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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 4- El Castillo de Muro de Salmuera.

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01/06/2018, 09:34
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

PASADA LA MEDIANOCHE.

Había hecho bien en buscar a su abuela lo más pronto posible, a ver que sus compañeros eran competentes es algo que ya habían demostrado, pero era tarea última de Giorgino la seguridad de la anciana desde que ésta reconociera que lo necesitaba a su lado. No había dejado de pensar en ello desde que abandonó el castillo en busca de su tío Sandru, de lo desesperada que debería estar Koya para renunciar a su protección personal en pos de traer al líder de la caravana.

Sin lugar a duda había llegado a tiempo, pues aquella peculiar y pequeña criatura parecía estar ejerciendo un extraño influjo sobre el semielfo, y era cuestión de tiempo que su abuela, que empezaba a perder la paciencia, se viera afectada también. Con un rápido movimiento de su cada vez más valorado fular varisio le inflingió una serie de cortes a la criatura que, con la ayuda final de Hattori, se desplomó en un montón de huesos y polvo, como si nunca antes se hubiera movido.

Aliviado, pudo ver como su abuela entraba en el lugar de dónde el joven varisio supuso que había salido la criatura y salió con algo en brazos, prefirió no mirar, pues la sala de taxidermia ya había rebosado el vaso de la curiosidad de Giorgino.

Diligentemente, indicó al resto que su tío se encontraba en la sala inferior, con Vankor, mal disimulando un gesto de orgullo propio por la misión cumplida y su heroica llegada en defensa de sus compañeros. Poco o nada hubo que relatar los pormenores por los que casi acaba ensartado por el acero de su tío, pues no eran más que anécdotas sin importancia de tamaña gesta en solitario.

A continuación se dirigió a la sala de banquetes, suponiendo que sería seguido por el resto, cosa que no fue así, como pudo comprobar cuando llegaron. Serveris y Hattori no llegaban.

De pronto y como una exhalación aparecieron, primero el viejo, segundo el guerrero, alterados como nunca los había visto antes y tratando de huir de un perseguidor inexistente, o invisible, ¿quien sabe? A duras penas alcanzó a sujetar al viejo, que en plenas condiciones no hubiera tardado en hacer uso de su agilidad para zafarse, pero que presa del pánico como llegó no fue difícil de detener. Farfullaba algo sin sentido sobre los muertos. Quizá les hubiera afectado finalmente la sensación extraña de la criatura del piso superior sin embargo, algo le decía que se debía al rato que habían permanecido a solas, pues raramente algo puede afectar después de morir, o eso se imaginaba Giorgino.

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01/06/2018, 18:30
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

PASADA LA MEDIANOCHE.

Koya no respondió con palabras a Serveris acerca del enterramiento de los restos del pobre chiquillo, pero negó con la cabeza. Ahora no había tiempo para una ceremonia semejante, no si quería hacerlo bien. Tras acariciar la mejilla de su nieto se apresuró a seguirlo. Tantas ganas tenía de ver a Sandru que ni se dio cuenta de que Hattori y Serveris quedaban atrás.

Al llegar a la antigua sala de banquetes los ojos de Koya casi se desbordaron en incontrolables lágrimas al ver a Sandru.

- Sandru, hijo mío, qué bueno que estés aquí.- Estaba demasiado vieja para soportar una carga tan pesada sobre sus escuálidos hombros. Apenas le dio tiempo para achucharlo un poco y sembrarle la mejilla de sonoros besos que los gritos de un despavorido Hattori rompieron el dulce encuentro familiar.

- Pero...- Koya salió en la busca del anciano que parecía aterrado y estaba pálido como un muerto.- ¡Hattori, contrólate!- Se sorprendía de ver al hierático sirviente de Ameiko con una reacción tan descontrolada.- Ya estás conmigo, cuéntale a Koya qué sucede.- Le tomó entre sus brazos para tratar de calmarlo.

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01/06/2018, 22:57
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

PASADA LA MEDIANOCHE.

