando y cavilando.

-Ese bofetón no le ayudara en absoluto... Aunque oye que buena sonoridad.

Sonreí cuando Jesús habló.

No era una sonrisa de triunfo, ni irónica, ni despectiva. Era una de alivio al ver que las cosas quedarían como estaban. Era lo mejor. Los cargos contra Jesús eran bastante rotundos y directos. Podía acabar en la cárcel y él se dio cuenta de ello, pese sus réplicas. Mas excusas. Otro mártir mas. ¿Por que la gente sigue pensando que el fin justifica los medios? Los malos van al infierno. Punto.

- Gracias, señor Yrion.- finalicé con él mientras devolvía la carpeta con los archivos al director.

Nadine terminaría de replicar y la miré cara de "Solo lo estas empeorando". Y así fué. Lleve mi mano a la boca ahogando un gemido cuando Ximena, frente a tanta réplica, soltó la madre de los guantazos a Nadine. OMG. A este paso iba a tener que empezar mi nuevo trabajo ya mismo por demandas! A Ximena también le había dolido esa reacción, de si misma. Podía verlo en sus ojos, en su rostro triste... y vi, que interiormente se le había desmoronado su castillo de naipes.

Mientras, Itziar respondía a los hermanos y aceptaba el puesto. Sugirió la creación de una Fundación Social Corporativa, centrada en la educación. Eso era algo que en el ejercicio del otro día, ella y yo coincidíamos. Y ahora se podía hacer realidad. Me alegre por ello, tanto que por primera vez, al sonreir, no tapé mis labios con la mano.

Pero se me quedó cara de tonta cuando la encargada de esa Fundación, su dirección, debería estar a mi cargo. Wow!

-V-aya...! N-no me lo esperaba. Balbuceé mirando a Itziar.- Miré al director esperando alguna reacción. Después a los hermanos. Y me encogí de hombros. - Sería genial... c-creo. -

Ximena me despertó con su susurro dándome ánimos. Ella también era buena amiga, y me había apoyado también. Así que...No. Creo no.- Si!. -Afirme rotundamente - Desde luego que me gustaría. - Miré al director nuevamente a modo de suplica alegre.- Me encantaría ser su pupila y trabajar como su ayudante si me lo permite. Y dirigir la la fundación junto a Itziar sería la extensión perfecta para poder aplicar lo que me enseñe, señor. - Aunque de leyes, ya andaba sobrada. Mi actual trabajo... bueno, el anterior, trataba justo de eso.- Se que puedo- afirmé.

Mire a Iztiar alegre. Trabajar con ella no solo sonaba genial, si no que sabía que nos esperaba un futuro...de la ostia, juntas!

-Bien- Dije dirigiéndome a Itziar. - Solo tengo un par de peticiónes... s-si es posible. Ya se que no depende de mi y que es pedir mucho, pero me gustaría... Que me acompañases...- miré a Itziar.- ...a terapia social. S-se que tengo un p-problema de sociabilidad... y... a veces me agobio cuando hay m-mucha gente....- Paré un segundo de tartamudear por los nervios y suspiré.- Eso tengo que solucionarlo como sea!

Y después... ¿podrías considerar a la señorita Navarrete para algún puesto en la Fundación? S-solo es una sugerencia... yo no pinto nada en esa decisión... p-pero.. es tenáz y seguro que ella me ayudaría bastante...s-solo es una sugerencia.- Miré al Director.- L-lo siento, señor.. últimamente hablo demasiado.- Me disculpé, aunque una sonrisa alegre no se podía disimular. -Y-ya me cayo...

Y es que me venían ideas muy buenas para esa fundación, como la creación de una Beca universitaria para los nuevos talentos, con practicas en Hydra... en I+D, por ejemplo. Me imaginé a Gerald impartiendo clases a algún chaval.

Nadine quería salir de allí. Yo quería ir tras ella. Aun tenía algo que preguntarle. Lo haría en privado si no se escapaba. Pero veía que, al final no tendría esa oportunidad. Y una pregunta, desde la noche anterior, rondaba mi cabeza.

