Partida Rol por web

No pudo evitar nega con la cabeza, decepcionado ante lo que estaba viendo. Él era el más idonéo para dirigir la manada, y aun así, se negaba a ello. Era posible que el aprendizaje de Hermano de Su Manada, aun estuviera más verde de lo que había pensado, y que aun debía aprender mucho más si quería llegar a ser tan sabio como su mentora. Así que aguardó unos segundos, observando los hechos y palabras de Puño-Sabio.

Se limitó a pensar, a meditar y evaluar la situación, buscando todas las posibilidades, todos los caminos. Meditó sobre el destino de la recién creada manada, y de que le resultaba realmente extraño y paradojico que nadie deseara alzarse por el liderazgo de la manada. Sobretodo, cuando estaba claro quien debía serlo, si marchaban a la guerra.

Entonces es cuando se posa ante mi Rudolf, observandome, y los gestos de su cara le indican que esta apunto de hablar. Es evidente en que hemos fallado, Puño-Sabio. Todos tendremos nuestro castigo, en cuanto acabemos nuestro cometido. La tranquilidad y seguridad de sus palabras fue arrolladora, como si no le importara saber que él mismo determinará el castigo de todos.

Cuando Rudolf se dispuso a seguir con la marcha, Hermano tambien se dispuso a darle el alto, cuando Negocia con Espiritus se le adelantó. Sus palabras estaban llenas de sabiduría, y no carecía de razón ninguna. Él mismo nunca lo habría espresado mejor. Esperaba una respuesta de Puño Sabio, cuando Negocia con Espiritus giro su cabeza hacia él, y le habló.

Haciendo gala de su paciencia y deseo de comprensión, espero a que Abelard hablara, lanzara sus teorías y preguntas. Así es, Negocia con Espiritus. Pero es mi misión juzgar. ¿Sería un buen juicio depositar el futuro de la manda en hombros de un juez, o de un guerrero? ¿Sería conveniente? No. Pero no puede ser lider quien no desea serlo, o quien no confia en si mismo, a pesar de que los demás si confiemos.

Estamos en una difícil situación, pues la guerra llama a nuestra puerta y debemos acudir a su llamada. Y en esta época donde la muerte nos busca, necesitaremos a un guerrero que nos guie. Cuando vió a Negocia con Espiritus retar a Puño-Sabio, Hermano de su Manada salió al encuentro, poniendose en un lado de los dos.

Me temo, Negocia con Espiritus, que es el retado quien escoje el tipo de desafío. Aun así, si no es un guerrero quien llevé a esta manada, yo mismo te retaré por el liderazgo de la misma. La situación era difícil. Me habria gustado saber que habría hecho en aquella situación, Recia Como Las Montañas.

Esperaba estar obrando como ella misma lo habría hecho.

Stefan miro a los presentes y a sus espaldas para ver el Tótem de Oso. Sus palabras habían sido claras y había provocado en el Ahroun una forma distinta de orgullo. Sabia que los demás Garous les despreciara por quien habían escogido seguir, pero el no había sido ya despreciado por seguir a Renate.

Le daba igual.

Al oír las palabras de Negocia se quedo mirando a este y de su garganta surgió un gruñido leve pero que advertía de que no estaba de acuerdo por su desafió. Era Rudolf quien debía aceptar o no, pero también Hermano de Su Manada se alzo con palabras claras.

El que había puesto en duda antes de la lucha el liderazgo confiaba en Rudolf, el resto no. Por su parte apoyaría a este y a nadie mas, si no se ganaba la confianza de los demás y sobre todo la suya.

Por lo que espero pero también tenia cosas que decir y su mejor forma era posicionarse al lado de Rudolf un paso por detrás de este demostrando en aunque confiaba y a quien seguiría.

"¿¡Que!?"

Por un momento me quedo sin palabras, abrumado por el desafio a mi autoridad... la misma autoridad que me fue impuesta por las circunstancias... la misma autoridad que yo no hubiese querido.