La acústica del castillo era simplemente maravillosa. Si uno se concentraba lo suficiente y gozaba de cierta calma, era capaz de escuchar lugares distantes, y gracias a la experiencia de Sandru en la vida del Camino se había hecho una composición bastante acertada de los acontecimientos que habían sucedido en los últimos minutos.

Apenas podía contener la emoción y el alivio cuando los ruidos de lucha decrecieron y le pareció que el grueso del grupo se dirigía a su posición. Al ver a Koya, salió disparado en su dirección y se fundió en un sólido abrazo con ella mientras su cuerpo dejaba escapar un suspiro que llevaba horas conteniendo. La anciana mujer comenzó a darle sonoros besos en las mejillas y las lágrimas corrían libremente entre ambos.

- ¡Madre! Es estupendo verte. Y a todos vosotros, claro. - Apenas habían pasado unas horas pero la tensión de la lucha que había tenido lugar en el campamento así como el certero conocimiento de que lideraba una peligrosa expedición a un lugar encantado, habían hecho que pareciera una eternidad. Si Sandru sólo hubiera imaginado los peligros que acechaban en el castillo no hubiera dejado que Koya viniera sin estar él a su lado. Al menos Giorgino había cumplido su papel como protector así como el resto de los compañeros, como así lo atestiguaban los numerosos cadáveres  que había ido dejando atrás desde que llegó al castillo.

La efusividad del reencuentro fue postergada por la irrupción de Serveris y Hattori que parecían realmente afectados por algo que les había privado de la razón, al menos temporalmente. Rápidamente el varisio ayudó a calmarlos y se dispuso a escuchar el relato de lo que les había acontecido. También sonrió al escuchar el vozarrón de Kromdal que les llamaba desde algún cercano lugar. No importaba que gritara, bastante habían aullado ya Serveris y Hattori en su huida.

- Debemos reagruparnos amigos, Giorgino me ha contado todo lo que ha pasado, ¡vaya si sois valientes y hábiles, por el amor de Desna! Creo que el enemigo está escaleras a bajo y deberíamos darle caza antes de que pueda lamer sus heridas. Vankor vigilaba esta puerta, y creo que Kromdal está haciendo lo propio, ¿no es así? Un ataque por dos frentes sería lo más sensato, pero para eso debemos determinar cómo estáis y los recursos con los que contamos. -

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02/06/2018, 00:04
CALENDARIO.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS... PARA EL ALBA.

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02/06/2018, 10:24
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS... PARA EL ALBA.

Cuando Koya Mvashti-sama lo abrazó, Hattori enterró el rostro en su pecho para esconder su expresión desencajada y se limitó a respirar agitadamente durante un buen rato.

Hattori había identificado en los espectrales rostros distorsionados las facciones de aquellos con los que había convivido en el castillo largos años antes. Algunos de ellos apenas habían dejado de ser niños cuando ocurrió el asalto. Y en todos aquellos rostros había reconocido el reproche por no compartir el mismo destino, el reproche por su cobardía al no estar a su lado en la batalla. Hattori por aquel entonces estaba muy al sur, acompañando a Lonjiku Kaijitsu-sama, pero sus brazos por aquel entonces aún eran fuertes y nada le exculpaba de haber estado ausente en la lucha.  Aunque los creía olvidados, Hattori se dio cuenta de que hubiese podido decir los nombres de todos ellos.

Después de un tiempo se recompuso y se dió cuenta que en su miedo estaba agarrando a la sacerdotisa con fuerza, casi haciéndole una presa. Aflojó su primero su abrazo y luego se separó avergonzado.

- Perdonad. Creo que quedó una sala por revisar arriba. La examinaré en un momento y vuelvo en seguida preparado para bajar al subterráneo.

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03/06/2018, 15:16
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS... PARA EL ALBA.

Una vez se hubieron tranquilizado tanto el joven como el viejo tien, Sandru le pidió ir a ver a Kromdal. Como era de esperar Giorgino no tenía ni idea, aparte de por el berrido que había propinado el mercenario segundos antes, ya que mientras se montaron los puestos se encontraba en su aventura nocturna fuera del castillo.