- Nad!- Grité antes de que saliera. Esperé que me mirara y se diera la vuelta para soltar la pregunta con pena en mis palabras.- ¿No lo fingiste, verdad? -Ella sabía a lo que me refería.- Necesito saberlo, por favor....

Cuando Nadine se levantó, aparentemente con la firme intención de marcharse, parecía que todo iba a acabarse. Se detuvo para lanzar unas últimas palabras a Viktor.

Y entonces…

El bofetón de Ximena a Nadine hizo que el aire de la sala se estremeciera como si un trueno hubiese estallado en su interior. Sin embargo, verlo no le proporcionó a Itziar ninguna satisfacción, sino simplemente más cansancio.

Estuvo a punto de intervenir, pero las palabras se le atascaron. ¿Qué se podría decir en un momento como ese? ¿Qué se tranquilizara? ¿Qué lo que acababa de hacer era malo para ella misma? ¿Qué no debía dejarse llevar así? Estaba segura de que ya sabía todo eso. Así que calló, y dejó que la chica morena se hiciera a un lado sin decir nada. Al menos, parecía genuinamente feliz por la sugerencia de la Fundación

Shannon respondió a la propuesta de Itziar rápidamente, posiblemente también con la idea de distraer la atención sobre lo que acababa de suceder. Acepta la dirección de la Fundación, aunque parece bastante segura de poder compaginarlo con el trabajo como sucesora del abogado.

Tal vez fuera demasiado… Sostener a la vez dos cargos de tanta importancia en la empresa. No le gustaría ver cómo tanta carga de trabajo desgastaba a su compañera. Pero esa decisión tal vez estuviera más en manos de Ágata, Carlo y el otro ejecutivo. Ellos juzgarían mejor que ella si Shannon debía elegir, o no.

Su propuesta de acompañarla para mejorar su capacidad social en público hizo que sonriera.

-Por un momento creí que iba a ser algo difícil. –Contestó, satisfecha. –Dalo por hecho, Shannon, estaré encantada de acompañarte a esa terapia. Tenemos que cuidar a la directora de nuestra Fundación.

La segunda petición, la de incluir a Ximena en la Fundación, la hizo dudar un instante. Por un momento, la imagen de la visceral joven cruzando la cara a alguien en la Fundación rondó su mente, pero la desechó rápidamente. Sí, podría aportar, si maduraba un poco más. No obstante, tal vez no fuese una idea tan mala que ella también tomara algunas clases para controlarse en público.

-No soy yo realmente la que toma esas decisiones… en última instancia, sólo actuaré como asesora. –Miró a los herederos. –Pero en la medida de lo posible, lo intentaré.

Se le abrieron los ojos inconscientemente con el último grito de Shannon hacia Nadine. Había demasiadas cosas implícitas allí, aunque por otro lado ayudaban a que todo terminase de encajar.

Y tal vez, ese grito fue lo que más vieja la había hecho sentir en todo el campamento.

Jóvenes…

Dejándoles algo de espacio, se giró de nuevo hacia Carlo.

-Como te he dicho, no prescindiría de nadie aquí, salvo de las dos personas que van a abandonar la empresa. Es posible que yo recolocara a varios de ellos, en algunos casos a puestos de menor responsabilidad, pero en un principio ofrecería una continuidad a todos. Ahora que cada uno ha mostrado sus habilidades, podemos situarlos en el puesto donde más rendimiento pueda darnos.

-No obstante, si tengo que destacar a tres de entre ellos… y obviando a Viktor y Shannon… el primer lugar, Gerald. Ha demostrado ser un buen hombre, profesional, correcto en su comportamiento y en sus opiniones. Y muy capaz de cuidar a su equipo. Aunque sea discreto, es una persona que merece estar a bordo. –Miró al susodicho. –Gerald, prepara a tus chicos, creo que vais a estar más que ocupados.

-En segundo lugar, Jhon. Por su honestidad, y por su capacidad de mantenerse al margen de los conflictos para ser un verdadero profesional.

