Esperé en silencio, sin decir nada y sin despegar mis ojos de los del ragabash. Pasó el tiempo y finalmente se rindió ante la evidencia, ofreciendo su cuello en señal de respeto. Comprendía sus motivos para retarme pues ese era su cometido: ponernos a todos a prueba para que no olvidáramos quienes éramos. Ya lo había hecho con aquella treta de la carne en la boca y ahora volvía a hacerlo.
Yo saldría reforzado ante el resto de la manada, que respetarían mi juicio y mi forma de actuar. La labor de Masacra quizá no fuese la más vistosa, pero era la más loable y por eso se había ganado mi respeto. Posé mi mano sobre su hombro y sonreí aún en mi forma crinos. -Quizá en otro momento podamos seguir jugando hermano. -comenté sonriendo con sinceridad.
Mi sonrisa también fue a Jury, aprobando sus palabras con un asentimiento de mi cabeza. -Gracias hermana. -Al igual que yo seguiría los designios de Renate como líder o las decisiones como juez de Jury, ellos deberían seguirme a mi en esta aventura espiritual pues ese era mi cometido.
Y de nuevo Masacra volvió a pronunciarse, dando un golpe encima de la mesa ante la forma extraña de actuar de aquellas estatuas, mostrándoles quiénes éramos y cuál era nuestro cometido. Me posicioné a su lado mostrando orgulloso mi pelaje plateado. -Es el momento de demostrar que no nos hemos rendido. -hablaba con una voz clara y serena pero autoritaria, con el orgullo de quien se ha labrado un Renombre entre la Nación. Abrí mis brazos en cruz para llamar la atención de todos los presentes. -Que los hijos de la Gran Madre seguimos luchando para que la corrupción no contamine todo cuanto toca pues para eso fuimos creados. Pequeño Gran Azul lleva demasiado esclavizado, sufriendo por culpa de la negligencia de garous menos preparados. Pero estamos aquí para arreglar ese desaguisado y para ello hemos venido. Guiaremos a todos los guerreros disponibles y lucharemos para acabar con todo cuanto ha corrompido estas tierras. Por eso os pedimos que nos ayudéis, que luchéis a nuestro lado. -
Motivo: liderazgo+carisma
Dificultad: 6
Tirada (6 dados): 1, 9, 9, 10, 2, 3
Éxitos: 2
Por fin han terminado con sus juegos, totalmente innecesarios en este momento – pienso al ver el resultado del combate.
Al alzar la cabeza veo a las figuras en una posición diferente de la que estaban hace unos segundos, no hace falta ser muy listo para saber que es lo que ha pasado, esta claro, que tras lo sucedido, no nos consideran dignos. Maldita sea, Masacra, todo lo que ganamos lo hemos podido perder por un duelo que no era necesario en estos momentos.
Las palabras de Buscador tal vez en otra situación fuesen correctas incluso necesarias para llenar los corazones de los Garous, pero en esta ocasión los espíritus necesitan arrepentimiento, y como Galliard se lo que debo hacer.
- Espíritus de la Umbra, os pido disculpas como Galliard de la manada. Cuando debíamos continuar unidos elegimos desafiarnos en vez de seguir los designios de Gaia. Si para continuar con vuestra bendición alguno de nosotros debe pagar algún precio por haber fallado, me ofrezco a cargar con ello – Me tumbo en el suelo de rodillas – Pero dejar que mis hermanos prosigan con la búsqueda, nuestros hermanos de manada nos necesitan de la misma manera que nosotros a ellos para liberar al Gran Azul – Extiendo mi cuello dejándolo expuesto a su castigo y lanzo un aullido lleno de respeto solicitando su perdón.
Asiento ante las palabras de Masacra-de-Noche, sus instintivas acciones que le eran reveladas por su cercanía con la madre y la tremenda sabiduría de Buscador-de-respuestas y su sintonía con el mundo espiritual. Podía sentir el reflujo de sus espíritus comunicarse tácitamente. Ambos entendiendo el orden del mundo y la prueba que aún no habíamos concluido. Había un motivo por el cual no se habían movido y los gestos fruncidos de las estatuas eran el impedimento de llegar hacia el final del camino. Estaba por unirme a la sinfonía mística que mis dos hermanos habían iniciado cuando el lenguaje corporal de Ojo-Nublado, me alertó.