Rápidamente se acercó a Koya y le susurró al oído - ¿Abu...dónde has dejado a Kromdal?

Recibidas las indicaciones pertinentes se puso en cabeza de nuevo, orgulloso de poder guiar a su tío una vez más, ni más ni menos que a Sandru Vhiski, el audaz aventurero. No en vano conocía ya aquellas salas del castillo.

Más contento que temeroso, avanzó en pos del bárbaro shoanti.

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04/06/2018, 17:05
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

PASADA LA MEDIANOCHE.

- Sí, eso es justo lo que iba a proponer.- Confirmó la anciana a las palabras que les dirigía su hijo. Su sola presencia la tranquilizaba.-  Ahora estamos bien, si no contamos este pequeño incidente...- Se refería al vergonzoso reencuentro de Sandru con Serveris y Hattori.Mientras le abrazaba le susurró al oído.- No sé qué te habrá contado Giorgino, pero casi no lo contamos, hijo.- Ahora que Sandru estaba allí Koya ya no podía mantener más la fachada que la responsabilidad de ser la jefa se había forzado a mantener.- He agotado casi todos los recursos curativos de los que contaba. Mis pergaminos y la varita, aunque aún le quedan algunas cargas. Este castillo no sólo está lleno de enemigos que sirven a Kikonu ciegamente, sino que está maldito y, en cada recoveco, nos encontramos retos a los que enfrentarnos y que nos van consumiendo. Eso no quita que hayamos dejado al oni muy dañado y con sus fuerzas mermadas y que puede que lo más sensato sea presionarlo. Mandé a Giorgino a buscarte mientras vigilaban las puertas que vienen del sótano y los demás hacíamos tiempo explorando la planta superior. Allí nos esperaban, visto lo visto, algunas sorpresas.

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04/06/2018, 22:27
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

PASADA LA MEDIANOCHE.

Tras las explicaciones de Hattori y una sonrisa comprensiva a Koya. La mujer había sido colocada en un papel que no era su entorno natural como líder de la expedición y era evidente que eso le había causado un buen grado de estrés. Sandru dedica unos momentos a examinar las heridas de los presentes tras lo cual se dirige a Giorgino.

- Vamos a ver a Kromdal, así podremos tranquilizarle y no estará solo haciendo guardia, ¿por dónde está, madre? -

Tras recibir las explicaciones pertinentes, sobrino y tío se acercan a la posición que vigila el fornido shoanti.

- Hola, hola Propiedad. Creo que tu hacha ha tenido bastante jaleo, ¿eh? - Bromea el varisio con un gesto de camaradería hacia el hombretón. En muchos de los cuerpos eran visibles tremendos tajos que sólo podían corresponder al enorme arma del bárbaro.

- Venimos a ver qué tal estás. Giorgino se quedará contigo para montar guardia, pero será por poco tiempo. Planeamos una incursión conjunta por ambas escaleras y para eso hay que montar dos partidas de caza. Quienes bajen por aquí vendrán en breve para que podáis organizaros. La idea es no dejar que esos seres se recuperen y si podemos pillarles en una maniobra de pinza, mejor que mejor. Afila tu hacha amigo, esto no ha acabado. -

Tras un gesto de ánimo hacia bárbaro y sobrino, Sandru vuelve con el resto del grupo a los que expone el mismo discurso que antes lanzó a Kromdal. Era hora de acabar con esto y para ello debían hacer dos equipos tan equilibrados como fuera posible.

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05/06/2018, 02:26
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

PASADA LA MEDIANOCHE.

Después de varios minutos consigo calmarme y solo entonces veo que estoy nuevamente rodeado de mis amigos. Entre ellos incluso está Sandru, por lo que me incorporo lo más digno que puedo mientras intento secarme las lágrimas que no recuerdo haber derramado durante el ataque de miedo que sufrimos con el viejo Hattori.

 - "Es un verdadero placer verlo nuevamente, Sr. Vhiski. Perdone mi comportamiento, por favor."