-Y en tercer lugar… -Miró a Manuel, Erik y Ximena. Al primero le caía mal, el segundo la había traicionado, y la tercera tratado como basura por una sospecha falsa. Le resultaba muy difícil tomar una decisión fría en este caso. Dudó, incapaz de decidirse, así que…

-No sabría escoger a un tercero. Todos los candidatos tienen luces y sombras. Así que en lugar de eso, dejadme deciros lo que yo haría. Porque en realidad… lo que yo haría es reorganizar de este modo. –Tomó aire, cerró los ojos un instante visualizando una escena global, y después comenzó a proponer los movimientos que ella veía. –Gerald sin duda se ha de mantener en su puesto actual. No por falta de méritos, sino al contrario. Creo que está justo donde debe estar.

-Ximena abandonaría su puesto de directivo. Creo que necesita un tiempo para pasar todo esto y terminar de forjarse. Un ascenso demasiado rápido a veces genera algunas carencias. Un puesto de mando intermedio en la Fundación, ayudando a Shannon, podría ser perfecto para esa etapa. Y después, si progresa como creo que lo hará, podría regresar a dirigir un subsector. Si es lo que quiere.

-Viktor, salvo que decida abrir un restaurante propio, encaja en cualquier lugar. No voy a proponerle nada porque todos sabemos dónde funciona. Sólo te diré de nuevo que me apenaría mucho que nos dejaras.

-Manuel, siguiendo el criterio de Viktor, se formará como su sucesor. Eso dejaría el propio puesto de Manuel libre. Y creo que Jhon podría hacer una grandísima tarea liderando el grupo soporte.

-Mi propio departamento se queda carente de encargada… Así que colocaría allí a Erik. Para que vea de primera mano cómo funciona un equipo unido y honesto. Tiene talento suficiente como para gestionarlo, y creo que aquí ha aprendido lo que le quedaba.

-El puesto y destino de Jorge, eso queda a vuestra decisión.

No mencionó a Jesús ni a Nadine. No era necesario hacer más sangre respecto a ellos, ni pretendía echar sal a las heridas. Una salida digna, que no manchara demasiado su expediente, era lo mejor que podían recibir. Y era lo que les daría.

-Así es como yo veo a este equipo en la Hidra del mañana.

Hizo una momentánea pausa

-Pero sólo he hablado de personas, no de secciones. Porque en cuanto a departamentos, coincido en que el cierre de los sectores militares y religiosos es necesario e inevitable. Ya veremos cómo hacerlo con el menor perjuicio posible.

-Moda es prescindible. Un pequeño departamento que se ocupe de publicidad e imagen de marca podría mantenerse, pero también subcontratarse.

-Y la automoción… debe evolucionar. Habrá que hacer grandes cambios, tal vez incluso revender ciertas partes. Pero habrá tiempo de trabajarlo. De evolucionar hacia una sector de movilidad mucho más potente.

-Así es como yo lo veo. Pero Ágata, Carlo, al final la decisión será vuestra.

Nadine ya se marchaba cuando algo la retuvo y ese algo fue...

¡El guantazo de Ximena!

La miró con ojos duros y su lengua paladeó acusaciones referentes a la elección entre pepita y cerebro, pero Nadine era una persona noble a su modo, y no podía ver las lágrimas de furia y dolor de alguien bueno y no apiadarse. Tardo en reaccionar pero finalmente, con el rostro enrojecido y la misma mirada de paz, sonrió.

Ahora sí podría irse. O eso creía cuando Shannon la retuvo una vez más. ¿Acaso las opiniones de Itziar habían pesado más que los motivos expuestos por Nadine incluso con ella? Volvió a dudar. Lo que no habían conseguido en siete días, hacerla perder pie, lo acababan de conseguir dos veces seguidas. Sopesó seriamente algo que, probablemente nunca llegaría a salir de su propio conocimiento al exterior y finalmente tomó una decisión. Probablemente la única decisión de la que nunca se arrepentiría.

