Partida Rol por web

Me mantengo apartada del grupo, aterrada por los recuerdos de un pasado que se ha hecho vívido ante mis ojos en la figura de ese maldito Fenrir. Recuerdos de un pasado en que era menos que una mujer, menos que una Garou. Pero ya no soy esa que era, ahora soy una Furia Negra, una guerrera de Gaia. Los recuerdos no deberían poder conmigo ni amedrentar mi valor. Objetivamente, lo único que puede hacerme dudar es el enemigo que tenga delante. ¿Es este hombre un enemigo? Es obcecado, dictatorial, pero no un enemigo. Y las malditas leyes de la Nación me obligan a guardarle cierto respeto. Reconozco que en sus palabras hay valor, y dedicación a la causa. Reconozco que, si lo hubiera pedido en otras circunstancias o con otras formas, habría seguido su propuesta con total dedicación.

Pero es un hombre, uno de la cultura tribal más machista y fiel al Patriarca de toda la Nación. ¿Qué otra cosa cabía esperar?

Oigo su aullido y mi rabia se enerva, infunde valor en mi corazón acongojado. Soy una Ahroun, una guerrera, nacida para la gloria y la batalla en el nombre de Gaia. Si hay que mostrar nuestro valor y dedicación mediante un rabioso aullido, no seré yo quien grite menos que otros.

AAAAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU...

Las formas estaban claro que le fallaban como a la mayoría de los suyos, pero por fin demostraba el carácter suficiente como para al menos plantearse seguirle temporalmente. Es por ello por lo que mis ojos se cruzan con los suyos y con el resto del grupo en búsqueda de su aprobación, quizá no todos estén convencidos pero no seguir adelante ahora sería un fracaso, y ninguno de los presentes tenía en mente esa palabra, todo lo contrarío si en ese momento teníamos en común la búsqueda del éxito. 

Vuelvo a la forma lupus 

- AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU ..... 

Ante nosotros se abria una nueva salida y una oportunidad de aprender del pasado y del pequeño Gran azul tal y como el rey nos habia dicho.
La senda hacia la lucha estaba marcada ,la batalla nos clamaba desde el otro lado del portal ,sin duda esta seria una manada de las que cantarian los bardos y escribirian poeams y grandes gestas,ahora todos juntos debiamos partir.

-Demostremos de que estamos hechos y ganemos la gloria que nos aguarda ¡Por el pequeño Gran azul! ,¡Por Gaia!AUUUUUUUUUUU-aullo junto al resto de mis compañeros elevando el grito hasta los cielos d eaquel lugar macabro donde la muerte nos esperaba .

El aullido es la primera cosa que hacéis como uno solo, como lobos de verdad. Es cierto que no sois una manada, pero en este grito de furia y pasión, casi lo pareceríais. Y cuando concluye, vuestros pasos llenos de decisión os llevan hacia las escaleras descendentes de vuestro destino.

Se trata de unas robustas escaleras, un puente de piedra que desciende en diagonal, a unos exactos cuarenta y cinco grados, hasta la pared opuesta del foso sin fondo, del que emanan vapores fantasmales. Al alcanzar la puerta, completamente abierta, tenéis que frotaros los ojos por la incomprensible de lo que veis.

La puerta es la salida de una oscura cueva a un paisaje diurno, frío y desolado. Vuestros primeros pasos se sumergen en la profunda y helada nieve, mientras el viento ártico golpea vuestros rostros y deposita nuevos copos en vuestra piel. Observáis en todas direcciones, pero la tormenta no os deja ver más allá de unas decenas de pasos. No hay montañas, no hay paisaje, solo el aquí, el ahora, la tormenta y el frío, la nieve bajo vuestros pies y una luminosidad sobre vuestras cabezas que se filtra entre las inclemencias del tiempo.