¿Por qué creía Donovan que estaba mejor preparado que el Stephan para “conciliarnos” con el mundo espiritual y para enfrentar la prueba que teníamos delante? Había tomado la palabra robando la batuta de a quién le correspondía el frente umbral.
¿Por qué consideraba que podría pasar sin una lucha, frente a la fila de estatuas que custodiaban el templo? Actúa solo y no se da cuenta de que ha empezado un lazo profundo a cada paso y con cada acción que hacemos. ¿Por qué entonces nos subestima? Los duelos más que confrontar tenían el fin verdadero conciliar. ¿No podía ver el nacimiento de amistad, confianza y respeto entre el ragabash y el theurge? El lazo profundo y respetuoso que los cuatro adren manteníamos.
Renate y yo estamos aquí. ¿Por qué pone en entredicho el liderazgo de mi hermana actuando unitariamente? Somos dos hembras Fenris. Fuertes. Esculpidas a punta de varas candentes de hierro y atravesadas de lado a lado por la rudeza del norte. Nadie mejor que nosotras conoce los duros pilares de la Nación.
Avancé manteniendo mi forma de guerra hasta el Fostern, lo tomé de la nuca con firmeza pero sin causarle daño y lo alcé del suelo. Su gesto había sido bien intencionado pero individualista. No obstante, debo comprender también sus acciones y asirlo contra nosotros, conciliarlo con nosotros. Mi labor también es guiar.
- Actuamos como manada -gruño muy cerca de su oído. Hubiera querido escocerle la piel con un golpe pero debía ponerme en sus zapatos y tratar de guiarlo hacia nosotros, sus hermanos- Pase lo que pase. Siempre actuamos como manada. –Miré a mis hermanos y a mi hermana y líder.- Somos uno. Confía en nosotros hijo de Ciervo. Cree en nosotros. Siéntete uno de nosotros. Únete a nosotros en espíritu y carne.- miré con determinación, con confianza a Renate.
Mis labios se unieron a la sintonía del Theurge, el Ragabash y de mi Hermana de Auspicio.
Si el templo debía ser protegido y las estatuas fueran los guardianes, la pugna por su defensa y ganar nuestro ingreso era algo que acontecería de cualquier manera.
- Los hijos de la Gran Madre seguimos luchando para que la corrupción no contamine todo cuanto toca pues para eso fuimos creados. –Repetí las palabras de Stephan mientras sostenía a Donovan- Hemos venido a liderar la guerra por la liberación del Pequeño Gran Azul y eso haremos. –repetí a Masacra-Guiaremos a todos los guerreros disponibles y lucharemos para acabar con todo cuanto ha corrompido estas tierras. –Cité nuevamente a mi hermano theurge.- Buscaremos y nos probaremos dignos ante quien nos ha traído hasta aquí. Bajo su guía, liberaremos el dolor que azota a la Madre. Venimos a unirnos definitivamente como hermanos y como líderes. –agregué mis propias palabras y luego palmeé con suavidad la espalda de Donovan.
Confía en Stephan. Confía en Renate. Confía en Masacra. Confía en mi.
Somos tu manada.
Motivo: Carisma + Liderazgo (+1Fv)
Dificultad: 6
Tirada (9 dados): 7, 10, 4, 9, 2, 8, 5, 6, 5
Éxitos: 5
Pues, me uno a las iniciativas de Stephan y de Masacra.
Encima que la liáis y me toca bregar con los espíritus con un poco de humildad, palmadita en la espalda. Os voy a crujir jajaja
Caminar, no necesito nada mas, averiguar el por que de nuestra llegada este extraño lugar. Con esa arma en mi mano o quien sabe realmente lo que es, que me electriza, impulsandome a seguir un paso tras otro.
Heroes, del pasado, tal vez antepasados comunes a todos nosotros o tal vez solo a unos pocos. Los grandes que escribieron la historia de la Nacion, los que nos guian con cada una de sus historias a seguir adelante, a levantarnos con cada golpe que nos derriba.
Me paro frente a la estatua de la mujer, creo reconocerla de las imagenes de mi vieja amiga Furia, siempre tan orgullosa de la herencia que conoce. Esa que a mi se me es negada, primero por el accidente de mis padres y luego por las infulas de grandeza de un pequeño austriaco con un bigote ridiculo.