Noto como una rabia sobrenatural, la Rabia de los guerreros Garou inflama mi pecho. Mis puños se cierran, conformando sendos mazos, mientras recurro a toda mi fuerza de voluntad para no descargarlos sobre el rostro del insurrecto.

Canalizo esa ira hacia dentro, tragandomela, mientras abandono la forma de batalla.

"Es necesario que conserve la calma para cometer una locura... Y solo como humano puedo evitar arrancarle la cabeza de los hombros..."

Al volver a ser yo mismo pierdo parte de ese contacto que mantenia con nuestro Totém y tengo que esforzarme para no regresar a la forma pura de los Garou. Siento un estremecimiento de frio, merced a la repentina desaparición del pelo... del pelaje.

El mundo vuelve a ser normal... todo lo normal que puede ser el lugar donde nos encontramos. Ya no hay olores... Los colores estan más apagados... Todas las formas carecen de esa solidez que tienen cuando se perciben con todo el ser...

Suspiro, cansado.

"Acepto el desafio, Abelard-Negocia-con-espiritus." Empleo un tono seco, directo. Aún asi, mastico la bilis que llena mi boca, resentido por el gesto de rebeldia de aquel a quien consideraba mi amigo... Y, sin embargo, una extraña melancolía se entremezcla con ese resentimiento... "Pero quiero que te quede claro algo... Que quede claro para todos vosotros... Soy un soldado... Un guerrero... Y es mi honor lo que me impulsa a seguir las ordenes de mis comandantes. No la politica. No la democracia. Es el Honor."

"Entiende esto, Abelard..." Me acerco a él, sosteniendole la mirada... "Si esto fuese una unidad militar haria que te fusilaran por insubordinación... Pero no lo es. Es una manada Garou, como has insistido en convencernos desde el principio... Y si esa es la forma de alcanzar el liderazgo, que asi sea. Acepto tu desafio por el liderazgo de la Zarpa Sanadora." Sigo enfadado, molesto... No tanto por el flagrante desafio a mi mando, sino por el oscuro pensamiento de que él, Abelard, puede ser mejor lider que yo. "Expón tus terminos, Negocia-con-espiritus. Hermano-de-su-manada juzgará si son validos y limpios. Canción-de-la-tierra y Espectro-Lunar observaran y recordaran para contarselo a nuestros hermanos Garou y Filo-del-guardian detendrá el desafio si alguno de los dos pierde la cabeza... ¿De acuerdo?"

Dicho eso, doy un paso atras y escucho los terminos del desafio, listo para enfrentarme a otra prueba en este extraño mundo y en esta extraña sociedad... De la que ahora formo parte totalmente.

Las palabras de hermano-de-su-manada me dejaron… ¿triste? ¿Decepcionado? Es difícil emitir juicios de valor sobre las personas en especial aquellos motivados por estereotipos levemente oídos en el pasado, pero la forma de comportarse de ese media luna no concordaba con nada que hubiera escuchado en el pasado.

Mi atención salta a puño-sabio. Los pelos de mi nuca se erizaron en el momento en que una enorme tención se cernía sobre mis hombros. Mi corazón se agitó y mis pies dieron un paso atrás. Era claro que mi cuerpo ya había sopesado las repercusiones de un enfrentamiento con Rudolf y era claro que no le gustaba el resultado. Detente Abelard, esto lo haces por la manada. Le debes al menos eso.

Me tragué como mejor pude el miedo que corría por mi espina dorsal al notar cuan peligroso puede llegar a ser un guerrero desafiado a su autoridad. Más aun, trago con dificultad y doy un paso al frente. Si bien espero que no se note muy tembloroso.

