Despiertas en una habitación iluminada por un foco intermitente. Estas recostado sobre una camilla con sabanas teñidas de gris y beige por el polvo. Las paredes se ven gastadas también. No se aprecian muchas cosas en el lugar, salvo un espejo opacado también por el polvo, y una puerta metálica sin rendijas, además de una televisión en una de las esquinas superiores del lugar.
Te sientes mareado y confundido, notas el hormigueo típico que da en las piernas cuando se te duermen, pero en todo tu cuerpo. Luego, un fuerte dolor de cabeza te invade, como si de la peor resaca de tu vida se tratase.
Te sientas en la cama, pero al moverte sientes un extraño peso alrededor de tu cuello. Tienes una especie de aparatoso collar sobre los hombros, y la parte superior del pecho y la espalda. Solo puedes notar unos pequeños paquetes conectados a cables. Te sientes nervioso, te acercas al espejo y compruebas que no hay forma de quitarte el collar con las manos, e incluso notas unas cuatro lucesitas que parpadean débilmente.
Miras la puerta, te acercas, pero antes de llegar a ella, la televisión se enciende. Inmediatamente, un extraño muñeco te saluda con una voz oscura y ronca, parecía distorsionada por un programa de computadora.
La situación es muy similar a una que has vivido hace tiempo, a un día en especifico, un día en el que tu vida cambio. El día en que fuiste salvada.
Aquello sucedió hace un año, cuando en tu macabro hobby quisiste ir más adelante. Los animales no te bastaban, querías transgredir reglas. Creíste que en tu ensimismamiento nadie notaría lo que ahora las personas serían victimas de tu enorme curiosidad. Pero tu impulso se detuvo a tiempo. Fuiste salvada de ti misma justo antes de cometer quizás el error más grande de tu vida.
Cierras los ojos y recuerdas tu prueba. Te ves a ti misma en un laboratorio de una vieja escuela abandonada, amarrada a una silla por grilletes. Recuerdas también a aquel profesor de Zoología, amarrado y amordazado sobre la mesa del profesor. Recuerdas también el amor que compartías con ese hombre por la naturaleza, y los deseos de preservación, recuerdas como te enseño todo lo que sabes sobre taxidermia, y sobre la conservación de la naturaleza. Y, tristemente, también recuerdas como te enamoraste como nunca habías amado de aquel hombre.
Y recuerdas la decepción.
Aquel profesor que tanto amabas, que te había arrastrado a la locura, no era más que un mentiroso, y un corrupto. Un hombre que se había robado el trabajo de otros profesionales para su provecho, y que se acostaba con algunas de sus estudiantes solo para aprobarlas. Con fotos y vídeos diste cuenta entonces que solo eras una más que caía en sus garras, un animal más para su colección. De pronto aquel amor se convirtió en odio, y el miedo y la decepción en ira.
Y entonces, vino tu prueba. Tenías solo un minuto para encontrar las llaves que te sacarían de ese salón, no podías salir por las ventanas ya que habían sido cambiadas por cristales que no se romperían por más que intentaras. Si no lograbas escapar de la habitación en un minuto, el lugar estallaría. Las llaves se encontraban en el interior de aquel hombre, aún vivo, con el miedo rellenando sus ojos. Inútilmente trataba de hablar, de excusarse, de pedir piedad... ¿Serías capaz de perdonar la vida de el hombre que llevo a la locura, del hombre qué te convirtió en la oscura y tétrica mujer que eras ahora? ...
Lloraste, y te acercaste a la mesa donde el sujeto descansaba, y tomaste el escalpelo que junto a él se encontraba. Lo cogiste con tanta fuerza, como si te aferraras a tu vida misma, sus gritos de piedad, y luego los de agonía, junto con tus lagrimas, se convertían en el pago por sus males, y los tuyos, mientras habrías su abdomen para buscar las llaves qué te darían libertad. Los escrúpulos no fueron mucho comparado al dolor que sentías, y al daño que te sin saberlo te había causado, y con él aún vivo, metiste tu mano en la abertura hecha para encontrar las llaves en su estomago. Cuando las tuviste, corriste hacía la puerta, solo seis segundos te restaban de escapar de tu segura muerte. Y lo lograste.
Por primera vez habías hecho algo realmente por ti, habías valorado tu existencia. La experiencia fue traumática, si, pero pasado el tiempo, el dolor paso, y la calma volvió a tu mente. Ahora lo veías todo con claridad, ahora sentías el aire al entrar en tu pecho, y distinguías bien la luz que tus ojos procesaban para crear las imágenes que veías. De pronto, todo lo que habías vivido, el oscuro hobby que practicabas, todo te pareció propio de un pasado que querías dejar atrás, de un pasado que ya no te pertenecía. Ahora veías todo con una gran claridad. Habías sido salvada de ti misma.