Por el rabillo el ojo estoy segura que he visto moverse los ojos marmoleos de las estatuas, causa miedo pero a la vez reverencia por que todos quieren saber que haremos, cual sera nuestro siguiente paso.
Las palabras de mis compañeros, sus susurros, sus ladridos o los gestos que tengan casi van acompañados por un velo envuelto en niebla. Sigo parada mirando la figura de la dama con las lanzas y por un segundo me ha parecido verla sonreir, pero creo que son imaginaciones mias. Hago una leve inclinacion de cabeza mientras mi cuerpo recupera mi forma hominida sin ropas, desnuda como lo esta mi alma ante los poderosos espiritus que nos han traido hasta este lugar. Me siento frente a ella con el tridente sobre mis piernas mirandola, esperando a que diga algo o mas bien a que me muestre lo que ya se.
Giro la cabeza levemente y veo a mis compañeros, veo dudas, veo temores, veo que tal vez alguno no piense que podamos hacerlo.
Madre, Tia, dadme fuerza para hacerle ver cual es el camino correcto. Dadme fuerza para que no cometa ningun error que haga que el Pequeño Gran Azul, sea destruido por nuestras imprudentes acciones.
a duda es la que nos hara debiles, debemos continuar y debemos hacer que los espiritus que nos han traido hasta aqui vean que somos lo que ellos ya han visto y nosotros aun no. Somos Guerreros, somos Elegidos para proteger a nuestra Madre y a cada uno de sus hijos espirituales de la corrupcion tanto del Wyrm como de algunos de los nuestros que solo los usaran en su beneficio.
Debemos ser uno en este camino como lo fuimos para coger el tridente.
Aun asi veo mas alla, al templo a donde la luz que nos ha guiado, se extingue. Podria ser un reflejos de nuestros miedos, de nuestro exito o tal vez de nuestro fracaso si se llega a apagar.
Mi philodox interno sonrie por las palabras de Masacra e incluso se atreve a replicarle sin que le oiga con un Mas bien seran tus vigilantes, a veces los ragabash sois demasiados liantes y eso es malo, muy malo para vuestra salud. Eso me ha sonado hasta a mi un poco mas parecido a lo que dice ese egocentrico del resto de los que no son arios puros.
Hemos venido a buscar consejo, no tenemos todas las respuestas, aun no somos ningun Consejo, no hay nadie al que aconsejar, nuestros pupilos estan lejos de nosotros, el resto de nuestros hermanos y hermanas encontrados esta noche estan lejos, tal vez en peligro y deberiamos buscarles, ayudarles.
Como tampoco has echo nada para hacerles ver que somos dignos de su ayuda.
Somos niños ante sus ojos, no somos dignos nos comportamos como si aun fueramos cachorros y algunos hemos visto mas de lo que muchos Adren han visto en toda su vida.
Reproches entre nosotros, debemos dejar que todos expresen lo que ellos desean, lo que consideran que es mas adecuado en este momento. Sonrio levantandome con tranquilidad.
Ancestros perdonadnos, digo mientras camino apoyandome en el tridente, que suena con un clonk cada vez que toca el suelo. Los traspaso para ponerme frente a ellos, inclino la cabeza una vez mas, como simbolo de respeto.
Aun no somos una manada completa, aun tenemos individualidades que pulir y aun tenemos que confiar los unos en los otros. Os pedimos humildemente que nos dejeis pasar para poder continuar con nuestra mision y liberar a uno de los hijos espiritus de nuestra madre Gaia.
Dejadnos destruir a los que le intentan corromper, dejadnos liderar y dar consejo a los jovenes que nos acompañaron y se separaron por altos designeos
Me yergo todo lo que puedo sujetando el tridente en mi mano con fuerza
Dejadnos ser lo que se ha escrito en nuestro Libro del Destino desde el instante que nacimos.
Motivo: l+C (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (4 dados): 2, 5, 8, 8
Éxitos: 2
Vuestras palabras son emotivas y honorables, mas las estatuas... estatuas son. Esculpidas en pura e inamovible roca, aún a pesar de situarse en el mutable mundo espiritual, no se mueven un ápice. Permanecen inmóviles, con sus expresiones inalterables y sus posturas sin movimiento.