Suspiró y perdió la sonrisa. Su voz sonó dura e inflexible.

Todo era falso. Solo fuiste un instrumento más

Y sin esperar respuesta (especialmente una repetición por parte de Ximena) ni dejar que leyesen su expresión ni un segundo más, salió de la habitación.

Respondiendo a Víktor en un susurro - Eso es porque esta es mi tarjeta personal... ¿te parece bien?

La leve rojez del picante podría estar ocultando otro tipo de delatores, pero no ayudaba a darle una imagen de seriedad.

Regresando a lo demás, se muerde el labio un poco indecisa al escuchar algunas de las propuestas y peticiones, más después de la intensidad que acababa de adquirir la escena.

  El abogado atiende a todo lo escuchado en silencio, pero cuando el golpe sacude la estancia no puede ocultar su desagrado.

 - Dejando al margen de que no está entre mis planes recomendar para cargo alguno a alguien que agrede físicamente a una, actualmente, todavía trabajadora de Hidra, tengo que objetar.

Y la señorita Turner no ha demostrado ser capaz de desempeñar un perfil de liderazgo.

- Pero - se apresura a intervenir - Si acude a esa terapia social de la que hablan y se apreciasen resultados, estaremos más que dispuestos a reconsiderarlo.

Sobre lo demás... tienes buen ojo, Itziar.

De aquí a mañana deberíamos empezar a atar esta clase de decisiones, porque nos queda mucho trabajo que hacer, y cuanto antes resolvamos todo esto, mejor.

Entonces se gira a Jesús y su expresión se endurece. Su desagrado es más que evidente, aún tiene que aprender a controlar su carácter para convertirse en un verdadero hombre de negocios, pero cuando habla logra contener gran parte de lo que le hubiese gustado escupir - No sé qué clase de farsante eres, pero aún dentro de toda esta actividad, sabes bien que hubo un ejercicio que era absolutamente real. Se te pidió que abandonaras la actividad y aún así persististe y con tu actitud has puesto frente a Servicios Sociales el nombre de la empresa en entredicho.

Si resultase que fuese ahora cuando estuvieses diciendo la verdad, el tuyo sigue siendo un rostro que claramente no queremos que se relacione con nuestra marca.

Jesús sabía que no iba a terminar bien para el, perdería -Ya lo hizo- su trabajo de lujos y comodidades. Además de ser relegado en la escala social y probablemente con un escarnio exagerado hasta la saciedad. Sin lugar a dudas a Jesús le molestó extremadamente no haberse dado a entender, o que esas pequeñas cabecitas de serpientes no lo hayan comprendido.

-Ya me ha quedado claro que no queréis la rama religiosa, y es una lástima que la Empresa pierda sus buenas virtudes de cara al público. Pero descuidad, supongo que rescatar conguitos en el mediterraneo mientras sacais mil y una fotos os ayudará a recuperar la confianza de la gente...

Dicho esto Jesús se levanta de su asiento dispuesto a marcharse

-Pero esto digo: El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra.

-Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.

Finalmente sucedió lo que esperaba, cuando llego su turno Itziar prometió lo que hablaron, él continuaría en su cargo así como sus subordinados, eso le agrado enormemente a un hombre de cara afable y cuerpo rechoncho.

-No te arrepentirás. Todo I+D sabrá agradecerlo con creces. -Esas palabras fácilmente se traducían en que el trabajo estaría a la altura de las expectativas, después de todo para eso estaba él al cargo. El resto de conflictos y acusaciones no le importaban, su puesto así como el de los suyos estaba asegurado y el resto eran problemas de los superiores así que se guardo sus opiniones para él. Después de todo Gerald estaba satisfecho, podría a ver sido mas pero, como siempre, el tiempo le dará la razón.

-Poco a poco Gerald. Poco a poco. -Asintió a sus propias palabras, mientras no podía evitar sonreír. Aunque lo disimulaba acariciándose la barba.