¿Qué hacéis vosotros aquí? -Grita en elevado una voz autoritaria, al tiempo que un conjunto de siluetas se recortan en medio de la tormenta. Las siluetas avanzan, hasta que el viento y la nieve os permiten ver sus uniformes. Uniformes de abrigo alemanes, con insignias nazis. Cinturones que sostienen armas diversas. Cascos cubriendo rostros carcomidos por el tiempo y la descomposición. Los muertos os observan, exigiendo respuestas.

Al pisar la nieve entorno los ojos levemente molesto por la luz que esta refleja. Siento como el viento frío mueve mi pelaje, tratando de morder mi carne.

Mis ojos no alcanzan a ver demasiado lejos en este desierto de hielo y nieve. Alzo el morro tratando de distinguir distintos olores... nada.

Entonces comienzan a dibujarse unas siluetas sobre el infierno blanco.

Los uniformes me resultan tristemente conocidos.

Su aspecto refleja el estado de su espíritu... en eso se han convertido, en cadáveres sin vida, cuerpo degradados por el odio. La nieve, que todo lo conserva, no ha podido mantener su espíritu incorrupto, pues ya estaba corrompido.

Aguardo la respuesta de Desgarra antes de hacer nada.

Aún con los aullidos resonando en sus oídos acelerándole el pulso, Lucrecia hizo de tripas corazón y empujó las náuseas y el odio instintivo que Desgarra había suscitado en ella al recordarla como si de una cachorra se tratara cuál era su lugar.
Apretó la mandíbula y bajó los hombros aún en tensión, ¿quién le aseguraba que no acabaría volviéndose contra ella como todos y cada uno de los hombres que se habían cruzado en su camino?
Alguien debía estar riéndose de ella al condenarla a la compañía masculina constante... decían que eso era el mejor tratamiento para un problema como el suyo aunque en ese momento no tenía todas consigo para afirmar que funcionaría con ella.

Las escaleras bajaban en una pronunciada pendiente que terminaba en un yermo helado. El frío le erizó la piel y se abrazó a sí misma mientras que el aliento al salir de sus labios se convertía en nubes de vaho que quedaban suspendidas frente a ella durante poco menos de un segundo.

-¿Qué es...?--El frío quizá fue un castigo mayor que la reprimenda del camada de Fenrir. Había sido una estúpida, egoísta y se había comportado de manera provinciana subestimando a aquellos con los que se había encontrado. La nieve mordía sus pies y los copos que llevaba el viento cortante no era nada agradable y bucólico con lo que deleitarse. Entornó los ojos intentando discernir entre la ventisca que les azotaba mientras se frotaba los brazos queriendo combatir al frío.

No solo no consiguió discernir figura alguna si no que tampoco conseguía entrar en calor... las manos le dolían por el frío y su piel se enrojecía por la quemadura de la nieve. Retrocedió un poco, esperando al camada de Fenrir mientras su cuerpo se redefinía quedando su desnudez oculta tras una densa mata de pelo negro.

Resopló por la nariz sacudiendo el hocico y se agazapó ligeramente sobre las patas en cuanto las siluetas hicieron su aparición en su campo de visión, carne putrefacta que hablaba en elevado cubriendo la muerte de sus cuerpos en uniformes militares en cuyos brazos se veía el brazalete rojo con la insignia nazi.
Agachó las orejas y abrió el hocico sin emitir ningún sonido.

Avanzo cauto por la nieve, la poca visibilidad disparan instintivamente los sentidos, a unos metros se materializa la imagen de un grupo de hominidos nazis que nos dan de una forma peculiar el alto. Miro instintivamente al que habíamos aceptado como guía de la manada, permanezco alerto ante cualquier orden del nuevo "alfa" y ante posibles movimientos que puedan realizar los recién avistados. 

Intento mantener una posición neutra hasta que o los "nazis" o "desgarra" den signos de tener que pasar a la acción ...

Bien, nuestro camino comenzaba a entretejerse. El antiguo Rey depositaba sus esperanzas en nosotros, algo que no parecia de su agrado. Tras nuestro aullido, y sentimiento de comunion los espiritus ancestrales nos mostraban un nuevo camino a transitar. Uno lleno de misterios que con gusto desentrañaria, a sangre y sudor si era necesario. 