-Es exactamente eso Rudolf. Honor, tal como lo has dicho el honor es lo que mueve a este nuestro mundo. Pero piensa un segundo ¿Cómo te nombramos líder? ¿Acaso eso no fue una votación democrática?- Sabía que si tensionaba más de la cuenta las hebras de esta conversación podía terminar con mi cabeza separada de los hombros. Pero tengo un deber, bueno en realidad no lo tengo es solo que el resto esta tan asustado o tan abstraído que no entienden lo que va a pasar una vez dejemos este paraje.

-Tal como padre Oso nos ha advertido, el resto de la nación nos mirara con recelo. Vamos que incluso es posible que nos menosprecien. Yo soy un teurghe el honor no es algo tan valioso para mí, no soy un guerrero y eso ha quedado claro en la prueba. Pero mira alrededor.- Movía el dedo índice de mi mano derecha en círculos para señalar al resto de garous. – ¿Cuántos de ellos piensan o sienten como yo? La forma como seamos tratados en un futuro podría comenzar a resquebrajar la unidad de la manada y cuando eso suceda ¿Qué pasará? ¿Quién de aquellos que pueden resultar heridos en su orgullo por ese trato reconocerán tu liderazgo? Repito lo que ya dije soy alemán y con una votación elegimos a ese demente de Hitler.-

Respiraba aceleradamente, un paso en falso y necesitaría de varias semanas para volver a caminar. –Mírate Rudolf, eres infinitamente más fuerte, valiente y entrenado para la guerra que yo. Sabes de tácticas. Maniobras y esas cosas que tanto bien le harán a la manada. ¿De verdad piensas que es un capricho mío el querer reforzar tu posición tal como lo dictan las leyes Garous desde mucho antes de mi nacimiento?-

Hay demasiada rabia en su corazón y al igual que hermano-de-su-manada somos homínidos y es pensamientos homínidos lo que nos están dirigiendo. Quiera gaia que esto cambie.

-Tal como dice nuestro juez. Eres tú el retado quien impone las condiciones… Incluso puedes pasar de mí y no aceptar mi desafío. Así que estoy a tu disposición.-

Al terminar de hablar mi pulso está un poco mejor. Al menos ya no tiemblo como una hoja en medio de las corrientes primaverales. –En cuento a fusilarme…- Le miro a los ojos y le dedico lo que espero sea una sonrisa lobuna.- Ya escape de la SS en el pasado.-

No soy un hombre de acción y es claro que no sé amedrentar a nadie, bueno nunca lo he siquiera intentado pero esperaba con esa infantil respuesta dejarle claro a todos que si alguien quiere mi cuello mejor será que sea un jodido campeón olímpico de metros planos. Tal vez no sea un experto guerrero pero sí que se como correr.

Stefan observaba ambos contendientes. Había oído las palabras de ambos y sabia que pronto se resolvería el asunto. Rudolf, su hermano en enseñanzas, había estado más que dispuesto al combate sin más. Stefan había sentido la rabia bullir en su cuerpo. Él estaba cansado, necesitaba descansar, su rabia había sido agotada casi en su totalidad en aquellos combates pasados.

Deseaba ver a su mentora y pedirle consejo.

Pero miraba a los presentes esperando ver alguna reacción más entre ellos. Miro a Abelard y gruño de nuevo.

La situacion se hbaia tensado, por una parte entiendo la postura de Negocia-con-espiritus y por otro tambien la de Rudolf, tras la ultima intervencion del primero me doy cuenta de algo, lo esta haciendo por todos, por unirnos mas, en cierta forma retandole y poniendo a prueba su liderazgo esta reforzandolo, sin embargo, parece que Rudolft como buen militar es un cabeza cuadrada y no se ha dado cuenta mas que de la superficie.

Una parte de mi pide que intervenga y que diga algo, pero se que no servira de nada, lo unico que conseguiria seria enfadar mas aun a Rudolf, mientras que al mismo tiempo haria que la idea de negocia fuera un fracaso, asi que por el momento lo mejor que pudo hacer es permanecer callada y al margen

Rudolf, como retado, eres tu quien debe escoger que tipo de desafio deseas. Le recordó, mirandolo serio. Pero antes de que comience este desafio... ¿Podemos hablar en privado, Puño-Sabio, por favor? Le pidió, sin decir nada más. Señaló a un lugar junto a él, más alejado, para que pudieran hablar tranquilamente.