Así permanecéis largo rato, esperando una respuesta, pero esta no proviene de las estatuas, sino del interior del templo, cuando el brillo que iluminaba su interior comienza a titilar con más vehemencia, disminuyendo su fulgor. El templo se vuelve por instantes cada vez más oscuro, y os apresuráis a avanzar hacia su interior para comprobar el motivo.
Cuando cruzáis entre sus grandes columnas, comprobáis que el interior del templo es liso y carente de decoración alguna, que no hay velas ni inciensos, que no hay altar ni estatuas representando dios alguno. Tan solo un sobrio piso vacío y sin iluminación.
Y en su centro, una pequeña esfera, un apenas punto luminoso flotando en el aire, cuyo fulgor se va apagando por momentos. Una estrella del firmamento cuya existencia se extingue ante vuestros ojos.
El tridente, en manos de Renate, comienza a emitir un pobre y tenue fulgor.
Solo puedo sonreir al ver la reaccion de lo que hay en el templo, ni me fijo en lo que hay a nuestro paso solo en nuestro destino y en la reaccion del extraño objeto que tengo en mis manos.
No se exactamente lo que puede ser, pero que se este apagando es que no le queda suficiente poder y que el tridente puede darselo o que sea parte de si mismo.
No hay tiempo que perder y tampoco mucho que pensar, solo miro por un segundo a mis compañeros antes de dar el paso que me separa de la luz, quedandome tan cerca que podria tocarla con la punta de mis dedos.
Noble espiritu, venimos a ayudar. le susurro mostrando el tridente que tengo en mi mano dejandolo frente a mi, descansando en mis dos manos.
Espero que seamos dignos de ti y si aun no lo somos haremos que nuestros futuros actos bajo tu luz y tu tutela nos hagan merecedores de serlo.
Que con ellos podamos liberar al Pequeño Azul. Todo lo que he dicho antes ha salido de mi corazon y dare mi propia vida por que se cumpla.
Cristalina y fresca se siente el agua de lejos. El silencio lo acompaña; el silencio de los que custodian este lugar santo como única respuesta impresa en su naturaleza, que en sus designios optaron por permitirnos forzar el desenlace de este viaje espiritual dentro de sus dominios.
La confrontación nunca llega a pesar de la inmóvil rudeza de sus pétreos rostros -Miro las estatuas. La quietud es la invitación esperada, nuestra comanda de aceptación al encuentro de nuestro Patrón umbral. Sea por nuestro espíritu, por gracia de los Celestes o por nuestros propios méritos, presentes o pasados, podemos persuadir nuestros pasos en el camino de nuestra venidera fortaleza, que con evidencia nos supera a cada uno de nosotros individualmente considerados.
Pero algo está claro y es que no dejaremos de ser nosotros aunque pasen los años y volvamos a la tierra tras nuestra muerte. La fortaleza de los Garou no está en al unanimidad sino en la diversidad; en la justa que ve sin prejuicios aunque su veredicto parezca a algunos inoportuno; en la vocera que se esfuerza en ser mejor pese a su mirada apresurada; el vidente que con molesta paciencia demuestra ser contundente y silenciosamente sabio; en el Fostern que con apenas algunas victorias para la Nación increpa prematuro el saber de los que ahora son sus iguales aunque su renombre le superen. Y el diverso que mantendrá la dificultad como regla permanente, un lobo que cede el lugar de una naturaleza humana para los menos salvajes, sea o no lo correcto.
El primer paso en la estructura no es el primero para nuestro camino. Es un cuarto tan vacío como nuestra poco recorrida convivencia, y tan amplío como las posibilidades de gestionar lo que somos por un propósito común. Seremos los responsables de un túmulo.
Pensarlo pone en evidencia el temor que tengo, como es natural en cualquier ser capaz de sentir. Al mismo tiempo deja al descubierto cómo han pasado los años sobre mi, como si toda mi vida fuese encaminada al propósito de nuestro lugar en la guerra contra el Wyrm.
Avanzo con el rabo en alto y pasos melódicos, al ritmo de una soberbia apenas normal en bestias dominantes. Al menos hasta ver la reacción el objeto que obtuvo Jury cuando pregunté quién deseaba liderarnos como manada, ahora en manos de Renate.