Cuando preguntan qué es lo que nos pasó, respondo avergonzado:

 - "Nos aventuramos por la puerta y vimos sangre en las paredes. No tuvimos tiempo para nada cuando comenzamos a oír gritos y ver rostros flotantes. Era una aparición de ultratumba y no fuimos capaces de controlar el miedo que nos causó. No pudimos revisar ese sector pero la verdad es que no sé si podría controlarme si piso ese lugar nuevamente."

La sola idea de volver a sentir el miedo que me produjo aquella manifestación hace que se me ericen los pelos de todo el cuerpo. Por más que quiero tener la capacidad de enfrentarme a una situación así, no estoy seguro de ser capaz.

Me quedo al lado de Koya y Sandru mientras ellos se ponen de acuerdo con que es lo que haremos a partir de ahora. Yo tengo la suerte de no tener heridas de consideración, pero ahora que no tengo mi katana, mi capacidad de luchar se ha visto severamente mermada. Lo que sigue no será fácil.

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05/06/2018, 17:31
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

PASADA LA MEDIANOCHE.

Pronto llegaron al bastión de la soledad de Kromdal, donde el mercenario aguardaba en una de la puerta que daba a los subterráneos del castillo. Su tío le saludó y le indicó el curso de acción que se iba a tomar, dejando a Giorgino con el bárbaro, por si acaso ¿por si acaso qué? ¿No había visto el tamaño de aquel Shoanti? ¿O de su hacha? En fin, tenía suerte de que estuviera en su bando pues, ni el fantástico Giorgino las tenía todas consigo si debía enfrentarse a algo así.

No es que fuera hombre de muchas palabras este Kromdal, y a Giorgino eso le incomodaba un poco ¿en qué estaría pensando? Seguro que en formas macabras y crueles de acabar con sus enemigos. El joven varisio estaba ligeramente intimidado pero no podía soportar aquel silencio - Así que... ¿vigilando, ehm? - las obviedades siempre eran suficientemente inocuas para charlar por charlar, y en breve volvería su tío con el plan terminado. Al menos eso esperaba, no quería enfadar a tan mala bestia, pero simplemente no podía lidiar con aquel silencio.

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05/06/2018, 18:37
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

PASADA LA MEDIANOCHE.


Propiedad Transitiva sonrió al ver aparecer a Giorgino y a Sandru. Ambos eran buena gente, uno, obviamente, más listo, y maleado por la vida. Como debía ser un líder. Y el otro imprudente y bonachón como un guerrero bisoño necesitado de probar su valía. Ante las palabras de Sandru, asintió.

- Pues sí. La verdad es que tenemos que hablar los dos porque no tengo muy claro como va eso del reparto, que he visto a bastante de tu gente cogiendo esto, o aquello, algunos objetos interesantes. Y por ahora, este pobre bárbaro shoanti, quitando sangrar, y matar, y algo de suelto... ver, no ha visto un sólo objeto que llevarse a la boca- se quejó con gesto amargo, para acto seguido, negar con la cabeza- Ah, mierda de dinero y de bienes. Pero si no fuera por dinero y por bienes, ¿cómo lograríamos que las mujeres se enamoraran de nosotros, eh?- una sonrisa despiadada y divertida matizó sus palabras mostrando como, en parte al menos, no eran en serio- ¿Cómo está Ameiko, mejor?

Pero Sandru solo se había pasado a saludar, y volvió dejando al bárbaro junto a Giorgino. Al escuchar al joven le miró, extrañado.

- Joder, Giorgino. Que soy yo, coño. Ya sabes que me caes bien. Aunque sigo pensando que hiciste el primo con Petunia. Menos amor, y más darle algo bonito, y dinero, y al menos hubieras disfrutado de una buena moza. Pero bueno... eres un romántico. No te preocupes: eso se cura follando. El próximo pueblo al que lleguemos, te llevo al burdel. Ya verás lo que es una mujer- dijo con una amplia sonrisa, palmeando con camaradería el hombro de su compañero- Y sí: vigilando la puerta. Ainsss no somos nadie. Menos mal que pronto nos pondremos en jaleo.

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05/06/2018, 22:07
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.