Aun podía solucionar todo esto de una forma pacífica, volver a cimentar la manada de una forma solida. Y para ello debía hablar con Rudolf.

Lo que no pudo es evitar tensarse ante las menciones del enemigo de su patria hominida, Hitler. Pero debía recordar, que ya no pertenecía a aquella patria. Ahora formaba parte de la Nacion. Algo mas grande, mas importante.

Tensó la mandibula al apretar los dientes, mientras escucho a mis hermanos de manada. No se me escapa que la mitad de ellos no han abierto la boca...

"Quizas Abelard tenga razón... Quizas todos comparten su opinión..."

Paseo la mirada por cada uno de ellos, estudiando sus expresiones, sus miradas...

"Quizas no estoy preparado para dirigir esta manada... Abelard esta en lo cierto al prevenirnos contra las reacciones del resto... Hemos aceptado un Totém muy especial y una gran responsabilidad..."

Las palabras de Abelard, sobre la responsabilidad, la tradición de los Garou y las consecuencias de la guerra, pronunciadas con lo que parece una mezcla de resentimiento y tristeza no carecen de razón.

"No comparto tu opinión, Abelard-Negocia-con-espiritus... Pero aqui carecen de importancia... Tus problemas con las SS serán nuestros problemas cuando salgamos de aquí. Puede que nuestra mentora, Fraü Dietze, nos oriente y nos ayude."

Resoplo al escuchar la petición de Vadim... "Solo quiero acabar con esto"

"Bien... No conozco el protocolo para estas situaciones. Si no os importa, escucharé las palabras de Vadim-Hermano-de-su-manada"

Me alejo de Abelard y acompaño al Philodox a un aparte, apoyandome en su hombro...

Me alejo de Abelard y acompaño al Philodox a un aparte, apoyandome en su hombro... Hablando con él en voz baja.

"Antes de que digas nada... No tengo intención de pelearme con Abelard... Y no solo porque dependemos de él para salir de este lugar, de esta... Umbra."

Me coloco frente al ruso, estudiando su rostro...

"Ya no acostumbro a golpear a quien me corrige o me discute... Por muchas ganas que pueda llegar a tener... Entiendo sus motivos para cuestionar mi liderazgo... No es asi como se hacen las cosas en el ejercito... Pero la  Wehrmacht no me preparó para convertirme en un lider Garou... O si, quien sabe..."

Aprieto los dientes de nuevo, serio, sereno, tranquilo.

"Bien, Vadim, si estoy en esta situación es en parte por tú confianza en mi..." Sonrio a mi bigotudo camarada, francamente cansado... "¿Como resuelvo esto?"

Mientras hablaban sobre el desafío por el liderazgo de la manada, Espectro-Lunar cambiaba lentamente a su forma natural de Lupus, en la que se sentía mucho más cómodo y tranquilo, no como en esa forma bestial de combate en la que era capaz de destrozar gran cantidad de cosas.

Como lupus, comenzó a escuchar lo que decían y muchos términos se le escapaban. Usaban términos humanos para hablar, pero entendía que pudiera pasar. Por lo visto era un lenguaje con muchísimas complicaciones, ¿SS? ¿Hitler? ¿Fusilar? ¿Qué era todo eso? Eran conceptos que para él eran completamente desconocidos.

Cuando lo nombraron para que recordara este momento, Espectro-Lunar asintió ligeramente mientras se sentaba en los cuartos traseros antes de recostarse por completo, manteniendo la cabeza alta y las orejas en dirección a las palabras de sus hermanos de manada.