Observo atento. Me adelanto un poco y escucho. Vuelvo y respiro, entendiendo cómo crece el árbol que sembramos en su tierra. Somos el recuerdo de una memoria casi olvidada, a punto de crecer como la onda de agua agredida por una pequeña roca.
En el laberinto nuestros Tótem tribales guiaron... El propósito por el que estamos unidos lo conocemos. Un túmulo por proteger, renacerá y será tan puro como estas aguas. -Acompaño las palabras de la Fenris, con el propósito de que todos podamos descubrir a quién pertenecen las huellas que hemos seguido.
A propósito detengo mi decir para sentir la compañía de los demás, que en su diversas historias acompañarán el resultado de nuestra conclusión. Por desgracia empiezo a sentir el cansancio de todo lo vivido y no puedo ofrecer más que frases inconclusas y vagas.
Motivo: Ocultismo + Inteligencia
Dificultad: 6
Tirada (8 dados): 4, 10, 1, 3, 9, 5, 1, 2
Éxitos: 0 Fallo
Mis sensibles sentidos de media luna, alcanzan un pequeño punzón que habría que resolver eventualmente al volver al mundo físico.
Inspiro con calma.
Hay muchas cosas que he sacrificado a cambio de paz y orden, no significa sin embargo que me mantenga sólo de observadora. Mi espíritu se remueve inconforme pero logro como siempre dominar su susceptibilidad, acallar el sonido de alarma mediante el que la rabia aflora en consecuencia.
Pero tú labor Jury es también, conciliar...
Dejo de la espalda de Donovan y lo adelanto cuando el grupo inicia por fin el recorrido, mi mente percibe el efecto que la llave tiene sobre el derredor. Observé de reojo al grupo, pero continué avanzando en silencio con esta pequeña evidencia.
A pesar de la simpleza era tangible lo inmaculado del lugar, mi mente aguda y curiosa no descuidó o pasó por alto en ningún momento ese pequeño destello, era la comprensión de una ancestral comunicación "masónica". Esa mística resonancia que no era más que el intercambio de reflujo espiritual entre la entidad de luz y el tridente.
Escucho las palabras de Renate y luego la promesa sincera de Masacra-de-Noche.
¿Lo veían? Era exactamente igual que en las otras dos ocasiones. Para obtener algo había que abandonar el cuidado de un cómodo refugio y arriesgarse a elegir asomarse por la ventana, observar y finalmente salir por la puerta.
- La luz se extingue en la pureza del templo y en cambio el tridente emite un fulgor- digo en voz alta para mis hermanos, que parecían no haberlo notado. Mi mano crinos se desliza entre las orejas del lupus en una caricia que buscaba atención. - Es como si la luz muriera aquí, pero reviviera en el tridente. O regresara a donde corresponde... -continuo en voz alta.
También miro a Stephan, nuestro líder espiritual, que permanece observando la escena. Y a Donovan, invitándolo a integrarse al grupo.
- Renate ¿Porqué no acercas el tridente a la luz del espíritu? -pido a mi hermana de tribu, aún calculando y repasando los hechos mientras aguardo las palabras de mis otros tres hermanos.
Silencio, no hay movimiento, los espíritus tal vez no estén contentos con nosotros, era algo que podía suceder. Todo lo ganado en la fuente, sigo pensando que lo hemos perdido hace unos minutos, pero ellos los que nos guían creen tener la razón, ahora no es el momento de enseñar, cuando salgamos de la umbra será el momento.
La luz del templo comienza a debilitarse, esto no es bueno, y sigo al resto de mis compañeros de manada hacia allí esperando encontrar una solución que nos lleve con el resto de Garous.
- Puede que tenga razón, Recia como las montañas, acércalo a ver que sucede, no tenemos nada que perder y si mucho por ganar – digo apoyando la mano en el hombro derecho de Renate – Hazlo, liberaremos al pequeño azul - termino diciendo con la mirada en la luz.
Espiritus de la Umbra ayudarnos, aún no somos todo lo sabios que deberíamos pero estamos dispuestos a aprender.
Renate no tiene tiempo de tomar la decisión, acerca de la propuesta de algunos de sus compañeros. El tridente en sus manos, al ser mostrado a la luz, emite un nuevo fulgor, mayor que el anterior, y comienza a ejercer una suave fuerza en dirección a la esfera. Cuando, en un primer impulso instintivo, la Fenrir trata de retenerlo, el propio tridente emite un chasquido eléctrico, una descarga que sacude levemente la mano de la garou, quedando liberado en el proceso. El objeto se precipita hacia la luz, chocando contra ella en una descarga similar a una esfera de rayos de tormenta. La luz explosiona, y os veis sacudidos por una luminosidad repentina que os obliga a cerrar los ojos.