Las decisiones de Itziar, entre las que se incluían intentar reubicar a los los presentes y la actitud de Shannon me reconfortan, también ver cómo se lo toma Gerald. Ya habíamos hablado de que era un buen tipo y su reacción confirmaba aquello. En algún momento te acostumbras a no equivocarte... aunque para muchos podría ser una maldición.

Más curiosa me resulta, sin embargo, la respuesta de Nadine. Era una víbora venenosa, pero cada vez dejaba más claro que no era la peor. Y hasta los más fieros animales pueden ser amaestrados.

No te hagas esto.

Sabía que no le escucharía y que se marcharía, pero era el máximo que estaba dispuesto a ceder por alguien como ella. Y probablemente sería más de lo que ella merecía, pero Shannon sí merecía aquel esfuerzo.

Se gira entonces hacia la hija del jefe.

C-Claro -responde a Ágata, no obstante un poco indeciso-. Además de calentar la comida, puedo darte alguna clase de lo peligroso que puede ser esto...

Le sonríe amablemente y desvía la mirada por un momento. No obstante sus palabras iban bastante en serio, aunque no puede evitar añadir...

... si quieres.

Luego mira a Carlo y ríe un poco.

Hablas bastante bien. Creo que lo haréis bastante bien. Los tres.

Con la mirada englobó no sólo a los hijos, sino a la propia Itiziar. Ellos serían el núcleo del cambio y quería enfatizar que no estarían sólos para afrontar todo aquello. La reacción de Jesús, sin embargo, que seguía ignorándolo, termina por hacer que se encoja de hombros.

Está bien, preguntaré al Presidente.

No le importaba mucho más, pero estaba acostumbrado a la gente que no entendía que hacer click en una ventana no era lanzar un ladrillo desde un quinto piso. Jesús no parecía muy diferente, en su mundo distópico.

Manuel se limitaba a escuchar, mirando a las personas que iban interviniendo, como si aquello fuera un partido de tenis a cinco bandas.

 - Madre mía... qué de vueltas le dan a todo, yo ya no me entero de nada. A esta gente la dejamos suelta unas semanas más, y terminan por hundir la empresa. Hablando de hundir la empresa, me pregunto qué estará haciendo el idiota de mi jefe...

En estos pensamientos estaba absorto Manuel, y en otros igual de productivos:

Cuando escuchó cómo le nombraban por su apellido. Aquello no era bueno: desde que Manuel Olvera tenía uso de razón, el uso de su apellido como vocativo sólo le había traído consecuencias negativas: "Señor Olvera: a Jefatura de Estudios"; "Olvera, Manuel: 4,5. Suspenso", "¡Olvera! ¡Corre, venga, mueve el culo! ¡Te quedan dos vueltas!".

Pero las palabras de Viktor se abrieron paso entre las nieblas de su cerebro, como un rayo áureo que iluminara un tesoro en medio de un valle tenebroso.

 - ...¿CE-I-O? ... ¿Calidad? - Manuel se encontraba confuso, ¿qué podían significar aquellas siglas? ¿Qué era todo aquello?

Pero nada de eso importaba, y Manuel lo sabía.

Aquella oferta significaba escapar del sótano del CAU*, y de sus compañeros morlocks; significaba que ya nunca tendría que volver a preguntarle a nadie, "¿está su teclado conectado?", ni obligarles a reiniciar el ordenador; que ganaría suficiente dinero como para dejar de robarle el wifi a los vecinos; que, de ahí en adelante, Manuel Olvera le pediría a las chicas de la oficina su teléfono, en vez de su dirección IP. ¡Podría despedir a su jefe!  Haría el vago en un despacho con ventanas (¡ventanas!), decorado con posters motivacionales, y tendría una pantalla plana, y alguien a quien gritar cuando la impresora no funcionase...

El corazón de Manuel latía deprisa, y sus pupilas estaban dilatadas. Un cambio profundo había operado en él...

 - Será un honor para mí aceptar el nombramiento - dijo, con la mejor de sus sonrisas - Y haré cuanto esté en mi mano para no defraudar la confianza que Hydra deposita en mí.