Partida Rol por web

Despiertas en una habitación iluminada por un foco intermitente. Estas recostado sobre una camilla con sabanas teñidas de gris y beige por el polvo. Las paredes se ven gastadas también. No se aprecian muchas cosas en el lugar, salvo un espejo opacado también por el polvo, y una puerta metálica sin rendijas, además de una televisión en una de las esquinas superiores del lugar.

Te sientes mareado y confundido, notas el hormigueo típico que da en las piernas cuando se te duermen, pero en todo tu cuerpo. Luego, un fuerte dolor de cabeza te invade, como si de la peor resaca de tu vida se tratase.

Te sientas en la cama, pero al moverte sientes un extraño peso alrededor de tu cuello. Tienes una especie de aparatoso collar sobre los hombros, y la parte superior del pecho y la espalda. Solo puedes notar unos pequeños paquetes conectados a cables. Te sientes nervioso, te acercas al espejo y compruebas que no hay forma de quitarte el collar con las manos, e incluso notas unas cuatro lucesitas que parpadean débilmente.

Miras la puerta, te acercas, pero antes de llegar a ella, la televisión se enciende. Inmediatamente, un extraño muñeco te saluda con una voz oscura y ronca, parecía distorsionada por un programa de computadora.

“Has vivido amargada, y deseando no vivir. Teniendo tantas facilidades en tu vida, las has desaprovechado. Puedo ver en tu actuar el odio que sientes a ti misma, el rechazo que tienes por tu existencia. No valoras tu vida, ni la de los otros. Has maltratado y humillado, creyéndote con el derecho de hacer lo que se te dé la gana. Pero ya no más. Yo voy a cambiar eso.”

“Ahora mismo, hay más personas que como tu no saben valorar el hecho de respirar, y qué como ellos, estás atrapada en una gran telaraña de corrupción y odio. Voy a enseñarte a valor del regalo que se te dio, de una forma que quizá jamás esperaste. Tu vida ya no depende de ti, si no de tus acciones, ahora estas en manos de otras personas que consideraran si mereces vivir, o no.”

Algo extraño sucede. Desde el momento en el que te encuentras en este lugar, empiezas a escuchar voces y lamentos, sonidos del pasado. Además del dolor que sentías por estar en este lugar, sentiste el dolor de otros. Una lagrima rodó por tu mejilla cuando viste a otras personas sometidas anteriormente al mismo juego al que tu estas sometida ahora. 

Recuerdas que de niña solías percibir cosas, y ver personas que nadie más veía. Amigos imaginarios indicaron a tus padres los psicólogos a quienes te llevaron. Amigos que te cuidaban, pero al crecer te hiciste más amiga del maquillaje y la ropa. Sonríes al darte cuenta de que aquella situación tan traumática te había vuelto a conectar con tu lado espiritual.

No quise reconocerlo durante mucho tiempo. Siempre he sabido que estaban ahí, sentía sus presencias en mi habitación. Crecí y poco a poco las visiones pararon. A medida que me volvia mas déspota y superficial dejé de tener conexión con los muertos. Tenia miedo. Amigos imaginarios diagnosticó el psicólogo, pero y si me hubieran metido en un sanatorio?.

Mis padres se lo creyeron, nunca estaban en casa, preferían irse de crucero, dar la vuelta al mundo, ir a esquiar a los alpes suizos... Yo estaba sola, crecí sin amor, hacia sufrir a las niñeras. En ocasiones maquinaba trampas para dejarlas como ladronas o pederastas. Naturalmente mis padres las despedian pero contraban a otras nuevas. Todo por llamar su atención, solo deseaba que me quisieran y no me hicieran sentir como un estorbo.

Es una pesadilla Amanda. Pronto despertarás de esto. Se dice a si misma para tranquilizarse. Este sitio apesta joder, está claro que me han secuestrado y van a pedirle un rescate a mi padre. Encima quieren volverme loca, me habrán drogado?.

-Déjame salir hijo de puta! da golpes en la puerta hasta que se marea y cae inconsciente en el suelo.

Sales de la habitación, y te encuentras en un pasillo lleno de personas. Todas con el mismo collar que tu, todas en la misma situación que tu. Hay por lo menos veinte personas en ese lugar, los desconoces a todos, pero entre todos reconoces a dos personas.

Primero que nada a Arthur, un antiguo vendedor de propiedades que trabajaba en las inmobiliaria de tu padre, un hombre que te parecía interesante y atractivo, un hombre con el que te acostaste solo por romper las reglas de tu padre, solo para disfrutar. Cuando él quiso terminar aquel juego de seducción y sexo, decidiste arruinar su vida. Conseguiste que lo despidieran, y arruinaste tanto su reputación con los contactos del rubro que nunca más pudo conseguir un trabajo de como corredor de propiedades.

Luego, una mirada fría se poso en Marion, una modelo no muy poco conocida, pero con ciertos contactos e influencia, por mero gusto aquella chica arruino tu corta incursión en el mundo del modelaje. Quizás ella fue la única, junto con Arthur, que no se rindieron a tus juegos y manipulaciones, pero sobre todo ella, de quién nunca pudiste vengarte por haberte cortado las alas, por no haberte permitido seguir aquel ahora fugaz sueño.