Cuando lográis abrir los ojos de nuevo, el interior del templo está cubierto de una inmensa luz cuyo origen es indefinido. Apenas se generan sombras en el lugar, provocando una sensación de irrealidad, como en un sueño. El cielo sin estrellas está surcado por relámpagos silenciosos que se mueven de aquí para allá, como testigos del acontecimiento, como peces que se agitan en un estanque.
Ante vosotros, una colosal figura os observa desde su estatura divina. Un hombre anciano, de larga melena cana y barba espesa, muestra sin embargo un poderoso cuerpo de héroe antiguo, carente de bello pero de musculatura prodigiosa. Viste grandes telas enrolladas alrededor de su cuerpo, de una blancura inmaculada, y en sus manos sostiene dos crepitantes rayos que se agitan como serpientes.
Bienvenidos al templo umbral de JÚPITER, hijos míos -Dice una voz que parece proceder del espíritu, aunque sus labios no se mueven un ápice- Arrodillaos como otros deberán postrarse ante vosotros. Pues antaño era venerado por los hombres y mi poder era divino. Vosotros me habéis devuelto el vigor, y yo alimentaré vuestra causa.
...Aúllan los lobos
"Señores de lo espeso, el galardón de sus garras.
En la sombra del origen, nace inteligente el humano. El colmillo observa.
Eras sobre eras, del tiempo sobre el recuerdo, tragedia tras tragedia. Muere el último Mamut.
La bestia despierta. Crece su rabia y enmienda la corrupción"
El destello alumbra el estímulo que reposa en mi mente cachorra. Por un momento me olvido de todo y de todos, como si estuviera sólo con mis recuerdos, con los aullidos del pasado profundo con que se le enseña a la prole de la bestia alada y felina, Grifo, la causa de nuestra causa. La luz golpea con fuerza en un pasado que se forja presente, vuelvo a ser un cachorro que mama la Gnosis del cuervo que enseña el juego, durante el Consejo que aullaban los más sabios.
Era el inicio del impergium. Vimos la corrupción humana, de todo su enfermo rebaño, e intentamos corregirlo. Hoy sé que teníamos razón. Mi larga marcha atestigua el empeño humano en destruir.
Vuelven a aullar los lobos...
"Mata al búfalo enfermo
Mata al anciano con dignidad. Evita el sufrimiento que nos dará la fuerza a los jóvenes para seguir.
Somos los pastores.
Arrebataremos de sus manos sus herramientas. Volverán a vivir, pero sólo los que no padecen al yugo de su propia corrupción."
Uno y otro aullido. Los recuerdo tan vividamente como si fuese hoy esa luna ya lejana en la memoria. Mi tribu perece, agotada y debilitada; sin rendirse. Nuestra rabia crece, como la distancia entre nosotros y el éxito de nuestra misión.
Disfruto de esta sensación guerrera y cazadora. Me deleito en el agitar de mis pálpitos salvajes que luchan contra la peste que aqueja a los humanos. Entonces recuerdo a los homínidos, tantas veces enemigos de su propia supervivencia por carecer de un buen oído. Nuestro olfato advierte la mancha que germina, crece y destruye. Olemos su avaricia, su necesidad de poder al costo que sea necesario, sin respeto de los pactos que en su origen convinieron con los grandes espíritus.
Pero otros luchan contra su oscuridad. Sé que no todos son así. Algunos parecen recordar y espero que no sea sólo mi ingenua necesidad de encontrar una esperanza en medio de esta guerra sin sentido.
El origen de este recuerdo, de mi piel cachorra e impotente, empodera en sus manos al trueno. Con nosotros el poderoso.
La sorpresa toma su gesta priorizada, aminorando el tamaño de mi propia valentía que cede en su presencia inmaculada y divina. Retraigo todo de mi hasta parecer poco más que un montón peludo y acongojado que se somete a la autoridad de una entidad de creación tan poderosa como él. ¡Un Celeste!