Serveris y Hattori recuperaron la compostura y hablaron de un lugar lleno de almas en pena, antiguos habitantes del lugar que murieron defendiéndolo y sus almas gemían en pena al no haberlo logrado. Sus palabras incomodaron de sobremanera al joven semielfo. No necesitaba subir a aquel lugar para asustarse. Creía a pies juntillas lo que aseveraban sus compañeros y veía innecesario husmear en aquella habitación, experimentar el terror y correr cual conejo asustadizo.

Entonces, por fin, se habló sobre que tendrían que descender a la oscuridad de los sótanos del castillo. Asintió con la cabeza cuando se especuló que les estarían esperando allá abajo el pajarraco con otras desagradables sorpresas.

Sin duda. En su situación yo lo haría, pensó el explorador, ducho en algunas tácticas de trampear y hacer emboscadas, necesarias en sus cacerías.

- ¿Separarnos y descender por dos puntos distintos? - preguntó cuando creyó oírlo de voz de alguien. La sugerencia era muy arriesgada y no le agradaba del todo al muchacho -. Si se procede finalmente de tal manera... la división debería ser similar a la realizada en el pasado: un grupo fuerte, ruidoso y atrayente por un lado, y otro grupo sigiloso y rápido por el otro - opinó el medioelfo.

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06/06/2018, 01:24
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.

Sandru detuvo su andadura antes de alejarse de Kromdal y su sobrino mientras se daba la vuelta algo envarado.

- Su estado no ha tenido cambios amigo Propiedad, gracias por preguntar. - Parecía extraño que sólo el bárbaro se había interesado por la salud de Ameiko, si bien era cierto que todos tendrían muchas cosas en la cabeza.

- En cuanto a los tesoros, bueno, mantén la cabeza sobre los hombros hasta el amanecer y creo que empezaremos a hablar de reparto. No obstante la propietaria de los bienes del castillo tiene la última palabra sobre lo que aquí se encuentra, al menos lo que pertenece al castillo y al legado de los Kaijitsu. - Con un guiño hacia la pareja, Sandru se aleja definitivamente, dando al shoanti algo en qué pensar.

Una vez reunido con el resto y tras usar Koya los favores de Desna, el maestro caravanero cree que sus posibilidades han mejorado un tanto. Escucha las palabras de Kelsier atentamente y las sopesa por un momento.

- No te falta razón, pero creo que mandar grupos descompensados no sería buena cosa. Si un grupo sigiloso cayera en una celada el sigilo no los libraría, pero seguramente sí el acero. Confío en que en ambos grupos hay quien puede adoptar ese rol de ser necesario y poder reunirnos en caso de que estallara una lucha. Es por eso que que cada grupo tenga cierta autonomía me parece lo más adecuado.

También estamos mi sobrino y yo en grupos diferentes porque le he estado enseñando algunos trucos sobre trampas, celadas y engaños, así que confío en su vista tanto como en la mía. Me gustaría que hubiese alguien capaz de ver en la oscuridad tan bien como tú en ambos grupos, Kelsier pero cuento con Koya para que invoque la luz de Desna para iluminarles si fuera necesario. Me reafirmo en los grupos al afrontar un peligro desconocido, si tuviera más información de lo que se encuentra allá abajo me permitiría especializar más uno u otro, pero lanzados a ciegas es mejor equilibrarlos.

Así que descienden por puerta del sur, Kromdal, Vankor, Giorgio y Koya. Por la norte Serveris, Kelsier, Hattori y yo mismo. ¿No habéis visto una espada tien que pueda usar Serveris en el castillo? Si no es así preparaos, descendemos en lo que contamos hasta trescientos. También tengo un arco corto y veinte flechas por si os son necesarias algunas. Recordad que algunos sabemos colocar bien nuestros golpes si otro ayuda a distraer al oponente, procurad buscar los flancos de los enemigos. -

 Tras el breve intercambio de objetos de producirse, Sandru se despide con un abrazo de Koya y Vankor.