Comence a descender aun en mi forma de Guerra, imponiendo mi imagen de Alpha hacia los demas como un animal lo hacia, demostrando tamaño. Baje olfateando el aire, parecia algo humedo y frio a la vez. Todo fue revelado pasos adelante. La brisa hacia danzar mi pelaje y entrecerrar mis ojos. El viento que recorria la cueva silvaba como si de un vendaval se tratase. 

Cuando atravesamos el umbral, poco a poco comenzamos a transitar un paraje blanco, con nieve espesa que hacia trabajar mis fibras musculares mas de lo necesario, al hundir en ella mis pesadas piernas. Una voz me distrajo, recordandome cierto todo y acento conocido.

Ex colegas mios... pero por que estarian aqui. 

- Kamerad, vinimos a cumplir con nuestro destino. Proteger al Pequeño Gran Azul y encontrar nuestra guia. - Dije encrespando el pelo de mi lomo y poniendo firme mi cola, a fin de demostrarles a los demas que esten en guardia... Esto no olia bien.

- ¿Que hacen USTEDES aqui, si es que puedo preguntar? - Aproveche el momento de duda para sentir si aquellas almas carcomidas por el tiempo habian sido influenciadas por el toque del Wyrm, quien logro influenciar de manera muy positiva a las tropas del Tercer Reich. 

Esa puerta ha debido enviarnos a un lugar mas adentro de la ocuridad y la muerte,estos sin dudas tiene que ser caidos , pertenecientes al ejercito nazi. 

-Hablan en elevado,quizas sean Garous.Mi fetiche no da alarma de servidores del wyrm Andreas ,no se que son pero no veo  nada mas aqui en la nieve o vienen a guiarnos o a detener nuestro paso.

Basicamente eran amigos o enemigos,eso es lo que tenia que aclarar.Aunque aquellos abrigos no auguraban nada bueno...

Cuando Andreas nombra a Pequeño Gran Azul, los hombres con uniformes nazis comienzan a separarse, desplegándose. El único que permanece en su sitio es el que lleva uniforme de oficial, quien os observa con aire orgulloso en su descompuesto rostro.

No hay nada para ti aquí, lobo -Dice a voces- Los que padecemos el castigo por nuestro orgullo no respondemos ante los que habrán de padecerlo en el futuro. Os habéis adentrado en el infierno blanco, último retiro de los repudiados y exiliados. Y aquí, en este lugar, vuestra presencia es una bendición. Largo tiempo hemos esperado una oportunidad como esta...

Los soldados comienzan a sacar armas, mostrándolas a través del viento nevado y blanquecino. No hay armas de fuego. Tan solo cuchillos, bayonetas desmontadas de sus fusiles e incluso un pequeño hacha de trinchera. Armas blancas, de mano, oxidadas y desgastadas.

Y parecen dispuestos a usarlas contra vosotros...

Algo en su mente hizo click cuando lo que antes había sido un hombre vivo (o más bien una aberración viviente) habló. La respiración del animal se aceleró hasta un punto imposible y desde su pecho brotó un gruñido ronco que empezó como un ronroneo amenazante y que se escapaba entre los caninos in crescendo. Con el pulso acelerado por la ira irracional provocada por el rechazo, por la frustración, por el miedo y por todo el mal pasado Lucrecia no esperó seña alguna, Sus músculos se contrajeron violentamente para relajarse medio segundo antes de volverse a contraer en un proceso tras el cual donde antes estaba la pequeña lupus se encontraba Aura-de-Discordia  sobre dos patas, tensa en la forma crinos, aceptando la ofensiva de los nazis  encaró a uno lanzando hacia él las garras crispadas con el gruñido vibrando en la garganta, sin reparar en sus armas.

No estaba para ponerse a pensar en esas armas.

Vengo de un desierto de arena, no temo a ningún engendro venido de la nieve.

Búho... que tus plumas cubran mi cuerpo y lo protejan de todo dolor, que este pase a través de mi espíritu sin instalarse en él, no permitas que los espíritus del dolor muerdan mi cuerpo.