Tu, y no otro, serás el Alfa de esta manada. La sentencia de Vadim cayó como un rayo desde el cielo, del que no duda, del que se reafirma en sus palabras, del que necesita eliminar sus dudas, para eliminar la de los demás. Son tiempos difíciles, Puño-Sabio. Como dije antes, la guerra acecha, y tú tienes todas las cualidades que un líder debe tener un alfa en la situación donde nos encontramos. La fuerza, el valor, el arrojo, el honor, la inteligencia y el respeto por sus hermanos. 

Hizo una pausa, volviéndose hacia el grupo, unos pasos alejado, y observándolos durante unos segundos. Olvida todo lo que has aprendido. Aprende junto a tu manada a ser un Garou. En nuestra sociedad, los lideres no se escogen por simpatía o democracia. Los lideres imponen su voluntad.

Impón tu voluntad, hágase tu voluntad. Escucha el consejo de tus hermanos, pero no esperes que tomen las decisiones por ti, ni lo permitas. Abrirás camino, y tu palabra será la ley y la voluntad de la manada. Se llevó los dedos al puente de la nariz, a la altura de los lagrimales, masajeándose la nariz un par de segundos.

Negocia con Espíritus te ha retado. Puedes sacar algo en positivo de todo esto... lo más correcto sería aceptar el reto, y realizar el Duelo físico. La letanía marca que Negocia con espíritus puede rendirse sin sufrir daño alguno, mostrando sumisión, o aceptando la derrota públicamente. Eso reforzará tu posición como alfa, y dejara claro que, en una época de guerra, se necesita un guerrero como tú.

Tras el duelo, debes sentenciar que eres el Alfa de la manada, en público, para que todos lo escuchen, y esperar que todos hagan algún gesto de sumisión, no de aceptación. Te abras convertido en el alfa que necesita esta joven manada.

En último lugar, ofreció su mano a Rudolf, para estrechársela con fuerza. Ojala... nos hubiéramos conocido en otro lugar, en otro momento, y en otra situación. No solo eres un gran hombre, también eres un gran Garou. Un gesto humano, antes de volver a la realidad inmediata de la Nación. No fue él quien hizo el primer gesto de volver con los demás, espero que fuera Rudolf Puño Sabio quien lo hiciera. Ese era su primer gesto de respetar su liderazgo. El Alfa, siempre iba delante.

Escuché las explicaciones de Vadim con atención, porque sabia lo importante que era "hacerlo bien".

"Maldita sea... No quiero enfrentarme a Abelard... No es necesario... Puede quedarse con el puesto si quiere... Maldita sea... ¡¡En este lugar es lógico que lo sea!!... ¡¿Por qué no pueden acatar las ordenes como buenos soldados?! Acht"

Gruñí y asentí a Hermano-de-su-manada, girandome hacia mi retador y el resto de los Garou que eran ahora y para siempre...

"...Mi manada..."

"Maldita sea... Cuanta complicación... Acht!"

"No quiero... Enfrentarme a él físicamente, Hermano... Habló de un desafio de ingenio y..." Susurro entre dientes a Vadim. "Y creo que puedo derrotarle en su propio terreno... Y ratificar de una vez a esta manada..."

Respiro con lentitud, manteniendo la vista sobre el Theurge, consciente del nerviosismo latente de todos. Incluso sin los sentidos afinados de mi herencia Garou puedo percibir el vello erizado, el aliento apresurado y la tensión acumulada bajo la piel...

"¿Merece la pena luchar por ellos? Sí... ¿Merece la pena luchar por el liderazgo y el mando?... Maldita sea, sí"

Cuadro la mandibula y alzo los hombros, arrancando un crujido de mi cuello al aliviarle la tensión. Y avanzo hacia Abelard-Negocia-con-espiritus.

Gruñí y asentí a Hermano-de-su-manada, girandome hacia mi retador y el resto de los Garou que eran ahora y para siempre...