Seguiste con la taxidermia, pero ahora te ganabas la vida con ella, ayudabas a preservar las mascotas de las personas que querían recordar a sus compañeros, un negocio que iba lento, ya que aún tenías que terminar tus estudios, pero uno o dos trabajos al mes podían ser suficientes para cubrir tus gastos personales.
Estabas agradecida del regalo que tenías ahora -tu vida- y tenías la sensación de querer retribuirlo de alguna forma. Por ello, te sentiste más sorprendida que asustada cuando el hombre que te había forzado a luchar por tu vida de una forma tan macabra te contacto, pero entendiste desde el principio los motivos. Habías sido salvada, ahora tenías que ayudar a salvar a otros.
Tu misión era sencilla, aunque conllevaba riesgos enormes, podrías perder tu vida, pero aceptaste ya que conllevaría a un bien mayor. Tenías que someter a sus pruebas a individuos durante la noche, pero no estarías sola, tendrías a aliados que habían sido salvados igual que tu.
Tras recordar, observaste la puerta en la habitación. Sabías lo que tenías que hacer. Había llegado el tiempo de salvar.
En aquella narración incluyo los cambios a tu historia de los que te había hablado por MP, si tienes alguna duda no dudes en preguntar. Aún no te conecto al resto de personajes, pero descuida, ya lo haré.
Bueno, eres una Secuaz de Jigsaw. Tienes la misma función que un Hombre Lobo en cualquier partida de Castronegro.
Pero también tienes una herramienta: El escalpelo. Si eres votada por la mayoría para morir, podrás matar a alguien de tu elección. Todos los turnos diurnos deberás dar el nombre de alguien a quién quieras matar.
Bien bien, me gusta la historia!
Tengo que empezar a postear ya aquí o esto simplemente es mi introducción personal y empezaré a hacerlo en la escena que habilites para todos?
Por cierto, a mi al menos no me deja escribir en el offtopic.
Disculpa si repetí mucho algunas palabras o me comí alguna, escribí la historia a las 4 am y ya la cabeza no daba mucho de si. Lo del Off-Topic es un tema de los permisos, de momento lo tengo para avisos y esas cosas, y si dije que publicaran historias en off topic mentí, quiero que los vagos me lo manden al mp(?)
Esta escena es solo introductoria, aunque si tienes dudas puedes publicarlas acá
Master, yo no tengo conexiones? '-'
Sip, espera que las voy añadiendo de a poco. Tuve que modificar a ultima hora porque una de las jugadoras apenas me aviso que no iba a participar, así que ando asiendo acomodaciones, pero descuida, en breve subo las tuyas.
Vale! D:
Es que como ya habías puesto post inicial pensé que se te había olvidado >_<
Sales de la habitación, y te encuentras en un pasillo lleno de personas. Todas con el mismo collar que tu, todas en la misma situación que tu. Hay por lo menos veinte personas en ese lugar, los desconoces a todos, pero entre todos reconoces a dos personas.
A Nick, tu ex-novio, a quién dejaste de una forma nada amable y frente a toda la universidad, por el profesor que te arruino la vida.
Luego tu mirada se detuvo en Kyle, un rockstar a quién por desgracia conociste en una fiesta de la universidad. El se te acerco, y puso una droga en tu bebida, no recuerdas mucho de esa noche, solo pequeños saltos de conciencia, saltos en los que te veías siendo desnudada por aquel sujeto, saltos en los que te veías siendo violada e incapaz de defenderte.
Ya que gracias a la escena de los malotes he vuelto a ojear esta y he visto lo del escalpelo... voy a decir nombre, que es turno diurno xD
Elijo aaaaa... Hugh McBain.
Comprenderás que tu personaje ha tenido el mismo destino que Joseph, por lo que debo quitarte los permisos de escritura u.u Pero te permitire seguir leyendo hasta que alguien te encuentre, y sepas lo que ha sucedido contigo.
Uf miedo me da... jajajajajja
Es una duda un poco tonta, sobretodo teniendo en cuenta que no puedo acceder a la "habitación del ordenador" porque estoy desaparecida... pero antes de autovotarme, prefiero estar segura.
Yo voto igual que el resto o me estoy quietecita en mi lugar desconocido? xD
Ahora mismo estoy escribiendo lo que le sucede a tu PJ, disculpa la demora, quería tenerlo antes pero todo esto me ha dejado flipando
Okey! Y tranquilo, no pasa nada. De hecho no me esperaba saber qué ocurriría tan pronto xD