Luego una segunda imagen vuelve a mi. Una cálida mano, con pulgar, acaricia con amor mi oreja. Cuando fue evidente mi cansancio ella contuvo.
Incapaz de ver frente a mi, el primer y fulminante halo de luz descubrió una silueta humana, poderosa y sublime, como jamás la habría visto en mis largos años. Tan extraño para mi es postrarme a esa forma, como lo es comprender que si la humanidad le hubiese servido a ÉL hoy el mundo sería diferente.
Quizás no cazaríamos a todo el rebaño. No confiaríamos en ellos, pero sí en su patrón de los cielos.
Me rindo a su presencia todopoderosa. Es puro como jamás podría llegar a imaginar.
Espero encontrar con él mi camino. No dejaré impune la mancha humana, pero su guía encauzará mis colmillos sólo contra aquellos que no luchen contra su propia naturaleza destructora.
Los hombres que le veneren probarán tener al menos una oportunidad antes de ser purgados. Júpiter.
Silencio.
Es lo único que han obtenido de mi tras mi duelo con Masacra. No por pasotismo ni por dejadez sino porque estaba sumido en mis pensamientos, intentando pensar la mejor forma de actuar. Observaba a mis compañeros, a mis hermanos de manada hablar y moverse pero no intervine pues estaba de acuerdo con sus palabras y acciones. "Si no puedes mejorar el silencio, mejor estate callado." Es lo que siempre decía mi viejo y sabio mentor.
Cuando por fin los espíritus se dignaron a contestarnos abrí los ojo como platos y caí de rodillas ante tal noble avatar Celeste. En mi cabeza resonaban las lecciones de mi mentor, mencionándome todos y cada uno de los Avatares y espíritus todopoderosos. Resonaban las historias que había leído en múltiples Registros de Plata. Esperaba un espíritu poderoso pero ver allí a Júpiter... aquello era más de lo que podría haberme imaginado. -Por Gaia.... -murmuré.
-Gracias por tan noble apoyo todopoderoso Júpiter. -mi voz era clara pero tenía ese tono especial de cuando estás emocionado. -Nos honráis con vuestra sola presencia y vuestro apoyo es más de lo que podría haberme imaginado jamás. No os defraudaremos. -seguía de rodillas, mostrando mi cuello en señal sumisa y sólo desvié mi mirada hacia mis compañeros, instigándoles a que siguieran mis pasos.
yo bajo estas circunstancias, si el máster me lo pide quisiera comprar 3 puntos de Totem con PX alegando que Stephan está sumamente emocionado y honrado por la presencia de Júpiter
Alzo una ceja al ver como el tridente cobra vida en la mano de Renate y se lanza contra la esfera. Ahora veremos si los espíritus están contentos con nosotros, esperemos que si, tenemos que encontrar a nuestros cachorros y liberar al espíritu gran azul.
Y entonces una poderosa luz nos golpea de lleno, apareciéndose ante nosotros, el dios Júpiter, el señor de todos los dioses y padre de todos los hombres. Inconscientemente retengo el aire en mis pulmones, porque aunque a lo largo de mi vida me he encontrado con bastantes cosas sorprendente jamas imagine encontrarme a un miembro de la mitología delante de mis ojos.
Hinque mi rodilla derecha en el suelo al escuchar sus palabras, y me quede así con la mirada clavada en su figura, atento a todos los detalles para almacenarlos en mi cabeza, para cuando llegase el momento de relatar este encuentro a los cachorros no olvidar nada. Me quede en silencio limitándome a asentir, no era yo el encargado de hablar con los espíritus.
Dispongo de 3 puntos de Totem para añadir a la reserva total.
El tridente es halado con el magnetismo de la luz, siento claramente la energía espiritual del lugar, mis ancestros se removerían inquietos en mi sangre y mi pelaje crinos empezaba a moverse y oscilar por la pura fuerza de la energía.
Me sentí secretamente satisfecha, una vez más se comprobaba la veracidad de mi teoría. El reflujo de energía de antes, su resonancia, la muerte y el renacer, oscuridad y luz, el destello me hizo apartar la mirada levemente, mi cuerpo y mi espíritu que sentía el cambio se hincó sobre una rodilla anticipándose a una manifestación, pero absolutamente nada me preparó para la majestuosa aparición y el resonar de su imperativa voz cálida.