Murmuro entre dientes, apesadumbrado... Y vuelvo a murmurar, hablando con Hermano-de-su-manada

Respiro con lentitud, manteniendo la vista sobre el Theurge, consciente del nerviosismo latente de todos. Incluso sin los sentidos afinados de mi herencia Garou puedo percibir el vello erizado, el aliento apresurado y la tensión acumulada bajo la piel...

Cuadro la mandibula y alzo los hombros, arrancando un crujido de mi cuello al aliviarle la tensión. Y avanzo hacia Abelard-Negocia-con-espiritus.

"Aberlard-Negocia-con-espiritus, de los Hijos de Gaia... Theurge de la manada de la Zarpa Sanadora... Acepto tu desafio por el liderazgo de la manada de la Zarpa Sanadora."

Miro por encima de su hombro, dirigiendome a los demás...

"Yo, Rudolf-Puño-sabio, acepto su desafio..."

Cierro los puños, hasta que los nudillos se ponen blancos y se marcán las venas de los antebrazos. Miro con fijeza a Abelard, entornando los ojos y frunciendo el sueño.

"Acepto su desafio. Sin embargo, los terminos del mismos son los siguientes... Pelearemos con las manos desnudas, hasta la rendición o la inconsciencia... No negaremos nuestra naturaleza en ningún momento... Respetaremos a nuestro rival, respetando su vida y su rendición... Y aceptaremos la posición preeminente del vencedor, como lider y mando de esta manada de la Zarpa Sanadora..."

Dicho eso, alzo los brazos y adopto una posición de guardia, mientras adopto la forma de batalla de los Garou, la forma de Crinos.

Espere pacientemente mientras hermano-de-su-manada y puño-sabio hablaban. Serine permanecía en silencio, espectro solo meneaba la cola y claro el furioso Stefan me hace advertencias con sus gruñidos.  

Todo esto es tan extraño. Pensaba que al retar al líder las cosas mejorarían, pero por lo visto no. Los colmillos plateados siguen en silencio, es más se agachan sumisamente y el fenrir no muestra deseos de batalla. O todo lo que mi mentor me dijo es falso o estos están esperando el peor momento para la manada antes de mostrar su verdadera naturaleza. Que gaia nos ayude si eso es lo que están pensando. Padre Oso, ¿Por qué me escogiste? Yo solo quiero lo mejor para los espíritus ese ha sido mi objetivo desde hace mucho tiempo. Yo no tengo ninguna ambición de liderazgo ni de compañía. Suspiro cansado. Solo sé que sí está manada se fragmenta en el fragor del combate no solo moriremos nosotros, deshonraremos a padre Oso y dejaremos de proteger a los espíritus más pequeños. Tomo fuerza nuevamente. Si mi seguridad o incluso mi vida se deben perder para asegurar que eso no pase. Trague saliva nervioso. Lo haré.

Puño-Sabio me habla y al menos encuentro algo cuerdo en esto. Es un guerrero y claro que sabe que no soy rival para él. ¿Toma ventaja de ese hecho como un cobarde? No claro que no. Él es un guerrero y los guerreros no saben hacer nada más que pelear además yo lo reté ¿por qué iba él a darme ventaja alguna? Bien eso es lo de menos.

 Empuño mis manos frente a mi pecho con los nudillos apuntando en mi dirección mientras me encorvo un poco en una muestra clara de la fuerza que estoy haciendo. Lentamente mi cuerpo gana tamaño y masa. El asqueroso sonido de los huesos reventar inundan el lugar y siento lo fuertes calambres que indican el atrofio de mis músculos para ser remplazados por nuevos. Es doloroso muy doloroso y termine arrodillado con una mano en el suelo. Aunque esa mano es mucho más grande que la mía y tiene garras mortales.

Me levanto dejando ver mi forma de batalla. Me esfuerzo por no reír. No soy ni por asomo el más grande de los dos. Rudolf me saca casi una cabeza y su musculatura es claramente superior a la mía. Bueno cuando se es un chucho escuálido cualquiera es más musculosa que tú.