- Cuídalos como hasta ahora madre. Por cierto Vankor, tu hermano me pidió que te diera un abrazo, cosa que hago. También me dijo que te esperaba de vuelta así que cuídate sobrino. -

Después Sandru resopla mientras comprueba su equipo por unos momentos, preparado para bajar a afrontar los peligros que allí les aguardan.

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06/06/2018, 03:31
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.

Nadie habla más del asunto de nuestro escándalo, lo que agradezco pues no me apetece en nada el pasar más vergüenza por nuestro comportamiento. Supongo que a cualquiera le puede pasar, por lo que tampoco es la gran cosa, pero yo no estoy acostumbrado a tener miedo ni mucho menos a demostrarlo.

Sandru decide que lo mejor será dividirnos en dos grupos funcionales, tal como había hecho Koya antes pero con una distribución distinta. Ahora, cada uno de los grupos tiene capacidad de combate cuerpo a cuerpo y a distancia. Por lo que veo, ninguno de ellos tiene ahora la intención de sorprender sino de ser versátiles. Me parece bien.

El caravanero también pregunta si alguien ha visto una katana por ahí, pero no es así. Sé que un arma como esta no es algo que esté tirado por cualquier lugar y dudo mucho poder encontrar una de ellas por aquí. Creo que no me quedará más opción que luchar con el wakizashi hasta que esto termine.

Me quedo junto a Sandru para avanzar cuando él lo indique. Sé que probablemente deberíamos ir a revisar la habitación que abandonamos, pero no quiero ir y, si Sandru y Koya deciden que no lo haremos pues así será.

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06/06/2018, 10:26
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.

Reunidos todos en torno a la anciana, ésta apoyó una de las manos en el fuerte hombro de Vankor mientras que con la otra elevaba sobre sus cabezas el brillante símbolo de Desna.

- Acudo a ti, Desna, y te imploro y suplico que me des las fuerzas necesarias para la lucha diaria contra esa oscuridad que nos acecha.

Una aura cálida reconfortó a los heridos. Era como cuando vas a mear entre la nieve y la orina caliente desprende ese agradable calorcillo. Todos los afectados pudieron sentir la debilidad de la anciana, que no tenía ya edad para tanto trote. Con un gesto disimulado retiró la saliva reseca de la comisura de su boca.

- Tengo la boca seca, Gigi, cariño, dale a tu abuela algo de agua.- Escuchó con atención la propuesta de Sandru y asintió satisfecha. Ir con Vankor y Giorgino le agradaba y, en cuanto a Kromdal...Bueno, no le gustaba su influencia sobre Giorgino, pues era un retrógrado machista, pero, si tenía que poner en una balanza a un Serveris sin su katana con el bárbaro armado con su hacha, podía tragarse su orgullo de mujer un rato. No sería la primera vez.

- Esta bien. En lo que esperamos, Kelsier, cielo, ¿puedes traerme esos guijarros que fuiste a buscar al patio?

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07/06/2018, 04:47
Serveris.

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DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.

Hattori y Kelsier parten sin esperar a nada para explorar una habitación que no habíamos visto antes y donde puede que haya alguna cosa que nos sea de utilidad. Mientras espero, saco la tsuka de mi katana y la miro. Está desmontada, completamente aparte del filo.

Me pongo a mirar la parte del filo que se une a ella, para intentar entender como se puede volver a unir. Tengo conocimientos de herrería y entiendo del metal y de las piezas, pero no es lo mismo hacer un burdo aparejo o una herradura que intentar arreglar una obra de arte como es mi katana y el Alcaudón Susurrante.

"Pero supongo que lo mejor que puedo hacer es intentar aprender de armería lo suficiente para hacerlo yo mismo. Tengo claro que el tipo de armas que usa un samurai no es algo común en esta parte del mundo y no quiero confiar mis cosas a un armero que solo acostumbra a hacer espadas largas y otras armas de deficiente manufactura. Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo."

Vuelvo a dejar las partes desmontadas de mi katana en su sitio, para no perderlas y me preparo para seguir a Sandru y al equipo en lo que probablemente sea la última batalla contra Kikonu, para bien o para mal. Debo ver como se dispone el combate, pero temo que sin una katana en condiciones no seré capaz de luchar como debo.