Mi postura se relajó hasta lo más profundo de sus cimientos, lo observé indirectamente, con respeto, con admiración, con honra, con orgullo, con maravilla, con profundo amor.
Los romanos lo llamaron Júpiter, los griegos Zeus.
Nosotros lo conocemos uno de los Celestes. Omnipotente y omnisciente espíritu. Y habíamos tenido la honra de haber sido halados hacia su propio reino por su voluntad. Una honra con la que deberíamos responder con creces, sacrificando nuestras propias vidas si era posible, para ingresar nuestros nombres en el registro de plata.
¿Sólo así acaso podríamos responder a la altura?
No dije nada, en mi repentino silencio mi corazón se abrió, transparente, como lo era mi propio lenguaje corporal. Y de esa forma mística dejé que leyera mi corazón, expandiendo mi mente y sometiéndola a su magnificencia:
Nos has aceptado, como la estrella que nos guía hacia la Victoria, la naturaleza infinita del Señor de las Tormentas, del Trueno nocturno, de la luz, el celestial, el invencible, el triunfante, aquel que empuña los rayos entre sus manos, el mismo Dios de los ejércitos, nuestro comandante supremo pero por sobre todas las cosas… nuestro Padre.
Nos reconoces y nos encuentras dignos. No podemos describir ni encontrar mayor honra. Y por ello lo daremos absolutamente todo… y aún más si lo hubiera. Hasta la última partícula de nuestra existencia.
Cualquier tipo de oscuridad fue arredrada por la luminiscencia de su propio vigor espiritual. La del templo y la de mi alma.
FDI: Los puntos que otorgo, los explico por el fuera de juego. Saludos.
Me sorprende le echo de que el tridente abandone mi mano de esa manera y lo que ocurre despues.
Me siento llena de la gloria del Celeste, bañada por su luz y solo puedo caer de rodillas con los ojos cerrados y las manos alzadas. Madre nos ha guiado hasta nuestro destino.
Noble celeste, somos mas que afortunados en haberos encontrado y acabar bajo vuestra proteccion.
Llantos no volveran....solo veo luz en nuestro destino, que la sabiduria de nuestro Totem nos dara para poder guiar a nuestro pequeño tumulo que debe ser conquistado. Nos dara fuerzas para guiarlos, para tener sabiduria, para acabar con todo.
Solo puedo decir gracias, silenciosamente mientras mi corazon no deja de palpitar con fuerza, mientras mi mente solo puede pensar en los cachorros que no se donde pueden estar y si estan en peligro.
Un amplio destello inunda el lugar, originado en el mismo cuerpo del Celeste, como mirar directamente al sol. Os veis obligados a apartar la mirada, proteger vuestros ojos, y cuando los abrís de nuevo no es un gigante divino lo que hay ante vosotros. El mismo espíritu camina entre vosotros y su tamaño ha menguado, se ha adaptado a vuestros cuerpos y tiene la medida de un hombre grande, no mucho más alto de lo que lo es el más alto entre vosotros.
Ahora es vuestro momento, Hijos de Júpiter -Dice con vos autoritaria, aunque no sentís temor alguno. Más bien reverencial respeto. Sois como niños escuchando las lecciones de vuestro padre, admirados de su conocimiento- Vuestra nación, vuestro pueblo, vuestro clan... todos necesitan de vuestra guía. Y como tal, vuestra mano debe ser firme, y vuestra voz una sola. Yo estaré a vuestro lado, concediéndoos consejo y ayuda, pero sois vosotros quienes debéis asumir vuestra propia responsabilidad. Pequeño Gran Azul debe ser liberado, así como su hogar y el pequeño templo mío que contiene. Regresad al mundo de lo material, organizad a vuestras tropas, luchad, luchad como nadie espera que lo hagáis, y retornad la vida a donde ya no hay más que muerte y degradación.
Un fuerte viento comienza a arremolinarse a vuestro alrededor, agitando vuestro pelo y pelaje, tirando de vosotros en todas direcciones. La luz de Júpiter comienza a brillar de nuevo.
Regresad, Hijos de Júpiter, y cumplid con vuestro destino...
Cerráis los ojos, y os recorre un súbito vértigo. Sentís que ya no estáis donde estabais, que sois arrastrados a otro lugar...
Esta escena termina aquí. En breve, escena nueva.