-Padre Oso, Ayúdame a hacer lo correcto.- susurro en elevando elevado mi vista al lugar donde estaba Oso momentos antes.

-Cuando quieras Puño-Sabio.-

Apenas Aberlard alza las manos lanzo un directo a su hocico sin contemplaciones.

"¡¿Quieres liderar esta manada?!" Ladro mi pregunta mientras me muevo en torno a él. Noto como mis musculos se tensan de nuevo, listo para lanzar otro golpe...

"¡¿Por qué quieres el liderazgo?!" Estoy furioso con él, con los demás, con el mundo en general...

"¡¿Quieres enviar a tus hermanos a la muerte?!" Aprieto los dientes y adelanto la guardia, mientras cambio de nuevo el ritmo de mis pies...

"¡¿Tienes idea de lo que eso significa?!" Doy un paso atras, encorvandome y encogiendome sobre mi mismo, listo para saltar sobre él Theurge y clavarle mis garras...

"Aunque quieras protegerlos... Aunque te prepares para protegerlos... Tarde o temprano perderas a alguien bajo tu mando... Un camarada de armas... Un miembro de la tribu o del clan... Un hermano de manada... ¿Te sientes preparado, Abelard?"

-¡Claro que no!- Le grité a Rudolf cuando me preguntó esa cosa sobre perder hombres.

No tuve tiempo de contestar nada más hasta sentir un mazo golpear mi pecho. El sonido resultante del puño de Rudolf en mi pecho fue como si del tañido de una campana gigante se tratase. Retrocedí un par de metros dejando marcado en el suelo espiritual sendos canales. Este tío es muy fuerte. Fue lo único que pensé mientras trataba de recuperar el aliento.

Apoyo una pata en el suelo y me impulso en las tres que tocan el suelo para lanzarle un puñetazo a Rudolf con el impulso de mi cuerpo.

Me quedo unos segundos observando, sin duda el duelo puede ser peligroso, por fortuna se ha decidido que no sera mortal, que sera hasta que alguien se rinda o caiga incosciente, eso en parte me tranquiliza, ya que ninguno de mis hermanos caera muerto, ¿hermanos? realmente en parte me costaba decir eso, no  era muy consciente de todo lo que implicaba, estoy segura de ello, pero poco a poco empiezo a comprender, a fin de cuentas hace un par de semanas, ¿o tal vez era una semana? era totalmente ajena a todo esto, pero aqui estoy en un "mundo" extraño y en definitiva nuevo y presenciando una lucha por el poder, entonces algo me vino a la cabeza.

El liderazgo, yo siempre he escuchado que lo mejor era la democracia, es decir, al menos por parte de los aliados, y aunque la democracia fue la que hizo que Hitler llegara al poder al final todo se habia convertido en una lucha entre la democracia de los aliados y la imposicion de un poder personal, me resultaba curioso aquello, aquella situacion, ante mi se estaba decidiendo por un duelo el liderazgo de alguien, el poder en definitiva y el mas fuerte seria el vencedor, eso me hacia pensar, ¿acaso los humanos estabamos equivocados? .

Me resulta bastante reveladora la experiencia que estoy teniendo, por un lado siento, o mejor dicho se que la democracia es la mejor forma de hacer las cosas, el elegir a un lider por sus meritos, por sus bondades, pero algo dentro de mi me dice que no, que lo bueno es lo que esta sucediendo, que debemos seguir al mas fuerte de todos nosotros, al mas apto, en definitiva, al que gane este combate, este duelo, parece que lo que decian es cierto, estamos cada vez mas cerca del lobo y no se realmente porque pero siento que en realidad es lo mejor.

Mientras tengo estos pensamientos observo el duelo, primero un duelo verbal, sin duda el momento de ganar confianza, o de asustar el rival y si algo aprendi cuando vi una pelea de hombres es que justo tras las palabras llega la violencia