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08/06/2018, 03:01
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.

Estoy decidido a continuar luchando con el wakizashi de mi madre, pero entonces pienso con más detenimiento la situación actual en función de lo que tengo a mano:

"El wakizashi jamás hará tanto daño como la katana pues en un filo más largo soy capaz de poner muchas más fuerza que en un filo pequeño. Quizás pueda reparar parte de la katana con una chapuza pero quedaría mal. De seguro sería inestable pero mucho más dañina que el arma que utilizo ahora."

Concluyo que merece la pena intentarlo y, ya que Hattori y Kelsier se fueron a explorar, tengo algo que tiempo. Saco la nabasa y tomo las partes de la tsuka para ver como poder unirlas. Lo único que tengo a mi alcance es cuerda de cáñamo, por lo que saco un trozo de ella e intento usarla para atar las partes.

Después de un par de minutos, tengo el resultado. No está tan mal como podría ser y, aunque el filo está muy móvil, volviendo muy impreciso un golpe con ella, es posible usarla para dar un buen mandoble. Uno mucho más fuerte que con el pequeño wakizashi.

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08/06/2018, 09:00
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.

El joven Vishki no tenía en verdad argumentos para rebatirle al bárbaro, sin duda él había conocido más mujeres tendría que sopesar sus palabras cuando volviera a Punta Arena, puede ser que por eso Petunia hubiera pasado de él, por ser un romántico. Y aunque el varisio había aliviado sus penas, sin soltar una moneda por cierto, Petunia seguía teniendo aquel encanto de lo inalcanzable. Definitivamente volvería a intentarlo cuando tuviera la ocasión, tras esta aventura no podría decirse que siguiese siendo aquel muchachito temeroso que partió de su pueblo.

Pasaron los minutos y apareció de nuevo su abuela - ya sabía yo que vendría, como más segura está es a mi lado - pensó el joven sin atisbo de duda. Koya repartió el orden de marcha y, como no podía ser de otro modo, decidió que Giorgino estuviera junto a ella, en la retaguardia.

Pero...el primo no está muy bien desde lo de los establos - le susurró para no herir la sensibilidad de su primo... y también porque le tenía algo de miedo desde que le partió el cuello a aquella arpía - ¿no será mejor que vaya yo delante?

A como fuere, Giorgino era un buen mandado, y más aún si se lo decía su abuela, así que no protestaría fuese cual fuera la decisión de la anciana.

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08/06/2018, 12:09
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.

Koya dio órdenes para iniciar el descenso a lo que seguramente sería la boca del lobo. Oscura estaba desde luego, así que portaba una antorcha. El bueno de Giorgino no quería quedarse atrás protegiendo a una vieja decrépita. Había nacido para ser un héroe y reclamaba una posición más adelantada.

- ¡Mirad bien por donde pisáis!-  Hizo un gesto para que pasase adelante y ella se agarró del brazo de Vankor, para que éste no protestase.- No quiero caerme rodando.-Ojalá Giorgino tuviera la vista de su tío, o al menos el mismo don para descubrir bellas mujeres que artefactos peligrosos.

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08/06/2018, 21:36
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LAS ESTRELLAS, DÉCIMO SEXTO DE CALISTRIL.

CASTILLO DE MURO DE SALMUERA.

QUEDAN CINCO HORAS PARA EL ALBA.


Iba a empezar a rezongar el bárbaro cuando Koya encendió su antorcha, y la crepitante luz lanzó la mezcla de sombras y claros sobre las paredes de la fortaleza. Había, por tanto, que bajar. Se había acabado el tiempo de tranquilidad, y el bárbaro casi lo echó de menos.

- Habrá que intentarlo, aunque está jodidamente oscuro, es verdad. A ver si nos cargamos de una vez a los pocos hijos de puta que quedan, y a ver si salvamos a Ameiko y encontramos algo de tesoro, joder. Que tanta matanza más vale que tenga buena recompensa- murmuró casi entre dientes, preparado para combatir tan pronto hubiera señal de peligro.