Luego siento la Rabia fluir en mi interior, no tengo mas que fijarme en esos uniformes y recordar, recordar las ofensas inflingidas a mi pueblo, el dolor causado a mi familia. Cuando la siento y pugna por salir como una ventisca en este desierto blanco, siento los ojos de Firme-en-la-batalla sobre mi nuca, y recuerdo.

Sii... somos una bendición, porque venimos a acabar con vuestro tormento.

Observo a los caídos mientras convertido en Crinos dejo caer mi peso sobre las cuatro patas, arrastro mis garras por la nieve. Me preparo para saltar.

Que el frío hielo que pisamos hienda vuestra carne y os de el reposo que tanto buscáis.

El líder... miro a Desgarra-la-Umbra... no, no voy a arrebatarle el honor y la gloría a mi hermano.

Abro mis fauces ligeramente, y tras mirar a mi enemigo.

Te arrancaré la cabeza y enterraré tu cuerpo bajo la nieve para que terminen su trabajo los gusanos. El mismo sheol vomitará tu cuerpo.

Las palabras de odio que escupía el "nazi exiliado" eran suficientes para desencadenar la reacción, bien Luc estamos en terreno hostil y sin haber podido evaluar los riesgos de la zona, suponía un a ventaja nada deseada para los "nazis". No obstante algo no cuadraba, o estaban muy seguros de si mismos o se trataba de una prueba, pues retar a 5 Garous no era un acto demasiado inteligente. 

Tras evaluar la situación decido que mi forma actual quizá sea la más idónea por el momento para moverse por la nieve y evitar posibles trampas. Por lo que me dirijo hacia uno de los secuaces que acaban de sacar sus armas, me dirijo rápido y decidido a desarmarle, por un flanco (en la medida de lo posible) me lanzo sobre uno de los seres con intención de dejarle caído y lejos del arma para posteriormente darle el golpe de gracia si la situación es propicia.

Al parecer sus rostros corruptos parecian reflejar la corrupcion de su alma. Querian detenernos o al menos retrasarnos? Bien, habian logrado que la poca paciencia que me quedaba se rompiera en cuestion de instantes. 

- Asi que tu eres quien el Rey Ancestral mencionaba con el nombre de Exiliado. - Exprese tambien en Elevado, agazapando mis cuartos traseros. - Y seras TU quien responda al juicio de mis garras, MI manada saldra de aqui viva, y con secretos nunca antes revelados. Asi que lo mejor sera que no nos estorben. - Lleve mi dedo pulgar a mi pecho, demostrando autoridad.

Todos estaban preparados para lo inminente, especialmente la Furia quien se abalanzo hacia el primero que tenia en rango... Me cae un poco mejor la Furia en este momento. Es como nuestros Antepasados siempre nos enseñaron. La valia y personalidad de un Garou se ve reflejada en un combate y aqui conoceria a quienes en un futuro estare llamando "hermanos".

- ¡¡Danny!! Ahora es cuando me demuestras que clase de Ahroun eres... Y pidele a quien quieras, que sea de mi agrado lo que vaya a ver. Deshaganse de sus secuases. Él... es mio.- Hice incapie en esa orden, no podia permitirme perder esta oportunidad.

- Exiliado... cuentame que es lo que sabes de este lugar y el pequeño gran azul. - * Pensaba sacarle un poco de informacion antes de acabar con su presencia.

Estiro mis patas en posicion de ataque mientras mis ojos se levan hasta un cielo inexistente.

-Es en la mas profunda sima de oscuridad  y en el corazon del valiente donde la luz resplandece mas que nunca.-digo mientras mi pelaje comienza a resplandecer y una luz baña todo a mi alrededor.
Quizas esta sea mi tumba pero no caere solo,si tengo que hacerlo me llevare a alguno conmigo .Abrir bien vuestros ojos muertos pues os voy a mostrar la cegadora furia de un colmillo plateado.-y en eso cargo hacia uno de ellos atacandole con mis garras.